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¡Movilicen a la clase obrera contra el ataque al derecho al aborto!

El Partido Socialista por la Igualdad condena la decisión inminente de la Corte Suprema de EE.UU. de anular el fallo del caso Roe vs. Wade y abolir el derecho al aborto.

La opinión, escrita por el juez Samuel Alito, tendrá un impacto inmediato y devastador para millones de trabajadores, particularmente las mujeres de clase obrera que no pueden viajar de los estados que prohíban el aborto a los que los sigan permitiendo. La decisión desmiente que el Gobierno de EE.UU. esté interviniendo en Ucrania para defender la “democracia” y los “derechos humanos”. En realidad, la clase gobernante estadounidense está involucrada en ataques masivos a los derechos democráticos de la población en su propio país.

Una manifestación en las afueras de la Corte Suprema el 3 de mayo de 2022 en Washington (AP Photo/Jose Luis Magana) [AP Photo/Jose Luis Magana]

El fallo de Roe vs. Wade en 1973 fue el último suspiro de un periodo breve de dos décadas de fallos que la Corte Suprema tomó bajo la presión de un crecimiento de las luchas de la clase obrera, el movimiento de derechos civiles y un giro más general hacia la izquierda en la política derivado de la oposición a la guerra de Vietnam. La sentencia fue en sí un reconocimiento tardío de que el derecho al aborto es un derecho democrático esencial, vinculado tanto al derecho a la privacidad como a la separación Iglesia-Estado.

El ataque a este fallo se volvió un sello de la trayectoria reaccionaria de la política estadounidense en el último medio siglo. A través de una serie de acciones y fallos a nivel estatal y federal, particularmente en las últimas dos décadas, el derecho al aborto ha sido enormemente socavado. La anulación de Roe vs. Wade es considerada el último clavo en el ataúd de este proceso.

Sin un acceso legal al aborto, las mujeres de la clase trabajadora, quienes no tienen los recursos ni la habilidad para perder días de trabajo y viajar a otro estado, se verán obligadas a recurrir a los métodos inseguros y potencialmente letales del pasado. Envalentonados por la Corte Suprema, los legisladores estatales y gobernadores fascistizantes se irán a la ofensiva, animando a vigilantes, como en el caso de Texas, a actuar en contra de los servicios de aborto e incluso a imputar a aquellas mujeres que viajen a otros estados para un aborto.

Más allá del derecho al aborto, el fallo de la Corte Suprema para anular Roe vs. Wade abrirá la puerta a una ofensiva contra todo un conjunto de derechos democráticos establecidos conocidos como los “derechos no enumerados” porque no los menciona explícitamente el texto de la Constitución, la cual fue ratificada en 1788. La posición de Alito, de que no existe el derecho al aborto porque no lo enuncia la Carta de Derechos original, podría aplicarse para todos los otros derechos establecidos en el desarrollo de la sociedad moderna, como el derecho a un defensor público, la abolición de las leyes contra el mestizaje, la prohibición a las oraciones obligatorias en las escuelas y el derecho al matrimonio gay.

La cábala derechista que impulsa la decisión denuncia ahora que se haya filtrado el borrador del fallo. El líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, declaró el martes que el responsable debería ser procesado. El presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, calificó la filtración como “una traición a las confidencias del tribunal”. ¡Qué fraude tan despreciable! Lo que molesta a McConnell y Roberts es que la conspiración a puerta cerrada contra los derechos democráticos del pueblo estadounidense ha quedado al descubierto.

La facción de extrema derecha de la élite política es muy consciente de que una decisión que anule el derecho al aborto es masivamente impopular. Un informe de la CNN de enero reveló que el 69 por ciento de la población se opone a la anulación de Roe. La decisión desprecia abiertamente las aspiraciones democráticas de las masas. Afirma: “No podemos permitir que nuestras decisiones se vean afectadas por influencias extrañas, como la preocupación por la reacción del público ante nuestro trabajo”.

Por su parte, los demócratas han respondido al borrador del fallo de Alito pidiendo a los votantes que elijan a más demócratas. “A nivel federal, necesitamos más senadores proelección y una mayoría proelección en la Cámara de Representantes para adoptar una legislación que codifique Roe ”, declaró el martes el presidente Biden, “que trabajaré para aprobar y convertir en ley”. El líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer, dijo que celebraría una votación en el Senado sobre la legislación del derecho al aborto.

Es una postura absurda y vacía. El Partido Demócrata controla dos de las tres ramas del Gobierno y acaba de ganar 80 millones de votos en las últimas elecciones presidenciales, pero está proponiendo una legislación que sabe que nunca se aprobará y que se han negado a aprobar durante medio siglo desde Roe vs. Wade. El propio Schumer reconoció que una votación en el Senado sobre el derecho al aborto fracasaría.

En otras palabras, los demócratas no harán nada, a pesar de que cada año electoral durante el último medio siglo el Partido Demócrata ha proclamado que los trabajadores y los jóvenes tenían que apoyarlos para evitar que el Tribunal Supremo anulara Roe vs. Wade .

El Partido Demócrata, como ha señalado a menudo el Partido Socialista por la Igualdad, es el cementerio de las protestas sociales. Es, además, un partido de Wall Street y del aparato de inteligencia militar, que es profundamente hostil a la clase obrera y a sus derechos democráticos, se opone a cualquier cosa que amenace con su afán de forjar la “unidad nacional” en apoyo a la campaña de guerra contra Rusia.

En cuanto a las capas privilegiadas de la clase media-alta que el Partido Demócrata moviliza a partir de la política racial y de género, cuanto más se convertía la cuestión del aborto en una cuestión de clase, más indiferentes eran a su defensa.

El movimiento para anular Roe vs. Wade está impulsado por una cábala derechista de jueces que ahora domina el tribunal, incluyendo a Clarence Thomas, cuya esposa, Virginia, estuvo en continuo contacto con la Administración de Trump en el período previo al intento de golpe de Estado del 6 de enero de 2021. Tres de los jueces —Neil Gorsuch, Brett Kavanaugh y Amy Coney Barrett— fueron nombrados por Trump, sin que los demócratas ofrecieran ninguna resistencia seria.

El hecho de que este grupo de conspiradores de derecha llegara a dominar el tribunal es una expresión del carácter antidemocrático de todo el sistema político. En la historia de las sentencias notorias del Tribunal Supremo, el intento de anular Roe puede compararse con la decisión de Dred Scott de 1857, que reafirmó en las mentes de los abolicionistas que el Gobierno había quedado bajo el control de los esclavistas; la decisión de Plessy vs. Ferguson de 1896, que confirmó las leyes de segregación racial; y, más recientemente, la decisión de Bush vs. Gore de detener el recuento de votos en las elecciones de 2000 y entregar la victoria a George W. Bush.

La decisión de Bush vs. Gore fue un hito en la desintegración de la democracia burguesa en Estados Unidos. En el transcurso de la sentencia, el Tribunal Supremo proclamó que la población no tiene derecho a votar al presidente. El robo de una elección, y la negativa del Partido Demócrata a montar cualquier oposición a la misma, demostró que no existe ningún sector significativo en la clase dominante que defienda los derechos democráticos más básicos.

Hay una profunda conexión entre el asalto a los derechos democráticos y el crecimiento masivo de la desigualdad social, el militarismo desenfrenado y la destrucción a todos los efectos prácticos de un movimiento obrero. La abolición del derecho al aborto personifica la prolongada desintegración de la democracia burguesa en Estados Unidos, que se ha convertido en un mero cascarón.

La defensa del derecho democrático al aborto es fundamentalmente una cuestión de clase. Solo puede defenderse como parte de un movimiento de movilización social y política de la clase obrera como fuerza independiente. Creer que la oposición se montará a través del Partido Demócrata es el colmo del absurdo.

El Partido Socialista por la Igualdad apoya y alienta las protestas y manifestaciones masivas contra el fallo de la Corte Suprema que anula Roe vs. Wade. Sin embargo, la defensa del derecho democrático al aborto, así como con todos los derechos democráticos, debe conectarse a las luchas cada vez mayores de la clase obrera contra la explotación, el alza de los precios, la desigualdad social, la guerra imperialista y el sistema de lucro capitalista.

(Publicado originalmente en inglés el 3 de mayo de 2022)

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