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La renuncia de Renzi amenaza con tumbar Gobierno italiano

El miércoles, el partido Italia Viva (IV) del ex primer ministro italiano Matteo Renzi renunció al Gobierno del primer ministro Giuseppe Conte. Ayer, se llevaron a cabo conversaciones de emergencia en el Senado, donde la coalición del Movimiento Cinco Estrellas (M5S)-Partido Demócrata (PD) de Conte puede que ya no tenga suficientes votos para sobrevivir a un desafío parlamentario después de la salida de IV. Conte se pronunciará ante el Senado el martes por la mañana para evitar la caída de su Gobierno y nuevas elecciones.

El Gobierno italiano se enfrenta un colapso en medio de la creciente ira de la clase trabajadora por la política asesina de “inmunidad colectiva” impuesta por la élite gobernante ante el COVID-19, y mientras las repercusiones políticas se extienden por todo el mundo tras el asalto fascista al Capitolio de Estados Unidos en Washington el 6 de enero.

El ex primer ministro italiano Matteo Renzi

Italia fue inicialmente el país europeo más afectado por el virus, pero las huelgas salvajes en las plantas automotrices, acereras y de ingeniería italianas obligaron a Conte a adoptar un encierro que redujo el contagio. Desde entonces, la Unión Europea (UE) ha adoptado una política de “inmunidad colectiva” para obligar a los trabajadores a regresar al trabajo y a los jóvenes a las aulas, lo que desde entonces ha provocado una propagación explosiva del virus. En un intento de bajar las tensiones el mes pasado, las federaciones sindicales de Italia realizaron una breve y simbólica huelga nacional de un día.

El miércoles, en su discurso de renuncia, Renzi afirmó que su partido abandonaba el Gobierno para tratar de mejorar la respuesta de Italia a la pandemia. Dijo: “Es mucho más difícil dejar un cargo en el Gobierno que aferrarse al statu quo. Estamos viviendo una gran crisis política, estamos discutiendo los peligros asociados con la pandemia. Ante esta crisis, el sentido responsable es resolver los problemas, no esconderlos”.

La maniobra de Renzi provocó ayer amargas críticas de sus antiguos aliados en el M5S y el PD y llamamientos de los partidos neofascistas Lega y Hermanos de Italia (Fratelli d’Italia) para nuevas elecciones. La Lega y Fratelli actualmente pueden ganar tales elecciones, si se celebraran, en una alianza electoral con el partido Forza Italia de Silvio Berlusconi. La Lega tendría el 23 por ciento de los votos, por delante del PD, y Fratelli el 16 por ciento, por delante del M5S, y Forza Italia el 6 por ciento.

Desde el M5S, el partido principal en la coalición de Conte, el canciller Luigi di Maio calificó la maniobra de Renzi como un “gesto irresponsable” y apeló a los industriales europeos a trabajar “por la redención de Italia”. El fundador del M5S, el comediante Beppe Grillo, también expresó su apoyo a Conte, un profesor de derecho que no es miembro de ningún partido, pero a quien el M5S ha nombrado repetidamente para altos cargos.

Los líderes del PD, el antiguo partido de Renzi, también denunciaron la maniobra de su partido. La subsecretaria del PD, Andrea Orlando, dijo: “Hay 500 muertes por día y una crisis económica descontrolada, pero Italia Viva se ha encargado de provocar una crisis que ha arrojado al país a la incertidumbre y la confusión”.

El ex primer ministro del PD Romano Prodi afirmó complacientemente, casi un año desde que comenzó la pandemia de COVID-19, que estaba empezando a preocuparse por la situación: “Este es el primer día que me ha preocupado mucho. Esto es imposible, dados los problemas que tenemos: el Fondo de Recuperación [fondo de rescate de la UE], los refugiados en Bosnia y Libia y la preparación de la cumbre del G20. … Esta no es una simple renuncia. Es el país el que está renunciando”.

El líder de la Lega, Matteo Salvini, y la líder de Fratelli, Giorgia Meloni, respondieron a la renuncia de Renzi exigiendo que Italia celebrara nuevas elecciones, aunque esto aceleraría el aumento en curso de los contagios de COVID-19. Meloni dijo: “Todos están inventando [excusas] por las que, una vez más, quieren evitar presentarse ante el pueblo italiano en elecciones libres. Es mentira que no podamos realizar una votación. ¡Celebren elecciones de inmediato!”.

Salvini tuiteó: “Advertimos al país que este Gobierno pelearía por todo y pronto se iría a casa. ¿Existe todavía un Gobierno?”. Recalcó que la élite política debería “confiar en el pueblo italiano, devolviéndole su voz”.

Lo que está ocurriendo es una feroz lucha de facciones dentro de la clase dominante italiana, en la que cada facción se presenta ante los trabajadores con falsos pretextos. En realidad, Renzi no se opone a la política de “inmunidad colectiva” de la UE, que ha cobrado más de 80.000 vidas en Italia y 600.000 en toda Europa, como tampoco se dedican los neofascistas italianos a reflejar la voluntad del pueblo. Más bien, están surgiendo amargas divisiones sobre cómo imponer continuas políticas de “inmunidad colectiva” y de austeridad en medio de un colapso político acelerado en todos los principales países de la OTAN.

El 17 de diciembre, Renzi publicó una carta abierta en el Corriere della Sera exponiendo sus críticas al gobierno de Conte. Principalmente planteó diferencias sobre cómo gastar los 209.000 millones de euros asignados a Italia en el fondo de rescate empresarial de 750.000 millones de euros de la UE adoptado en medio de la pandemia de COVID-19 y críticas a la orientación geoestratégica del Gobierno de Conte.

Renzi comenzó destacando su visión pesimista de la crisis política provocada por el manejo asesino de la pandemia por parte de la UE. Dando a entender que la retórica oficial que culpaba falsamente a los trabajadores por el crecimiento explosivo del virus ya no tenía ninguna credibilidad, Renzi escribió:

Esos 200.000 millones de euros son nuestra última oportunidad. Como señala astutamente [el exdirector del Banco Central Europeo] Mario Draghi, “El problema es peor de lo que parece, y las autoridades deben actuar con urgencia”. La situación es grave, primer ministro. Tenemos la mayor cantidad de muertes por COVID en Europa. Es inútil mantener la retórica de “Todo va bien”. ... No debemos hacer sentir culpables a los ciudadanos que han seguido con disciplina las instrucciones del Gobierno, sino reflexionar sobre lo que no ha funcionado bien...

Pidiendo gastar las subvenciones de la UE en donaciones para “empleos verdes” e industrias de alta tecnología como inteligencia artificial, robótica y dispositivos conectados al “Internet de las cosas”, dijo que el gasto en salud italiana debería provenir de una “asignación adicional de € 36 mil millones del Mecanismo Europeo de Estabilidad”. Sin embargo, el gobierno de Conte ha rechazado esto hasta ahora, ya que permitiría a la UE desplegar monitores financieros de la “troika” (UE-BCE-FMI) en Italia para hacerse cargo del presupuesto estatal, como ocurrió en Grecia después de la crisis económica de 2008.

Renzi también exigió una mayor participación en la política exterior, donde el Gobierno de Conte ha cultivado lazos con Moscú y firmó un memorando de entendimiento para participar en los proyectos de infraestructura de la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China. El escribió:

Decidamos juntos el lugar de Italia en el nuevo mundo de la América de Biden y la nueva Europa. Y cómo posicionarnos ante los grandes desafíos del Acuerdo de Paz de Abraham [de EE.UU. y Emiratos Árabes Unidos] y el siglo asiático. Vamos a África para crear desarrollo y cooperación, no con la retórica de los decretos de seguridad de su primer Gobierno. Y tenemos un cierto papel en el Mediterráneo, donde en los últimos años nuestra presencia se ha vuelto menos palpable, y el impacto de Rusia y Turquía es más fuerte”.

El propio Renzi tiene poco apoyo, IV solo tiene el 3 por ciento de los votos y no está claro qué espera lograr. Algunos editorialistas han especulado que simplemente buscará impulsar una negociación más fuerte y obtener más influencia en un nuevo acuerdo gubernamental con Conte, aunque los funcionarios del M5S dijeron anoche que Renzi “ya no es un interlocutor” con el que hablarían. También existe la posibilidad de que su maniobra acabe en nuevas elecciones y la llegada al poder de los neofascistas.

Tras el golpe del 6 de enero en Washington, hay una creciente actividad política en los círculos de extrema derecha en toda Europa. El partido fascista Vox de España, que todavía apoya a Trump y aplaude a los oficiales del ejército fascista español que piden un golpe y el asesinato en masa de “26 millones” de personas en España, se están reuniendo hoy en Barcelona con Meloni, de Fratelli d'Italia, y Grover Norquist, un oponente de impuestos del Partido Republicano de Estados Unidos.

Lo que es evidente, sin embargo, es que ninguna de estas fuerzas reaccionarias habla a favor de la creciente oposición a las políticas de “inmunidad colectiva”, los niveles insostenibles de desigualdad social y la guerra que existe contra la clase trabajadora italiana e internacional. El camino a seguir es la construcción de un movimiento socialista e internacionalista en la clase trabajadora y la preparación de huelgas políticas generales a nivel internacional contra las políticas de “inmunidad colectiva” y la amenaza del autoritarismo.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 15 de enero de 2021)

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