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El crecimiento de la lucha de clases internacional y la crisis de dominio burgués en América Latina

El siguiente discurso fue pronunciado por Eduardo Parati, miembro de los Jóvenes y Estudiantes Internacionales por la Igualdad Social (JEIIS o IYSSE por sus siglas en inglés) en Brasil, durante el Acto Internacional en Línea del Primero de Mayo 2023 celebrado el 30 de abril.

Este Primero de Mayo, los trabajadores y jóvenes de Latinoamérica, como en todo el planeta, se enfrentan a dos procesos opuestos pero interconectados: el desarrollo de la crisis capitalista y la revolución social. Las dos manifestaciones más agudas del periodo son el estallido del conflicto mundial y la intensificación de la lucha de clases internacional.

En los últimos años, los trabajadores de todo el mundo han vivido de innumerables formas las catastróficas consecuencias del dominio capitalista sobre la sociedad: una pandemia devastadora, una inflación fuera de control, una creciente represión estatal, el resurgimiento del fascismo y ahora el peligro de una aniquilación nuclear.

Acto Internacional en Línea del Primero de Mayo de 2023, activa los subtítulos en español en la configuración

La guerra en Ucrania tiene implicaciones directas para América Latina. La intensificada explotación de los obreros para pagar por el rearme y la crisis financiera requiere suprimir toda la oposición social y desviarla hacia los cauces reaccionarios del nacionalismo. En América Latina, este programa es promovido por los Gobiernos de la “marea rosa”, supuestamente de izquierda, incluido el presidente brasileño Lula, del Partido de los Trabajadores (PT).

El hecho de que América Latina se esté transformando en un escenario de disputas diplomáticas, económicas y militares cada vez más intensas se refleja en los intentos de Lula de equilibrar entre las potencias imperialistas de EE.UU. y la OTAN y la creciente influencia económica y política de China y, en menor medida, Rusia, en el hemisferio.

Durante su reciente viaje a China, Lula afligió a sus amigos imperialistas y parte de la burguesía brasileña al desafiar la hegemonía del dólar estadounidense, preguntando: “¿Por qué todos los países tienen que estar vinculados al dólar para comerciar?”.

Pero el mismo Lula, en su visita a los EE.UU. hace solo dos meses, declaró que buscaba “reposicionar a Brasil en la nueva geopolítica mundial” y publicó una nota conjunta con Biden condenando a Rusia por “violar la integridad territorial” de Ucrania.

Lula y Biden se reúnen en la Casa Blanca [Photo: Ricardo Stuckert/PR]

Lejos de una perspectiva de “neutralidad diplomática” o un camino a la “paz mundial”, las maniobras sin principios de Lula en la escena mundial señalan que la débil burguesía latinoamericana es incapaz de garantizar una auténtica independencia frente al nuevo reparto imperialista del mundo.

También hace estos cálculos el presidente de la “marea rosa” Gabriel Boric en Chile, quien respaldó la guerra contra Rusia como una oportunidad de lucro para la burguesía chilena. Boric declaró en la televisión estatal que el bloqueo de las exportaciones rusas de energía y minerales por la guerra y las sanciones “nos dan una posición muy prometedora frente al futuro del mundo”. Añadió:

La misma guerra de Ucrania ha llevado a muchos países desarrollados a la necesidad de deshacerse de la dependencia que tenían en las fuentes de energía rusas. El hidrógeno verde aparece, por ejemplo, como una fuente de energía tremendamente importante para el futuro del mundo, y Chile tiene condiciones inigualables para desarrollarlo, así como otras oportunidades, por cierto, para el cobre y litio y energías renovables no convencionales.

Las oscilaciones del presidente venezolano Nicolás Maduro entre denuncias del régimen de sanciones impuesto por EE.UU. al país y un acercamiento al Gobierno estadounidense que sigue buscando su derrocamiento refleja la crisis que enfrentan los Gobiernos burgueses en todos los países latinoamericanos.

Lejos de las ilusiones en un supuesto “nuevo orden mundial multipolar”, promovido por parte de la pseudoizquierda nacionalista pequeñoburguesa de América Latina, EE.UU. no entregará su hegemonía en una región que históricamente ha considerado su patio trasero.

La jefa del Comando Sur de EE.UU., Laura Richardson declaró en su testimonio sobre América Latina ante el Comité de Servicios Armados del Senado: “El mundo se encuentra en un punto de inflexión. China ha ampliado su capacidad para extraer recursos, establecer puertos, manipular Gobiernos mediante prácticas de inversión depredadoras, y construir posibles instalaciones espaciales de doble uso –el mayor número de instalaciones espaciales de cualquier mando regional combatiente—”.

En otras palabras, América Latina, igual que el resto del planeta, será parte del campo de batalla hacia una Tercera Guerra Mundial. Pero en América Latina, como en todo el planeta, la crisis capitalista está empujando a la clase obrera a emprender grandes luchas revolucionarias.

Como parte de una ola de luchas obreras en todo el mundo, en marzo, 140.000 maestros bolivianos iniciaron una huelga nacional que ha continuado a lo largo de este mes. Hubo acciones similares en el sector educativo del resto de la región. En febrero, una huelga espontánea de los trabajadores de mantenimiento de la empresa estatal Petrobras amenazó con repetirse mediante importantes paros en refinerías y plataformas marinas confrontando directamente al nuevo Gobierno del PT bajo Lula.

Maestros del Distrito Federal de Brasil se concentran para una asamblea el 26 de abril donde se votó a favor de una huelga [Photo: Facebook/SINPRO]

Los Gobiernos de la “marea rosa” de toda América Latina no pueden hacer ningún llamado a la clase obrera y son intensamente hostiles a sus luchas ascendentes. Su respuesta se caracteriza por el fortalecimiento del aparato estatal represivo y la promoción del nacionalismo económico en alianza con los sindicatos corporativistas que los apoyan.

En cada una de estas luchas, la clase obrera no solo se enfrenta directamente a las empresas, sino al Estado capitalista y los sindicatos, que se dedican hoy a sofocar toda muestra de oposición y mantenerla aislada de sectores más amplios de la clase trabajadora.

Según los trabajadores emprenden luchas contra los recortes salariales y sociales y por sus intereses, sus aliados indispensables serán los trabajadores de EE.UU., Europa y más allá.

Los comités de base independientes unificados internacionalmente a través de la Alianza Internacional Obrera de Comités de Base será la expresión organizativa de la clase obrera en este nuevo momento histórico revolucionario.

Todos los espectadores de este acto del Primero de Mayo deben orientarse a la única fuerza social capaz de acabar con la guerra, la dictadura y la desigualdad social: la clase obrera internacional.

Los trabajadores de América Latina han demostrado su determinación y autosacrificio en innumerables batallas. Deben armarse políticamente mediante una asimilación de las lecciones de la larga lucha llevada a cabo por el movimiento trotskista contra todas las tendencias oportunistas y revisionistas que han intentado subordinar la clase obrera al nacionalismo burgués, dejando consecuencias catastróficas.

Sobre esta base de principios se construirá una nueva dirección revolucionaria mediante la creación de secciones del CICI en cada país.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 1 de mayo de 2023)

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