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Perspectiva

El Partido Demócrata, la política de identidades y el escándalo del Ayuntamiento de Los Ángeles

Varias grabaciones filtradas de líderes políticos del Partido Demócrata en Los Ángeles, California, haciendo declaraciones racistas sobre afroamericanos, indígenas, armenios y judíos han enfadado a muchos en la segunda mayor ciudad de EE.UU. y han sumido en crisis a la élite política.

El Partido Demócrata, desesperado por contener la oposición social, ha respondido con muestras ensayadas de indignación moral y las demandas trilladas de castigar y usar como ejemplos a los culpables individuales. Pero lejos de tratarse de unos pocos villanos, el incidente pone al descubierto el carácter reaccionario de la estrategia política racial del Partido Demócrata y la podredumbre de toda la política capitalista estadounidense en su conjunto.

El 9 de octubre, un individuo anónimo publicó el audio de una conversación el otoño pasado entre el titular de la AFL-CIO para el condado de Los Ángeles y tres miembros del Ayuntamiento de Los Ángeles: la presidenta del Ayuntamiento, Nury Martinez, Kevin de León y Gil Cedillo.

La conversación se produjo en la sede de la AFL-CIO en el condado, durante una reunión para discutir “la reestructuración distrital”, es decir, el reparto de enclaves raciales y del botín de cargos públicos entre los políticos que representan a la élite de la ciudad.

Empleando el lenguaje burdo del tribalismo racial, Nury Martinez se refirió al hijo negro de un miembro rival del Ayuntamiento como un “changuito”, un término despectivo sinónimo de mono. Indicando que el niño “necesita que le peguen fuerte”, dijo, “Déjenme llevarlo a la vuelta de la esquina”. Luego atacó al exfiscal distrital de Los Ángeles, George Gascón, por “estar del lado de los negros”.

En una discusión sobre cuál facción de la élite local debería controlar el área de Koreatown, Martínez, cuyo salario anual en 2020 fue de 207.000 dólares, llamó burlonamente “pequeñitos de piel oscura” a los inmigrantes empobrecidos de origen indígena del área, quienes son usualmente indocumentados y oriundos del estado de Oaxaca al suroeste de México. Estos comentarios exponen cómo los políticos burgueses del Partido Demócrata son hostiles a la defensa de los derechos de los inmigrantes.

El hedor del racismo y la reacción chovinista se cierne sobre todos los partidos del capitalismo. En Pensilvania, el candidato republicano a gobernador Doug Mastriano denunció las escuelas judías en un ataque abiertamente antisemita contra su oponente demócrata, que es judío. El racialismo y el nacionalismo son intrínsecos a la política burguesa. En todos los países, la clase dominante percibe y explica el mundo en términos raciales y pretende mantener su dominación fomentando los antagonismos dentro de la clase obrera internacional.

En el audio, la presidenta Martínez atacó a “los miembros blancos de este Ayuntamiento” y señaló con una elocuencia alucinante que “te joderán la madre en un instante”. Los otros miembros del Ayuntamiento describieron a otros individuos según su color de piel (por ejemplo: “¿Era una mujer negra?”). Herrera declaró orgullosamente que los participantes de la reunión conforman “una pequeña bancada latina propia”.

Durante la misma reunión, el titular de la AFL-CIO, Herrera, se refirió al miembro judío Richard Katz como “Katz y su gente”, con la indirecta de que “tienen una agenda”. Martínez dijo que estaba de acuerdo, que los “judíos” tienen “su trato con el sur de Los Ángeles” y “van a joder a todos los demás”.

Martínez también se refirió a un miembro armenio, indicando, “Él también quiere que elijan a su hombre… Quieren asegurarse, quieren que les garanticen que lo tienen, no es un distrito armenio en el valle, eso no existe, pero quieren la mayor cantidad posible de armenios en ese distrito para poder jugar”. Gil Cedillo luego comentó que todos los armenios tienen apellidos que “terminan en i-a-n”.

Esto no se trata de solo unos pocos jugadores de la política local. Los cuatro funcionarios grabados son los líderes del Partido Demócrata en el mayor estado del país. Martínez había sido presentada como una posible alcaldesa. Cedillo es un exsenador estatal y De León fue presidente provisional del Senado estatal e hizo campaña para senador federal en 2018.

Antes de ser el director de la AFL-CIO en el condado, Herrera, cuyo salario anual en 2019 fue de 149.627 dólares, fue el director del sindicato Teamsters en el puerto de Los Ángeles. En enero de este año, Herrera apareció junto al secretario de Transporte, Pete Buttigieg, en el puerto y prometió imponer un paso acelerado de trabajo para disminuir la congestión en el puerto.

El martes, cientos de manifestantes de todas las razas, incluyendo muchos latinos con pancartas de “¡Fuera Martinez!”, irrumpieron en una reunión del Ayuntamiento y exigieron la renuncia de los tres miembros involucrados. Herrera renunció el martes a su cargo de director de la Federación Sindical del Condado de Los Ángeles. El miércoles, los manifestantes volvieron a llenar las cámaras del Ayuntamiento y previnieron que entrara en sesión. El miércoles por la tarde, Martinez anunció su renuncia del Ayuntamiento.

La secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, declaró que Biden consideraba “inaceptables” y “repugnantes” los comentarios racistas. No obstante, el propio Biden tiene una larga historia de comentarios racistas. En 2007, se refirió a Barack Obama como “el primer afroamericano de tendencia convencional que es elocuente, inteligente y limpio”. En 2006, dijo “no puedes ir a un 7-Eleven o a un Dunkin’ Donuts si no tienes un leve acento indio”. En 1977, dijo que las escuelas desagregadas obligarían a los niños blancos a “crecer en una jungla racial”.

La verdadera preocupación del Gobierno de Biden es que esta crisis impacte las elecciones de mitad de periodo el próximo mes o socave su impulso a intensificar la guerra contra Rusia en Ucrania. El jueves, Biden comparecerá en un evento para recaudar fondos en Los Ángeles junto a [la presidenta de la Cámara de Representantes federal] Nancy Pelosi y se espera que haga comentarios al respecto.

Pese a todas las denuncias santurronas del Partido Demócrata y su aparato mediático, el lenguaje utilizado por los miembros del Ayuntamiento es el lenguaje político del propio partido. El Partido Demócrata es un pantano de resentimientos raciales en todas las direcciones y el audio filtrado refleja esta realidad.

Durante los últimos 50 años, el Partido Demócrata ha abandonado cualquier vínculo pasado con las reformas sociales y, en su lugar, ha promovido la política racial tanto para obtener el apoyo de la clase media-alta acomodada como para dividir a la clase trabajadora.

Tras las rebeliones urbanas que sacudieron el país en la década de 1960 –incluida la revuelta de 1965 en Watts, que el gobernador demócrata Pat Brown reprimió con 14.000 soldados de la Guardia Nacional—, el Partido Demócrata trató de desarrollar una base de apoyo dentro de la élite de varios grupos raciales. En 1972, una comisión del Partido Demócrata (la Comisión McGovern-Kerner) reestructuró las primarias y la organización interna del partido para minimizar el papel del movimiento obrero y elevar la importancia de los grupos organizados en torno a las identidades raciales y de género.

En las décadas siguientes, a medida que la política de identidades llegó a dominar el Partido Demócrata, éste se convirtió en el partido dominante en Los Ángeles. La afluencia de inmigrantes de todo el mundo convirtió a Los Ángeles en una de las ciudades más diversas e internacionales de la historia, con una poderosa clase obrera estrechamente vinculada por el proceso de producción a los trabajadores de América Latina y Asia. Los demócratas aplicaron una estrategia de “divide y vencerás” a partir de las identidades, fomentando el nacionalismo negro, el nacionalismo chicano y otras formas de política de identidades como métodos de gobierno, mientras recortaban los programas sociales y los impuestos a los ricos.

Esta estrategia se afianzó después de los disturbios de 1992, cuando la ira estalló en toda la ciudad por la absolución de los policías responsables de la brutal paliza a Rodney King. En la década de 1990, cuando la Administración demócrata del presidente Bill Clinton “acabó con la asistencia social tal y como la conocemos”, los políticos demócratas de la ciudad se presentaron cada vez más como representantes de diversos grupos raciales que competían por los fondos cada vez más reducidos de los programas sociales.

El audio de la reunión deja en claro que la política de identidades no tiene nada que ver con mejorar las condiciones de los trabajadores. Se trata de convertir la identidad en un arma para enriquecer a la clase media-alta adinerada. Los comentarios racistas de los demócratas de Los Ángeles se produjeron en el contexto de propuestas para utilizar las identidades raciales para controlar los contratos gubernamentales y varias sedes sindicales, a fin de obtener acceso al dinero de las cuotas y cargos sindicales.

No es ninguna casualidad que la conversación racista incluyera al jefe de la AFL-CIO del condado, y que tuviera lugar en su sede. Durante el mismo período en que el Partido Demócrata ha hecho de la política de identidades el eje de sus operaciones, los sindicatos han supervisado la pérdida masiva de puestos de trabajo y recortes salarios en nombre de las corporaciones estadounidenses, culpando a los trabajadores extranjeros y promoviendo el nacionalismo. De León y Cedillo fueron ambos burócratas sindicales durante mucho tiempo antes de presentarse a elecciones, De León con la California Teachers Association de maestros y Cedillo con el Service Employees International Union.

Dos de las figuras expuestas en el audio tienen estrechos vínculos con la pseudoizquierda, que ha promovido durante mucho tiempo el nacionalismo y la política de identidades dentro del Partido Demócrata. En el audio, Cedillo habla de su antigua pertenencia al estalinista Partido Comunista de EE.UU. junto al anterior alcalde demócrata de Los Ángeles, Antonio Villaraigosa. De León, por su parte, se pronunció en un evento de la asociación DSA-Los Ángeles en 2017. La DSA del condado de Ventura organizó un evento para “conocer al candidato” en 2018 que promovió la candidatura de De León al Senado de los Estados Unidos.

Si bien el audio filtrado expone el racismo de los principales demócratas latinos, el Partido Demócrata está impregnado de la política racial. La demócrata afroamericana Stacey Abrams declaró en 2018 que existen “diferencias raciales inherentes” El Proyecto 1619 del New York Times es una reinterpretación racialista de la historia, presentando el pasado y el presente en términos de un conflicto racial irreconciliable.

El audio demuestra que la política racial de los demócratas y el racismo abierto de un Partido Republicano cada vez más fascista son solo dos caras de la misma moneda. Al leer la transcripción de la conversación de los demócratas de Los Ángeles sobre el reparto de los distritos, no es posible distinguirla de los insultos y las bufonadas del propio Trump.

La política de identidades ha enriquecido enormemente a la minoría más rica de cada grupo racial, pero ha sido un desastre para la clase trabajadora de todas las razas y nacionalidades. En ningún lugar es más cierto esto que en Los Ángeles, donde hay más de 50 milmillonarios y 70.000 personas sin hogar, donde el alquiler promedio de un apartamento de una habitación es de 2.800 dólares por mes y la gasolina cuesta 6 dólares el galón, donde el transporte público es un caos y 96.000 angelinos han muerto por el coronavirus. Las masas de inmigrantes indocumentados se enfrentan diariamente a la amenaza de la deportación.

El depravado incidente demuestra que la política racial y de identidades no tiene nada que ver con los intereses de la clase trabajadora. Un poderoso movimiento de la clase obrera mundial está surgiendo en todos los continentes, y la tarea de los socialistas es unir a la clase obrera a través de todas las líneas raciales, nacionales, de género y orígenes étnicos en un solo movimiento por la igualdad social. Esto significa orientarse hacia la política de clases, que se basa en las divisiones reales y económicas en la sociedad. Esto significa librar una lucha inflexible contra la política de identidades en todas sus formas.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 12 de octubre de 2022.)

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