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La ILWU, la administración Biden y la patronal en una alianza corporativista contra los trabajadores portuarios de la costa oeste

Lo que está en juego en el contrato de los obreros portuarios de la costa oeste de los EUA

Los obreros de los puertos de la costa oeste estadounidense, pertenecientes al sindicato International Longshore and Warehouse Union (ILWU), batallan este año por un nuevo contrato, que coincide con la Pandemia de COVID-19, y la posibilidad de otra guerra mundial. El contrato del ILWU con la Pacific Maritime Association (PMA) vence el primero de julio de este año en 29 puertos en Washington, Oregón y California, que representan el 44 por ciento de los contenedores de carga que entran y salen de Estado Unidos.

Contenedores apilados en el Puerto de Los Ángeles en Los Ángeles, el viernes 1 de octubre de 2021. (AP Photo/Jae C. Hong)

La PMA, que representa a 70 empresas portuarias en la costa oeste de los EUA, le había pedido a la ILWU posponer estas negociaciones por un año. Sospechando que los veinte mil obreros portuarios, tanto de tiempo completo como casuales, de ninguna manera aceptarían esa propuesta, los burócratas sindicales rechazaron esa extensión.

Esta lucha ocurre bajo condiciones en que los trabajadores encaran horarios de trabajo de veinticuatro horas diarias. A la misma vez, sus sueldos están siendo destrozados por una inflación sin freno. Aumentan el enojo de los trabajadores la explosión de las ganancias de las principales empresas portuarias, los precios de los envíos de ultramar son el doble o el triple de los del 2020. El año pasado fue un año récord para la empresa danesa Maersk. Tan sólo en el último trimestre del 2021, el trimestre de más lucro en los 117 años de esa compañía, Maersk recibió 5,9 mil millones de dólares. Se estima que las ganancias todas las empresas de transporte marítimo superaron los 200 mil millones de dólares, existen acusaciones de que las principales empresas conspiran para aumentar tarifas de carga marítima.

No obstante, el gobierno de Biden, las empresas de transporte marino y la ILWU han decidido impedir, o limitar, todos los amagues de huelga en los puertos de la costa oeste de EUA y aislar las luchas de los trabajadores estadounidenses las del resto del mundo. En octubre 2021 el gobierno de Biden se unió a los embarcadores y a la ILWU para imponer horas de trabajo de 24 horas diarias, siete días a la semana en los puertos de Los Ángeles y Long Beach, que representan el 40 por ciento de las importaciones.

Desde hace mucho tiempo el ILWU no defiende los intereses de los trabajadores. En verdad está totalmente de acuerdo con el proyecto corporativo de ahorcar la resistencia de los obreros y de imponer un contrato que corresponde a los intereses de los patrones y a las metas más amplias del imperialismo yanqui con su amenaza de guerra contra Rusia y China.

Los objetivos del contrato de 2022 se parecen a los del 2002, durante el gobierno del presidente Bush. En ese entonces, esta misma alianza impuso sobre los trabajadores portuarios un contrato traidor que acabó con cientos de empleos luego de un lockout (cierre patronl) de trabajadores portuarios en la costa oeste, organizado por el PMA.

El dos de marzo, la revista Maritime Executive, ligada a la industria, informó sobre una coalición de 49 poderosos grupos empresariales envió una carta el primero de marzo al gobierno de Biden, exigiendo su intervención en las negociaciones entre los puertos de la costa oeste y el ILWU.

La alianza de empresarios sugiere que se necesita que el gobierno intervenga para prevenir la interrupción de la cadena de suministro global.

Empalmando con esa preocupación, en agosto 2021 el gobierno de Biden creó una Grupo de Faena sobre la Interrupción de la Cadena de Suministros, dirigido por John Porcari, secretario del Departamento de Transporte estadounidense.

La carta de los patrones exige que el gobierno se envuelva “desde temprano y persistentemente” para prevenir interrupciones del comercio marítimo. Una declaración similar fue enviada por la Federación Nacional de Comercio al por menor a la ILWU y al PMA. Esa carta dice:

“Pedimos que el gobierno Biden-Harris obligue a todas las partes resuelvan todos estos asuntos importantes para asegurar que nuestras cadenas de suministro estén totalmente preparadas para sostener nuestro progreso económico y mitigar posibles disrupciones. Nuestra asociación apoya los esfuerzos de su administración para alentar y, si fuera necesario, convocar a todos los interesados para facilitar las negociaciones. Acción rápida y con consistencia sobre este asunto puede proteger nuestros compartidos logros económicos y proteger el progreso de vuestra administración abocándose en la disrupción de la cadena de suministro y en la congestión de puertos”.

El más reciente contrato con los puertos de la costa oeste venció en 2019. En ese momento la ILWU aceptó extenderlo por tres años.

Sólo en el mes de enero 2022, más de 1.700 trabajadores portuarios resultaron infectados por el virus COVID-19, un número mayor a todo el año 2021 y una de los números más altos entre los obreros industriales de EUA. En los puertos del sur de California 1 de cada 10 de los obreros portuarios no pudieron trabajar a causa de COVID-19. No obstante, las dársenas siguieron operando. Los obreros portuarios fueron presionadas a trabajar muchas horas, causando cansancio extremo, lo que más hacía peligrar su salud y seguridad.

En verdad, reemplazar trabajadores con innovaciones tecnológicas, como ordenadores y robots, en los puertos, es un proyecto en pie desde hace muchas décadas.

En 1960, cuando se popularizaban los contenedores de carga marítima, la ILWU y la PMA llegaron a un acuerdo, el mal llamado Acuerdo de Mecanización y Modernidad (Mechanization and Modernization Agreement acuerdo M y M), la causa de una gran reducción de horas de trabajo y de mano de obra. Para proteger los empleos de los trabajadores con más antigüedad, los ‘hombres A’, la ILWU, que distribuye los empleos en cada puerto, dividió a los obreros, creando dos categorías de trabajadores con horas variables, los ‘hombres B’, con menos horas y beneficios y los ‘casuales’, sin ninguna garantía de horas y sin beneficios.

Pocos años después, en 1971, los portuarios de California hicieron huelga protestando los ataques a los empleos y horas de trabajo, acción que fue traicionada por el liderazgo nacional de la ILWU, dirigida por Harry Bridges. Esta traición fue parte de una más ancha y más global transformación de los sindicatos, que se convirtieron en socios directos de los patrones, cambio que se acelera velozmente con la creciente integración de la producción y el abandono, por parte de los gobiernos capitalistas de todas las medidas de reforma social.

En el contrato del 2002, la PMA obligó a la ILWU a ceder el derecho a computarizar las dársenas portuarias sin ningún control sindical, lo que más redujo la fuerza laboral a cambio de aumentos de sueldo mucho menores a la perdida de ingresos de los obreros despedidos, y de mayores ganancias para las empresas. Similarmente, el contrato del 2008 le otorgó a la patronal el derecho de introducir grúas y transportes automáticos.

Las empresas de la PMA ahora dicen que actualmente pierden ganancias compitiendo con los puertos del Golfo de México y de la costa atlántica estadounidense. Por lo tanto, han decidido automatizar en forma agresiva los puertos con nuevos equipos que ahorren mano de obra y aumenten la productividad de la fuerza laboral.

Entre otras cosas, la PMA ahora exige una nueva ronda de automatización y robótica que reduzca aún más el número de portuarios y acelere a los que queden.

La aceleración y los recortes, combinados con la indiferencia con que los patrones y de la ILWU tratan a las medidas más básicas de seguridad (como tener clínicas y ambulancias en las dársenas portuarias) han resultado en muchos heridos y muertes en los puertos.

El 31 de enero, menos de un mes después de la inauguración Dársena 5 en Seattle, Washington, un portuario de 51 años fue gravemente herido por un objeto pesado que se le cayó encima.

El 18 de enero, Edgar Ruiz, un engrasador de grúas, falleció en la Dársena de Maersk en Los Ángeles. Aunque todos los detalles de lo que ocurrió no han salido a la luz, parece que fue un elemento del accidente la presión de acelerar el trabajo.

El 15 de febrero, en la misma dársena un camionero fue atropellado por un camión. Según un informe recibido por WSWS, “el accidento ocurrió en 15/2/22, un martes por la noche, aproximadamente a las 9:15. Toda la dársena tuvo que ser serrada durante todo el segundo turno. No hubo movimiento en toda la dársena, de naves, o de trenes hasta el día siguiente.”

“Un camionero de afuera (de larga distancia) fue atropellado por el camión de la misma empresa. Ocurrió en el bloque N9.”

“Fue una escena espantosa, como suelen ser tales incidentes. Lavadores de materiales malsanos y mangueras a presión fueron utilizados la mañana siguiente. Esta es la segunda muerte en la misma dársena en dos meses.”

“Las zonas N9 y M9 están muy congestionadas; camioneros hacen fila en espera de un lugar debajo de una zona de grúas y en un patio robótico. Hace falta mejor control de tránsito.”

Según el Instituto Nacional de Seguridad y Salud Laboral (OSHA):

“Los que trabajan en dársenas marinas y en operaciones portuarias sufren de más muertes y enfermedades que los demás obreros de Estados Unidos. En 2017, en EUA, aproximadamente 98 mil obreros trabajaban en dársenas marinas y en puertos, mucho de ellos haciendo cargas y descargas. Entre el 2011 el 201, de cada cien mil obreros sufrieron heridas mortales 15,9 portuarios, una tasa cinco veces mayor al resto de la fuerza laboral estadounidense. También sufrieron heridas y enfermedades no fatales 4.916 4.916 de cada cien mil obreros, casi dos veces más que toda fuerza laboral estadounidense.”

La burocracia sindical de la ILWU responde a las exigencias de los patrones y del gobierno de Biden para acabar con las interrupciones de la cadena de suministros, insistiendo que los obreros portuarios no saquen sus pies del “acelerador”, o sea que acepten un enorme acelerón de productividad.

En una reunión en línea en Long Beach, California, con representantes de la PMA y ejecutivos del puerto, Ramón Ponce de León, líder del Local 13 de la ILWU prometió colaborar con las empresas marinas, con un estúpido palabrerío nacionalista. Dijo Ponce de León:

“Contamos con una mano de obra resiliente, una mano de obra orgullosa; somos estadounidenses; al igual que cualquier otro estadounidense, yo soy abuelo; tengo 5 nietos. Necesito comprarles juguetes. Estamos involucrados en este asunto. No dejaremos de trabajar. No vamos a levantar nuestros pies del acelerador hasta que Estados Unidos hasta que las cargas vuelvan a su flujo normal.”

En Seattle, en el 7 de enero, durante la inauguración de una nueva dársena (Terminal 5), Rich Austin, presidente del Local 19 de la ILWU declaró su total solidaridad con la sed de ganancias de las grandes empresas de transporte marino.

“Nos hemos esforzado duramente en los últimos 5 o 6 años para aumentar nuestra productividad, reconociendo que ésta es una industria muy competitiva y que, cuenta la cantidad de botas en el uso. Los hombres y mujeres del Local 1952 y del Local 98 realmente han trabajado con diligencia para aumentar la cuenta de operaciones. Eso nos ha permitido mantener lo que tenemos y obtener una mayor tajada del mercado. Creo que esto es un ejemplo del duro trabajo de los hombres y mujeres del Local 19”.

Continuó comparando la eficiencia de la distribución de tareas a cargo de las oficinas de empleo, administradas por la ILWU y la PMA, con la de la actividad comercial de Wall Street. Para contrarrestar el impacto de la pandemia COVID-19, Austin dijo que se han contratado muchos trabajadores casuales. “Estamos convencidos que vamos a satisfacer lo que la industria necesita,” agregó.

Siguiendo esa misma trayectoria de colaboración de clase, el liderazgo de la ILWU ahora anuncia que no se trabajarán buques rusos solidarizándose totalmente con las medidas de guerra del gobierno de Biden y de la OTAN contra Rusia, en Ucrania.

“Con esta medida en solidaridad con el pueblo de Ucrania, enviamos un fuerte mensaje de repudio contra la invasión rusa,” dijo Willie Adams, presidente internacional de la ILWU. Añadió que “los portuarios tenemos el orgullo de juntarnos con todos los que en el mundo valientemente se unen y sacrifican en beneficio de Ucrania”.

Las insensatas maniobras de guerra de Estados Unidos, que aplaude la ILWU, son utilizadas por el gobierno de Biden para exigir que los trabajadores acepten recortes en sus niveles de vida so pretexto de “unidad nacional”. Claro está, ningún sacrificio de ganancias se exige de las grandes empresas.

Para salir victoriosos, es necesario construir nuevas organizaciones de lucha, comités de base, controlados por los mismos trabajadores y totalmente independientes de los sindicatos proempresas. Estos comités deben discutir y decidir democráticamente demandas en base a las necesidades de niveles de vida decentes y condiciones laborales seguras y saludables, no en las exigencias de lucro de las empresas marítimas.

La lucha de los portuarios estadounidenses acompaña la creciente militancia los trabajadores de Estados Unidos y del mundo. Entre las huelgas que han ocurrido este año están las de las enfermeras de Massachusetts, mineros de carbón de Alabama, empleados de Frito-Lay, Nabisco, y Kellogg’s, maestros de Chicago, trabajadores automotrices de John Deere y camiones Volvo. En estos momentos más de 4 mil maestros de las escuelas públicas de Minneapolis están en su segunda semana de huelga.

En contra de la demagogia nacionalista de la alianza ILWU-PMA-gobierno, los portuarios de la costa oeste necesitan ponerse en contactos con sus hermanos y hermanas de todo el mundo, empezando con los de Canadá y México.

Los puertos de la costa oeste en Washington, Oregón y California son parte de una red de puertos, conectada entre sí por un gigantesco sistema ferroviario que une a las tres naciones (Kansas City Southern y Canadian Pacific). Ese sistema es utilizado por las empresas de transporte marino para dirigir los contenedores de carga a México y a los puertos de British Columbia en la costa oeste de Canadá, país en que los portuarios son supuestamente representados por la ILWU. Los miembros canadienses de la ILWU laboran bajo un contrato de ocho años que es sindicato impuso a la fuerza para sabotear a su huelga.

Es de gran importancia que los portuarios de la costa oeste se pongan en contacto con los de esos países para organizar una lucha unida en defensa de sus empleos, sueldos, y condiciones laborales en torno a una lista de exigencias básicas, que deben incluir:

  1. ¡No a las cesantías!
  2. Aumentos de sueldos para compensar por la inflación pasada y en anticipación de la inflación que viene.
  3. Consolidar las tres categorías de trabajadores, igual sueldo por igual trabajo. Beneficios plenos para todos los trabajadores.
  4. Escalas variables de sueldos y horas para compensar por mejoras tecnológicas.
  5. Mejores condiciones de salud y seguridad. No al acelerón laboral, sistemas de seguridad adecuados y un alto nivel de entrenamiento en seguridad; clínicas y ambulancias en todas las dársenas. Los obreros deben tener el derecho a detener la producción en case de condiciones malsanas.

Para averiguar más sobre cómo construir comités de base, los trabajadores deben ponerse en contacto con el WSWS.

(Publicado originalmente en inglés el 17 de marzo de 2022)

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