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Jacobin respalda la campaña reaccionaria de Kiliçdaroğlu en las elecciones turcas

El domingo, decenas de millones de votantes acudirán a las urnas en Turquía, la mayor potencia económica y militar de Oriente Medio, justo al otro lado de la zona del mar Negro donde está en marcha la guerra OTAN-Rusia en Ucrania. Las elecciones en este país crítico y estratégicamente ubicado contienen enormes lecciones para los trabajadores y los jóvenes, no solo en Turquía, sino en todo el mundo.

Inicialmente, el actual presidente derechista, Recep Tayyip Erdoğan, se enfrentó a la perspectiva de una derrota. Estaba desacreditado por el enorme número de muertes que, durante el terremoto de Kahramanmaraş en febrero, tuvieron lugar en viviendas precarias y que pudieron haberse evitado. Ayudó a la OTAN a armar a Ucrania con aviones no tripulados contra Rusia, a pesar de la profunda impopularidad de la OTAN en Turquía, donde esta organización respaldó golpes sangrientos en 1960, 1971, 1980 y 2016. Además, han estallado oleadas de grandes huelgas contra la inflación y el colapso de los salarios reales, así como por las muertes masivas causadas por la gestión oficial de la pandemia de COVID-19.

Si hoy Erdoğan está a punto de ganar la reelección, es debido a la bancarrota de las fuerzas que los medios capitalistas promueven falsamente como la 'izquierda'. Los grupos pseudoizquierdistas a nivel internacional aplaudieron al rival burgués de Erdoğan, Kemal Kiliçdaroğlu. Pero Kiliçdaroğlu denunció a Rusia y se comprometió a apoyar más estrechamente a las principales potencias de la OTAN, posteriormente realizó un sucio acuerdo electoral con grupos de extrema derecha para deportar a millones de refugiados y llevar a cabo una 'guerra contra el terror' dirigida a la minoría kurda de Turquía.

Estos eventos desenmascaran a Jacobin, una revista vinculada a los Socialistas Democráticos de Estados Unidos (DSA, por sus suglas en inglés) que promueve a los estalinistas y nacionalistas kurdos que apoyan a Kiliçdaroğlu en Turquía. Hablando en nombre de capas de la clase media-alta orientadas al Partido Demócrata y las burocracias sindicales, guardó silencio sobre la encarnizada hostilidad de Kiliçdaroğlu hacia el movimiento que se desarrolla en la clase trabajadora y, en cambio, elogió el apoyo de Kiliçdaroğlu al imperialismo estadounidense.

Antes de las elecciones, Jacobin publicó un artículo titulado 'Las elecciones de Turquía ofrecen un rayo de esperanza para la izquierda', elogiando el apoyo a Kiliçdaroğlu de la alianza entre el Partido Democrático Popular (HDP) nacionalista kurdo y el estalinista Partido Obrero de Turquía (TİP).

'En esta coyuntura crucial, Kiliçdaroğlu, que tiene una ligera ventaja en las encuestas, ciertamente representa la mejor esperanza para una nación agotada', escribió Jacobin. Kiliçdaroğlu, continuó el artículo, 'reintroduciría la separación de poderes y el estado de derecho' y salvaría 'lo que queda de la democracia parlamentaria turca”. Su victoria, agregó, daría “espacio para que la oposición progresista comience a ampliar su programa de empoderamiento en la democracia local, los municipios y las organizaciones políticas de base”.

La 'democracia local' y las 'organizaciones de base' que Jacobin tenía en mente no estaban orientadas a las huelgas salvajes que estallaban contra las burocracias sindicales turcas y el régimen de Erdoğan. Tampoco se buscaba movilizar la oposición de la clase obrera a la guerra OTAN-Rusia. Más bien, Jacobin estaba llamando a construir en Turquía la íntima relación entre el estado capitalista y los académicos pseudoizquierdistas, los burócratas sindicales y los organizadores locales que Jacobin apoya en Estados Unidos.

Jacobin era, de hecho, muy consciente de la política antiobrera de Kiliçdaroğlu. Kiliçdaroğlu se comprometió a imponer sanciones económicas a Rusia, aunque posteriormente abandonó esta cuestión, y aumentar fuertemente las tasas de interés, lo que estrangularía la economía turca y amenazaría a millones de empleos. Jacobin disfrazó esto de la siguiente manera: “Kiliçdaroğlu aún no ofrece una alternativa seria y sistémica a las políticas económicas neoliberales [que] han dejado a muchos ciudadanos turcos comunes trabajando por una miseria”.

También señaló vagamente tanto los vínculos de Kiliçdaroğlu con grupos paramilitares fascistas con larga tradición en respaldar golpes militares y en atacar a trabajadores, kurdos y de otras minorías, como sus planes para deportar a millones de refugiados sirios, afganos e iraquíes inocentes que huyen de las guerras de la OTAN lideradas por Estados Unidos. Admitió que Kiliçdaroğlu 'ha mostrado el símbolo del grupo paramilitar ultranacionalista y de extrema derecha Lobos Grises'. Señalando que está 'prometiendo repatriar a los millones de refugiados sirios que viven actualmente en su país'.

Sin embargo, Jacobin continuó promoviendo a Kiliçdaroğlu como de 'izquierdas' a pesar de sus salvajes políticas de austeridad contra los trabajadores, la xenofobia contra los refugiados y sus vínculos con las fuerzas fascistas violentas. Esto plantea una pregunta obvia: ¿Por qué Jacobin sintió la necesidad de mentir tan descaradamente sobre Kiliçdaroğlu?

Como deja claro su propio artículo, Jacobin apoyó a Kiliçdaroğlu principalmente porque consideraba que su victoria era fundamental para asegurar el apoyo turco a la agresión militar contra Rusia. Después de señalar algunos de los que trató como los inconvenientes políticos menores de Kiliçdaroğlu, agregó:

Pero en general, es probable que siga una línea más inequívocamente pro-OTAN y prooccidental que Erdoğan, quien ha tratado de enfrentar a Washington contra Moscú y se ha convertido en un interlocutor crucial entre los dos bloques...

Europa y Estados Unidos estarán felices de ver a Turquía regresar al redil, tan felices, de hecho, que bien pueden recompensar a Kiliçdaroğlu con el reingreso a la crucial tecnología de armas occidentales, tal vez incluso al programa de aviones de combate F-35 del que Erdoğan está actualmente excluido. Visto a través del prisma de la OTAN, los refugiados sirios que pueden sufrir un retorno forzoso al brutal sistema penitenciario de Assad, y los civiles y los líderes políticos de la sociedad civil y militares kurdos que continúan perdiendo la vida en la brutal guerra aérea de Turquía en el norte de Irak y Siria, son daños colaterales.

Mientras que Jacobin señaló el cínico desprecio por los refugiados y los kurdos en Turquía que subyace al apoyo de las potencias de la OTAN a Kiliçdaroğlu, sus propios cálculos no fueron menos cínicos. De hecho, presentó el apoyo del HDP-TİP a Kiliçdaroğlu como un 'rayo de esperanza para la izquierda', a pesar de que sabía muy bien que Kiliçdaroğlu atacaría a los refugiados, los kurdos y la clase trabajadora. De hecho, evidentemente esperaba que una victoria de Kiliçdaroğlu facilitara sus propias mentiras propagandísticas que presentaban la guerra de la OTAN contra Rusia como una lucha por la democracia ucraniana.

Desde entonces, ciertas realidades políticas se han entrometido en las fantasías reaccionarias de Jacobin sobre imponer a Kiliçdaroğlu como el hombre de la OTAN en Ankara. Kiliçdaroğlu ganó menos del 45 por ciento de los votos en la primera ronda, en comparación con más del 49 por ciento de Erdoğan, que según las encuestas obtendrá más del 50 por ciento de los votos el domingo. Los votantes kurdos del HDP están indignados por el apoyo de su partido a un candidato que llega a acuerdos con las fuerzas fascistas para desatar a las fuerzas de seguridad turcas contra ellos.

Esto permitió a Erdoğan criticar las agresivas posiciones antirrusas y antirefugiados de Kiliçdaroğlu, lo que le sirvió demagógicamente para posicionarse como un más razonable, e incluso antiimperialista o antifascista, candidato. Se burló de Kiliçdaroğlu por que ha 'comenzado su viaje político como ‘Gandhi Kemal’ y lo terminará como ‘Nazi Kemal’'.

Jacobin respondió con un artículo en bancarrota del dirigente del HDP Devriş Çimen, atacando duramente a los votantes turcos por negarse a votar por Kiliçdaroğlu y acusándolos de racismo.

“La sombría situación nos recuerda las débiles normas democráticas de Turquía y el alcance de los sentimientos nacionalistas, racistas y de extrema derecha', escribió Çimen. Elogiando la supuesta 'lucha inquebrantable del HDP por valores progresistas y democráticos', Çimen trató de encontrar un lado positivo entre los nubarrones. Kiliçdaroğlu, escribió patéticamente, “fue apoyado por el HDP y su bloque. Con esta ayuda, Kılıçdaroğlu al menos logró forzar una segunda vuelta contra Erdoğan”.

El artículo de Çimen es una calumnia contra la clase obrera. La campaña de Kiliçdaroğlu fue un fracaso miserable, no porque la xenofobia y el racismo estén profundamente arraigados. Lo fue porque el intento de Kiliçdaroğlu de promover su impopular agenda de austeridad y guerra con apelaciones a la xenofobia y el racismo no logró ganar apoyo. La decisión del HDP esta semana de respaldar a Kiliçdaroğlu, por encima de la oposición de su propio electorado, es una denuncia de su política nacionalista burguesa en bancarrota.

También desenmascara a Jacobin, al DSA y a un sinnúmero de otros grupos pseudoizquierdistas que aclamaron a Kiliçdaroğlu como el héroe de la democracia turca. Estos grupos pequeñoburgueses no son de izquierda, sino pseudoizquierdistas. Apoyan la guerra imperialista y la maquinaria capitalista del Estado-nación, aceptan la colaboración con grupos de extrema derecha por motivos nacionalistas y se oponen a las luchas obreras que ahora estallan fuera del control de las burocracias sindicales nacionales tanto en Turquía como internacionalmente.

La alternativa revolucionaria a las posiciones pseudoizquierdistas de Jacobin, el HDP y el TİP fue promovida por el sosyalista Eşitlik Grubu, la organización turca del Comité Internacional de la Cuarta Internacional, el movimiento trotskista mundial. Se opusieron irreconciliablemente tanto a Erdoğan como a Kiliçdaroğlu, así como a todos los grupos pseudoizquierdistas que lo apoyaron. Luchan por la unificación de la clase obrera a través de las líneas nacionales en Oriente Medio en un movimiento internacional contra la guerra imperialista y el capitalismo, y por el socialismo.

(Publicado originalmente en inglés el 27 de mayo de 2023)

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