Levantando la tapa de un pequeño pero revelador episodio, el veterano actor Robert De Niro ha denunciado a Apple y a los organizadores de los premios Gotham Film and Media Institute del 27 de noviembre por censurar sus comentarios y eliminar las críticas a Donald Trump y a la industria del cine.

El Gotham, fundado en 1979 como Independent Filmmaker Project (IFP), es una organización sin ánimo de lucro dedicada al cine independiente. En su ceremonia anual de entrega de premios, celebrada el lunes, Asesinos de la luna florida, dirigida por Martin Scorsese y en la que De Niro interpreta un papel protagonista, recibió un premio especial, en un 'Homenaje a iconos históricos y creadores'.

La película de Scorsese trata de la oleada de asesinatos y otros crímenes cometidos contra los nativos americanos de Oklahoma en la década de 1920. La Nación Osage se había encontrado inesperadamente en la cima de una gran riqueza petrolífera.

Entre los patrocinadores de los Premios Gotham figuran la revista Vanity Fair, Cadillac, Fiji Water y la aerolínea JetBlue. Como era de esperar, en su cobertura del evento, Vanity Fair afirmó: 'La primera ceremonia importante de la temporada de los Oscar se puso en marcha anoche, con un grupo de asistentes de primera fila que acudieron en masa. De vuelta al Cipriani Wall Street, los Premios Gotham de este año, que honran a las voces más destacadas del cine y la televisión, lo tuvieron todo: ganadores rompedores, ovaciones en pie, discursos políticos y emotivos homenajes'.

De hecho, De Niro subió al escenario el lunes por la noche y, según The Guardian, 'tras leer en voz alta algunos comentarios sobre la película, dijo que la primera parte de su discurso había sido eliminada del apuntador'. Sacó su teléfono para leer el discurso original y explicó: 'Sólo quiero decir una cosa. El principio de mi discurso fue editado, cortado, y yo no lo sabía'.

A continuación, el hombre de 80 años leyó en voz alta la parte extirpada de estos comentarios: 'La historia ya no es historia. La verdad no es verdad. Incluso los hechos están siendo sustituidos por hechos alternativos e impulsados por teorías de la conspiración y la fealdad. En Florida, a los jóvenes estudiantes se les enseña que los esclavos desarrollaron habilidades que pueden aplicar para su beneficio personal'.

De Niro procedió a fustigar a la industria cinematográfica por su tratamiento de los nativos americanos, citando un comentario reaccionario del actor John Wayne.

Y continuó: 'La mentira se ha convertido en una herramienta más del arsenal de los charlatanes. El expresidente nos mintió más de 30.000 veces durante sus cuatro años de mandato, y mantiene el ritmo en su actual campaña de retribución. Pero con todas sus mentiras, no puede ocultar su alma. Ataca a los débiles, destruye los dones de la naturaleza y muestra falta de respeto, por ejemplo, al utilizar 'Pocahontas' como insulto'.

Al final de sus declaraciones, De Niro indicó que tenía previsto dar las gracias a Apple, a los productores de Asesinos de la luna llena y al Gotham Film and Media Institute antes de ver su mutilado discurso en el teleprompter. 'Pero no me apetece en absoluto darles las gracias por lo que han hecho', dijo. 'Cómo se atreven a hacer eso, la verdad'.

Según Slashdot, Apple sí fue responsable de la censura: 'La compañía estaba respondiendo a la retroalimentación del equipo de realización que quería que los comentarios del actor se centraran en la película, según una fuente. ... Una versión revisada del discurso fue entregada al teleprompter menos de diez minutos antes de que comenzara el evento, según fuentes con conocimiento del espectáculo. Se oyó a una mujer que dijo al operador del teleprompter que cargara un nuevo discurso identificándose como empleada de Apple'.

Un incidente extraordinario.

Este acto de censurar a uno de los actores de cine más conocidos del país, cuya muy honrada carrera dura ya más de cinco décadas, es digno de mención y revelador. No tanto por lo que Apple o el Gotham Film and Media Institute censuraron, sino por la extrema sensibilidad y nerviosismo que revela la acción.

Los comentarios de De Niro, francamente, eran relativamente inocuos. Que Donald Trump es un mentiroso patológico en serie no es ningún secreto, ni siquiera para muchos de sus partidarios. Tampoco las referencias del intérprete —por muy meritorias que sean— al destino de los nativos americanos, incluso a manos de Hollywood, son material innovador.

Hay que ver el episodio en el contexto político y social general. Los medios de comunicación estadounidenses y europeos están inmersos en una campaña de mentiras descaradas sobre la operación genocida de Israel en Gaza, cuyo carácter nazi ha provocado 20.000 muertos palestinos, en su mayoría mujeres y niños, en menos de dos meses. Del mismo modo, los gobiernos y los medios de comunicación han hecho todo lo posible por ocultar la horrorizada respuesta mundial a los crímenes de guerra de Gaza, ignorando las protestas en todas partes y tachándolas de 'antisemitas'. A nadie se le permite condenar crímenes de guerra de carácter histórico-mundial. Aquí es donde entra en juego el incidente de De Niro. Ofrecer ahora públicamente críticas a la vida política y social, aunque sean leves, es amenazar el inestable y tenue statu quo político y cultural.

De las fuentes oficiales no salen más que mentiras, más mentiras y mentiras mayores.

La élite gobernante estadounidense, al igual que sus homólogos de otros lugares, se siente asediada, despreciada en gran medida, aislada. A pesar de la terrible eficacia de su armamento para matar en masa, siente que sus días pueden estar contados.

Parafraseando a León Trotsky, un 'capitalismo en decadencia... teme supersticiosamente' cada palabra crítica, 'pues ya no es cuestión de correcciones y reformas para el capitalismo, sino de vida o muerte'.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 29 de noviembre de 2023)