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Los trabajadores españoles de atención domiciliaria continúan la huelga después de dos semanas de paro

Tres mil quinientos trabajadores del Servicio de Atención Domiciliaria (SAD) en Asturias, al norte de España, continúan su huelga contra las condiciones de trabajo y los bajos salarios, que ahora dura 18 días. Esta lucha es dirigida por la Plataforma de Auxiliares del SAD y el Colectivo de Trabajadoras del SAD de Asturias, y se ha incrementado después del enfado masivo por las conversaciones a puerta cerrada de los sindicatos con los empresarios.

Una jeringuilla cargada con la vacuna Moderna contra el COVID-19 en el Hospital Isabel Zendal de Madrid, España, el lunes 29 de noviembre de 2021. (Foto AP/Manu Fernandez)

Los trabajadores de SAD son uno de los sectores más explotados de la clase obrera española. El salario promedio es de 1.050 euros brutos al mes (1.045 dólares) por una semana de 38.5 horas, aunque el contrato más común es de 30 horas, reduciendo considerablemente el salario mensual. Los contratos a tiempo parcial (80 por ciento de los trabajadores) dominan el sector, en el que las trabajadoras representan más del 90 por ciento de las plantillas.

Los trabajadores realizan enormes esfuerzos físicos cuidando a ancianos y personas dependientes, con tareas como bañarlos, reemplazar vendajes, vestirlos, apoyar la movilidad, monitorizar su salud, administrar medicamentos y transportarlos a centros de día. Una trabajadora le dijo a La Vanguardia: “Si una dependiente pesa 80 kilos y lo mueves cinco veces en una hora, de la cama a la silla, de la silla a la ducha, de la ducha a la silla... terminas moviendo 400 kilos”.

Otra trabajadora, Arancha Suárez, dijo a La Voz de Asturias: 'Tengo 47 años, trabajo en ayuda a domicilio desde los 19 y vivo ahora peor que antes'.

El sábado, cientos de trabajadores del SAD marcharon por la capital asturiana de Oviedo para exigir condiciones de trabajo 'dignas'. Cantaron: “No somos invisibles, somos esenciales” y “La unión nos hace más fuertes”. Esta fue la segunda manifestación desde que comenzó la huelga el 16 de agosto, debido a la oposición al convenio colectivo que se negocia entre los sindicatos, el vinculado a Podemos Comisiones Obreras y la socialdemócrata Unión General de Trabajadores (UGT), con la federación empresarial del sector.

CCOO y UGT se negaron a sumarse a la manifestación, conscientes del creciente enfado entre las trabajadoras después de que intentaran imponer el último convenio colectivo a espaldas suyas.

La semana anterior, los trabajadores de SAD votaron para rechazar las 'propuestas ridículas' hechas por los empleadores y los sindicatos. Los empleadores han afirmado de forma falsa que propusieron un aumento salarial del 17 por ciento. Lo cierto es que están ofreciendo un aumento retroactivo del 0 por ciento (para 2021), 1.5 por ciento (2022), 1.5 por ciento (2023) y 1 por ciento (2024 y 2025). Con una inflación del 10,4 por ciento, esa propuesta significa un recorte salarial mensual de cientos de euros. Según los cálculos de la Plataforma, esto empobrecería a los trabajadores con un recorte salarial real del 16,5 por ciento.

Una vez que se vuelvan a licitar los contratos actuales, los empresarios proponen un aumento máximo del 12 por ciento a partir de 2025. Esto ni siquiera compensa la reducción salarial del 16,5 por ciento que sufrirían los trabajadores hasta entonces si aceptaran la propuesta de los empleadores.

Los sindicatos intervinieron para terminar la huelga tan pronto como pudieron. Con la esperanza de hacerlo en 24 horas, CCOO y UGT suspendieron la huelga y llamaron a los trabajadores a votar unas horas después de que los empresarios enviaran la propuesta. Ni siquiera proporcionaron a los trabajadores un resumen de la propuesta. Convocaron a cinco asambleas en toda la región a las 17:30, a las que los trabajadores tuvieron que asistir con sus identificaciones y su última hoja de salarios. Las puertas se cerraron a las 18:00, después de lo cual se prohibió la entrada a los trabajadores.

La Plataforma de Auxiliares del SAD denunció esto en un comunicado, declarando: “Una asamblea de trabajadoras en la que se cierran las puertas a una hora determinada y ya no se permite entrar a nadie más. Una asamblea en la que se quiere aprobar una propuesta que permanece en el más oscuro de los secretos. ¿Qué clase de democracia es esta? ¿Cuál es el verdadero objetivo de esta asamblea?”

El comunicado añadía, “Nosotras no hemos hecho diez días de huelga indefinida para acabar tragando las exigencias empresariales. ¡Tenemos la fuerza para conquistar un convenio digno y lo vamos a conquistar! “Por eso rechazamos esta convocatoria precipitada y antidemocrática de CCOO y UGT. No vamos a aceptar, encerradas bajo presión en una sala cerrada, el chantaje de la patronal. Por eso, os llamamos a todas a acudir masivamente a las asambleas de esta tarde y votar un rotundo NO al chantaje patronal”

La propuesta de los empleadores fue rechazada por mayoría. De los 3.000 trabajadores convocados, alrededor de 600 asistieron a las asambleas para votar. El rechazo al convenio colectivo respaldado por los sindicatos ganó por 40 votos.

Al día siguiente, los trabajadores llamaron a la continuación de la huelga y más protestas en toda la región. Estos continúan hasta el día de hoy. Los huelguistas han recibido un amplio apoyo entre los trabajadores de toda la región y la simpatía de las masas en toda España. Los trabajadores han logrado recaudar fondos de huelga para continuar con el paro.

Esta es una ofensiva significativa de un sector pequeño, pero militante de la clase obrera, que está mostrando disposición a oponerse a la burocracia sindical para luchar contra los empleadores. Tras años de repetidas traiciones por parte de CCOO y UGT, los trabajadores se han organizado de forma independiente en la Plataforma y el Colectivo de Trabajadores SAD.

Como dijo una trabajadora a La Voz de Avilés, “La relación con los sindicatos se rompe porque todo lo que hacen es para obstaculizarnos y no hacer nada, solo piensan en hacerse una foto y marcharse. Hay mal ambiente y mal rollo, por ejemplo, creemos que los servicios mínimos son abusivos...” La trabajadora se refería a los servicios mínimos impuestos por las empresas y sancionados por los sindicatos, en algunos casos del 100 por cien, para romper la huelga.

La perspectiva que domina la Plataforma y el Colectivo de Trabajadoras del SAD, sin embargo, es la de presionar a CCOO y UGT. La Plataforma ahora está tratando de entablar negociaciones con los empresarios, exigiendo que ellos también se sienten junto a los sindicatos en la mesa de negociaciones. Sin embargo, esto todavía deja la iniciativa en manos de las burocracias sindicales.

Los trabajadores solo pueden luchar contra la ruina de los salarios y las condiciones de trabajo sacando la lucha de las manos de CCOO y UGT, incluida la construcción de comités de base independientes y vinculándolos con otros trabajadores en lucha en todo el mundo. Los trabajadores tanto en España como internacionalmente se enfrentan a los mismos problemas fundamentales: la creciente inflación, la austeridad, las políticas de infección masiva por COVID y la guerra de la OTAN contra Rusia.

Esto también requiere una oposición irreconciliable al gobierno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE)-Podemos y sus diversos satélites políticos. Los trabajadores no pueden luchar contra los ataques de la clase dominante a sus salarios presionando a los sindicatos o a Podemos. La inflación y el aumento de los precios de la energía tienen sus raíces en procesos acaecidos durante décadas en los que los sindicatos y sus políticos asociados han sido cómplices: rescates bancarios y corporativos, políticas pandémicas imprudentes y la guerra por delegación contra Rusia. Podemos ha jugado un papel protagonista en todas estas políticas.

Los trabajadores del SAD ya han tenido amargas experiencias con el partido pseudoizquierdista Podemos. En 2019, Yolanda Díaz, ministra de Trabajo de Podemos y líder de facto, prometió incluir a los trabajadores de SAD en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, lo que los clasificaría como enfermeros. Luego se negó a reunirse con los trabajadores del SAD que protestaban fuera de su ministerio.

A medida que aumentan las huelgas entre las enfermeras estadounidenses, en el Servicio Nacional de Salud británico, y los trabajadores de la salud y la atención domiciliaria a nivel internacional, es fundamental unificar estas luchas en oposición a los partidos pseudoizquierdistas como Podemos en la Alianza Internacional Obrera de Comités de Base en un movimiento internacional contra la inflación, la guerra y el sistema capitalista.

(Publicado originalmente en inglés el 8 de septiembre de 2022)

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