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La líder de Podemos, Yolanda Díaz, admite que encubrió el peligro del COVID-19

Yolanda Díaz, en estos momentos la principal dirigente de Podemos y vicepresidenta del gobierno que forma esta organización con el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), ha afirmado que conocía los peligros del COVID-19 incluso antes de que comenzara la pandemia. Sin embargo, accedió a los requerimientos dentro del gobierno para que no se tomaran o discutieran públicamente medidas contundentes de salud pública.

El líder de Podemos Pablo Iglesias, 13 de enero de 2020 (AP Photo / Manu Fernandez)

En una reciente entrevista de radio, Díaz afirmó que era consciente del peligro que representaba el virus el 15 de febrero de 2020. Eso era un mes antes de que varios gobiernos europeos decidieran llevar a cabo confinamientos estrictos después de que estallara una ola de huelgas salvajes en las industrias automotriz, siderúrgica y logística de toda Europa para exigir el derecho de los trabajadores a protegerse en el hogar para evitar infecciones. Díaz dijo:

'Me acuerdo bien que Pablo (Iglesias) era vicepresidente y lo llamé desolada por lo que estaba pasando. Yo el 15 de febrero como la pandemia azotaba fuertemente a Italia convoqué a mi equipo porque tenía la convicción de que España es Italia y necesitábamos desplegar un montón de medidas porque veíamos lo que iba a pasar. Tanto fue así que el 4 de marzo presenté una guía enormemente polémica en el Gobierno, y también fuera se me acusó de alarmista”.

Díaz, como el resto del gobierno del PSOE y Podemos, sabía lo peligroso que era el virus y accedió a guardar silencio. Durante el año siguiente, el virus causó más de 100.000 muertes y más de 5 millones de infecciones en España. Sus comentarios exponen así la indiferencia políticamente criminal y la negligencia deliberada del gobierno PSOE-Podemos.

Las declaraciones de Díaz al parecer marcan un intento de distanciarse de sus compañeros ministros del PSOE en el tema de su gestión homicida de la pandemia. España se enfrenta a una sexta ola del virus, que amenaza con matar a decenas de miles de personas, en medio de una explosión de huelgas y protestas contra la austeridad tanto en toda España como internacionalmente. El hecho claro, sin embargo, es que Podemos fue un socio de pleno derecho en la priorización de los beneficios por parte del PSOE sobre las vidas humanas.

El WSWS señaló en septiembre de 2020 que el gobierno español ya tenía evidencia de la gravedad de la pandemia de COVID-19 desde al menos enero de 2020. El año pasado, el periodista Bob Woodward reveló que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, recibió informes de fuentes de inteligencia de que la pandemia de COVID-19 sería 'la mayor amenaza a la seguridad nacional con la que usted se enfrentará en su Presidencia'. Sin embargo, Trump luego engañó deliberadamente al público sobre la gravedad del COVID-19.

El WSWS explicó que esta revelación también expuso a los gobiernos europeos, que tuvieron acceso a datos similares y minimizaron deliberadamente los riesgos planteados por la pandemia. De hecho, Pablo Iglesias, que era secretario general de Podemos y vicepresidente del gobierno en ese momento, formó parte de la Comisión de Asuntos de Inteligencia encargada de dirigir, supervisar y controlar las actividades del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). La embajada de España en Pekín también habría sido advertida sobre el virus.

La referencia de Díaz al 15 de febrero es significativa, en la medida en que muestra su postura falsa y cínica de preocupación por la salud de los españoles. Tres días antes, los organizadores del Mobile World Congress (MWC), que se iba a celebrar en Barcelona del 24 al 27 de ese mes, habían suspendido este evento que reúne habitualmente a más de 100.000 participantes.

Esta medida que suponía un importante aviso sobre el peligro que se avecinaba por el virus, fue sin embargo duramente criticada por parte del gobierno español. El entonces ministro de sanidad y miembro del PSOE Salvador Illa declaraba que no había “ninguna razón de salud pública para adoptar medida alguna respecto a cualquier evento previsto en Barcelona, Cataluña o España”. La vicepresidenta Nadia Calviño consideraba que era 'totalmente prematuro' realizar estimaciones sobre el impacto del coronavirus en España” y que, en todo caso, sería 'bastante indirecto', afirmando que además España tiene 'uno de los sistemas sanitarios más eficientes y eficaces del mundo'. Ese sistema quedaría al borde del colapso apenas un mes más tarde.

Si bien ahora afirma que estaba 'desolada' por el papel de su gobierno en engañar a la gente, Yolanda Díaz de hecho se unió al coro de malhechores y falsificadores gubernamentales. Ni condenó los comentarios de sus colegas ministros ni alertó a la clase trabajadora. En cambio, como ministra de Trabajo, denunció al MWC, subrayando su preocupación por “el impacto que pueda tener la cancelación del Congreso Mundial de Móviles (MWC) en las cifras de desempleo de este mes de febrero'.

Díaz no hizo ninguna declaración significativa sobre el virus hasta el 4 de marzo, cuando el COVID-19 ya estaba arrasando lugares de trabajo, transporte público y escuelas, y España reportaba su primera muerte. Ese día, el Ministerio de Trabajo publicó una guía de acción para las empresas. En ese momento, Italia ya se encontraba bajo confinamiento, con cientos de infecciones y docenas de muertes diarias.

La guía no hacía mucho más que recordar las medidas sanitarias elementales y el derecho legal que tienen los trabajadores, en caso de peligro inminente para su salud, a abandonar sus lugares de trabajo. Su publicación fue criticada por la principal organización empresarial española, la CEOE (Confederación Española de Organizaciones Empresariales), que la acusó de 'generar alerta y confusión'. Del mismo modo, el líder de la Unión General de Trabajadores (UGT), Pepe Álvarez, criticó la guía el 5 de marzo, calificándola de 'unilateral'.

Díaz dio marcha atrás después de que el ministro de Salud, Illa, desestimara la guía afirmando que 'no era un protocolo que deban seguir las empresas ', y recordara que solo el Ministerio de Salud podría decidir sobre las medidas sanitarias.

Al día siguiente, minimizó públicamente el virus. Entrevistada ante el parlamento, declaró que: 'Seamos cautas. Mando un mensaje de tranquilidad, no está pasando nada. Tenemos que actuar de la manera en que lo hemos estado haciendo hasta ahora'. No comentó ni una palabra sobre cómo su propio gobierno había ignorado su 'guía'.

En los días siguientes, mientras los trabajadores permanecían en sus puestos de trabajo para continuar generando ganancias para los mercados financieros, miles de ellos se infectaron en sus trabajos. El gobierno del PSOE-Podemos adoptó medidas de salud pública solo el 14 de marzo, cuando se vieron obligados a adoptar un estricto confinamiento. Antes de esto, había permitido que una marcha feminista continuara en Madrid el 8 de marzo, aunque se esperaba que reuniera a decenas de miles de personas.

Díaz no participó en la manifestación, aunque sí lo hicieron destacados miembros del gobierno, y solo explicó brevemente: 'Estamos en una pandemia y lo principal es la salud pública'. Se quedó en silencio en casa, mientras permitía que miles de manifestantes se infectaran.

Las declaraciones de Díaz son monumentos al cinismo y la hipocresía. Ella y el resto de los líderes de Podemos fueron claves para implementar la política de 'aprender a convivir con el virus'. Aunque sabían el peligro que este representaba, lo minimizaron desde el principio para permitir que los capitalistas siguieran ganando dinero a costa de más de 100.000 vidas en España y 1,5 millones en Europa.

Díaz más tarde ayudó a reabrir rápidamente los lugares de trabajo, ya que el confinamiento de la primavera de 2020 se levantó antes de que el virus estuviera bajo control. Colaborando con los sindicatos Comisiones Obreras (CCOO) y UGT, obligó a millones de trabajadores a volver a trabajos no esenciales. Lo hicieron incluso cuando los sindicatos reconocieron que la mayoría de las empresas 'no están en condiciones de garantizar estas condiciones de salud y seguridad', como declaró el líder de CCOO, Unai Sordo, en abril de 2020. Esto llevó al desastre.

Hoy Podemos juega el mismo papel esencialmente criminal. La pandemia de COVID-19 está explotando fuera de control en España, ya que la variante más contagiosa de Ómicron se propaga rápidamente por toda Europa. España registró esta semana 60.041 casos el jueves y 49.823 casos el miércoles, el total de infecciones más alto de la historia. Sin embargo, continúa oponiéndose a medidas críticas de salud pública para defender las ganancias capitalistas.

El papel de Díaz es una advertencia sobre los partidos y políticos 'populistas de izquierda' aliados a Podemos a nivel internacional, como Bernie Sanders y Alexandria Ocasio-Cortez en Estados Unidos, Jean-Luc Mélenchon de La France Insoumise, Janine Wissler del partido La Izquierda (Die Linke) en Alemania y Syriza en Grecia. Salidos de la clase media acomodada y basados en políticas de identidad anticientíficas de raza y género, adoptan políticas asesinas sustentadas en mentiras sobre cuestiones de vida o muerte para la clase trabajadora.

El World Socialist Web Site está promoviendo una investigación global de los trabajadores sobre la pandemia de COVID-19, para revelar el crimen cometido por el sistema capitalista en respuesta a la pandemia y la necesidad de una respuesta política por parte de la clase trabajadora. Esto también expondrá a Podemos y figuras como Díaz que utilizan mentiras, desinformación y provocaciones para engañar a los trabajadores en España y todo el mundo.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 23 de diciembre de 2021)

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