Español

Cuadro de Andy Warhol de 1964 se vende por $195 millones, rompiendo récord de subasta

Un cuadro por Andy Warhol se vendió por un precio final de $195 millones la semana pasada, una suma que rompe el récord de subasta para un artista estadounidense y cualquier obra artística del siglo XX. En una subasta de caridad en Christie’s en Nueva York, cuatro postores competieron por Shot Sage Blue Marilyn (1964). Después de menos de cuatro minutos de licitación, la pintura fue vendida al marchante y galerista Larry Gagosian. No está claro si compró el cuadro por sí mismo o por algún cliente. Según Forbes, entre la clientela superrica de Gagosian se incluyen “megas colectores milmillonarios como David Geffen, Leon Black, Steve Cohen y Leonard Lauder”.

El último récord para un artista estadounidense fue establecido hace solo cinco años. En 2017, la pintura de una calavera por Jean-Michel Basquiat, un amigo y colaborador de Warhol, se vendió por $110,5 millones en una subasta en Sotheby’s. El precio de Shot Sage Blue Marilyn resultó ser casi doble el último precio de subasta alto por una obra de Warhol. Double Disaster (1963), uno de sus cuadros de choques automovilísticos, se vendió por $105,4 millones en 2013.

De hecho, Shot Sage Blue Marilyn se ha convertido en una de las obras artísticas más caras vendidas jamás en una subasta. Su precio superó el de la pintura de Pablo Picasso Les Femmes d’Alger (“Versión O”), que jeque Hamad bin Jassim bin Jaber Al Thani de Qatar compró por $179 millones en 2015.

Andy Warhol, Shot Sage Blue Marilyn, 1964, serigrafía y pintura acrílica en lino, 40 x 40. Foto por Christie’s Images, Ltd.

Esta serie de precios en aumento y récords rotos nos recuerda que el mundo del arte fino, que es una parte de la herencia cultural de la humanidad, es dominado por una élite diminuta y extraordinariamente rica. Para este estrato, obras del arte no son objetos estéticos sino inversiones y señales de prestigio.

La venta de la obra de Warhol ocurrió en el inicio de una temporada de subastas de primavera que de nuevo es presencial. La pandemia en curso no tiene la menor importancia. Los participantes se enfocan en las ganancias que pueden sacar. “Ha habido una cantidad gigante guardada durante dos años, y hay una cantidad gigante de demanda acumulada de nuevos clientes”, dijo asesor artístico Philip Hoffman al New York Times. “Todos esperaban el momento correcto, y el momento correcto ha llegado”.

La manera en que subastadores, galeristas y colectores hablan de las obras es revelador. “Sí vendimos la pintura más cara del siglo XX”, dijo Alex Rotter de Christie’s al Times. “Es un logro enorme”. Uno lo imagina lamiéndose los labios.

“Lo alto del mercado todavía es fuerte, y hay mucha demanda para calidad”, dijo marchante Bill Acquavella al Times. “Miren el precio de la propiedad inmobiliaria. Hay otros activos que atraen precios que ustedes no han visto antes [énfasis añadido]”.

“Dentro del mercado más grande para el arte de trofeo, la cifra de $200 millones es muy semejante a los precios realizados en el mercado de marchantes privados durante varios años [énfasis añadido]”, dijo evaluador artístico David Shapiro al ARTnews .

De hecho, unos habían especulado que Shot Sage Blue Marilyn atraería hasta $400 millones y se sintieron decepcionados por su precio final. “Fue un precio increíblemente saludable, pero al mismo tiempo, creo que el ganador lo compró en venta”, dijo asesora artística Abigail Asher al Times .

En La muerte del art ista: Cómo creadores se esfuerzan para supervivir en la época de milmillonarios y la Gran Tecnología (2020), autor William Deresiewicz notó que un estudio de 2009 “reveló una correlación entre el aumento de precios [del arte] y la concentración creciente de la riqueza, consistente con el comportamiento de mercados para otros bienes de lujo, como la propiedad inmobiliaria de alta calidad. ‘Un aumento por un punto porcentual en la parte de ingresos totales ganada por el 0,1 por ciento más alto’, descubrieron los investigadores, ‘causa un aumento en precios del arte de aproximadamente 14 por ciento’. El nuevo dinero es el de fondos de cobertura, de oligarcas, de milmillonarios asiáticos. Más que una mitad del mercado del arte global, por valor agregado, consta de ventas de $1 millón o más. El coleccionismo del arte en ese nivel es un asunto de ‘individuales de valor neto super alto”, personas con activos líquidos de $30 millones o más–aunque un informador me dijo que el mínimo está más cerca de $250 millones”.

El hecho de que la suma más grande pagada jamás por una obra artística del siglo XX fue pagada por una obra trivial y vacía ni es sin importancia ni algo por casualidad. Shot Sage Blue Marilyn es una pintura serigráfica de 40 pulgadas por 40 pulgadas de la actriz icónica Marilyn Monroe. La imagen bien conocida se basa en una foto promocional para la película Niagara (1953), en que Monroe figuró junto a Joseph Cotten. La obra es uno de los cinco cuadros de “Marilyn” que Warhol ejecutó en 1964, casi dos años después de que la misma Monroe había fallecido, probablemente por suicidio. Es probable que Warhol eligiera su sujeto no solo por su glamour, pero también por el escándalo que rodeaba su muerte.

El título del cuadro refleja lo que pasó a la obra después de que Warhol la completó. En 1964, una mujer llamada Dorothy Podber entró en el estudio de Warhol (que él llamó la Fábrica) y disparó hacia un montón de cuadros de Marilyn. Las fuentes difieren en la pregunta de si Warhol la había invitado a hacerlo y si él creía que Podber iba a “shoot” los cuadros. [En inglés la palabra podría significar o “disparar un arma” o “sacar fotos de”]. Esta leyenda refleja la anarquía que imperaba en la Fábrica, así como la misma afición de Warhol por el sensacionalismo.

Four Shot Marilyns por Andy Warhol (1964)

La técnica de serigrafía, que Warhol tomó prestada del arte comercial, remueve cualquier rastro de la mano del artista de la obra. La obra tampoco transmite ningún análisis crítico o a fondo de su sujeto. En su obra más prominente, Warhol emplea las técnicas del periodismo de publicidad y la prensa amarilla, y transmite la realidad como se aparece inmediatamente a través de esos ámbitos degradados. Con su pasividad, Warhol implícitamente deniega cualquier papel significante para el artista.

Como argüimos en 2019, Warhol “no nos solía alentar a desarrollarnos o construir un mundo mejor. El suyo es el arte del voyeur o, en el peor de los casos, el auto promotor. Él reforzaba y activamente y participaba en el culto de la celebridad. Por acríticamente llevar la banalidad de la cultura popular al mundo del arte fino, rechazaba todo lo más vital y nutritivo del arte, para el artista, así como para su audiencia: la reinterpretación imaginativa de la realidad”.

Ese elemento aparentemente atrae a coleccionistas del arte con cientos de millones de dólares que gastar. Durante los años 1980, Gagosian empezó a acumular la riqueza enorme con la que compró Shot Sage Blue Marilyn por revender obras hechas por artistas modernos bien establecidos y muy apreciados. Como los comerciantes de acciones que alcanzaban el dominio económico durante el mismo período, Gagosian se apropiaba de las ganancias por sí mismo sin crear nada con valor.

Hay poco asombro de que Gagosian (o cualquier cliente rico por quien actuaba) “invertiría” en un artista “de primera clase” de la farándula como Warhol. La reputación del artista es internacional y mayormente indiscutible. Para el estrato social al que Gagosian representa, el nombre de Warhol tiene un significado como el de Cartier o Hermès.

Una orgía de riqueza en el mercado del arte tiene que alentar cierto cinismo y desmoralización entre artistas, por un lado, e indignación intensa, por el otro. El camino a seguir para el arte sólo puede ocurrirse con oposición directa a la concentración de tesoros fabulosos que lleva al empobrecimiento cultural de la sociedad.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 15 de mayo de 2022)

Loading