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Resolución del Congreso del PSI (Reino Unido) 2022

¡Movilicen a la clase obrera contra la guerra imperialista!

(Publicado originalmente en inglés el 14 de noviembre de 2022)

Esta resolución fue adoptada en el Sexto Congreso Nacional del Partido Socialista por la Igualdad (Reino Unido), celebrado del 22 al 25 de octubre de 2022. Lea el informe completo sobre el Congreso aquí.

1. El Partido Socialista por la Igualdad (PSI, o SEP por sus siglas en inglés) se une a sus partidos hermanos en el Comité Internacional de la Cuarta Internacional en la condena de la guerra imperialista en Ucrania instigada por los EE.UU. y la OTAN. El imperialismo estadounidense y su aliado imperialista británico no sólo se arriesgan, sino que planean activamente, una guerra nuclear que podría resultar en la extinción de la vida humana en el planeta. Su objetivo es la subyugación de Rusia y el control de su vasto territorio y de sus recursos, para el saqueo y como preparación esencial para un ataque contra China.

2. Detrás de las espaldas de la clase obrera, las potencias de la OTAN han instigado un conflicto que empuja hacia la confrontación militar directa con Rusia y China, una Tercera Guerra Mundial que amenaza con la aniquilación nuclear. Los Estados Unidos y sus aliados han rechazado por completo cualquier resultado de la guerra que no sea la consecución de los objetivos militares de Ucrania. Oliendo la sangre en el agua después de la debacle militar de Rusia, son cada vez más desenfrenados en sus acciones, proporcionando apoyo material y técnico para una ofensiva en el territorio reclamado por Rusia. Esto sólo puede explicarse por la crisis y la desesperación a la que se enfrenta la clase dirigente. Los gobiernos de Estados Unidos y Europa están sentados sobre un barril de pólvora social, gobernando sobre las clases trabajadoras cuyos niveles de vida se han derrumbado durante décadas y que ahora se están movilizando en un resurgimiento internacional de la lucha de clases.

3. Aunque la guerra ha sido instigada por el imperialismo estadounidense, el PSI se opone inequívocamente a la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Mientras rechazamos las afirmaciones de que Rusia es 'imperialista', el PSI no apoya en absoluto las políticas de 'defensa nacional' de la reaccionaria clase dominante rusa que llegó al poder mediante la disolución de la Unión Soviética en 1990-91 y el saqueo sistemático de sus bienes. Al igual que la guerra emprendida por EEUU y la OTAN es una continuación de la expansión imperialista, la invasión de Ucrania es una continuación de las políticas reaccionarias de la oligarquía rusa y su repudio de toda la herencia progresista de la Revolución Rusa y de los principios democráticos encarnados en la fundación original de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas en 1922. El cerco de Rusia por el imperialismo es el resultado desastroso de la traición final del régimen estalinista al legado de la Revolución de Octubre. La política de Putin de nacionalismo y chovinismo ruso es incapaz de oponerse al imperialismo o de atraer a la amplia masa de trabajadores en Rusia, por no hablar de Ucrania, Europa y Estados Unidos.

4. La oposición del PSI a la invasión rusa, sin embargo, es de la izquierda socialista, no de la derecha imperialista. Todas las razones que han dado el gobierno del Reino Unido y la oposición del Partido Laborista para justificar la guerra son mentiras. La OTAN no está luchando una guerra por la 'democracia', ni Ucrania por la 'autodeterminación nacional'. Más bien, la OTAN está utilizando el régimen ucraniano --llevado al poder en febrero de 2014 por un golpe de Estado respaldado por Estados Unidos y Europa y encabezado por fuerzas de extrema derecha y fascistas-- como su fuerza de primera línea en la guerra contra Rusia. Ni Ucrania ni Gran Bretaña ni las demás potencias de la OTAN muestran preocupación alguna por los derechos democráticos de sus ciudadanos. Kiev trata a su población como carne de cañón en la búsqueda de los intereses de la clase dominante ucraniana, en línea con el imperialismo estadounidense y europeo. Liz Truss fue nombrada primera ministra por los votos de sólo 80.000 miembros del partido Tory, y Rishi Sunak por la designación de unos pocos cientos de diputados Tory. Está al frente de un gobierno que erosiona el derecho a la huelga y a la protesta. El imperialismo británico es responsable, junto con Estados Unidos y otras potencias imperialistas, de la muerte de millones de civiles inocentes, de la mayor crisis de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial y del fortalecimiento de las dictaduras en todo el mundo.

5. La guerra contra Rusia es la continuación e intensificación del impulso de la hegemonía global de Estados Unidos que se inició con la primera invasión de Irak en 1990-91 y se intensificó tras la disolución de la URSS en diciembre de 1991. Es el resultado de una estrategia geopolítica llevada a cabo por Estados Unidos y respaldada al máximo por el Reino Unido durante más de 30 años. A lo largo de esas tres décadas, Estados Unidos ha dirigido una serie de guerras destinadas a utilizar su incomparable poder militar para compensar su prolongado declive económico: la guerra del Golfo Pérsico de 1990-91; la guerra contra Serbia en 1999; la invasión de Afganistán en 2001; la segunda guerra contra Irak en 2003; la guerra contra Libia en 2011; y la guerra civil en Siria respaldada por la CIA. En 2016, el CICI declaró:

El último cuarto de siglo de guerras instigadas por Estados Unidos debe estudiarse como una cadena de acontecimientos interconectados. La lógica estratégica del impulso estadounidense hacia la hegemonía mundial va más allá de las operaciones neocoloniales en Oriente Medio y África. Las guerras regionales en curso son elementos componentes de la rápida escalada de la confrontación de Estados Unidos con Rusia y China. [Prefacio de A Quarter Century of War: The US Drive for Global Hegemony 1990-2016, David North, 11 de julio de 2016].

6. El imperialismo británico participó como socio principal en cada uno de estos baños de sangre. El Reino Unido ha actuado durante mucho tiempo como el principal aliado de Washington en Europa. Pero desde el Brexit esta alianza ha asumido un imperativo cada vez más esencial en los esfuerzos del imperialismo británico para proyectar sus intereses globales. Con la oposición de Washington, el Brexit hizo que el Reino Unido perdiera su lugar dentro de la Unión Europea como el principal defensor de los intereses estadounidenses en el continente, especialmente al oponerse a los esfuerzos alemanes y franceses para construir una capacidad militar europea independiente de la OTAN. Esto ha obligado a redoblar los esfuerzos de Londres para demostrar su validez ante la Casa Blanca y el Pentágono. El imperialismo británico, en medio de un colapso sin precedentes de su posición mundial, se está acercando lo más posible a Estados Unidos con la esperanza de obtener una parte del botín. El Reino Unido ha dado al régimen de Ucrania 2.300 millones de libras en ayuda militar, incluyendo armamento avanzado, y miles de soldados ucranianos están siendo entrenados en bases militares británicas. Antes de la guerra, la Operación Orbital del Reino Unido entrenó a 22.000 soldados ucranianos. Las fuerzas especiales británicas están presentes sobre el terreno en Ucrania.

7. El impulso bélico del Reino Unido tiene sus raíces en su profunda crisis política, social y económica, que se ha visto enormemente exacerbada por la pandemia de COVID-19. En sólo dos años y medio, más de 200.000 personas han muerto a causa del COVID en el Reino Unido, y cientos de miles han quedado debilitados, debido a la decisión deliberada de la clase dirigente de priorizar los beneficios sobre las vidas. El impacto catastrófico recae sobre una sociedad ya desgarrada por niveles extremos de desigualdad social y privación generalizada. Frente a un creciente movimiento de oposición de la clase obrera, la clase dominante británica está recurriendo a la guerra como medio para imponer una falsa 'unidad nacional', con repetidos llamamientos al sacrificio por parte del gobierno para justificar las subidas masivas del precio del combustible, los alimentos y otros productos esenciales

8. Los generales británicos han dejado claro la magnitud de la guerra planeada por la clase dirigente. En su discurso de apertura de la 'Conferencia anual sobre la guerra terrestre' del Royal United Services Institute (RUSI), el jefe del ejército británico, el general Sir Patrick Sanders, exigió unas fuerzas armadas reforzadas capaces de librar guerras ofensivas, insistiendo en que 'el ejército británico debe estar preparado para participar en la guerra en su forma más violenta.' En 2018, el general Sir Nicholas Carter, antiguo jefe del Estado Mayor de la Defensa, propuso que el Ejército británico necesitaba 'proyectar capacidad terrestre a distancias de hasta unos 2.000 km', comparando las tareas actuales con la guerra de aniquilación nazi librada contra la Unión Soviética.

9. La caída de Johnson como primer ministro se produjo en un golpe de palacio por parte de sus propios diputados porque la élite gobernante británica había perdido la confianza en su capacidad para librar la guerra contra la clase obrera en casa y la guerra contra Rusia. Fue sustituido por la ex secretaria de Asuntos Exteriores Liz Truss, la más feroz provocadora antirrusa. Durante una campaña electoral para el liderazgo del Partido Conservador, dijo sobre la autorización de un ataque nuclear y la aniquilación global: 'Creo que es un deber importante del primer ministro y estoy dispuesta a hacerlo'. Mientras que Johnson prometió aumentar el gasto militar hasta el 2,5% del PIB en 2030, Truss prometió el 3% y no ha sido contradicha desde entonces. Además, ha prometido que el gasto militar del Reino Unido 'se determinará en función de las necesidades de las Fuerzas Armadas de Ucrania', y ha tachado de 'falsa' la advertencia de Putin de una guerra nuclear. Moscú ha respondido identificando al Reino Unido como objetivo principal, y el general ruso Andrey Gurulyov dijo a la televisión estatal rusa que un ataque nuclear a Gran Bretaña significaría 'olvidarnos de las Islas Británicas'.

10. La guerra en el extranjero implica una guerra de clases en casa. El Real Instituto de Servicios Unidos ha saludado 'el fin del dividendo de la paz' cuando el gasto en 'el NHS y las pensiones del Estado' podría pagarse 'a través de recortes en la parte del PIB destinado a la defensa'. Un aumento del gasto del PIB en defensa hasta el 3 por ciento en 2030 supondría £157.000 millones de libras adicionales en los próximos ocho años. Los trabajadores ferroviarios en huelga han sido denunciados repetidamente por los diputados tories y los medios de comunicación como 'amigos de Putin', en medio de las exigencias de que se 'detenga la acción industrial' para que el Reino Unido pueda librar con éxito la guerra contra Rusia. Al igual que la descripción de Margaret Thatcher de los mineros como 'el enemigo interno' anunció una ofensiva estatal masiva contra los mineros, también la descripción de los trabajadores ferroviarios como títeres de Rusia prepara el camino para la movilización total del Estado, esta vez contra toda la clase obrera. El gobierno ya se ha comprometido a movilizar a los trabajadores de las agencias como mano de obra esquirol, a introducir disposiciones de servicios mínimos que criminalicen las huelgas en todos los servicios esenciales y que impidan cualquier huelga hasta que se agoten las negociaciones, incluyendo la votación de todos los acuerdos propuestos.

11. Gran Bretaña está apoyando directamente la agresión del imperialismo estadounidense contra China, abandonando sus anteriores intentos de cultivar el comercio y la inversión con Pekín, que llevaron al Reino Unido a convertirse en miembro fundador del Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras de Pekín, con la esperanza de posicionarse como un actor clave en el acceso de China a los mercados europeos. El cambio fue descrito por The Atlantic como 'la eliminación por décadas de consenso en materia de política exterior en el cambio más drástico de este tipo en el mundo occidental', dejando la política exterior británica en 'un solapamiento casi total con la de Estados Unidos'. El Reino Unido ha realizado amplios preparativos para un conflicto con China en documentos políticos clave como la Revisión Integrada de la política exterior y de defensa y 'La defensa en una era competitiva'. En septiembre del año pasado, Estados Unidos, Gran Bretaña y Australia anunciaron la formación del pacto militar antichino AUKUS, centrado en el despliegue de submarinos de propulsión nuclear. Truss, como ministra de Asuntos Exteriores, pidió 'una OTAN global' para garantizar que 'democracias como Taiwán puedan defenderse'.

12. El Partido Laborista marcha al unísono con el gobierno tory. Su líder, Sir Keir Starmer, ha reafirmado la posición de los laboristas como 'el partido de la OTAN', proclamando el apoyo a la alianza militar como 'la raíz del Partido Laborista, el centro del Partido Laborista', amenazando con expulsar a cualquier diputado laborista que no demuestre un 'apoyo inquebrantable' a la OTAN. Ha denunciado a los manifestantes contra la guerra por 'proporcionar una cortina de humo' para que el gobierno de Putin 'pueda seguir golpeando y encarcelando a los valientes que se atreven a enfrentarse a su despotismo en las calles de Rusia'. Los laboristas fueron clave para que los tories sustituyeran a Johnson por Truss y luego a Sunak en medio de una crisis de gobierno sin precedentes, apelando a los diputados tories 'decentes y honorables' para que 'pongan a su país por delante' y lo destituyan ellos mismos.

13. Los sindicatos británicos se han alineado directamente detrás de la campaña bélica de la OTAN. La conferencia del Congreso de Sindicatos (TUC, Trade Unions Congress) de este año aprobó una resolución presentada por el GMB en la que se exigía 'un aumento inmediato del gasto en defensa' y se pedía que 'los contratos de defensa se celebren en el Reino Unido siempre que sea posible y que los pedidos de construcción naval se realicen en astilleros británicos'. En marzo, el TUC canceló su manifestación anual ante la conferencia del Partido Tory a favor de un 'día de solidaridad con Ucrania'. El GMB, el Sindicato Nacional de Mineros, el ASLEF, el TSSA, el Sindicato de Universidades y Colegios, el Sindicato de Servicios Públicos y Comerciales, el Sindicato de Trabajadores de la Comunicación y el Sindicato de Panaderos, Trabajadores de la Alimentación y Afines se unieron a una manifestación organizada por el títere de la OTAN Paul Mason exigiendo el armamento de Ucrania.

14. Mason es un ejemplo revelador de la transición de una amplia franja del entorno de la pseudoizquierda directamente al campo de la reacción imperialista. Nombrado asesor del canciller indirecto de Jeremy Corbyn, John McDonnell, en 2016, trabajó después en la campaña electoral del liderazgo laborista de Starmer antes de convertirse en asesor del secretario de Defensa indirecta, John Healey. Mason organizó una delegación de líderes sindicales y diputados laboristas para reunirse con miembros de la Brigada de Defensa Territorial en Kiev, luciendo la insignia de la Organización de Nacionalistas Ucranianos establecida por el colaborador nazi Stepan Bandera. Su llamamiento a un 'frente popular' se dirige a la 'izquierda' pequeñoburguesa y a los grupos de política de identidad para que reconozcan que sus intereses están con la City de Londres y la OTAN, pidiendo a Occidente que 'aísle, paralice y desintegre a Rusia como Estado mientras se rearma para la disuasión convencional y nuclear'.

15. La caza de brujas de Starmer a favor de la OTAN es una acusación devastadora contra Corbyn y el grupúsculo de la 'izquierda' laborista. De todos los retrocesos de Corbyn de sus principios declarados, el más significativo fue su acomodación al militarismo imperialista. En cuanto a la guerra en Siria, la acumulación militar de la OTAN contra Rusia y la renovación del programa de armas nucleares de Gran Bretaña, Corbyn cedió a sus críticos de la derecha. Es gracias a Corbyn que Starmer, Johnson, Truss y ahora Sunak han podido llegar tan lejos en su misión criminal. Su negativa a luchar contra los blairistas ha dejado un partido más abiertamente derechista de lo que era bajo Tony Blair, unido a los tories como un único 'partido de la guerra' de facto. McDonnell respondió a los ataques de Starmer a Corbyn por criticar a la OTAN tuiteando: 'Un compromiso con la OTAN ha sido la política laborista determinada democráticamente por la conferencia del partido y aceptada por cada líder laborista para su inclusión en cada manifiesto laborista, incluyendo por Jeremy Corbyn, desde el inicio de la OTAN'.

16. La abyecta capitulación de los diputados corbynitas ha hecho saltar por los aires la pretensión de la Coalición Stop the War (STWC) y de los grupos de pseudoizquierda británicos de que una facción 'de izquierdas' de la burocracia laborista y sindical lidere una campaña antibélica. El 18 de febrero, la STWC publicó una declaración en la que exigía que la OTAN 'pusiera fin a su expansión hacia el este' y dejara de echar 'aceite al fuego' en Ucrania. Sólo 11 diputados laboristas, además del suspendido Corbyn, la firmaron. Cuando se les amenazó con la expulsión del partido parlamentario, los 11 capitularon en una hora. La estrecha aliada de Corbyn, Diane Abbott, declaró: 'Soy una leal partidaria de Keir Starmer', y dijo sobre su indicación de la carta del STWC: 'Eso fue antes de que Rusia invadiera Ucrania... Todo el mundo en el Partido Laborista apoya una alianza defensiva'.

17. La perspectiva política del STWC no es antiimperialista. Se basa en un llamamiento al imperialismo británico para que proyecte una política exterior que se libere de Washington y alinee al Reino Unido dentro de un bloque político y militar europeo. En 2003, durante el período previo a la guerra de Irak, sostuvo a los gobiernos francés y alemán y a las Naciones Unidas como una alternativa a la alianza de Blair y George Bush Jr. Habiendo llegado a la cabeza de un movimiento de masas contra la guerra, el STWC lo puso en camino al colapso. Sobre Ucrania, la declaración del STWC del 21 de enero argumentaba: 'Creemos que es necesario que haya una nueva arquitectura de seguridad inclusiva en Europa, no bajo la hegemonía de ningún estado. Exigimos que el gobierno británico y el Partido Laborista se distancien de las políticas y prioridades de Estados Unidos y desarrollen una política exterior independiente'. En medio de una polarización social sin precedentes, la mayoría de las capas de la clase media alta que antes constituían la base social del STWC se han reconciliado con un orden social que les proporciona un estilo de vida cómoda y han reconocido las ventajas de las guerras imperialistas para el cambio de régimen con el fin de preservar el orden capitalista mundial en nombre de la defensa de la 'democracia' contra el 'imperialismo ruso'.

18. Alemania, Francia y todas las potencias imperialistas de Europa son totalmente cómplices en la campaña de guerra dirigida por EEUU. En su declaración '¡Opónganse a la campaña de guerra de EEUU y la OTAN contra Rusia en Ucrania!', el Comité Internacional de la Cuarta Internacional explicó:

La burguesía europea, que apenas ha sobrevivido de la catástrofe de las dos guerras mundiales, se inclina por una mayor cautela. Sin embargo, siguen el impulso bélico de Washington, a pesar de que la guerra por Ucrania podría ser catastrófica para sus propios intereses, dependientes como son de Rusia para el gas natural y otros recursos. Se enfrentan a enormes crisis internas que les impulsan por el mismo camino desastroso. Además, saben que un desafío directo a la agenda estadounidense provocaría una retribución devastadora... La burguesía europea también teme que resistirse a Estados Unidos suponga la exclusión del botín que se asegurará en la potencial reorganización de Rusia. Debidamente disciplinados, se unen al impulso de la guerra.

19. Las mayores tendencias de pseudoizquierda en Gran Bretaña, el Partido Socialista y el Partido Socialista de los Trabajadores, no ofrecen ninguna oposición genuina al impulso bélico de la clase dominante británica. El Partido Socialista apenas escribe sobre la guerra y no plantea ninguna oposición a la misma basada en la clase obrera. Su única referencia a los trabajadores es instar a los de Ucrania a que se encarguen de librar la guerra contra Rusia y a que los 'socialistas' les 'ayuden' en este esfuerzo. Por encima de todo, el papel del SP es desarmar a la clase obrera en cuanto a los peligros que se plantean, con Tony Saunis, del Comité por una Internacional de los Trabajadores (CWI), declarando que 'La profundidad de esta crisis ha llevado a temer que se desate la 'Tercera Guerra Mundial' y un holocausto nuclear'. El SWP se opone formalmente a la expansión de la OTAN, pero define a Rusia como un estado agresor imperialista, y su líder ideológico, Alex Callinicos, declara que 'la idea que han esgrimido algunos en la izquierda de que detrás de la crisis de Ucrania se encuentra un impulso de los neoconservadores estadounidenses para la guerra con Rusia es la más pura tontería'. La Tendencia Socialista Internacional, matriz del SWP, emitió una declaración en la que trazaba un signo de igualdad entre el imperialismo estadounidense y europeo y Rusia y China, describiendo a Rusia como 'una potencia imperialista más débil, pero aún viciosa', y a Ucrania como 'un mero peón' para 'ambas partes'.

20. En su declaración de 2016, 'El socialismo y la lucha contra la guerra', el CICI designó a Rusia y China como Estados capitalistas que deben ser derrocados por la clase obrera, pero rechazó su designación por parte de la pseudoizquierda como 'imperialistas'. Señalando que 'ambos Estados son el producto de la traición por el estalinismo de las revoluciones socialistas del siglo XX y su restauración final del capitalismo', la declaración explicaba que añadir la palabra 'imperialista' a las descripciones de China y Rusia 'cumple funciones muy definidas. En primer lugar, relativiza, y por lo tanto disminuye, el papel contrarrevolucionario global, central y decisivo del imperialismo estadounidense, europeo y japonés. Esto facilita la colaboración activa de la pseudoizquierda con Estados Unidos en operaciones de cambio de régimen como en Siria, donde el régimen de Assad ha sido respaldado por Rusia. En segundo lugar, y aún más significativo, la designación de China y Rusia como imperialistas --y por lo tanto, por implicación, como potencias coloniales que reprimen a las minorías étnicas, nacionales, lingüísticas y religiosas-- sanciona el apoyo de la pseudoizquierda a los levantamientos de 'liberación nacional' respaldados por los imperialistas y a las 'revoluciones de colores' dentro de las fronteras de los estados existentes.' Hoy en día, la caracterización de Rusia y China como 'imperialistas' sirve un propósito general: justificar y legitimar una política de 'descolonización' de Rusia y China, es decir, dividir estos países en una serie de regímenes títeres con sus vastos recursos de petróleo, gas y minerales controlados por las potencias imperialistas de Estados Unidos y la OTAN.

21. La base social de la oposición a la guerra es la clase obrera internacional. En su declaración inicial de oposición a la invasión rusa de Ucrania, publicada el 24 de febrero de 2022, el Comité Internacional de la Cuarta Internacional escribió:

El peligro de una catástrofe sólo puede ser evitado por la acción de la clase obrera, dentro de EEUU y en todo el mundo, sobre la base de un programa socialista revolucionario.

Un principio fundamental de este programa es el rechazo a la defensa del 'estado nacional', una estructura política históricamente obsoleta, cuya existencia está en contradicción con el dominio de la economía mundial y la interdependencia global de las fuerzas productivas.

Trotsky añadió: 'No vincularse al estado nacional en tiempo de guerra, no seguir el mapa de la guerra sino el mapa de la lucha de clases, sólo es posible para aquel partido que ya ha declarado la guerra irreconciliable al estado nacional en tiempo de paz'. Seguir 'el mapa de la lucha de clases' significa enraizar la oposición al imperialismo en la lucha por unificar a la clase obrera internacional en oposición a la explotación, la desigualdad y el sistema capitalista.

22. En su nivel más básico, la guerra imperialista surge de las contradicciones fundamentales del sistema capitalista: entre una economía global y la división del mundo en Estados-naciónes rivales, en los que está arraigada la propiedad privada de los medios de producción. Estas mismas contradicciones, sin embargo, producen la base objetiva para la revolución socialista mundial. Las consecuencias de la guerra ya están intensificando enormemente los conflictos sociales en todo el mundo. El impacto de la creciente inflación está impulsando la lucha de clases, incluyendo el estallido de huelgas y protestas entre los trabajadores de la automoción, de las aerolíneas, de la sanidad, de la educación, de los servicios y de otros sectores de la clase obrera.

23. El PSI exige el fin inmediato de la guerra de Estados Unidos y la OTAN contra Rusia. Esta guerra se está librando como una conspiración contra la población del Reino Unido y del mundo entero. Ha sido impuesta sin ninguna discusión sobre sus causas y consecuencias. Todos los recursos utilizados para financiar la maquinaria militar se pagarán con una brutal austeridad y ataques a la clase obrera. El PSI condena la campaña de propaganda internacional contra la cultura rusa que está encabezada por los defensores pequeñoburgueses de la guerra, el gobierno y el estado. Este importante componente de la campaña hacia la guerra ha implicado medidas discriminatorias contra los músicos rusos, directores de cine, atletas, otros individuos, así como contra la lengua rusa, la literatura, la música, el cine y la cultura en general. En todo el mundo, la campaña confunde y contamina la conciencia política, intimida la oposición a la guerra y sirve para contrarrestar la lucha objetiva de la clase obrera por la unidad internacional.

24. El fin de la guerra no es posible sino a través de la movilización política de la clase obrera en oposición a toda la clase dominante y a sus dos partidos, Tory y Laborista. El desarrollo de un movimiento antibélico en el Reino Unido debe estar conectado con la lucha para unir a los trabajadores en todos los países, incluso en Rusia y Ucrania, contra la guerra y el imperialismo. El PSI resuelve construir un poderoso movimiento antiimperialista en el Reino Unido como parte de un movimiento internacional de la clase obrera contra la guerra. Lo haremos en íntima colaboración con nuestros copensadores internacionales, especialmente para movilizar a la clase obrera europea contra el resurgimiento del militarismo imperialista dirigido por el Reino Unido, Alemania y Francia.

25. El PSI trabajará junto con los Jóvenes y Estudiantes Internacionales por la Igualdad Social (JEIIS, o IYSSE por sus siglas en inglés) para construir el movimiento antiguerra entre los jóvenes y estudiantes de clase obrera. La cuestión central es la movilización de la clase obrera internacional, basada en una perspectiva socialista. Pero esto sólo pone de manifiesto la necesidad de construir un movimiento masivo, internacional y socialista de jóvenes y estudiantes, que abarque a la generación de trabajadores a la que se le niega un futuro. La construcción de un movimiento antiguerra entre los estudiantes es vital porque la defensa del imperialismo y la justificación de la guerra imperialista encuentra su expresión más desarrollada y reaccionaria en las ideologías promovidas en las universidades, en forma de las muchas marcas de pseudoizquierdismo. Nuestro objetivo central será orientar a los estudiantes hacia la lucha por el socialismo en la clase obrera.

26. Mientras que existe una enorme oposición a la guerra entre los trabajadores británicos, esta oposición carece de programa, perspectiva y liderazgo. La tarea del Partido Socialista por la Igualdad es desarrollar dentro de la clase obrera y de su vanguardia una comprensión de la conexión inextricable entre la guerra en el exterior y la explotación y la represión en el interior, y en este proceso construir una dirección revolucionaria en la clase obrera que tenga como objetivo la conquista del poder del Estado y la reorganización socialista de la vida económica, como parte integrante de la revolución socialista mundial.

(Publicado originalmente en inglés el 14 de noviembre de 2022)

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