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Un informe del FMI revela que las autoridades no comprenden un aspecto clave del sistema financiero

Desde el estallido de la crisis financiera mundial en 2008 y las continuas tormentas financieras, la última en marzo, cuando dos bancos estadounidenses se hundieron y el banco de importancia mundial Credit Suisse tuvo que ser liquidado en una absorción forzosa, se han hecho cada vez más evidentes dos características fundamentales del sistema financiero mundial.

El director del Departamento de Estudios del Fondo Monetario Internacional (FMI), Pierre-Olivier Gourinchas, acompañado por la subdirectora del Departamento de Estudios del FMI, Petya Koeva Brooks, en Washington, martes 11 de abril de 2023. [AP Photo/Jose Luis Magana]

En primer lugar, que las medidas adoptadas por los bancos centrales para evitar una crisis en un momento dado inyectando dinero en el sistema financiero sólo crean las condiciones para que estalle en otro.

En segundo lugar, que las autoridades supuestamente a cargo del sistema no tienen una idea real del funcionamiento del monstruo financiero que han creado, y mucho menos un plan coherente para su regulación.

Quien tuviera alguna duda sobre la validez de estas afirmaciones no tiene más que consultar el Informe sobre la estabilidad financiera mundial del Fondo Monetario Internacional publicado esta semana en la reunión de primavera del FMI y el Banco Mundial en Washington.

Ahora se reconoce ampliamente que el programa de flexibilización cuantitativa de los bancos centrales, encabezado por la Reserva Federal de EE.UU. después de 2008 y luego acelerado tras la crisis de marzo de 2020, creó unas condiciones en las que una serie de instituciones financieras, incluidos los bancos, serían vulnerables a la rápida subida de los tipos de interés durante el año pasado.

Sin embargo, tal era la fe de la Fed en la eficacia de sus políticas que, aunque ideó una serie de pruebas de resistencia para medir la fortaleza de los bancos, no incluyó su capacidad para hacer frente a una fuerte subida de los tipos de interés.

Esto es sólo una expresión de un proceso mucho más amplio, que emerge con particular claridad de la lectura del capítulo 2 del informe, que trata del auge de las instituciones financieras no bancarias. Éstas han llegado a desempeñar un papel cada vez más destacado y peligroso en el funcionamiento de todos los mercados financieros.

El capítulo comienza como sigue: 'Las finanzas no bancarias y de mercado han experimentado un crecimiento espectacular desde la crisis financiera mundial. Durante este período, la proporción de activos financieros mundiales en manos de intermediarios financieros no bancarios (los 'NBFI', por sus siglas en inglés) ha pasado de alrededor del 40 a casi el 50 por ciento del total'.

Este rápido aumento se debió en parte a las regulaciones introducidas después de 2008 para tratar de controlar algunas de las actividades más especulativas de los bancos que condujeron al crack financiero de 2008. Según el informe, aunque estas regulaciones hicieron que el sistema bancario fuera 'más resistente', 'de hecho empujaron las actividades a otras partes del sistema financiero'.

En otras palabras, al igual que el agua, que siempre se las arregla para encontrar huecos y puntos débiles en un sistema de fontanería, el capital financiero depredador encontró la forma de continuar con las mismas actividades especulativas que condujeron al crack.

El informe señala que los NBFI han llegado a desempeñar un papel clave en los mercados financieros básicos, como los bonos del Estado y de empresas, y son un motor crucial de los flujos de capital hacia los mercados emergentes y las economías en desarrollo.

'Al mismo tiempo, en algunos segmentos del ecosistema NBFI se han acumulado vulnerabilidades relacionadas con el apalancamiento financiero, la liquidez y la interconexión. Especialmente peligrosa es la interacción de la escasa liquidez con el apalancamiento financiero'.

En otras palabras, los NBFI han reunido grandes cantidades de dinero, gran parte de ellas a través de deuda, a menudo a corto plazo, que se invierte en activos de riesgo, los cuales se vuelven imposibles de descargar (ilíquidos) durante un periodo de turbulencias financieras, lo que significa que hay dificultades para reembolsar a los inversores y prestamistas cuando intentan retirar su dinero.

Lo más llamativo del capítulo es que las autoridades financieras desconocen por completo muchos aspectos del sistema que se supone deben controlar. Esto se expone a lo largo de todo el informe. Los casos de ignorancia son demasiado numerosos para enumerarlos en su totalidad, pero algunos ejemplos flagrantes dan una idea.

'Los tipos muy bajos y la volatilidad de los precios de los activos desde la crisis financiera mundial han incentivado a inversores e instituciones a utilizar el apalancamiento financiero (deuda) para aumentar los rendimientos esperados. Sin embargo, las vulnerabilidades derivadas del apalancamiento a veces pueden ser desconocidas tanto para las autoridades como para los participantes en el mercado porque son difíciles de medir o porque el apalancamiento está oculto'.

El informe señala que las tensiones de liquidez en el sector de los NBFI pueden extenderse a los sectores financieros más amplios, como ocurrió en la 'carrera por el efectivo' de marzo de 2020, cuando el mercado del Tesoro estadounidense, de 22 billones de dólares, base del sistema financiero mundial, se congeló al comienzo de la pandemia.

Sin embargo, las autoridades financieras no tienen una idea real de la interconexión de los NBFI con el sistema financiero más amplio. Como señala el informe del FMI, aunque existen algunos datos, 'sigue habiendo grandes lagunas', ya que 'aproximadamente la mitad de las fuentes de financiación nacionales agregadas de los NBFI no se contabilizan'.

Según el informe, las lagunas en los datos reglamentarios sobre los NBFI son 'significativas', ya que limitan la capacidad de los reguladores para vigilar los riesgos sistémicos.

'Existen importantes lagunas de datos para supervisar las vulnerabilidades de liquidez de los fondos de inversión, del mercado monetario y de cobertura'.

Las lagunas de datos son un 'obstáculo clave' para el análisis del apalancamiento de los fondos de inversión, y las divulgaciones de apalancamiento para los fondos de inversión que no son fondos de cobertura 'a menudo no son lo suficientemente detalladas como para permitir evaluaciones de la magnitud del apalancamiento que es visible para los reguladores'.

Las lagunas de datos son aún mayores para los tipos de NBFI no regulados o incluso no registrados, como las oficinas familiares como Archegos Capital, cuya desaparición en 2021 desempeñó un papel en la eventual desaparición de Credit Suisse. Y la lista continúa.

En la rueda de prensa sobre el informe, Tobias Adrian, director del Departamento de Mercados Monetarios y de Capital de Mercado del FMI, trató de disipar las preocupaciones sobre la estabilidad del sistema financiero.

Preguntado sobre si los bancos centrales podían subir los tipos de interés en su supuesta lucha contra la inflación y mantener al mismo tiempo la estabilidad financiera, reconoció que la crisis de marzo había puesto de manifiesto 'vulnerabilidades' y que había 'otras vulnerabilidades ahí fuera'.

Había vulnerabilidades, pero también había herramientas políticas y éstas se habían 'desplegado de manera muy eficaz'. Las denominadas herramientas políticas no consistían en otra cosa que en el despliegue de miles de millones de dólares para rescatar a los depositantes no asegurados que poseían más de $250.000, en los quebrados SVB y Signature Bank, algunos de ellos con decenas de millones de dólares en sus cuentas, mientras la Fed proporcionaba liquidez adicional al sistema bancario.

Adrian trató de presentar estas acciones como una operación sin problemas, procediendo como si de acuerdo a un plan. De hecho, como han dejado claro varios relatos, no fue nada de eso e implicó una serie de reuniones de crisis, incluyendo a la secretaria del Tesoro Janet Yellen, el presidente de la Fed Jerome Powell y el jefe de la Corporación Federal de Seguros de Depósitos, Martin Gruenberg, entre otros.

Siguió promoviendo la afirmación de que SVB era un 'caso atípico' sin importancia duradera para el sistema bancario. No explicó, ni ninguno de los periodistas congregados le preguntó, si ése era el caso, por qué las autoridades tuvieron que invocar la amenaza de una 'crisis sistémica' para organizar la operación de rescate.

Las respuestas de Adrian recordaron a las del presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, quien dijo durante la crisis del euro en 2011 que 'cuando las cosas se ponen serias, hay que saber mentir'.

(Publicado originalmente en inglés el 12 de abril de 2023)

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