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Perspectiva

El camino a seguir en la lucha contra el genocidio en Gaza

Manifestantes en Washington, D.C., con pancartas oponiéndose al genocidio israelí el 4 de noviembre. La primera pancarta de los Jóvenes y Estudiantes Internacionales por la Igualdad Social dice, “¡Biden y Netanyahu son criminales de guerra”.

Este fin de semana, millones de personas en las grandes ciudades de todo el mundo participaron en las mayores manifestaciones masivas hasta la fecha contra el genocidio israelí en Gaza, llevado a cabo con la complicidad de las potencias imperialistas.

Estas manifestaciones globales son históricas. A pesar del apoyo total de los Gobiernos del eje EE.UU.-OTAN al genocidio israelí y de la propaganda y calumnias incansables en los medios de comunicación, a pesar de las amenazas e intimidación conta aquellos que alcen la voz, millones se han manifestado contra el genocidio.

Durante el Holocausto, los nazis pudieron transportar a millones de judíos a cámaras de gas sin que el mundo se diera cuenta. Pero en la actualidad, las masas de todo el mundo están viendo un genocidio en vivo, a través de las tecnologías de comunicación modernas, y están siendo impulsadas a entrar en acción.

En Estados Unidos, 300.000 personas se manifestaron en Washington D.C., la cabina de mando de la planificación de guerra imperialista. Decenas de miles participaron en protestas en Nueva York, Chicago, Los Ángeles y otras ciudades, incluyendo San Francisco, donde se manifestaron más de 10.000 personas. En Canadá, 40.000 personas marcharon desde el Consulado de EE.UU. en Toronto hasta la Asamblea Legislativa provincial.

Tras la manifestación de 500.000 personas en Londres la semana pasada, sin que se convocara una manifestación nacional, cerca de 50.000 londinenses protestaron en la plaza de Trafalgar este fin de semana. Decenas de miles más se manifestaron en ciudades de todo Reino Unido, como Liverpool, Mánchester, Birmingham, Glasgow, Edimburgo, Cardiff y Belfast.

A pesar de los esfuerzos del Gobierno alemán por criminalizar la oposición al genocidio de Israel, hubo decenas de miles de personas en las calles de todo el país. Las mayores manifestaciones tuvieron lugar en Berlín (más de 20.000 personas) y en Düsseldorf (30.000). Miles de personas protestaron también en otras ciudades, como Stuttgart, Múnich y Fráncfort.

Los trabajadores y jóvenes de toda la región de Asia-Pacífico se unieron a las manifestaciones. En Indonesia, millones se manifestaron en Yakarta. Algunas estimaciones en las redes sociales cifran la participación en dos millones. Decenas de miles de personas participaron en protestas en Malasia, incluso en un estadio de fútbol abarrotado en Terengganu. Miles de personas se manifestaron en Tokio (Japón) y cientos en Seúl (Corea del Sur). En Australia y Nueva Zelanda, decenas de miles de personas se unieron a las marchas en las principales ciudades, incluyendo Sídney, Melbourne, Brisbane y Auckland.

Los medios de comunicación estadounidenses respondieron a las manifestaciones que involucraron a millones simplemente ignorándolas o, si lo consideraron imposible, mintiendo sobre su tamaño. El New York Times publicó un breve artículo que enterró rápido en su sitio web, afirmando que “decenas de miles” participaron en manifestaciones en EE.UU., a pesar de mostrar una fotografía de la manifestación en Washington D.C. que involucró a más de un cuarto de millón de personas. Los medios corporativos, reflejando las preocupaciones de la clase gobernante, se oponen y temen el sentimiento de la gran mayoría de la población mundial.

Ante todo, las manifestaciones tienen una importancia objetiva. Forman parte de un movimiento creciente contra las políticas de la élite capitalista dominante. Resulta significativo que se esté convirtiendo en un movimiento mundial, que engloba a trabajadores y jóvenes de todas las nacionalidades, etnias, edades y sexos. Cada vez son más los manifestantes judíos que denuncian la mentira, promovida por Israel y sus patrocinadores imperialistas, de que el Gobierno de Netanyahu actúa en su nombre.

Lo que todo el mundo está pensando es: ¿Y ahora qué? ¿Cómo debe desarrollarse la lucha contra el genocidio de Israel?

En primer lugar, el genocidio en Gaza y el apoyo que tiene de todas las potencias imperialistas del eje EE.UU.-OTAN debe verse en conexión con la escalada de la guerra global, incluyendo la guerra de EE.UU. y la OTAN contra Rusia en Ucrania y los preparativos para guerras contra Irán y China. Las potencias imperialistas están inmersas en una guerra contra la población de todo el mundo. La matanza de palestinos pretende enviar el mensaje de que no se detendrán ante nada para lograr sus objetivos.

En segundo lugar, no hay ningún sector de la élite política que se oponga al reparto imperialista del mundo. Los cánticos de los manifestantes en Washington de “Genocida Joe” y “Biden Biden, no puedes esconderte, te acusamos de genocidio” demuestran el reconocimiento de que el Gobierno de Netanyahu no podría estar haciendo lo que está haciendo sin el apoyo activo y la coordinación con el Gobierno de Biden.

Pero no es solo Biden como individuo, sino el Partido Demócrata como instrumento de la clase dominante el que queda al descubierto. Muchos jóvenes involucrados en las manifestaciones habrían apoyado una candidatura de Bernie Sanders, el senador de Vermont que se presentó como izquierda e incluso “socialista”.

Sin embargo, en una deliberada muestra de desprecio por las manifestaciones masivas, Sanders apareció el domingo en el programa “State of the Union” de CNN para proclamar su oposición a un alto el fuego. “No sé cómo se puede tener un alto el fuego con una organización como Hamás, que se dedica a la agitación y el caos”, dijo Sanders, y añadió: “Hamás tiene que irse”. Al respaldar las acciones de Israel, Sanders lidera una tendencia política que debería conocerse como “Socialistas Democráticos por el Genocidio”.

En diferentes formas, el genocidio en Gaza está desenmascarando a los partidarios pseudoizquierdistas del capitalismo y el imperialismo en todos los países, que representan a sectores privilegiados de la clase media-alta.

En tercer lugar, la base social para oponerse a los crímenes de guerra de Israel, y a la guerra imperialista más amplia de la que forma parte, es la clase obrera, la inmensa mayoría de la población mundial. No es mediante llamamientos a los Estados capitalistas y a los partidos de la clase dominante como se detendrá el genocidio, sino mediante la movilización de esa fuerza social que produce toda la riqueza de la sociedad.

El llamamiento de los sindicatos palestinos a detener el envío de equipo militar a Israel ha comenzado a ser asumido por los trabajadores, incluyendo en Bélgica y los estibadores de la costa oeste de Estados Unidos. Este llamamiento debe extenderse por todo el mundo. Debe conectarse con la movilización de los trabajadores en una huelga general política para paralizar la producción, exigir el cese inmediato del asedio a Gaza, la retirada de las fuerzas israelíes y el suministro urgente de ayuda humanitaria a las multitudes siendo sometidas a la inanición y siendo masacradas.

En cuarto lugar, el desarrollo de un movimiento de masas de la clase obrera debe desarrollarse como un movimiento internacional contra el capitalismo y por el socialismo. La hambruna provocada sistemáticamente, el bombardeo y el destierro de una población de más de 2,3 millones de personas en Gaza no solo es producto de la monstruosa criminalidad del régimen de Netanyahu y sus patrocinadores del eje EE.UU.-OTAN, sino, más fundamentalmente, del sistema capitalista en su conjunto.

En quinto lugar, y lo más importante, está la cuestión de la dirección revolucionaria. En su declaración publicada a principios de 2020, “Comienza la década de la revolución socialista”, el World Socialist Web Site llamó la atención sobre la intensificación de la crisis capitalista y el enorme crecimiento de la oposición social en la década anterior. Señalábamos: “Las masas, acumulando experiencia en el curso de la lucha, están experimentando un profundo cambio en su orientación social y política. Es precisamente en el contexto de este proceso revolucionario donde se desarrollará la lucha por la conciencia socialista”.

Desde aquella declaración, el mundo ha experimentado una pandemia global que ha matado a más de 20 millones de personas debido a la subordinación de la vida humana al lucro; un intento de golpe de Estado fascistizante en Estados Unidos; el estallido de la guerra de Estados Unidos y la OTAN contra Rusia que amenaza con convertirse en una guerra mundial nuclear; y ahora el genocidio en Gaza. Todos ponen de manifiesto la profundización de la crisis del sistema capitalista.

Las protestas masivas en todo el mundo reflejan la colisión en curso entre las élites gobernantes capitalistas y la clase trabajadora internacional. La transformación de este proceso objetivo en un movimiento consciente por el socialismo exige la construcción de una dirección política que tiene por objeto la conquista del poder a manos de la clase trabajadora, el derrocamiento del capitalismo y el imperialismo, y el establecimiento del socialismo a una escala global.

Esta es la perspectiva por la que luchan el Comité Internacional de la Cuarta Internacional y sus Partidos Socialistas por la Igualdad afiliados en todo el mundo. Para unirte al PSI o construir uno en tu país, completa el siguiente formulario.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 5 de noviembre de 2023)

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