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Las protestas y huelgas de los trabajadores de la salud aumentan en toda España

Los trabajadores españoles del sector de la salud siguen llevando a cabo protestas y huelgas en oposición a la ofensiva capitalista contra la sanidad. Las huelgas y protestas han continuado durante más de un año, y médicos, enfermeras y otro personal sanitario han ejecutado acciones por separado en regiones de todo el país. Se convocaron huelgas en Cantabria en noviembre, Cataluña en enero, Navarra en febrero y Valencia en marzo y abril.

En Madrid, el epicentro de esta lucha, las huelgas se han desarrollado de forma intermitente desde finales del año pasado. Culminaron con una protesta de medio millón de personas en Madrid a mediados de noviembre en defensa de la sanidad pública y contra su desmantelamiento y privatización bajo el gobierno regional del derechista Partido Popular (PP) de Isabel Ayuso. Los organizadores dicen que 670.000 personas salieron a las calles, una de las protestas más grandes en la capital de España en décadas.

La semana pasada, cientos de miles de personas se sumaron a una nueva manifestación en apoyo a los médicos y en defensa de la sanidad pública. Según los organizadores, 1 millón de personas estuvieron presentes, mientras que el gobierno afirmó que participaron unas 250.000. Se entregó una petición con 50.000 firmas al ministerio de sanidad. Mientras tanto, 50.000 protestaron en la capital gallega, Santiago de Compostela, y 11.000 más en Burgos.

Esto forma parte de una crisis revolucionaria emergente, ya que la clase dominante privatiza, desmantela y despide a miles de trabajadores de la sanidad, mientras proporciona billones de euros en rescates bancarios y gastos militares para la guerra de la OTAN contra Rusia en Ucrania.

La gente se reúne durante una protesta en apoyo de la sanidad pública en la plaza Cibeles en el centro de Madrid, España, el domingo 13 de noviembre de 2022. [AP Photo/Manu Fernandez]

Los 5.000 médicos y doctores de Madrid han realizado paros semanales desde noviembre y actualmente están en huelga indefinida. Dicen que no pueden brindar la atención adecuada con las perspectivas actuales de atender a 60-70 pacientes por día. Están exigiendo al menos 10 minutos para ver a cada paciente en medicina general, y al menos 15 minutos para pacientes en pediatría.

A los médicos de Madrid se han sumado ahora los trabajadores de los hospitales que convocaron una huelga de dos días para el 1 y 2 de marzo. En la región de Aragón, los sindicatos médicos han convocado huelga para el 31 de marzo. En Navarra una huelga de enfermeras y fisioterapeutas ha sido convocada para el 28 de febrero.

Los trabajadores de la salud están en una posición muy potente. Hay más de 1,1 millones de trabajadores sanitarios en España. La atención médica pública del país es inmensamente popular entre los trabajadores que dependen de ella para el cuidado de sus hijos, ancianos y de ellos mismos. Además, los trabajadores de la salud fueron ampliamente elogiados por sus enormes sacrificios en la lucha continuada contra la pandemia de COVID-19, que se cobró más de 160.000 vidas y continúa matando a decenas de personas cada semana en España.

La huelga sanitaria de Madrid es parte de un conflicto cada vez mayor entre toda la clase trabajadora y el establishment político en toda Europa. Sin embargo, los objetivos de esta lucha no pueden ganarse a partir de una perspectiva fallida y poco realista de presionar al gobierno de Ayuso en Madrid; llamamientos al gobierno PSOE-Podemos; o huelgas parciales de un día o indefinidas convocadas por las burocracias sindicales.

El gobierno regional de Ayuso ha dejado claro que no dará respuesta a estas masivas protestas cambiando de política. En cambio, está aumentando la represión. Atacando directamente la libertad de expresión de los médicos, su gobierno ordenó inspecciones aleatorias para asegurarse de que los médicos no recolectaran firmas ni colocaran carteles durante las horas de trabajo. Ayuso intentó y fracasó en romper la huelga al exigir unos requisitos de 'servicios mínimos' por parte de los trabajadores sanitarios durante la huelga, del 50 al 100 por ciento de la carga de trabajo normal.

Los llamamientos al PSOE y Podemos, que gobiernan a nivel nacional y en algunas regiones donde los trabajadores sanitarios están en lucha, como Valencia, Aragón o Castilla-La Mancha, también son un callejón sin salida. Una contraofensiva exige una lucha política y organizativa contra el gobierno PSOE-Podemos que coincide con el PP en sus ataques.

Al igual que Ayuso, el Gobierno del PSOE y Podemos intenta romper las huelgas utilizando leyes de servicios mínimos, en particular contra los trabajadores de las aerolíneas, al tiempo que prepara otras medidas represivas para bloquear las huelgas.

De hecho, el gobierno PSOE-Podemos y Ayuso colaboran para ejecutar políticas antiobreras. En otoño de 2020, trabajaron juntos para implementar una política asesina de Covid-19, con el gobierno PSOE-Podemos amenazando con desplegar 7.500 soldados contra las protestas por la orden de Ayuso que limitaba los confinamientos solo a los distritos obreros de Madrid. La orden, elaborada entre el gobierno regional de Madrid y el gobierno nacional del PSOE y Podemos, requería que los trabajadores y los jóvenes siguieran presentándose al trabajo y la escuela, imponiendo confinamientos solo en los barrios de clase trabajadora.

PSOE y Podemos están entregando miles de millones de euros en fondos estatales de los rescates 'Next Generation' de la UE a corporaciones y bancos, mientras desvía la cantidad histórica de €27.000 millones al ejército español. Ha proporcionado millones de euros para la ofensiva militar, incluidos tanques y municiones, al régimen derechista de Kiev en la guerra de la OTAN contra Rusia en Ucrania, al tiempo que afirma que no hay dinero para el sistema de salud pública.

La guerra imperialista en el extranjero ha ido de la mano con la guerra de clases en casa. El año pasado, el gobierno PSOE-Podemos desplegó vehículos blindados contra los trabajadores del metal en huelga, a miles de policías para proteger la cumbre de la OTAN en Madrid el pasado junio y 23.000 policías contra la huelga nacional de camioneros que duró tres semanas. Fue el mayor despliegue policial y operativo represivo contra una huelga en España.

Los trabajadores no pueden confiar en las burocracias sindicales, que actúan como la policía laboral de la clase dominante. Los ataques sistemáticos a la salud pública en las últimas décadas sólo han sido posibles con la colaboración activa de la burocracia. Tanto los sindicatos médicos y de enfermería como las confederaciones sindicales nacionales como CCOO, UGT, CSIF o CGT llevan años mirando para otro lado sin levantar ninguna oposición real.

Ahora, están saboteando sistemáticamente la lucha. Los sindicatos médicos agrupados en la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) se han negado a unificar los diferentes paros que se llevan a cabo en varias regiones. Así evitan una movilización más amplia, separando a los trabajadores sanitarios de sus compañeros en España y Europa, y de manera más amplia del creciente movimiento huelguístico en la clase trabajadora europea e internacional.

Incluso dentro del mismo sindicato, han convocado huelgas en diferentes fechas. Dentro de la misma región, los sindicatos también han trabajado para aislar a diferentes sectores de trabajadores de la salud en lucha. En Madrid, médicos de atención primaria y urgencias realizaron paros separados en fechas diferentes.

Además de mantener esta estrategia de dispersar las huelgas en diferentes regiones y fechas, siempre que es posible, las burocracias sindicales las desconvocan tras imponer acuerdos con los diferentes gobiernos regionales que traicionan las demandas de los trabajadores sanitarios. En Madrid, el sindicato de médicos Amyts diluyó sus demandas la semana pasada, pidiendo un aumento salarial de €400 en lugar de la petición original de €479,77.

La lucha no puede dejarse en manos de las burocracias, y el camino a seguir es que los trabajadores formen comités de base elegidos democráticamente en sus lugares de trabajo e independientes de las burocracias sindicales. La cuestión crítica es unificar la oleada en aumento de luchas en España y Europa en un movimiento para detener los crecientes ataques contra la clase trabajadora y la rápida escalada de la guerra.

Los trabajadores deben responder a la política de guerra y austeridad de la clase dominante emprendiendo una lucha contra el capitalismo, contra la guerra y por el socialismo. Deben organizarse en comités de base independientes, elegidos democráticamente, para unificar la creciente ola de luchas de cara a derrocar a Ayuso y al gobierno PSOE-Podemos. Esta lucha debe librarse conscientemente como parte del creciente estallido de la lucha de clases en Europa e internacionalmente contra las políticas de austeridad y guerra de los gobiernos del mundo, incluyendo protestas masivas y huelgas en el Reino Unido y Francia y huelgas en Portugal, Italia, Bélgica y Grecia.

(Publicado originalmente en inglés el 19 de febrero de 2023)

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