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La pandemia de COVID-19, el regreso de la lucha de clases y las tareas del Partido Socialista por la Igualdad de Alemania

Manifestación de Verdi en el Tiergarten de Berlín [Foto:WSWS]

El Sozialistische Gleichheitspartei (Partido Socialista por la Igualdad, SGP), la sección alemana del Comité Internacional de la Cuarta Internacional, celebró su congreso del 19 al 22 de noviembre. Publicamos aquí la resolución adoptada por unanimidad por parte de los delegados. El nuevo comité nacional eligió a Christoph Vandreier director y a Dietmar Gaisenkersting vicedirector del SGP. Ulrich Rippert, director del partido durante muchos años, fue elegido director honorario por el comité nacional, y Johannes Stern fue elegido editor y editor en jefe de la edición en alemán del World Socialist Web Site .

* * *

1. El congreso del partido Sozialistische Gleichheitspartei (Partido Socialista por la Igualdad, SGP) está teniendo lugar en condiciones extraordinarias que requieren un desarrollo decisivo de nuestro trabajo político. Hace dos años, en base a un repaso de la historia del movimiento trotskista, sacamos la conclusión de que este había entrado en la quinta fase de su historia. Esta está caracterizada por la intersección del programa y los principios del Comité Internacional de la Cuarta Internacional (CICI) con un nuevo recrudecimiento revolucionario de la clase trabajadora mundial. En estas condiciones, las propias intervenciones del partido son un elemento decisivo del desarrollo objetivo y asumen la mayor importancia. Esto es evidente respecto a todos los asuntos políticos importantes.

La pandemia y la lucha por eliminar el COVID-19

2. Desde que empezara la crisis, el World Socialist Web Site y el CICI han considerado a la pandemia un acontecimiento desencadenante que acelera enormemente la crisis económica, social y política ya avanzada del sistema capitalista mundial.

3. El estallido de la pandemia se produjo en un período ya caracterizado por una desigualdad social enorme, el giro de la clase dirigente hacia formas de gobierno autoritarias y el crecimiento del militarismo imperialista que evoca la amenaza de una tercera guerra mundial. El virus no entiende de fronteras nacionales; todos los países se ven sacudidos por los mismos conflictos sociales y políticos. Esta crisis mundial, que ya se ha cobrado la vida de millones de personas, necesita una solución global.

4. Después de casi dos años desde el estallido de la pandemia, más de 5 millones de personas han sido víctimas oficialmente del virus —más de 1,3 millones de ellas en Europa y casi 100.000 en Alemania. Tales cifras no tienen precedente excepto en tiempos de guerra, y la verdadera cifra de muertos es mucho mayor. Según un rastreo de mortalidad excesiva compilado por el Economist, la cifra real de muertos en todo el mundo es de 16,7 millones de personas, más o menos la misma que en la Primera Guerra Mundial. Cada mes, casi 200.000 personas mueren de COVID-19.

5. En medio de esta oleada de muerte masiva, los gobiernos del mundo están dando por terminada la pandemia y están aboliendo las medidas protectoras que iban quedando —con consecuencias desastrosas. Con su decisión de poner fin a la “situación epidémica” designada, el gobierno federal alemán saliente y el entrante están provocando una situación que empequeñece hasta la catástrofe del invierno pasado. El director de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para Europa, Hans Kluge, advierte de que podría haber 500.000 muertes más por coronavirus en Europa en apenas tres meses.

6. Tras las políticas de muerte, que el gobierno alemán está imponiendo a toda Europa, hay intereses políticos y económicos definidos. La clase gobernante quiere arrancarle a la clase trabajadora las enormes sumas que fluyeron hacia los grandes bancos y corporaciones en los así llamados paquetes de rescate por el coronavirus en la primavera de 2020. Otro factor tras la política despiadada de infecciones masivas deliberadas es la ambición geoestratégica y económica del imperialismo alemán. Berlín ve la pandemia como una oportunidad para organizar a la Unión Europea (UE) de manera aún más fuerte bajo el liderazgo alemán y posicionarse contra sus rivales internacionales. Se propone “asegurarse de que Europa salga fortalecida económicamente de la pandemia en base a finanzas públicas sólidas y sostenibles”, como afirma el texto exploratorio de la coalición “semáforo” —que abarca al Partido Socialdemócrata (SPD), a los Verdes y a los Demócratas Liberales (FDP). Ello requeriría “mayor cooperación entre los ejércitos nacionales europeos” y un mejor equipamiento para la Bundeswehr (Fuerzas Armadas).

7. El WSWS y el CICI han hecho hincapié en que la lucha contra la pandemia no es solo un asunto médico. Como la lucha contra la desigualdad social, la guerra y la dictadura, esta requiere la intervención política independiente de la clase trabajadora en base a un programa socialista.

8. Hemos hecho una comparación con la Primera Guerra Mundial, la cual, después de estallar en agosto de 1914, se desarrolló con un impulso aún más terrible. La muerte pasó a considerarse algo normal, cada vez se enviaba a más jóvenes al frente, quienes eran consumidos como “material humano”. La guerra no pudo ser acabada, a pesar del sufrimiento, porque los intereses geopolíticos y económicos de los belicistas capitalistas hicieron imposible una solución pacífica. Para poner fin a la guerra, tuvo que movilizarse la clase trabajadora de todos los países beligerantes en base a un programa socialista revolucionario. Esta era la perspectiva de Lenin y Trotsky, que encontró una poderosa confirmación en la Revolución de Octubre de 1917 en Rusia, cuando la clase trabajadora derrocó al régimen burgués y asumió la conducción de la sociedad.

9. Como la lucha contra la guerra, la lucha contra la pandemia es un asunto de clase y revolucionario. En nuestro llamamiento electoral para las elecciones federales, declaramos: “La lucha por contener la pandemia se está volviendo una lucha de clases, que está mostrando cada vez más claramente que las dos principales clases de la sociedad, la clase capitalista y la clase trabajadora, tienen intereses irreconciliables”.

10. La línea divisoria entre las estrategias de control de la pandemia ha sido destacada por el WSWS en dos importantes webinarios con científicos de prestigio mundial. La clase capitalista está aplicando o bien la estrategia de la “inmunidad colectiva” —es decir, el contagio abierto— o bien una contención limitada, conocida como mitigación. Ambas estrategias equivalen a la infección masiva de la población con el virus e implican que millones de personas mueran de una muerte evitable o que sufran consecuencias a largo plazo en su salud año tras año.

11. En contraste con la política oficial de muerte masiva y miseria social, luchamos en la clase trabajadora por la eliminación global del SARS-CoV-2 para salvar vidas. Esta política socialista incluye: ¡El confinamiento inmediato de todas las escuelas y los negocios no esenciales hasta que la pandemia esté bajo control! ¡Sueldo entero a todos los trabajadores afectados, así como asistencia real a los autónomos y apoyo abarcador a los hogares pobres! ¡Un programa de vacunación coordinado a escala global en vez del nacionalismo y la venta agresiva de vacunas!

El SGP apoya la iniciativa de la junta editorial internacional del WSWS por una Investigación Global de los Trabajadores, una pesquisa internacional por parte de los trabajadores de la pandemia de coronavirus. Movilizaremos todas nuestras fuerzas para desarrollar esta iniciativa y desvelar los crímenes cometidos por la clase gobernante en la pandemia durante los dos últimos años. Paralelamente, fortaleceremos la lucha por la implementación de las medidas científicamente necesarias para eliminar el SARS-CoV-2 a nivel mundial.

Ello requerirá, por sobre todas las cosas, el desarrollo de comités de base por una educación y lugares de trabajo seguros. La lucha contra la pandemia tiene que ser llevada a las escuelas y los lugares de trabajo mediante el desarrollo de una campaña coordinada globalmente. A este fin, el CICI ha establecido la Alianza Obrera Internacional de Comités de Base (IWA- CB ). Esto hará de núcleo central para coordinar las luchas globales de la clase trabajadora para acabar con la pandemia y salvar millones de vidas. Su desarrollo debe ir de la mano con la construcción del SGP y el CICI como liderazgo socialista de la clase trabajadora para vincular la lucha contra la pandemia con la lucha contra la desigualdad social, la guerra, la dictadura y el sistema capitalista.

La lucha contra el cambio climático

12. En la lucha contra el cambio climático, la humanidad se confronta con los mismos desafíos fundamentales que en la pandemia. Como el coronavirus, los gases de efecto invernadero no entienden de fronteras nacionales. En los crecientes desastres naturales de los últimos años —como las inundaciones devastadoras de este verano que mataron a cientos de personas en Alemania— es patente la indiferencia de la élite gobernante ante la vida humana y el futuro de todo el planeta.

13. La cuestión del clima, como todas las cuestiones sociales importantes —la desigualdad social, la pandemia de coronavirus, el extremismo ultraderechista, la política para los refugiados y la guerra— es un asunto de clase. Y requiere una respuesta internacional. Tal respuesta es incompatible con el capitalismo, que se basa en la maximización de las ganancias y la competencia entre Estados-nación y que se burla de las advertencias de los científicos.

La tarea del SGP es orientar la lucha contra el cambio climático hacia la clase trabajadora. Esta es la única fuerza social con un interés fundamental en transformar la sociedad para satisfacer las necesidades sociales, no la ganancia privada. Los Jóvenes y Estudiantes Internacionales por la Igualdad Social (JEIIS, o IYSSE en inglés) fortalecerá sus esfuerzos por ganar influencia entre aprendices, alumnos y otros sectores de la juventud obrera. El IYSSE interviene en manifestaciones de masas —tal como sobre el cambio climático— para aclarar asuntos fundamentales de perspectiva política dentro de una nueva generación de jóvenes que se está radicalizando hoy. Desarrollar una respuesta socialista a la crisis climática requiere una polémica constante contra los Verdes y corrientes pseudoizquierdistas que buscan subordinar el movimiento climático a los intereses del capital financiero en base a las políticas de protesta.

El regreso de la lucha de clases y la construcción de Comités de Base

14. Las condiciones objetivas para la revolución socialista mundial están bien avanzadas. A principios del 2020, el Comité Internacional declaraba en su Declaración de Año Nuevo que la década de 2020 será una década de revolución social. Este pronóstico se basaba en un análisis de la avanzada crisis social y política del sistema capitalista. Los acontecimientos ocurridos desde entonces han confirmado plenamente este análisis.

15. Se está gestando una resistencia explosiva entre los trabajadores y los jóvenes de todo el mundo contra las políticas hacia la pandemia de la clase gobernante y los ataques aparejados al empleo y el salario. En la primavera de 2020, una ola de huelgas espontáneas en fábricas automotrices, manufactureras y de alimentos clave en América del Norte y Europa obligó a los gobiernos capitalistas a imponer los primeros confinamientos. En el otoño de 2020, hubo protestas contra las políticas de reapertura, incluyendo huelgas en escuelas en Grecia, Francia y Alemania.

16. Ahora, de nuevo se están produciendo huelgas y manifestaciones en todo el mundo contra las muertes masivas y los ataques al empleo y el salario. En todas partes, los gobiernos y las empresas, con la ayuda de los sindicatos, están usando la pandemia de coronavirus para imponer ataques históricos. En Alemania, la clase dirigente está planificando un ataque frontal total. Especialmente en el sector industrial, que representa el 31 por ciento de todos los empleos (en Gran Bretaña, Francia y los EEUU, es cerca del 20 por ciento), un enorme levantamiento es inminente. Solo en la industria automotriz, se prevé recortar medio millón de empleos.

17. Los trabajadores ya no están dispuestos a aceptar esto sin luchar. En los EEUU, el centro del capitalismo mundial, la mayor ola huelguística en décadas está teniendo lugar actualmente. Las elecciones federales alemanas también tuvieron lugar bajo la presión de numerosas huelgas y protestas. Dos rasgos, previstos desde hace mucho tiempo por el CICI, caracterizan estas luchas de clases: se han internacionalizado a un nivel antes inimaginable y se está desarrollando como un movimiento mundial coherente; y están adoptando la forma de una rebelión contra los sindicatos patronales.

18. En esta situación, la intervención de nuestro partido se está volviendo cada vez más el factor decisivo en el desarrollo de la lucha de clases. En mayo, el CICI y sus Partidos Socialistas por la Igualdad afiliados iniciaron la Alianza Obrera Internacional de Comités de Base para crear un “marco para nuevas formas de organización de base independiente, democrática y militante de trabajadores en fábricas, escuelas y lugares de trabajo a escala internacional”. Esta iniciativa está ahora siendo asumida por los trabajadores que han formado comités de base en los EEUU —por ejemplo, en Volvo Trucks, en Dana y John Deere. Aquí en Alemania, docentes, educadores y padres y chóferes de autobús han formado los primeros comités de base por lugares de trabajo y educación seguros.

Ahora hay que llevar adelante esta ofensiva. Es el deber del partido orientar políticamente y dirigir políticamente a los trabajadores en lucha. No solo hemos comentado sino que también hemos intervenido activamente en las huelgas y manifestaciones de los trabajadores aeroportuarios de WISAG, maquinistas de tren, enfermeras, repartidores de Gorillas y trabajadores automotores. Hemos argumentado para una ruptura política y organizativa con los sindicatos nacionalistas y hemos aclarado pacientemente asuntos clave de orientación y perspectiva política. Para desarrollar una red de comités de base independientes y construir la IWA- CB a nivel internacional, hay que construir el SGP y el CICI como la dirección socialista de la clase trabajadora”.

La lucha contra el militarismo y la guerra

19. Sobre todo, la pandemia ha agravado también la amenaza de la guerra. El gobierno estadounidense no solo acusa a China de ser responsable de la pandemia, sino que también se está preparando cada vez más directamente para un conflicto militar con las potencias nucleares Rusia y China. Las potencias europeas también están usando la crisis para seguir armándose.

20. Las contradicciones del capitalismo mundial, que la clase dirigente intentó resolver el siglo pasado mediante la guerra y el fascismo, se están concentrando de nuevo en Alemania. Las guerras comerciales que se intensifican y los conflictos de gran potencia entre EEUU y China le presentan a la burguesía alemana un dilema sin solución. Si se alía con los EEUU contra China, se arriesga a perder su mercado de exportaciones e inversiones en China. Si se opone a los EEUU, se las vería con la mayor potencia militar del mundo y también debería soportar desventajas económicas.

21. El intento por organizar a Europa como “tercera potencia mundial” bajo el liderazgo de Alemania está agravando el conflicto no solo con Washington, sino también con sus “aliados” europeos. El alcance de las tensiones entre las potencias europeas se ve en el Brexit y la disputa por Irlanda del Norte, el conflicto que se intensifica por el pacto AUKUS y los derechos de pesca entre Gran Bretaña y Francia, y las crecientes disputas entre la UE y Polonia y Hungría. La crisis económica, social y política creciente vuelve a traer todos los problemas no resueltos del capitalismo europeo y alemán del siglo XX.

22. El SGP ha preparado a la clase trabajadora para estos acontecimientos. En 2014, publicamos una resolución donde se analizaban las fuerzas impulsoras objetivas del regreso del militarismo alemán y advertía del largo alcance de sus implicaciones. Apenas unos meses después de que el entonces ministro de exteriores y actual presidente federal Frank-Walter Steinmeier (SPD) anunciara en la Conferencia de Seguridad de Munich que Alemania era “demasiado grande y económicamente demasiado fuerte para que comentemos sobre la política mundial solo desde los márgenes”, nosotros escribimos:

La historia vuelve con una venganza. Casi 70 años después de los crímenes de los nazis y su derrota en la Segunda Guerra Mundial, la clase gobernante alemana está adoptando de nuevo las políticas de gran potencia del imperio del Kaiser y de Hitler. ... La propaganda de la era postbélica —que Alemania había aprendido de los terribles crímenes de los nazis, que había “llegado a occidente”, que había adoptado una política exterior pacífica, y que se había vuelto una democracia estable— queda expuesta como mentira. El imperialismo alemán vuelve a mostrar sus verdaderos colores como surgió históricamente, con toda su agresividad doméstica y externa.

23. Desde entonces, lo correcto de esta evaluación ha venido quedando cada vez más claro. La gran coalición aumentó el presupuesto de defensa en casi 20 millones de euros en los últimos ocho años, organizó nuevas misiones de guerra en África y Medio Oriente, desplegó tropas de combate en la frontera rusa y recientemente hasta envió un buque de guerra al Indopacífico. El próximo gobierno federal intensificará más este rumbo de política de gran potencia y de guerra. Los planes para ello se vienen preparando desde hace mucho. En mayo, el ministerio de defensa adoptó los “Pilares para el futuro de la Bundeswehr”, que se proponen preparar al ejército alemán para dirigir grandes conflictos militares, inclusive la guerra nuclear.

La amenaza de una devastadora tercera guerra mundial hace enormemente urgente construir un movimiento antibélico de la clase trabajadora internacional con el objetivo de eliminar la causa de la guerra —el sistema de la ganancia capitalista— y organizar una sociedad socialista global. El SGP trabajará estrechamente con sus organizaciones hermanas del CICI en este esfuerzo. En Europa, estas son el Socialist Equality Party de Gran Bretaña, el Parti de l’égalité socialiste de Francia y el Sosyalist Eşitlik Grubu de Turquía. La lucha contra una recaída en la guerra y la barbarie en el continente está directamente ligada a la lucha por los Estados Unidos Socialist as de Europa.

El peligro derechista y el juicio del SGP contra la Oficina para la Protección de la Constitución (Verfassungsschutz, o servicio secreto)

24. Como en los años ’30, la clase gobernante de todo el mundo está respondiendo a la crisis profunda del capitalismo volviéndose hacia formas autoritarias de gobierno y el fascismo. El programa de contagio masivo deliberado, desigualdad y guerra es incompatible con los derechos democráticos. La intentona golpista de Donald Trump del 6 de enero y la postura cobarde del Partido Demócrata han mostrado que sectores significativos de la burguesía ponen sus esperanzas en las formas autoritarias de gobierno o las toleran. Los planes de Jair Bolsonaro para un golpe en Brasil y las conspiraciones en el ejército español y el francés también son expresión de esto.

25. En Alemania, este desarrollo está particularmente avanzado. Hace cuatro años, cuando el SPD y la CDU (Unión Demócrata Cristiana) negociaban el relanzamiento de la gran coalición a espaldas del pueblo, nosotros lo llamamos el gobierno más derechista desde el fin de los nazis. Esto quedó confirmado en particular durante la pandemia, en la que el gobierno impuso la política agresiva de las “ganancias por encima de la vida”, transfirió cientos de miles de millones a los bancos y grandes empresas, e impuso el rearme masivo de la Bundeswehr.

26. Se hizo del ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) el líder oficial de la oposición y se lo integró en el establishment político. Su programa —ataques sociales, incremento masivo de las atribuciones del Estado a nivel interno y externo y las políticas de la inmunidad de grupo— está siendo aplicado de facto por parte de todos los partidos de gobierno. Como antes con Pegida, se ha movilizado a los posos derechistas con manifestaciones del Querdenker (del tipo de Q Anon) para intimidar a la oposición.

27. Cuán directamente implementa la clase gobernante el programa de la extrema derecha se puede ver también en la política hacia los refugiados. Consiste en el sellado brutal de la “Fortaleza Europa”, el levantamiento de vallas fronterizas y campos cerrados para refugiados, y deportaciones masivas a zonas de guerra del Medio Oriente.

28. Al mismo tiempo, el aparato del Estado protege y fortalece sistemáticamente a redes terroristas extremistas de derechas. El verdadero alcance del NSU neonazi y su estrecha implicación con el aparato de la seguridad del Estado sigue sin aclararse a pesar de que pasaron 10 años de que se lo desvelara y tras el asesinato del presidente de distrito Walter Lübcke por un agresor de la periferia del NSU. Los dirigentes de la red Hannibal y otras redes terroristas derechistas en la Bundeswehr y la policía siguen a sus anchas a pesar de que se descubrieran sus planes homicidas y sus armas, y a pesar de los ataques terroristas ultraderechistas y antisemitas en Halle y Hanau.

29. Como la lucha contra la guerra, la lucha contra el fascismo, incrementar los poderes del Estado y la abolición de derechos democráticos solo puede llevarse a cabo mediante la construcción de un movimiento obrero independiente. A este respecto, la querella del SGP contra el Verfassungsschutz —este mismo, un centro de las confabulaciones ultraderechistas— es de la mayor importancia. Con su ataque al SGP, la élite gobernante ha reconocido que el programa y las ideas de nuestro movimiento tienen el potencial de encontrar un apoyo de masas en la clase trabajadora. El juicio del SGP se ha dado la vuelta. La comparecencia de Ulrich Rippert y Christoph Vandreier ante el Tribunal Administrativo de Berlín el 18 de noviembre de 2021, se coloca en la mejor tradición del movimiento obrero revolucionario alemán.

30. Al declarar que la historia no tiene importancia —dicho de otra manera, que se pueden olvidar los campos de concentración y las cámaras de gas— el tribunal perdió toda legitimidad. Su decisión, esencialmente declarar ilegales los cimientos teóricos y el programa del marxismo, fue otro intento por realizar los objetivos que Bismarck quiso implementar en 1878 y que Hitler proclamó en 1920: la completa destrucción del marxismo.

31. Pero no vivimos en la Alemania de 1878 ni en la de 1933, ni en el mundo del siglo XIX o el XX. El proceso tuvo lugar no tras derrotas masivas de la clase trabajadora, sino bajo condiciones del ascenso de un nuevo movimiento de masas de la clase trabajadora alemana, europea y mundial. En sus acciones ante el tribunal, el SGP ha demostrado su capacidad para dirigir a la clase trabajadora en lucha contra el complot ultraderechista dentro del aparato del Estado.

El SGP expandirá masivamente su ofensiva contra el ataque del Verfassungsschutz y por la defensa de los derechos democráticos. Esto incluye defender a los refugiados así como luchar por la liberación incondicional de Julian Assange y hacer campaña contra la censura al WSWS y otros sitios web izquierdistas, de activistas contra la guerra y socialistas. El amplio apoyo a nuestra querella muestra que después de las experiencias con Bismarck y los nazis, la clase trabajadora no aceptará nuevas leyes antisocialistas.

La lucha contra la coalición “semáforo”

32. Ante la coalición de todos los partidos, la población se ha distanciado del sistema partidista en su conjunto. Esto quedó patente en las elecciones federales. No solo la gran coalición volvió a perder una enorme cantidad de votantes, sino que no hubo ni un solo partido capaz de sacar más de un cuarto de los votos.

33. Con la formación de una coalición semáforo, la clase gobernante planea intensificar las políticas de la gran coalición. Ya desde la campaña electoral, el SPD, los Verdes y el FDP habían anunciado un rearme masivo para la Bundeswehr, que se prevé que sobrepase hasta el objetivo de la OTAN del 2 por ciento del PIB. Además, los partidos anunciaron un rumbo más agresivo contra las potencias nucleares Rusia y China.

34. La primera decisión anunciada públicamente por funcionarios de la coalición fue eliminar gradualmente la designada “situación epidémica”. Esto revertiría todas las medidas para contener la pandemia de coronavirus. Ya no habría límites a las políticas de contagios masivos en interés de las ganancias. Las tasas de incidencia que crecen rápidamente llevarían inevitablemente a hospitalizar a miles de personas y a la muerte de niños y adolescentes.

35. Al mismo tiempo, en su documento exploratorio, los socios de la coalición semáforo no se comprometieron ni a subir el techo de deuda ni a gravar a los ricos. Los cientos de miles de millones que han fluido a los bancos y las corporaciones serán extraídos de la clase trabajadora. Esto es parte de un ataque frontal pleno a la clase trabajadora. Además de los recortes sociales, se están planeando despidos masivos y recortes salariales de proporciones históricas tras el paso a los vehículos eléctricos y otras reestructuraciones.

36. El SPD, que ha sido responsable de la mayor parte de los recortes sociales en los últimos 23 años, trabajará aún más estrechamente con los sindicatos para lanzar el ataque frontal contra los trabajadores. En la industria automotriz, IG Metall está persiguiendo oficialmente el objetivo de “dar forma a la transformación” —es decir, ayudar a recortar empleos. Utilizará a su ejército de dependientes de tienda, representantes en comités de empresa y otros funcionarios para suprimir todo movimiento obrero independiente contra esto.

37. Los Verdes, el partido que junto al SPD organizó las primeras operaciones bélicas de Alemania desde el final de la Segunda Guerra Mundial entre 1998 y 2005 y que lanzó las leyes Hartz que condenaron a millones de personas a la pobreza, están volviendo al gobierno. Los expacifistas se especializan en el uso de frases sobre la protección medioambiental y los derechos humanos y, sobre la base de políticas identitarias, en movilizar a capas acomodadas de la pequeña burguesía en apoyo a duros ataques sociales y un militarismo agresivo.

38. El FDP es una asociación pagada de cabildeo de los bancos y las empresas, con raíces de tipo fascista. Después de la guerra, les ofreció un hogar a varios antiguos miembros del Partido Nazi y de las SS. Hace apenas dos años, su director para el Estado de Turingia, Thomas Kemmerich, fue elegido ministro presidente por la AfD. La repentina amistad entre los Verdes y el FDP personifica la alianza entre estratos acomodados de la clase media y la oligarquía financiera contra el movimiento obrero creciente.

39. El partido La Izquierda también está directamente implicado en la coalición semáforo. Después de que se frustraran sus sueños de participar en el gobierno, ante sus resultados electorales desastrosos, se está ofreciendo como oposición leal al gobierno federal. A nivel de Estado, forma pactos con el Hartz IV y partidos bélicos en Berlín, Bremen, Turingia y probablemente pronto en Mecklenburg-Pomerania Occidental. Esto es coherente con su propio programa derechista. Aceptó la transferencia de miles de millones a los ricos, aplica la política de la inmunidad colectiva en los Länder (o Estados federales) y defiende despliegues la Bundeswehr en el extranjero. Las posiciones ultraderechistas de su dirigente Sahra Wagenknecht sirven para movilizar a los elementos más atrasados de la sociedad y son la expresión más aguda de la bancarrota rotunda de La Izquierda.

40. También en la bancarrota total están los grupos pseudotrotskistas contra los cuales el CICI lleva luchando desde su fundación hace 68 años. Están reaccionando al declive de La Izquierda aferrándose a esta con más fuerza todavía. Con Janine Wissler, Marx21 ahora brinda uno de los dos dirigentes de La Izquierda. A pesar de las posiciones ultraderechistas de Wagenknecht, el SAV se opone a su expulsión y hace campañas por el apoyo del partido bajo la consigna “¡Quédate y lucha en La Izquierda de todas maneras!”. Los morenistas alemanes de RIO colaboran estrechamente con esta tendencia esencialmente derechista dentro de La Izquierda para bloquear y suprimir un movimiento independiente de la clase trabajadora. El SGP es literalmente el único partido político que lucha contra la coalición semáforo desde la izquierda y con un programa socialista.

41. La clase trabajadora entrará inevitablemente en conflicto con la nueva coalición y todos los partidos del Bundestag. El SGP ha preparado a la clase trabajadora políticamente para esta confrontación. En la campaña electoral, nos opusimos decididamente a la coalición de todos los partidos y luchamos como el único partido por un programa internacional y socialista. En nuestro llamamiento electoral, enfatizábamos: “No se puede resolver ningún problema social sin expropiar a los bancos y a las grandes empresas y ponerlos bajo el control democrático de la clase trabajadora. Hay que confiscar sus ganancias y su riqueza. Que devuelvan los billones que se les dieron a lo largo del año pasado. Hay que reorganizar la economía mundial en base a un plan científico y racional”.

La lucha por el socialismo

42. Para llevar a cabo este programa, hay que construir el SGP y el CICI como el nuevo partido de masas de la clase trabajadora. Esto requiere el desarrollo del World Socialist Web Site, la construcción del IYSSE y la formación y reclutamiento de cuadros marxistas en los lugares de trabajo.

43. El congreso del partido reafirma la “Resolución del Comité Ejecutivo del Partido sobre la Campaña de Reclutamiento de 2021”, que se planteó objetivos ambiciosos para reclutar trabajadores para el partido. La resolución subraya —aprendiendo las lecciones de la revolución egipcia— que el SGP “tiene que hacer todo lo que esté a su alcance para establecer una presencia política significativa dentro de la clase trabajadora antes del estallido de las luchas de masas”.

44. Hay que transformar la oposición creciente y las luchas en aumento de los trabajadores en un movimiento consciente por el socialismo. La tarea histórica central con que se enfrenta el SGP y la Cuarta Internacional fue resumida por Trotsky en el programa fundacional de la Cuarta Internacional: resolver la crisis de dirección revolucionaria de la clase trabajadora.

45. Para cumplir esta tarea histórica y así satisfacer las demandas del desarrollo global de la lucha de clases, los cuadros del SGP tienen que extraer todo el capital teórico y político del movimiento trotskista, que ha defendido el programa del socialismo internacional contra el estalinismo y la socialdemocracia. Hace 50 años se fundó el Bund Sozialistischer Arbeiter (BSA) como sección alemana del Comité Internacional de la Cuarta Internacional. Al hacerlo, la clase trabajadora reconectó con la tradición marxista que había sido destruida por los crímenes de los nazis y las traiciones de la socialdemocracia, el estalinismo y el revisionismo pablista.

46. En la escisión de 1985-1986 con el Workers Revolutionary Party (WRP), el BSA apoyó la crítica de la Workers League dirigida por David North y se posicionó con el Comité Internacional. Al confrontar a los nacionalistas pequeñoburgueses, el CI renovó toda la herencia histórica, política y teórica de la Cuarta Internacional. Esta herencia es la base firme sobre la cual hay que expandir y desarrollar ahora el trabajo del SGP, y sobre la cual hay que establecer secciones de la Cuarta Internacional en Europa y en todo el mundo.

(Publicado originalmente en inglés el 7 de diciembre de 2021)

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