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Discurso del mitin del IYSSE contra la guerra

La guerra, la crisis social y las tareas de los jóvenes en el sur de Asia

Este es el discurso de Kapila Fernando, coordinador del IYSSE en Sri Lanka, en el mitin 10 de diciembre, “¡Por un movimiento de estudiantes y jóvenes para detener la guerra en Ucrania!” organizado por los Jóvenes y Estudiantes Internacionales por la Igualdad Social (IYSSE, por sus siglas en inglés). Para más información sobre unirte al IYSSE, visita la siguiente página.

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Kapila Fernando | Discurso em el evento del IYSSE contra la guerra el 10 de diciembre

Las catastróficas condiciones que enfrentan los trabajadores debido a la pandemia de COVID-19 y la actual guerra de EE.UU. y la OTAN contra Rusia en Ucrania se dejan sentir con especial intensidad en Sri Lanka, India y toda Asia. Los Gobiernos están aplicando medidas de austeridad, imponiendo todo el peso de la crisis económica sobre las masas de personas ordinarias.

Los trabajadores de Asia, los pobres de las zonas rurales y los jóvenes se enfrentan a niveles sin precedentes de pobreza y desempleo. Solo este año, los precios de los alimentos han subido más de un 100%. Sri Lanka y Afganistán figuran entre los países con mayor inflación y pobreza del mundo.

Según los últimos informes del Banco Mundial, en el sur de Asia, el desempleo entre los jóvenes de 15 a 24 años es del 24,1%. En India, alcanza el 28,3%. En comparación, en Sri Lanka supera el 26%. En el sur de Asia, entre los niños de 10 años, el porcentaje que no sabe leer de forma comprensiva un texto sencillo era del 60% antes de la pandemia. Ahora ha subido al 78%.

También los trabajadores del sur de Asia y de la región de Asia-Pacífico enfrentan un peligro cada vez mayor de aniquilación nuclear por las guerras imperialistas. En Ucrania, se está intensificando la guerra contra Rusia.

Mientras tanto, con el apoyo de sus aliados de la OTAN, Estados Unidos está intensificando sus preparativos de guerra contra China.

Japón, Australia e India, los principales aliados de EE.UU. en el Asia-Pacífico, han creado una cuasi alianza militar llamada QUAD, dirigida contra China. De este modo, se han alineado completamente con la campaña bélica contra China. Estados Unidos e India han estado realizando ejercicios de guerra bilaterales cada año llamados ejercicios navales Malabar.

El ejercicio de este año se celebró del 8 al 15 de noviembre provocativamente en el mar de China Oriental. También participaron Australia y Japón.

Bajo el Gobierno del primer ministro fascistizante Narendra Modi, India fue integrada en la primera línea de la campaña bélica estadounidense contra China. Después del ejercicio naval Malabar, casi de inmediato, del 15 de noviembre hasta el 1 de diciembre, India y EE.UU. llevaron a cabo su ejercicio de guerra anual Yudh Abhyas. se ejercicio tuvo lugar a gran altitud, solo 100 km de la frontera de India con China, donde los militares indios y chinos ya se enfrentaron en mayo de 2020.

El océano Índico, con rutas comerciales marítimas vitales para el comercio chino, se está convirtiendo cada vez más en un campo de batalla entre Washington y Beijing.

La experiencia acumulada en las siete décadas desde la supuesta independencia del sur de Asia confirma poderosamente la perspectiva de la revolución permanente desarrollada por León Trotsky, el colíder de la Revolución rusa de 1917.

Trotsky explicó que la burguesía nacional de los países capitalistas atrasados era totalmente incapaz de garantizar los derechos sociales y democráticos de las masas. Al tomar el poder político a través de una revolución socialista, esos derechos solo pueden ser garantizados por la clase obrera, ganando el apoyo y movilizando a las masas oprimidas, especialmente a los campesinos pobres.

Hasta fines de los años cuarenta, la mayor parte de Asia permaneció bajo dominio colonial por siglos. La supuesta libertad concedida dentro del sistema capitalista e imperialista solo les ha ofrecido a los miles de millones de trabajadores, jóvenes y oprimidos rurales, pobreza extrema, desempleo, comunalismo y las guerras civiles subsecuentes, destruyendo los derechos democráticos, y ahora un peligro cada vez mayor de aniquilación nuclear.

A pesar de ello, la clase obrera ha retomado la lucha de clases. Durante este año, los trabajadores, los jóvenes y los oprimidos rurales lucharon continuamente contra el Gobierno del expresidente Gotabhaya Rajapakse, formando un movimiento de masas que sacudió Sri Lanka. Desde principios de abril de este año, los cortes de luz diarios de varias horas, la escasez de productos básicos como alimentos, combustible y medicinas, una inflación exorbitante, y otras condiciones de vida insoportables obligaron a los trabajadores a luchar. La crisis social en Sri Lanka se intensificó fuertemente por la pandemia y luego la guerra en Ucrania.

En las huelgas generales del 28 de abril y el 6 de mayo, millones de trabajadores protagonizaron el levantamiento de masas. Al intervenir como una sola clase, por encima de las líneas raciales y religiosas, los trabajadores rechazaron las divisiones comunales promovidas por toda la élite gobernante. Este poderoso movimiento de masas obligó al expresidente Rajapakse a huir del país en julio y dimitir.

En oposición a todos los partidos de la élite capitalista, el PSI y el IYSSE intervinieron enérgicamente en el movimiento de masas a partir de una perspectiva y un programa revolucionarios y socialistas para movilizar a la clase obrera a luchar por su independencia política. El Samagi Jana Balavegaya (SJB), la Alianza Nacional Tamil (TNA), y el Janatha Vimukthi Peramuna (JVP), los llamados partidos de la oposición, así como sus secuaces pseudoizquierdistas como el Partido Socialista de Primera Línea (FSP) junto con los agentes sindicales pertenecen a dichas organizaciones de la élite capitalista.

A pesar de la dimisión de Rajapakse, no se ha resuelto ninguna de las cuestiones urgentes que provocaron las luchas masivas. Ranil Wickremasinghe fue elegido presidente por un Parlamento sumamente desacreditado. Su nuevo Gobierno ha atacado los derechos sociales y democráticos de los trabajadores y los pobres del campo, aplicando los dictados de austeridad del FMI.

Si bien el Gobierno de Wickremasinghe dice que no participará en la disputa sobre el océano Índico, considerando su largo historial como un lacayo del imperialismo estadounidense y bajo la presión cada vez mayor de Washington y Nueva Delhi, Wickremasinghe se alineará con la campaña bélica de EE.UU. contra China.

Asimismo, las clases dirigentes de todo el sur de Asia ya están imponiendo el peso de la crisis económica sobre los trabajadores y los pobres rurales, aplicando medidas de austeridad cada vez más fuertes.

En oposición a una guerra nuclear y a la austeridad de los Gobiernos de todo el mundo, se debe construir un movimiento mundial dirigido por los trabajadores y basado en un programa socialista internacional. El PSI y el IYSSE invitamos a los trabajadores y jóvenes de India, Sri Lanka y el sur de Asia a que se nos unan en esta lucha política.

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