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Perspectiva

“Quebrantar” Rusia: salen a la luz los objetivos militares de EE.UU. en Ucrania

El domingo, el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, y el secretario de Defensa, Lloyd Austin, viajaron a Kiev, Ucrania, para reunirse con el presidente ucraniano Volodímir Zelenski, en la visita oficial estadounidense de más alto nivel a la capital ucraniana desde el inicio de la guerra.

El viaje se produce cuando el presidente estadounidense Joe Biden anunció, en tan solo diez días, varios envíos de armas por valor de $1,6 mil millones a Ucrania, incluyendo aviones, drones, artillería y vehículos acorazados.

Blinken y Austin viajaron a Kiev para darle órdenes a Zelenski. Estados Unidos toma las decisiones y el Gobierno de Zelenski las sigue como títere. Los oligarcas ucranianos fueron comprados con miles de millones de dólares para que accedieran a utilizar al pueblo ucraniano como carne de cañón en un conflicto con Rusia.

El teniente general del Ejército de EE.UU., John Kolasheski, general comandante del V Corps, durante una reunión operacional, discutiendo con reporteros, 24 de abril de 2022, en Polonia, cerca de la frontera ucraniana (AP Photo/Alex Brandon, archivo)

Uno de los objetivos centrales de los planes imperialistas estadounidenses desde el golpe de Estado ucraniano de 2014, y posiblemente desde la “Revolución naranja” de 2004, ha sido “una guerra caliente en territorio ucraniano”. Los preparativos militares estadounidenses para este conflicto fueron tan vitales que condujeron al tercer juicio político contra un presidente en la historia de EE.UU., el cual se basó en acusaciones de que el presidente Donald Trump retuvo armas destinadas a Ucrania.

El 24 de febrero, los años de acumulación militar en Ucrania, convirtiéndola en un fuerte de EE.UU. y la OTAN contra Rusia condujeron al objetivo deseado por Washington: la invasión rusa del país. Los estrategas estadounidenses ansiaban que se convirtiera en “la Afganistán de Rusia” y que “desangrara” a Rusia hasta dejarla “pálida”.

Dos meses desde el estallido de la guerra, los oficiales estadounidenses están declarando públicamente lo que antes admitían solo en secreto: Estados Unidos es la fuerza impulsora de una guerra que busca socavar y subyugar Rusia y derrocar su Gobierno, sin importar el costo en vidas ucranianas.

En una entrevista con CBS, el excomandante en Europa del Ejército estadounidense Ben Hodges declaró: Como bien lo saben, no solo somos espectadores animando a Ucrania”. Según Hodges, EE.UU. debería declarar que “Queremos salir victoriosos”.

Añadió, “esto significa hacer regresar a las fuerzas rusas a su posición previa al 24 de febrero… un compromiso a lago plazo de restaurar plenamente la soberanía ucraniana —esto significa Crimea y Dombás— y luego, finalmente, quebrantar la capacidad de Rusia para proyectar su poder fuera de Rusia, para amenazar a Georgia, para amenazar a Moldova, para amenazar a nuestros aliados bálticos”.

En otras palabras, los objetivos de EE.UU. no solo incluyen tomar Crimea —un territorio que Rusia reclama como propio—, sino también destruir la capacidad de combate del ejército ruso.

El viernes, el New York Times utilizó la frase “poner de rodillas a Rusia” en un editorial donde declara: “Solo las sanciones, al menos aquellas que los países europeos están dispuestos a considerar ahora, no pondrán de rodillas a Rusia pronto”.

El uso deliberado de tales frases como “poner de rodillas a Rusia” y “quebrantar” a Rusia, desmienten la narrativa oficial que la prensa presenta al público de que la poderosa Rusia llevó a cabo un ataque no provocado contra la pobre e indefensa Ucrania.

La clara implicación de estas declaraciones es la expansión de la guerra hacia el interior de Rusia, posiblemente con el despliegue de fuerzas estadounidenses en Ucrania, suelo ruso o ambos países.

En una declaración al programa “Face the Nation” de CBS, el senador demócrata Chris Coons, llamado por Politico de ser “el secretario de Estado en la sombra” de Biden, insistió en su demanda de que se discuta el envío de tropas estadounidenses a Ucrania.

Cuando le preguntaron, “En algunas declaraciones públicas esta semana, usted dijo que el país necesita discutir sobre cuando estaría dispuesto a enviar tropas a Ucrania”, Coons respondió: “Putin solo se detendrá cuando nosotros le pongamos alto”.

El programa “Meet the Press” de NBC le preguntó directamente al asesor adjunto de Seguridad Nacional de EE.UU., John Finer, “¿El objetivo político de EE.UU. en este momento en Ucrania es derrotar a Rusia? ¿Puede confirmar esto de forma definitiva?”. Finer efectivamente lo afirmó, respondiendo: “Rusia se encuentra más aislada en el mundo. Su economía se debilitó… Y nuestro objetivo es que continúe esa tendencia”.

Esta no solo es una guerra que Washington quería. Es una guerra que Estados Unidos provocó. El envío de miles de millones de dólares en armas a Ucrania durante los últimos tres presidentes, la declaración de Biden de que no reconocería las “líneas rojas” de Rusia, la negativa a negociar sobre la posible integración de Ucrania en la OTAN fueron todas acciones calculadas para provocar la guerra en curso.

Desde que estalló la guerra, EE.UU. ha hecho todo lo posible para evitar cualquier resolución diplomática. Además de hacer que los oficiales estadounidenses declararan abiertamente que la política estadounidense es la derrota militar de Rusia, los programas de entrevistas del domingo estuvieron dominados por ataques contra los esfuerzos de Naciones Unidas para negociar un final diplomático a la guerra.

Los noticieros estadounidenses ridiculizaron los esfuerzos del secretario general de la ONU, António Guterres, de encontrar una resolución pacífica a la guerra por medio de una reunión con el presidente ruso Vladímir Putin. Planeando una pregunta destacada en su programa, Kristen Welker de NBC reclamó: “¿Está autorizado el secretario general de la ONU para hablar en nombre del Gobierno ucraniano?”.

Igor Zhovka, director adjunto de la oficina del presidente Zelenski respondió condenando los esfuerzos de Guterres. “No es una buena idea viajar a Moscú. No entendimos cuál es su intención de viajar a Moscú y hablar con el presidente Putin”.

A fin de fomentar el apoyo público a la guerra, la prensa estadounidense está llevando a cabo una campaña incitadora, acusando a Rusia de crímenes de guerra, masacres y genocidio, buscando crear odio hacia los rusos con un tinte cada vez más racista.

Los apologistas liberales y pseudoizquierdistas del capitalismo estadounidense, incluyendo las capas desorientadas de académicos que son incapaces de contextualizar nada históricamente, se han dejado llevar por la histeria militarista contra Rusia.

Es necesario hacer una advertencia: los objetivos que EE.UU. persigue cada vez más abiertamente en la guerra involucran inevitablemente una expansión del conflicto. La mentira de que EE.UU. y la OTAN no están en guerra con Rusia ha quedado completamente al descubierto. En busca de un cambio de régimen, el desmembramiento de Rusia y el saqueo de sus vastos recursos, el imperialismo estadounidense arriesga con provocar una guerra nuclear.

(Publicado originalmente en inglés el 24 de abril de 2022)

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