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Dos investigaciones recientes confirman el origen natural de virus SARS-CoV-2

Dos artículos publicados en la jornada Science el 26 de julio representan una confirmación adicional del origen zoonótico del virus SARS-CoV-2, es decir que el virus estaba presente en un reservorio de animales y derramó para infectar a humanos. Esto representa otro golpe contra la teoría de conspiración mayormente desacreditada del “laboratorio de Wuhan”.

El primer artículo, por Michael Worobey del Departamento de la Ecología y Biología Evolucionaria en la Universidad de Arizona y su equipo –“El mercado mayorista de mariscos en Wuhan fue el epicentro temprano de la pandemia de COVID-19”– esquematiza el período más temprano del brote y determina que unos animales salvajes enjaulados en el mercado eran el origen más probable del virus.

El segundo artículo, por Jonathan E. Pekar, del Programa de Bioinformáticos y Sistemas en la Universidad de California, San Diego, et al. –“La epidemiología molecular de varios orígenes zoonóticos de SARS-CoV-2”– determina que dos variantes estaban presentes en la etapa más temprana del brote, nombradas cepa A y B, y que eran el resultado de dos eventos de derrame distintos de animales a humanos.

Los investigadores explican el motivo subyacente por sus investigaciones: “Entender cómo se emergió el agudo síndrome severo respiratorio de coronavirus (SARS-CoV-2) en 2019 es crítico para prevenir los brotes zoonóticos antes de que se transformen en pandemias”.

Ésta es una tarea sin duda esencial, mientras la pandemia ha proseguido por asesinar a 6.440.245 personas según el cálculo actual de Worldometer, y éste sin duda es una subestimación. El virus ha podido proliferar sin obstáculos por la implementación de todos los gobiernos excepto China del planteamiento de “dejar que se propague”, y su abandono de incluso las medidas de salud pública más básicas.

Ambos estudios aparecieron prepublicados en febrero de 2022 pero el proceso de revisión por pares ha tardado varios meses. La diferencia principal entre las versiones de preimpresión y las que aparecieron en Science, especialmente sobre el estudio de Worobey, es que la mayoría de las referencias en las de preimpresión que usaban las investigaciones y fuentes chinas han sido abandonadas. Esto incluye contenido extensivo sobre la distribución de los puestos en el mercado de Huanan, especialmente la parte occidental que albergaba animales vivos. El trabajo científico chino sobre el virus SARS-CoV-2 ha recibido el sello de ser de alguna manera prejuiciado por los medios de comunicación corporativos y los promotores de la teoría de conspiración del “laboratorio de Wuhan”.

El primer estudio–el mercado de Huanan

El 31 de diciembre, las autoridades chinas reportaron el brote de una neumonía severa de causa desconocida en Wuhan a la Organización Mundial de la Salud (OMS). De las 41 personas que fueron hospitalizadas, 27 (66 por ciento) tenían una exposición directa al mercado de Huanan.

El diagnóstico inicial de COVID-19 ocurrió independientemente en varios hospitales en Wuhan entre el 18 y el 29 de diciembre de 2019.

Las autoridades chinas decidieron cerrar y desinfectar el mercado de Huanan el 1º de enero de 2020, pues se sabía que vendía varias especies de animales cultivados y salvajes que podían tener el virus.

En este estudio, los científicos propusieron esquematizar meticulosamente el brote inicial. Pudieron obtener las coordenadas de longitud y latitud de 155 casos de mapas publicados en un reporte de 2021 de la OMS sobre el brote. Los investigadores emplearon la red social china Sina Weibo para esquematizar en el mapa los casos. Encontraron que mientras los casos del diciembre de 2019 se centraban en el mercado de Huanan, los casos de más tarde desde enero hasta febrero de 2020 tenían una dispersión más amplia a causa de la transmisión comunitaria, según un estudio más temprano por el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de China (CCPEC).

Descubrieron que los casos de diciembre con ningún vínculo conocido al mercado residían más cerca del mercado que los con vínculos conocidos.

Los dos linajes de SARS-CoV-2, conocidos por las siglas A y B, asociados con el brote temprano, se encontraron muy cerca del mercado de Huanan. De los 11 casos de linaje B del brote de diciembre de 2019 en que estaban disponibles los datos de ubicación, los científicos determinaron que el punto central estaba a 1,95 kilómetros del mercado. Los dos casos de linaje A se detectaron cerca y dentro del mercado.

Un gráfico que acompaña el artículo por Michael Worobey, con la marca, “El mapa muestra que la mayoría de los casos más tempranos de COVID-19 estaban cerca del Mercado de Huanan, sin importar si o no estaban conectados directamente con el mercado por el trabajo o la visita”. [Photo: Michael Worobey]

Los investigadores concluyeron que esta evidencia “favorece la probabilidad de que, durante la epidemia temprana, el linaje A estuviera diseminándose, como el linaje B, desde el mercado de Huanan a las vecindades cercanas”.

Este análisis representa un golpe devastador contra la teoría de conspiración del “laboratorio de Wuhan”, pues el laboratorio está a 23 kilómetros del mercado de Huanan y al otro lado del Río Yangtzé. Uno esperaría que los casos más tempranos se habrían centrado alrededor del instituto de la virología si la teoría de fuga de laboratorio fuera correcta.

Se sabía que el mercado de Huanan vendía animales vivos que eran cultivados o capturados salvajes durante los antecedentes del brote. Entre éstos se incluyen zorros rojos (Vulpes vulpes), tejones porcinos (Arctonyx collaris) y perros mapaches comunes (Nyetereutes procyonades), todos huéspedes sabidos del virus SARS-CoV-2.

El CCPEC recogió cinco muestras que contenían el SARS-CoV-2 en noviembre de 2019 en un puesto dentro del mercado que vendía los perros mapaches.

Unos perros mapaches enjaulados para la venta

Los científicos señalan que los “eventos antes de la pandemia de COVID-19 reflejan los brotes de SARS-CoV-1 de 2002-2004, que se trazaron a animales infectados en las provincias de Cantón, Jiangxi, Henán, y Hubei”.

Pero los gobiernos capitalistas no aprendieron ninguna lección de esta conexión, un hecho que creó las condiciones para la aparición de la pandemia de COVID-19 en 2020.

Notablemente, los científicos señalan que nada se sabe sobre los eventos secuencia arriba que llevaron al brote del mercado, y abogan por una investigación para prevenir las pandemias futuras.

Worobey comentó, “Ahora nos pone en un punto en que sabemos que el mercado de Huanan era el epicentro de esta pandemia. Tanto es ahora establecido. Si los demás quieren argüir con eso, esencialmente están tomando un planteamiento pseudocientífico…Aunque no tengas la pistola humeante de, ‘Sí probamos el perro mapache con el virus en diciembre’, cuando se agrega la evidencia, es la única teoría que de hecho explica todos los datos”.

Viróloga de la Universidad de Saskatchewan y coautora Angela Rasmussen argumentó, “No hay ninguna explicación alternativa que concuerda con los hechos, por eso alguien que intenta encontrar uno tendrá que hacerse adepto en la terca ignorancia, un contorsionista lógico, o simplemente un fabulista”.

Segundo estudio–análisis del linaje genético

El caso más temprano de COVID-19 ocurrió en un vendedor de mariscos en el mercado de Huanan que empezó a tener síntomas el 10 de diciembre de 2019 y fue hospitalizado el 16 de diciembre. El genoma del virus infectante no estaba disponible, pero era casi sin duda del linaje B, porque esto se encontró en el equipo del puesto.

El genoma más temprano de linaje A se detectó en un grupo familiar cuyos miembros experimentaban síntomas desde el 15 de diciembre y fueron hospitalizados el 25 de diciembre.

Pekar y su equipo de investigación pudieron determinar que el virus SARS-CoV-2 de linaje B saltó de un reservorio animal a los seres humanos en el mercado de Huanan en el medio del noviembre de 2019. Determinaron que dos eventos zoonóticos establecieron el linaje A y B en la población, aunque el linaje A se extinguió muy pronto.

La existencia de reservorios animales para el virus de SARS-CoV-2 en el mercado de Huanan, además la cercanía de los casos más tempranos, hicieron que los científicos postularan que el virus se cambió a infectar a humanos en dos eventos zoonóticos distintos. Éstos fueron el linaje B en el medio de noviembre de 2019 y linaje A tarde durante el noviembre de 2019. No había ninguna evidencia de otros eventos zoonóticos antes de que el mercado fuera cerrado el 1º de enero de 2020.

Los genomas muestreados más tempranos eran 35,2 por ciento de linaje A y 64,8 por ciento de linaje B. El linaje B difiere genéticamente por dos sustituciones de nucleótidos que también se encuentran en el coronavirus que infecta los murciélagos Rhinolophus.

En 2021, la viróloga de Wuhan, la Dra. Shi Zhengli, identificó un murciélago de Rhinolophus affinis encontrado en la provincia Yunnan que tenía un coronavirus muy semejante al virus SARS-CoV-2 que infectaba a los humanos. Esto representó un golpe devastador adicional a la teoría de conspiración del “laboratorio de Wuhan”.

Significantemente, el equipo de Pekar concluyó que “cuando un virus salvaje adquiere la capacidad para la infección de humanos y la transmisión, la única barrera restante al evento de derrame es el contacto entre humanos y el patógeno”.

La teoría de conspiración del “laboratorio de Wuhan”

Notablemente, unos de los científicos se han convertido en opositores importantes de la teoría de conspiración del “laboratorio de Wuhan”.

En una entrevista con el Guardian, Rasmussen explicó el significado de su trabajo científico: “Ahora, si el virus se hubiera escapado de un laboratorio, alguien tendría que haberse infectado con el linaje B en el laboratorio, ido al mercado e infectado a la gente ahí sin haber infectado a nadie en el camino, y luego una persona distinta tendría que haber hecho exactamente lo mismo con el linaje A unas semanas después. No es imposible, pero una explicación más simple es que el virus llegara en el mercado en un animal, y desde ahí propagara a otros animales, y divergiera en el proceso. Los dos linajes luego derramaron en eventos distintos a los seres humanos”.

En un post en Twitter, Rasmussen atacó la agenda de conspiración del “laboratorio de Wuhan”: “La última vez que eché un vistazo, la simple acusación a una entera comunidad global de científicos que confían en la evidencia para analizar los datos no es, por sí solo, una prueba de dicha conspiración global para deliberadamente causar una pandemia y encubrirla. Sí concuerda, sin embargo, con la agenda de ‘Culpar a China’”.

Unos de los mismos científicos involucrados en el estudio anteriormente creían que el origen en un “laboratorio de Wuhan” para la pandemia era una posibilidad seria, pero han renunciado esa opinión a causa de la masa de evidencia científica.

Profesor Kristian Andersen en el Departamento de la Inmunología y Microbiología en Scripps Research y coautor de uno de los estudios afirmó, “Yo mismo estaba muy convencido de la teoría de una fuga de laboratorio hasta que abordamos la cuestión cuidadosamente y la miramos cercanamente”.

El mismo Worobey firmó una carta publicada en Science en el mayo de 2021, junto con varios otros científicos en que daban cierta credibilidad a la teoría de fuga de laboratorio, pero ahora importantemente aboga por el origen natural del virus: “Cuando miras toda la evidencia, está claro que esto inició en el mercado. Unas líneas de análisis distintas lo señalan, y es extremadamente improbable que dos linajes distintos de SARS-CoV-2 podrían haberse derivado de un laboratorio y luego por coincidencia terminado presentes en el mercado”.

Científicos como Rasmussen, Worobey y Andersen han tomado una postura extremadamente brava en apoyar el planteamiento científico sobre el origen de la pandemia, pues han sido los blancos del hostigamiento más vil por fanáticos derechistas en las redes sociales.

El World Socialist Web Site (WSWS) ha tomado una postura consistente y de principio contra la teoría de conspiración del “laboratorio de Wuhan”. La teoría originó con el fascista Steve Bannon, director de la campaña electoral de Trump en 2016 y antiguo estratego jefe de la Casa Blanca. Entre los aliados de Bannon entre los inmigrantes chinos derechistas hay Miles Guo, quien afirmó, en las palabras del asesor de Trump Peter Navarro, que el COVID-19 era un virus “armado”.

Esta mentira fue repetida y amplificada por otros comentaristas ultraderechistas. El 3 de mayo de 2020, secretario del Estado Mike Pompeo declaró que había “evidencia enorme” de que el virus originara en un laboratorio en Wuhan, y añadió, “Recuerden, China tiene un historial de infectar al mundo”.

El asesor comercial de la Casa Blanca, Peter Navarro (a la derecha), calificó el COVID-19 de "virus armado" creado por el Partido Comunista Chino. Trump llamó repetidamente a COVID-19 Kung-Flu y el virus de China. (AP Photo/Alex Brandon) [AP Photo/Alex Brandon]

El 5 de mayo de 2021, antiguo escritor sobre la ciencia por el New York Times Nicholas Wade dio una tapadera pseudocientífica a la conspiración, por afirmar que unos científicos chinos crearon el SARS-CoV-2 a través de unos experimentos de “ganancia de función” en el Instituto de la Virología de Wuhan. Esto se amplificó en los medios de comunicación, tales como el New York Times, Washington Post, y Wall Street Journal.

El 26 de mayo de 2021, el presidente Joe Biden dio la credibilidad a la conspiración del “laboratorio de Wuhan”, e instó a las agencias de inteligencia estadounidenses a investigar si el COVID-19 se emergió de “un accidente en el laboratorio”, y ordenó que “me den un reporte dentro de 90 días”.

Mientras el papel principal en exponer el fraude lo tenían los científicos, el WSWS jugó un papel crítico en subrayar las mentiras promulgadas por los medios de comunicación. El WSWS expuso el papel de personajes fascistizantes como Bannon y Guo en la creación y la propagación de la conspiración.

Varios científicos de principio vigorosamente han aceptado el desafío de demostrar el origen zoonótico de la pandemia, pero no pueden oponerse a la conspiración política sin ayuda. La defensa de su trabajo científico requiere la movilización de la clase obrera por tal alianza, a través de la Investigación Mundial de los Trabajadores sobre la Pandemia de COVID-19.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 16 de agosto de 2022)

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