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Línea de tiempo del desastre de COVID-19 en la industria de la carne: cómo conspiró la clase gobernante para mantener las plantas abiertas

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Dos revelaciones la semana pasada destaparon una vasta conspiración de la élite gobernante, tanto de los demócratas como los republicanos, para mantener las plantas de envasado de carne abiertas a la fuerza durante la pandemia de COVID-19.

La semana pasada, el grupo de defensa del consumidor Food and Water Watch presentó una demanda acusando a Smithfield Foods, una importante empresa productora de carne de cerdo y procesadora de alimentos, de atizar falsamente los temores de los consumidores sobre la escasez de carne durante la pandemia para mantener sus operaciones a plena capacidad. El grupo de defensa proporcionó evidencia de que Estados Unidos, de hecho, nunca estuvo en peligro de quedarse sin carne. Según el grupo, el país pudo haberse abastecido con la carne almacenado en los supermercados durante varios meses sin producción.

Tres trabajadores de Tyson Foods fallecieron en su planta procesadora de carne de cerdo después de contraer coronavirus. La empresa presuntamente mintió para mantenerlos trabajando durante un brote (AP Photo/Charlie Neibergall)

La segunda revelación consiste en un conjunto de documentos, incluyendo emails de altos funcionarios del Gobierno de Trump, el Departamento de Agricultura (USDA) y varios gobernadores estatales, solicitados por el bufete Public Justice. Los documentos revelan, entre otras cosas, que el secretario de Agricultura, Sonny Perdue, y el personal del USDA y la oficina del vicepresidente intentaron prevenir que los Gobiernos estatales cerraran temporalmente las plantas frigoríficas para controlar la propagación del virus.

Estas revelaciones ponen evidencian la manera en que la élite gobernante, asistida e incitada por el sindicato United Food and Commercial Workers Union (UFCW), conspiró para mantener las plantas de envasado de carne abiertas. A continuación sigue una línea de tiempo de estos eventos, detallando cómo estas decisiones resultaron en la muerte de cientos de trabajadores del sector de la carne y miles de muertes relacionadas en todo EE.UU.

21 de enero 2020

Los CDC confirman el primer caso de COVID-19 en EE.UU.

Principios de marzo de 2020

A medida que se publican en línea los resultados de las pruebas de COVID-19, la cantidad de casos documentados en los EE.UU. aumenta de menos de 100 a más de 200,000. No es hasta aproximadamente el 14 de marzo que comienzan los cierres generalizados en los Estados Unidos.

20 de marzo 2020

Numerosas plantas empacadoras de carne en todo el país, incluyendo la planta de Smithfield en Sioux Falls (responsable del 5 por ciento de la producción de carne de cerdo en el país), anuncian que no cerrarán incluso cuando se estén implementando cierres de lugares de trabajo en todo el país.

26 de marzo 2020

Smithfield Foods confirma su primer caso positivo de COVID-19. Más tarde se reveló que las plantas empacadoras de carne en todo el país también estaban comenzando a confirmar sus primeros casos de COVID-19 a finales de marzo.

Principios de abril 2020

Los funcionarios de Smithfield, en colaboración con los funcionarios estatales de Dakota del Sur, mantienen en secreto el creciente número de casos positivos de COVID-19 entre los empleados de Smithfield Food.

Para el 8 de abril, el Departamento de Salud de Dakota del Sur publica estadísticas que muestran que más de 80 trabajadores de Smithfield Foods en Sioux Falls dieron positivo por el coronavirus, menos de dos semanas después de que se informó el caso inicial. La instalación es ahora el punto caliente más grande de la ciudad.

En una conferencia de prensa celebrada el mismo día, la gobernadora Kristi Noem afirma: “Creemos que el empleador está tomando las medidas adecuadas” con respecto a Smithfield.

9-12 de abril 2020

Bajo una inmensa presión pública, Smithfield opta por cerrar durante tres días para limpiar y desinfectar la planta. Para el 11 de abril, los casos confirmados en Smithfield superan los 230, convirtiéndose en foco de contagio más grande del estado. El gobernador Noem se ve obligado a pedirle a Smithfield que cierre la instalación durante dos semanas.

Mientras tanto, se está desarrollando una situación similar en la planta de procesamiento de cerdo más grande de Estados Unidos, de Tyson en Waterloo, Iowa.

El 12 de abril, en una sola noche, casi dos docenas de trabajadores son enviados a la sala de emergencias por síntomas de COVID-19. Según una demanda presentada por el hijo de un trabajador de Waterloo que luego murió de COVID-19, solo cuatro días después, “los funcionarios de la compañía Tyson negaron públicamente un brote de COVID-19 en las instalaciones de Waterloo”.

Las condiciones de trabajo en la planta son tan malas, con trabajadores apiñados hombro con hombro en condiciones antihigiénicas, que el alguacil local declaró más tarde que estaba “[sacudido] hasta la médula” después de visitar la planta.

15 de abril 2020

Smithfield se convierte oficialmente en el foco de contagio de coronavirus más grave del país a medida que los casos vinculados a la planta superan los 640.

También el 15 de abril, de acuerdo con los documentos de Public Justice recientemente publicados, un ejecutivo de Perdue Farms, una de las compañías procesadoras de carne de cerdo más grandes de los EE.UU., envía un correo electrónico al exdirector de los CDC, Robert Redfield, para agradecerle a la agencia por ofrecer “contactar” a los departamentos de salud locales.

El correo electrónico dice, en parte: “Creo que ayudaría a enfrentar parte de la ansiedad por la salud que existe, en lo que respecta al procesamiento de carne. ... Necesitamos que nuestras autoridades locales de salud pública hagan todo lo posible para mantener la cadena de suministro de alimentos en funcionamiento y, al mismo tiempo, garantizar la salud y la seguridad de los empleados”.

La comunicación de Perdue con Redfield es “un nivel [de intervención] que no habíamos visto antes”, según Adam Pulver, abogado de Public Citizen. “Es preocupante pensar que los CDC tomarían decisiones basadas en los objetivos de la industria porcina de permanecer abierto, no en la salud pública”.

20 de abril 2020

La planta de Smithfield en Sioux Falls finalmente se ve obligada a cerrar. El mismo día, Augustin Rodríguez, de 64 años, se convierte en la primera muerte de COVID-19 conocida en Smithfield. Trabajó en Smithfield Foods durante dos décadas en el departamento de cortes de carne de cerdo.

Mientras tanto, la gobernadora Kim Reynolds dice que no le ordenará a Tyson que cierre su planta de Waterloo.

A lo largo de este mes, tanto en Waterloo como en Sioux Falls, a los empleados se les ofreció un “bono de responsabilidad” de $500 por no perder un día de trabajo, en el peor momento de la propagación del virus en las plantas.

Las condiciones en Waterloo y Sioux Falls continúan desarrollándose en las instalaciones de envasado de carne en todo el país en los meses que siguen.

21 de abril 2020

En respuesta al cierre de la planta de Smithfield, el director ejecutivo Kenneth M. Sullivan emite un comunicado advirtiendo sobre la escasez de carne. Dice en parte: “El cierre de esta instalación, combinado con una lista cada vez mayor de otras plantas de proteínas que se han cerrado en toda nuestra industria, está empujando a nuestro país peligrosamente cerca del límite en términos de nuestro suministro de carne”.

28 de abril 2020

El presidente Trump declara que las plantas procesadoras de carne son “infraestructura crítica”, en un esfuerzo por garantizar que las instalaciones en todo el país permanezcan abiertas bajo el pretexto de una inminente escasez de carne de cerdo y pollo.

Trump afirma que los recientes cierres de las instalaciones de procesamiento de carne “amenazan el funcionamiento continuo de la cadena de suministro nacional de carne de res y de aves de corral, socavando la infraestructura crítica durante la emergencia nacional''.

Además de la acción ejecutiva, que se tomó bajo la Ley de Producción de Defensa, el Departamento de Trabajo y OSHA emiten una “guía” que proporcionaría protección a las empresas de cualquier responsabilidad legal por operar en medio de brotes.

La reapertura de la industria de la carne sería ahora una operación autorizada por el Estado. Las empresas recibirían una protección total por cualquier muerte de trabajadores asociada con las reaperturas.

30 de abril 2020

Según los documentos de Public Justice, el USDA considera tomar medidas en virtud de la Ley de Producción de Defensa para ordenar la reapertura de las instalaciones de procesamiento de carne.

Dos días después de que se firmó la orden ejecutiva, Steve Censky, el exsubsecretario del USDA, escribe al personal del USDA pidiendo más información sobre el cierre de plantas “para que podamos tomar una determinación de si necesitamos emitir una orden bajo la DPA para la planta e informar a los funcionarios estatales y locales de dicha acción”.

“Mientras que debemos seguir tratando de trabajar en cooperación con las plantas y los funcionarios estatales/locales para lograr una resolución sin la necesidad de que emitamos una orden, los cierres indefinidos y de dos semanas no cumplen con esa prueba y son inaceptables”, escribe Censky.

Según la Red de Informes de Alimentos y Medio Ambiente (FERN), los puntos de conversación internos preparados para Perdue el 29 de abril en preparación de la orden ejecutiva muestran que la agencia estaba preparada para emitir una orden de la Ley de Producción de Defensa para mantener abiertas las plantas.

Uno de los pasos que se tomarán en virtud de la orden ejecutiva es “ordenar que las plantas de procesamiento de carne de res y de aves de corral reabran y reanuden sus operaciones de inmediato”.

2 de mayo 2020

En respuesta directa a la acción ejecutiva de Trump, los funcionarios de Smithfield anuncian que la instalación reabrirá parcialmente. A estas alturas, el brote de Sioux Falls Smithfield ha infectado a 853 de sus más de 3.500 empleados.

7 de mayo de 2020

United Food and Commercial Workers (UFCW) respalda con todo su peso la decisión de reabrir las plantas. El presidente de Sioux Falls Local UFCW, BJ Motley, declara: “Smithfield está haciendo todo lo posible por los empleados y su seguridad. Estamos con Smithfield para que esta planta vuelva a abrir”.

21-22 de mayo 2020

El USDA emite un informe el 21 de mayo, que indica que la cantidad de carne en almacenamiento en refrigerador en realidad aumentó con respecto a los niveles informados un año antes, según documentos recientemente desenterrados de la demanda de Food and Water Watch contra Smithfield.

El 22 de mayo, el Servicio Agrícola Exterior del USDA publica su informe semanal sobre las exportaciones de carne que señala que las exportaciones de carne de cerdo aumentaron notablemente con respecto a la semana anterior y un 36 por ciento con respecto al promedio de las 4 semanas anteriores. Los informes muestran que había 2,455 millones de libras de carne de vaca, cerdo, pollo y pavo en cámaras frigoríficas en abril de 2020, un 2,1 por ciento más que los niveles de abril de 2019.

En otras palabras, la invocación de Trump de la Ley de Producción de Defensa, que fue apoyada por el Partido Demócrata, se basa en una mentira. Estados Unidos nunca estuvo cerca de quedarse sin suministros de carne. Más bien, estas acciones se tomaron para proteger las ganancias de las empresas empacadoras de carne.

Principios de julio 2020

Los brotes continúan extendiéndose como la pólvora entre los trabajadores de las empacadoras de carne en todo el país.

El Departamento de Salud de Arkansas informa que hay más de 3,300 casos confirmados de COVID-19 entre los trabajadores de empacadoras de carne en el estado. En Tyson, cuya sede se encuentra en Springdale, Arkansas, el 13 por ciento de la fuerza laboral ha contraído el virus. En todo el estado, hay 158 trabajadores avícolas hospitalizados y 18 muertos. El total para el estado es de más de 32,500 casos y 357 muertes.

Durante las dos primeras semanas de julio, cientos de trabajadores de empacadoras de carne realizaron una huelga salvaje en la planta de procesamiento de carne de vaca JBS en Greeley, Colorado, el lugar de trabajo más mortífero del estado, con al menos ocho muertes por COVID-19 y 287 trabajadores que dieron positivo.

La oposición a las mortales órdenes de “regreso al trabajo” encabezadas por la Administración de Trump y apoyadas por los demócratas está aumentando entre todos los sectores de trabajadores, incluyendo los trabajadores automotores y de la salud.

10 de septiembre 2020

OSHA anuncia que está multando a Smithfield Packaged Meats Corporation con $13,494 por “no proteger a los empleados de la exposición al coronavirus”, dice un comunicado de prensa. La multa es la cantidad máxima permitida por la ley.

2 de octubre 2020

Una investigación de South Dakota News Watch revela que los CDC le dieron a Smithfield un paquete de recomendaciones “diluidas”.

Según la investigación, los CDC emitieron un informe sobre el brote de COVID-19 en la planta de Smithfield Foods en Sioux Falls, pero luego se retiró para volver a publicarlo con recomendaciones de seguridad para los trabajadores menos estrictas. El primer informe estaba fechado el 21 de abril de 2020 e incluía 15 páginas de recomendaciones para mejorar la seguridad. El segundo informe, publicado al día siguiente, incluyó muchas de las mismas recomendaciones, pero con un lenguaje adicional que indica que las mejoras de seguridad eran “discrecionales y no necesarias”.

Noviembre de 2020

Charles Taylor de la Universidad de Columbia y Christopher Boulos y Douglas Almond de la Universidad de Chicago publican un estudio que muestra que los brotes en las plantas empacadoras de carne fueron responsables de casi el 8 por ciento de todos los casos de COVID-19 en los Estados Unidos durante los primeros meses de la pandemia.

Los investigadores encontraron que para el 21 de julio, los residentes de condados con plantas empacadoras de carne tenían una tasa de infecciones 51 por ciento más alta y un aumento del 37 por ciento en las tasas de mortalidad. El estudio también encontró que las instalaciones de procesamiento de carne que recibieron exenciones del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) para aumentar la velocidad de las líneas de producción llevaron a más casos en todo el condado.

19 de noviembre 2020

Isidro Fernández presenta una demanda por homicidio culposo acusando a los principales ejecutivos de Tyson de ser responsables de la muerte de su padre Oscar Fernández, quien trabajaba en la planta de Waterloo de la empresa. La demanda alega, entre otras cosas, que el gerente de la planta de carne de cerdo más grande de Tyson en EE. UU. organizó un grupo de apuestas con supervisores y gerentes para apostar cuántos empleados se infectarían con el coronavirus.

La denuncia también argumenta que la alta dirección estaba al tanto de la propagación del virus en toda la planta y otras instalaciones en todo el país, pero mintió al público y a los trabajadores, alegando que no se había producido ninguna infección.

10 de junio 2021

Bajo la Presidencia de Biden, OSHA, una división del Departamento de Trabajo de EE. UU., pública nuevas reglas aparentemente creadas para proteger a los trabajadores vulnerables del virus. Sin embargo, las reglas, que incluyen la obligación de garantizar una distancia de seis pies entre los trabajadores, así como el tiempo libre remunerado “para vacunarse y recuperarse de cualquier efecto secundario”, solo se aplican en el sector de salud y excluyen a todos los demás trabajadores esenciales.

* * *

La experiencia en la industria de envasado de carne y procesamiento de alimentos durante la pandemia de COVID-19 es una de las expresiones más crudas de la crueldad y la insensibilidad de toda la élite política hacia la clase trabajadora. Cientos de trabajadores empacadores de carne murieron como resultado de estas acciones. Miles, si no decenas de miles de casos y muertes adicionales de COVID-19 están relacionados con la reapertura forzada de estas plantas e instalaciones. Todas esas enfermedades y muertes se pudieron prevenir.

Existe una oposición masiva entre los trabajadores de la industria empacadora de carne que han sufrido las consecuencias de la respuesta de la clase dominante hacia la pandemia.

Sin embargo, lo que la experiencia del último año y medio expone ante todo es que los trabajadores empacadores de carne, como todos los trabajadores, enfrentan enemigos feroces, no solo con los patrones corporativos y la élite política, sino también con el UFCW y otros sindicatos, que sirven las grandes empresas, no los trabajadores. Si se va a librar una lucha para defender tanto las vidas como los medios de subsistencia de la clase trabajadora, los trabajadores necesitan nuevas organizaciones, independientes de los sindicatos y de ambos partidos políticos.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 30 de junio de 2021)

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