Español

Los profesores portugueses convocan una huelga nacional

Una huelga nacional de profesores está en marcha en Portugal en medio de una marea creciente de la lucha de clases tanto en el mismo Portugal como internacionalmente, tres años después de la pandemia de COVID-19 y mientras la OTAN libra una guerra contra Rusia en Ucrania. El lunes pasado, los profesores comenzaron una huelga de 18 días convocada por ocho confederaciones sindicales, que previamente habían rechazado la convocatoria de huelgas, alegando que 'no era un momento apropiado'.

Convocaron esta huelga bajo la presión creciente de los profesores que realizaron una de las mayores protestas desde que la Revolución de los Claveles derrocó al régimen de extrema derecha de Portugal en 1974. Convocados por el Sindicato de Todos los Profesionales de la Educación (STOP), hasta 100.000 maestros, personal escolar y padres marcharon en Lisboa. Llevaban pancartas exigiendo 'respeto', 'dignidad en la profesión', 'un sistema de escuelas públicas (que funcione)' y pidiendo la renuncia del ministro de Educación del Partido Socialista (PS), João Costa.

El gobierno del PS amenaza con prohibir la huelga. “Lo que está ocurriendo es que se hace huelga un día a una hora y al siguiente día en otra distinta. En nuestra opinión, esto no respeta los principios básicos de lo que debe ser una huelga,” dijo Costa. Esto es una repetición del ataque del PS a las huelgas de las enfermeras portuguesas de 2017-2018, a las que amenazó declarando que el crowdfunding para soportar las huelgas es ilegal.

Los docentes exigen el fin de la inestabilidad profesional, la precariedad y las horas extras no remuneradas, y piden más contrataciones y salarios más altos. Los profesores han perdido el 20 por ciento de su poder adquisitivo desde 2009. También exigen jubilarse sin penalización después de 36 años de servicio, ya que obtener un puesto permanente como maestro puede llevar décadas de trabajo.

El salario mensual promedio para los maestros en la banda salarial más baja es de aproximadamente de 1.100 euros (1.191,08 dólares), e incluso aquellos en la banda salarial más alta suelen estar por debajo de los 2.000 euros. Los bajos salarios se han visto agravados por el aumento vertiginoso del coste de la vida provocado por los rescates bancarios de la UE y la guerra de la OTAN en Ucrania. La inflación alcanzó el 9,6 por ciento en 2022, y los precios de los alimentos aumentaron un 18,9 por ciento.

La escuela pública no se ha recuperado de la austeridad impuesta por la UE después de la crisis capitalista global de 2008. En 2011, la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo rescataron a Portugal con 78.000 millones de euros. Estos fondos, entregados a los bancos, fueron reembolsados con una década de austeridad impuesta por todo el establishment político: el derechista Partido Socialdemócrata (PSD), el PS y los gobiernos minoritarios del PS respaldados por el partido Pablista de clase media Bloco de Esquerdas (BE) y el estalinista Partido Comunista Portugués (PCP).

Ahora, la competencia entre las burocracias sindicales de Portugal está bloqueando una lucha más amplia contra el PS, impidiendo la acción unificada de los profesores y otras capas de trabajadores, y aislándolos de las luchas obreras a nivel internacional. Varios sindicatos están convocando huelgas escalonadas, dividiendo a los maestros a través de las diferentes regiones, mientras que STOP apoya una huelga indefinida, pero se niega a ampliar la lucha.

STOP surgió después de décadas de colaboración sindical con los sucesivos gobiernos para imponer recortes a la educación pública. Creado en 2018, STOP se presenta como una alternativa 'apolítica' a los sindicatos tradicionales. Se describe a sí mismo como un 'sindicato no sectario, apartidista y verdaderamente democrático', comprometida a 'nunca firmar compromisos/acuerdos importantes con el gobierno sin escuchar democráticamente primero a la clase docente'.

STOP organizó una protesta de 20.000 docentes en Lisboa en diciembre pasado y convocó la huelga actual. Sin embargo, STOP no ofrece una alternativa a las viejas burocracias sindicales y se niega explícitamente a ampliar la huelga en una lucha contra la guerra de la OTAN y el gobierno del PS. Está dirigido por André Pestana, un ex líder del BE y fundador del pseudoizquierdista Movimiento Alternativa Socialista (MAS).

En Facebook, STOP dice que si bien los profesores quieren ampliar la lucha, STOP y otros sindicatos no pueden trabajar por esto. Ellos señalan que: 'La abrumadora mayoría de las comisiones de huelga y sindicales acordaron apelar a la solidaridad de la sociedad civil, como lo hicimos el 14 de enero, para el 1 de marzo (sin invitar específicamente a ningún sector profesional)'.

En realidad, las huelgas están estallando en un sector económico tras otro. En noviembre, miles de médicos, enfermeras, maestros y funcionarios públicos de Portugal declararon una huelga de un día para exigir aumentos salariales. Se oponían a los miserables incrementos salariales del 3,6 por ciento para el sector público en 2023. Los trabajadores de los juzgados han programado una huelga desde el 15 de febrero hasta el 15 de marzo por mejoras salariales.

Cerca de Lisboa, en la planta de ensamblaje Autoeuropa de Volkswagen, uno de los principales exportadores de Portugal, 5.100 trabajadores se pusieron en huelga. La burocracia sindical impuso un aumento salarial del 5,2 por ciento, reduciendo efectivamente los salarios reales en un 4 por ciento.

A partir de diciembre, los trabajadores de la administración portuaria y el personal de la Dirección General de Inspección Veterinaria y Sanitaria (DGAV) iniciaron también una huelga pidiendo salarios más altos. Los trabajadores ferroviarios también se declararon en huelga, exigiendo bonificaciones para compensar la caída del poder adquisitivo en 2022. Esto obligó a la cancelación de más de 1.000 viajes de tren.

En las próximas semanas, la tripulación de cabina de la aerolínea estatal TAP hará huelga para exigir salarios más altos, mejores condiciones de trabajo y contra un plan de rescate de 3.200 millones de euros aprobado por la UE para TAP. Este plan reduciría su flota, recortaría más de 2,900 empleos y reduciría los salarios hasta en un 25 por ciento.

Los trabajadores en Portugal no pueden luchar contra los problemas esenciales a los que se enfrentan divididos por industrias y solo en su ámbito nacional. Todos estos problemas (el aumento de la inflación, la guerra de la OTAN contra Rusia en Ucrania, la austeridad de la UE y la pandemia de COVID) son esencialmente problemas internacionales y globales. Sólo pueden resolverse mediante la construcción de una potente red de organizaciones combativas de base para coordinar las luchas internacionales unificadas de la clase obrera.

Esto requiere el desarrollo de una oposición política consciente en la clase obrera al papel reaccionario de grupos pseudoizquierdistas como el BE y el PCP.

En 2019, respaldaron un despliegue del ejército por parte del PS para romper una huelga nacional de camioneros, ya que las estaciones de combustible se quedaron con los depósitos vacíos. El BE respaldó el uso del ejército por parte del PS para romper la huelga, y la líder del BE, Catarina Martins, declaró: 'En ciertos sectores fundamentales, es comprensible que haya niveles mínimos de servicio; en otros sectores no es comprensible. ... El gobierno tendrá que hacer lo que sea esencial para que el país funcione'.

En el otoño de 2021, estallaron huelgas masivas en todo Portugal de trabajadores ferroviarios, maestros, farmacéuticos, trabajadores del metro, enfermeras, bomberos y funcionarios públicos. Sin embargo, el PCP y el BE no intentaron movilizar a los trabajadores contra el gobierno minoritario del PS, al que apoyaban en el parlamento. En cambio, buscaron apuntalar al PS forzando nuevas elecciones.

Inesperadamente votaron en contra del presupuesto del PS, que habían apoyado anteriormente. Esto no fue porque se opusieran a la austeridad de la UE. Tanto el BE como el PCP habían apoyado lealmente todos los presupuestos de austeridad del PS desde que el PS tomó el poder en 2015. Su voto en contra del presupuesto del PS desencadenó una crisis de gobierno y nuevas elecciones, en las que el PS obtuvo una victoria mínima contra el PSD.

El PS no puede ser combatido sobre una base apolítica y sindical. STOP afirma que el presidente portugués, el derechista del PSD Marcelo Rebelo de Sousa, puede proteger la huelga de los ataques del PS. Elogia a de Sousa como 'garante del funcionamiento regular de las instituciones democráticas ... Por lo tanto, el presidente debe tener una posición clara frente a este ataque al derecho de huelga (que es un derecho constitucional)'. Pero el PSD es una herramienta derechista del capital financiero, tan hostil a los huelguistas como el PS.

Sólo el derrocamiento de este establishment corrupto, en una revolución necesariamente internacional contra el capitalismo, puede resolver los problemas candentes que enfrentan los trabajadores. La creación de la Alianza Internacional Obrera de Comités de Base puede permitir a los trabajadores superar la influencia desmovilizadora de las burocracias sindicales nacionales. Esto requiere construir secciones del Comité Internacional de la Cuarta Internacional, el movimiento trotskista mundial, para luchar por el socialismo y contra los defensores contrarrevolucionarios estalinistas y pablistas de la burocracia en contra de los trabajadores.

(Publicado originalmente en inglés el 23 de enero de 2023)

Loading