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“La empresa quiere a toda costa tapar la situación para que la planta no sea cerrada, nos están matando”

Los trabajadores de maquila exponen un mortal brote de COVID-19 en Matamoros, México

Una trabajadora en la maquiladora de Schumex-Schumacher en Matamoros, Tamaulipas, una ciudad en la frontera mexicana con Brownsville, Texas, le informó al Boletín de los Trabajadores Automotores de WSWS que la manufacturera de cargadores para baterías de carro, con sede en Illinois, los está obligando a trabajar a pesar de un brote de COVID-19 en la planta, que emplea alrededor de 300 trabajadores.

El jueves pasado, Gilberto Blass Camacho, un delegado sindical en la planta, murió por complicaciones respiratorias después de trabajar durante el cierre por un bono de 300 pesos ($13). El viernes, un grupo de trabajadores hizo huelga y se manifestó fuera de la planta exigiendo la publicación de información al respecto y sobre otros casos, así como el cese de la producción.

El sindicato SITPME, que pertenece a la Confederación de Trabajadores de México (CTM), y la gerencia siguen negando que la muerte se debió al COVID-19, apuntando a un resultado negativo falso el 15 de mayo. No obstante, la secretaría de Salud confirmó el viernes que una segunda prueba salió positiva. Según comentarios de su esposa a EnlaceMX, Blass pertenecía a la comisión de salud del SITPME.

“La empresa quiere a toda costa tapar la situación para que la planta no sea cerrada, nos están matando”, comentó la trabajadora de Schumex, quien solicitó anonimidad “ya que estas empresas tienen el poder de mandarnos a una lista negra para no encontrar empleo. La realidad es que todos tenemos miedo de alzar la voz, los despidos están a la orden del día o si no el maltrato hacia nosotros por parte de supervisores y RH [recursos humanos]”.

Explicó que “se detectaron al menos 4 casos de coronavirus en la empresa”, incluyendo una compañera que ha salido positivo en tres ocasiones distinta. “En la empresa no la quieren, la mandaron al IMSS [Instituto Mexicano del Seguro Social] porque en el contrato de Schumex dice que las incapacidades de tres días no las paga la empresa y se consideran ‘falta justificada’, al cuarto día las paga el IMSS”.

Sin embargo, el IMSS “le niega la atención médica argumentando que debió respetar el no salir de casa, por estar trabajando durante la cuarentena”. Su compañera infectada está siendo tratada como una bola de ping-pong, reportó, ya que “la empresa no se hace responsable porque los que apoyaron durante la cuarentena fueron ‘voluntarios’, así que nadie hace nada al respecto y hoy [viernes] desmintió la empresa esta realidad argumentando tener todas las medidas necesarias para evitar el contagio”.

Los trabajadores de Schumex realizaron una huelga el 4 de abril y obligaron el cierre de la planta, indicó. Sin embargo, la empresa y el SITPME acordaron pagarles a los trabajadores solo el 80 por ciento de su salario y reiniciar la producción casi inmediatamente ofreciendo un bono. Luego, Schumex llamó de vuelta a todos los empleados el 4 de mayo, sin importar que hubiera trabajadores con condiciones de alto riesgo como presión alta.

Cuando se le preguntó sobre las condiciones en la planta, señaló: “En la entrada y salida tienen un túnel sanitizante en el cual ha habido accidentes por caídas por el agua que hay en el suelo, producto de los químicos con los que somos rociados mañana y tarde. Ha habido desmayos por parte de operadores ya que estamos usando cubrebocas y nos amenazan con reportarnos si nos los quitamos… En las líneas y cafetería adoptaron unos cartones separando las sillas y mesas”.

Explicó que los trabajadores que se han rehusado a trabajar, citando el decreto oficial del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador que supuestamente atrasó la reapertura de fábricas hasta el 1 de junio, están siendo despedidos y puestos en listas negras. “Tenemos que presentarnos a trabajar porque hubo compañeros que quisieron hacer válido el decreto dejando de asistir y fueron despedidos”.

Tales experiencias se están volviendo comunes en cada vez más plantas de Matamoros, y la mayoría de las maquiladoras planean reabrir la semana siguiente.

Las denuncias en los grupos de redes sociales ya abundan. El jueves, por ejemplo, un trabajar de Spellman High Voltage Electronics reportó, “Nos acaban de informar que una persona de planta 4 dio positivo en COVID-19, que la persona se fue el 12 de mayo y hasta ahorita nos van informando, aparte de eso la empresa oculta la información”.

Un trabajador de la planta de cosméticos de Álbea-Cepillos escribió: “Si[guen] los contagios por COVID-19. Esta vez el infectado es Administrativo, por lo cual mandaron a todo el personal de Oficinas a sus casas, caso contrario cuando los infectados fueron los operadores, y siguen haciendo caso omiso a las autoridades de Salud. Repleto el Hospital”.

Hugo López Gatell, el subsecretario de Salud y titular de la respuesta al COVID-19, anunció que las medidas de distanciamiento social y el cierre de actividades no esenciales se levantarían el 1 de junio. Esto será reemplazado por un “sistema de semáforo” en que solo se ordenará el cierre de las actividades no esenciales si la ocupación de los hospitales supera el 65 por ciento en el municipio o si las hospitalizaciones aumentan por dos semanas consecutivas.

La producción de equipo de trasporte (incluyendo ensambladoras y partes automotrices y aeronáuticas), la minería y construcción fueron clasificados como “esenciales” y se les permitió reabrir antes del 1 de junio si la Secretaría de Salud aprueba un formulario de medidas de producción en cada planta. El Gobierno ya permitió levantar todas las restricciones por COVID-19 en 323 municipios supuestamente sin casos dentro ni en las localidades vecinas. Sin embargo, El País reportó que el 67 por ciento de estos ni siquiera ha recibido pruebas y 6 por ciento de hecho han tenido casos positivos.

Al momento de redacción, se reportaban más de 1.300 casos confirmados en el estado de Tamaulipas y 245 muertes, mientras que las cifras en México superan los 66.000 casos y 7.200 muertes. Las infecciones en Tamaulipas están aumentando a un paso acelerado y la mayoría de los casos nuevos se registran en Reynosa y Matamoros, dos centros maquiladores. Más temprano este mes, el secretario de Salud de Baja California anunció que 432 de los 519 muertos confirmados por el virus en el estado eran trabajadores de maquilas. El mes pasado, al menos 18 trabajadores de una fábrica de Lear en Ciudad Juárez murieron, desatando huelgas salvajes y otras protestas.

Los hospitales en Matamoros están abrumados, mientras que la falta de equipos de protección adecuados ha provocado una amplia propagación entre enfermeros y doctores.

La saturación en los hospitales en Ciudad de México, Mexicali, Tijuana, Ciudad Juárez y otros lugares ha resultado en aumentos masivos en las muertes por COVID-19. Los trabajadores infectados regularmente se les rechaza la entrada en hospitales llenos o les permiten entrar cuando es demasiado tarde. Otros mueren en casa. En muchos casos, estas muertes no están siendo contadas en las cifras oficiales del COVID-19, según varios estudios que utilizan certificados de defunción y muertes en exceso.

El jueves, horas después de la muerte del trabajador de Schumex, Blass Camacho, en el Hospital de la Zona 13 en Matamoros, los enfermeros y doctores cerraron el área de tratamiento para el COVID-19 en protesta por la falta de protección, lo que ha causado la muerte de tres compañeros de trabajo y ha infectado a al menos 40 trabajadores de salud.

A fines de abril, Infobae reportó que las autoridades prepararon una fosa común en el municipio de Matamoros, en el cementerio del ejido las Rusias, específicamente para los cuerpos que desborden las funerarias y hospitales.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 25 de mayo de 2020)

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