El siguiente discurso fue pronunciado por Gregor Link, miembro de los Jóvenes y Estudiantes Internacionales por la Igualdad Social (JEIIS o IYSSE por sus siglas en inglés) en Alemania, durante el Acto Internacional en Línea del Primero de Mayo 2023 celebrado el 30 de abril.
Para los jóvenes de toda Europa y el mundo, este Primero de Mayo llega cuando están siendo arrastrados a una crisis global de dimensiones históricas. A los ojos de cientos de millones de jóvenes, las mentiras pronunciadas sobre esta sociedad están siendo destrozadas por los acontecimientos.
Los Gobiernos capitalistas, lejos de cooperar para resolver los problemas de la humanidad, están empeñados en una desquiciada carrera por repartirse el mundo que conduce directamente a la Tercera Guerra Mundial. La guerra en Ucrania, que ya se ha cobrado cientos de miles de vidas, amenaza con convertirse en un conflicto nuclear y anuncia el rebrote de las rivalidades históricas entre los imperialismos europeos.
Un joven nacido tras la disolución de la Unión Soviética ha crecido en un sistema capitalista en crisis perpetua, caracterizado por guerras cada vez más brutales y el deterioro económico y ecológico.
Al mismo tiempo, los jóvenes han sido testigos del enriquecimiento de una pequeña capa de oligarcas lunáticos. Sea en los almacenes de Jeff Bezos, las fábricas de Elon Musk o en las industrias de servicios y en línea, se supone que deben trabajar hasta el fin de sus vidas por una miseria. La mayoría de los empleos actuales pagan poco y son precarios y vuelven casi imposible formar una familia.
Según la oficina de estadísticas de la propia Unión Europea, más del 20% de los jóvenes estaban “en riesgo caer en la pobreza” en 2021, más del 25% en Grecia y Dinamarca. Actualmente, la situación económica de los jóvenes se deteriora más rápido en países como Dinamarca y Suecia, que por mucho tiempo fueron vistos como socialmente estables.
Según encuestas independientes entre los menores de edad de toda la UE casi 1 de cada 4 está en riesgo de pobreza. En Rumanía, Bulgaria e Italia, la proporción de jóvenes desempleados, ni en formación ni en la escuela, ha vuelto a subir al 20% o más.
En Reino Unido, Francia y Alemania, supuestamente los países más ricos de Europa, la situación no es distinta. En medio de niveles de desigualdad social que habrían sido inimaginables incluso para Charles Dickens, Victor Hugo y Karl Marx, los jóvenes tienen dificultades para llegar a fin de mes y se preguntan si tendrán algún futuro.
Tras décadas de interminables ataques sociales, perpetrados por Gobiernos laboristas y verdes con el apoyo de las burocracias sindicales, no queda nada de las conquistas sociales obtenidas por la clase obrera en Europa y en todo el mundo. Solo en los últimos tres años, la agenda capitalista de militarismo, devastación social, e infecciones masivas de COVID-19 ha tenido efectos devastadores en la juventud de toda Europa.
Los jóvenes se han enfrentado al hecho de que sus vidas y las de sus familiares se sacrifican en el altar del lucro. Solo en el último año, el terremoto en Turquía y Siria y las inundaciones en Pakistán desplazaron a millones y mataron a decenas de miles, a causa de una política consciente de “asesinato social”.
Desde el inicio de la continua pandemia de COVID-19, más de 10,5 millones de niños en todo el mundo han quedado huérfanos o han perdido a su cuidador principal. Millones más han perdido a profesores, abuelos o amigos, mientras que innumerables más padecen un debilitamiento a largo plazo por el COVID persistente. El impacto combinado de enfermedad y muertes, y los efectos de los pseudoconfinamientos a medias han influido profundamente en la vida y la conciencia de toda una generación.
El cambio climático, que amenaza a cientos de millones de personas más con la destrucción de sus medios de vida y ya ha provocado la extinción de innumerables especies, es considerado por las élites capitalistas como solo un aspecto más de su temeraria apuesta por el dominio mundial. A puerta cerrada, los debates no giran en torno a la planificación internacional y la acción colectiva, sino en torno a quién saldrá vencedor en el gran tablero del mundo.
Como en la Primera y Segunda Guerras Mundiales, los jóvenes de Europa y de todo el mundo enfrentan de nuevo la posibilidad de ser enviados al campo de batalla a morir. Ya sea por la guerra, la inflación o el peligro del fascismo, nuestra generación enfrenta las mismas cuestiones de vida o muerte que también afrontaron nuestros abuelos y bisabuelos.
Pero la destrucción causada por una Tercera Guerra Mundial, que inevitablemente implicaría el uso de armas nucleares, sería mucho más devastadora. Para ser franco: si la guerra [en Ucrania] sigue escalando hacia un conflicto nuclear total, no quedará nada de la civilización humana.
Sin embargo, esto es lo que las élites gobernantes tienen entre manos. Los políticos de todo el continente exigen la militarización de todos los aspectos de la sociedad y la creación de una “economía de guerra”. Los Gobiernos de Letonia, Polonia y Países Bajos están tomando medidas para reintroducir el servicio militar obligatorio, mientras Francia se prepara para una amplia modernización de su arsenal nuclear.
Las tradiciones históricas que siguen se reflejan claramente en la explosión del militarismo alemán. El país que cometió los peores crímenes de la historia de la humanidad está inmerso en su mayor campaña de rearme militar desde la derrota de los nazis en 1945.
El Gobierno alemán persigue su objetivo declarado de convertirse en la primera potencia militar de Europa, sometiendo a Ucrania a su control económico e infligiendo una derrota estratégica a Rusia. Esto, a su vez, agrava las rivalidades geopolíticas con EE.UU. e intensifica las mismas tensiones entre los imperialismos europeos que desencadenaron las guerras mundiales.
Esta guerra ha demostrado que es imposible que la unidad, la paz y el progreso provengan de las élites capitalistas nacionales. Solo se alcanzarán en una lucha contra ellas.
Hay un camino para adelante. Se sitúa en la tradición del marxismo y del socialismo revolucionario. Las condiciones para el desarrollo de un poderoso movimiento socialista de la clase obrera y la juventud internacional están surgiendo rápidamente. Este es el movimiento que puede detener y detendrá la guerra y establecerá los Estados Socialistas Unidos de Europa.
Contra las ilusiones interesadas y el pesimismo complaciente promovidos por las diversas tendencias pseudoizquierdistas, el IYSSE expandirá nuestra lucha por un movimiento mundial unificado de los trabajadores y los jóvenes. Contra las teorías antimarxistas y antiobreras de la escuela de Fráncfort y el posmodernismo, educaremos a los jóvenes como trotskistas y los armaremos políticamente en oposición a toda forma de nacionalismo y oportunismo para construir el Comité Internacional de la Cuarta Internacional como Partido Mundial de la Revolución Socialista.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 1 de mayo de 2023)
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