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Perspectiva

Mensajes de texto revelan que el jefe de personal de Trump orquestó la intentona golpista del 6 de enero

El lunes, CNN publicó extractos de 2.319 mensajes de texto enviados y recibidos por el exjefe de personal de Donald Trump, Mark Meadows, que confirman sin la menor duda que el poder ejecutivo y un segmento importante del Partido Republicano complotaron varios meses con fascistas para bloquear la certificación de la elección el 6 de enero de 2021 y establecer una dictadura.

Los mensajes ponen al descubierto la mentira ya desgastada de que lo ocurrido durante el ataque al Capitolio fue imprevisto, espontáneo y poco serio.

De hecho, como explica el artículo de CNN, “Los mensajes de texto ofrecen una cronología de cómo el equipo de Trump buscó evidencia de fraude electoral en todos los rincones e intentó anular la elección. Desde la jornada electoral, Meadows estuvo en el centro de todo, desde involucrar a los activistas que promovían las teorías conspirativas hasta elaborar la estrategia con los legisladores republicanos y movilizar a los organizadores del 6 de enero”.

Los diputados fascistas como Mo Brooks (republicano, Alabama) y Marjorie Taylor Greene (republicana de Georgia) y los senadores como Ted Cruz (republicano de Texas) fueron los agitadores a favor del intento de golpe de Estado en el Congreso, mientras que otros oficiales republicanos de alto rango utilizaron sus círculos para discutir el “mensaje” apropiado para el plan.

Meadows estuvo en contacto con periodistas y personalidades televisivas de derecha como Sean Hannity para orquestar el relato y agitar a los partidarios de Trump. También se comunicó con una red de figuras con vínculos conocidos a los grupos neonazis y las milicias fascistas. Los mensajes demuestran que Meadows incluso estuvo a cargo de elegir a los oradores del mitin del 6 de enero.

Los promotores de Trump habían elegido el 6 de enero, la fecha señalada por la Constitución para certificar los votos del Colegio Electoral, varias semanas antes, cuando les había quedado claro que los tribunales no anularían los resultados de la votación.

El artículo de CNN explica: “El 21 de diciembre, Brooks, el congresista de Alabama, les preguntó a Meadows y otros en un mensaje de grupo si debería hablar en los medios de comunicación sobre la ‘fórmula de nuestras estrategias para el 6 de enero’”.

El 26 de diciembre, el diputado de Pennsylvania, Scott Perry, le escribió a Meadows: “Mark, solo quiero reportarme ahora que nos acercamos a la recta final. Faltan once días para el 1 de enero y 25 días para la inauguración. ¡Necesitamos movernos!”. Meadows le respondió, “Entiendo, creo que entiendo”.

El 31 de diciembre de 2020, Greene le escribió a Meadows: “Buenos días, Mark, estoy aquí en DC. Tenemos que organizarnos para el seis”. Continuó, “Me gustaría reunirme con Rudy Giuliani otra vez. No pudimos hablar con él por mucho tiempo. También con otros que puedan ayudar. Muchos miembros de están sumando. Y necesitamos presentar el mejor argumento posible [para bloquear la certificación electoral] en cada estado”.

Incluso después de que los atacantes del Congreso fracasaran en su intento de capturar y asesinar a congresistas o al vicepresidente Mike Pence, una sección de los complotadores intentó desplegar el ejército. El 17 de enero, Greene escribió, “En nuestro chat privado con solo congresistas [republicanos], varios dicen que la única forma de salvar nuestra República es que Trump declare la ley Marshall [ sic, marcial]”.

El Partido Demócrata temía que alertar a la población del peligro presentado por los planes fascistas provocaría protestas sociales, aislaría a sus “colegas” del Partido Republicano y socavaría su implacable impulso de guerra imperialista contra Rusia en Ucrania.

A lo largo del término de Trump, los demócratas restaron importancia a los peligros de las amenazas dictatoriales de Trump, sus ataques a los inmigrantes y sus llamamientos a grupos fascistas como los Proud Boys, apelando en cambio a la “unidad” con los republicanos. Los demócratas sometieron a Trump a un juicio político en 2018 alegando que no era lo suficientemente beligerante con Rusia y que había retenido ayuda militar al presidente ucraniano Volodímir Zelenski. Ahora está claro que esto fue un esfuerzo a largo plazo para preparar a la opinión pública para la guerra.

Este es el papel que han desempeñado los demócratas durante años. El New York Times publicó recientemente detalles de las discusiones internas de altos funcionarios republicanos inmediatamente después del 6 de enero de 2021, incluyendo un mensaje en que el líder de la minoría del Senado, Mitch McConnell (R-KY), les dice a sus asesores políticos que creía que la criminalidad de Trump era tan evidente después del 6 de enero que “los demócratas se van a encargar del hijo de puta por nosotros”.

Pero “ocuparse” de Trump habría requerido hacer un serio llamamiento a los sentimientos democráticos de las masas en contra del intento de golpe de Trump, y los demócratas estaban desesperados por evitarlo. Los demócratas temían que cualquier apelación desencadenara protestas y huelgas masivas alimentadas por la profunda ira de la clase trabajadora por la desigualdad social y se convirtieran en un desafío a las corporaciones y al sistema capitalista. Por lo tanto, Biden no envió un mensaje sobre la amenaza de la dictadura, sino que llamó a la “unidad nacional” y la preparación para la guerra.

El miedo del Partido Demócrata a movilizar a la población contra Trump hizo que su segundo juicio político fuera ineficaz y fortaleciera enormemente a los elementos fascistizantes del Partido Republicano, que pasaron a la contraofensiva. Como resultado, las esperanzas de McConnell de que los demócratas “se encargarían de Trump por nosotros” se disolvieron.

Refiriéndose a McConnell y al líder de la minoría de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, quien también expresó su hostilidad hacia Trump inmediatamente después del 6 de enero, el Times escribe: “En pocas semanas, ambos hombres desistieron de una lucha total con el Sr. Trump porque temían las represalias de su parte y de su movimiento político. Su impulso para actuar se desvaneció rápidamente cuando quedó claro que significaría dar votos difíciles que los pondrían en desacuerdo con la mayoría de sus colegas”.

Ahora, la inflación se está disparando y los republicanos fascistas parecen dispuestos a capitalizar el descontento social masivo para sacar ventaja en las próximas elecciones de medio término.

Las recientes revelaciones ponen al descubierto todas las falsedades sobre la estabilidad y permanencia del orden político capitalista. En realidad, el sistema político estadounidense se está desmoronando bajo la presión de las inmensas tensiones sociales internas, y ambos partidos se guían por el miedo a la revolución social. Biden, los generales y los arquitectos de la política exterior imperialista han juzgado profundamente mal el apetito de la clase obrera estadounidense para una guerra con Rusia y solo abren el camino a estallidos sin precedentes de oposición de la clase obrera.

En cuestión de pocas semanas, la guerra ha exacerbado las penurias sociales, y esto se produce en medio de una pandemia que ha matado a más de un millón de personas en los EE.UU. y que ahora se está extendiendo sin las más mínimas restricciones. Una encuesta de Harris publicada el lunes revela que los estadounidenses consideran, por un margen del 61 por ciento al 30 por ciento, que la economía va por mal camino, mientras que el 48 por ciento afirma que su propia situación financiera está empeorando, más del doble del 21 por ciento que lo decía en marzo de 2021.

El reciente estallido de huelgas entre enfermeros, trabajadores petroleros y docentes en California, los estudiantes de posgrado en Illinois, los trabajadores del sector automovilístico en Wisconsin y los constructores navales en el estado de Washington representan las primeras escaramuzas de la ofensiva de la clase obrera esta primavera. Este movimiento tiene lugar mientras los trabajadores de Sri Lanka, Perú, Sudán, Indonesia y otros innumerables países luchan contra el impacto de la guerra en el ya intolerable coste de la vida. La tarea de los socialistas es unir estos movimientos en una lucha internacional común y consciente contra el sistema capitalista, la dictadura y la guerra imperialista.

(Publicado originalmente en inglés el 25 de abril de 2022)

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