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Perspectiva

El asesinato israelí del autor palestino Dr. Refaat Alareer provoca indignación global

Dr. Refaat Alareer [Photo: Dr. Refaat al-Ar’eer]

El asesinato selectivo el 6 de diciembre en Gaza del talentoso profesor de Inglés, escritor, traductor y defensor de los derechos palestinos, el Dr. Refaat Alareer, a manos de las Fuerzas de Defensa de Israel patrocinadas por EE.UU. ha indignado a personas en todo el mundo. El Dr. Alareer, un profesor en la Universidad Islámica en Gaza, la cual ha sido destruida por las FDI, es uno de los 17.400 palestinos asesinados por las FDI en los últimos dos meses.

El asesinato de Alareer es una de las atrocidades más atroces perpetradas por el Gobierno israelí como parte de su campaña siniestra para suprimir a todos aquellos que se pronuncien contra el genocidio. Según el grupo de derechos humanos Euro-Med Monitor, Alareer, su hermano, su hermana y cuatro niños fueron asesinados el miércoles cuando un bombardeo israelí “fue quirúrgicamente dirigido a su apartamento” en Gaza, donde se estaba quedando.

Un académico talentoso y querido, “ la voz de Gaza ” inspiró a miles de palestinos a aprender inglés, leer a Shakespeare y a ver la humanidad del pueblo judío a pesar de la ocupación. Previo a su asesinato, Alareer editó dos libros, Gaza Writes Back [Gaza contraataca con palabras] y Gaza Unsilenced [Gaza no ha sido silenciada], y contribuyó a varios otros, incluyendo Light in Gaza: Writing Born of Fire [Una luz en Gaza: escritos nacidos del fuego]. Contribuyó regularmente a sitios web palestinos e izquierdistas, incluyendo Electronic Intifada, y cofundó la organización We Are Not Numbers [No somos solo números], después de la campaña militar israelí de 2014 “Operación Borde Protector” para ayudar a los palestinos jóvenes que sobrevivieron tanto a hacer frente a lo ocurrido como a contarle al mundo la historia de la ocupación militar.

“Refaat en Gaza” fue uno de los muchos palestinos, incluyendo el fotoperiodista Motaz Azaiza y el cineasta Bisan Owda, que han llegado a ser conocidos por trabajadores y jóvenes de todo el mundo por publicar noticias desde el terreno en Gaza, que no solo desmienten los informes de la prensa capitalista, sino que explican la realidad de los crímenes de guerra israelíes.

Las últimas publicaciones de Refaat en X/Twitter incluyen un poema escrito el mes pasado y una publicación condenando el papel del Gobierno de Biden y el Partido Demócrata en la masacre. Colectivamente, hasta el momento de edición, estas publicaciones habían acumulado 35 millones de “vistas” y han sido “retuiteadas” más de 145.000 veces, una muestra de la tristeza y el enfado que ha provocado el asesinato de Alareer.

Se ha vuelto evidente que las FDI están asesinando deliberadamente a los periodistas y académicos palestinos como parte de sus operaciones genocidas.

Cuatro días después del asesinato del Dr. Alareer, el profesor Sufian Tayeh, un investigador líder en Matemática Aplicada y Física y presidente de la Universidad Islámica de Gaza, donde impartía cursos Alareer, fue asesinado junto a su familia en un bombardeo israelí.

Los asesinatos de Alareer y Tayeh siguieron al fin de la mal llamada “pausa humanitaria” y coincidió con la publicación de un reporte conjunto sobre un bombardeo israelí ocurrido el 13 de octubre, que mató al periodista Issam Abdallah de Reuters y dejó seis heridos. El informe de Amnesty International, Human Rights Watch, Reuters y Agence France-Presse confirma que el ataque fue un bombardeo deliberado de un tanque israelí. Hasta el 8 de diciembre, el Comité Para la Protección de Periodistas ha confirmado la muerte de 63 periodistas, en su gran mayoría palestinos, desde el 7 de octubre.

Cuando millones en todo el mundo lamentan el asesinato de Alareer, “la voz de Gaza”, la prensa occidental dominante, incluyendo el New York Times, el Washington Post y Los Angeles Times no han escrito ni un solo artículo más de 36 horas después de que se hiciera público su asesinato. Su silencio sobre este asesinato y los ataques deliberados a periodistas palestinos, trabajadores de la salud y académicos en los últimos dos meses demuestra que no son más que estenógrafos del Gobierno estadounidense al servicio de su política de genocidio contra los palestinos.

El asesinato de Alareer llevado a cabo por el régimen fascistizante de Benjamín Netanyahu, con la complicidad directa de la Administración de Biden y las potencias de la OTAN, no es solo un crimen de guerra sino una seria advertencia para los opositores al genocidio en todo el mundo. Aterrorizada por el movimiento de masas mundial contra la guerra e incapaz de pisotear a la opinión pública con mentiras ahistóricas de que el sionismo es sinónimo de judaísmo, a pesar de los mejores esfuerzos de los Gobiernos capitalistas de todo el mundo por criminalizar la oposición contra la guerra calificándola como “antisemita”, la clase dominante israelí, “el aliado más fuerte de Estados Unidos en Oriente Próximo”, está recurriendo al asesinato de sus oponentes políticos e incluso de observadores objetivos.

La embestida asesina del Gobierno israelí, respaldado por el imperialismo estadounidense, es una advertencia para los trabajadores y la juventud de todo el mundo; en condiciones de oposición masiva a la desigualdad, la guerra y el genocidio, los Gobiernos capitalistas adoptan cada vez más el genocidio y los asesinatos selectivos de opositores políticos desarmados y de sus familiares como política de Estado.

El asesinato de Alareer representa una escalada del ataque global contra los derechos democráticos, que ha encabezado Estados Unidos con su procesamiento del valiente fundador de WikiLeaks, Julian Assange, actualmente encarcelado en Belmarsh a la espera de ser extraditado. Tales medidas como las empleadas contra Alareer y Assange se están debatiendo en los más altos niveles en Washington, Londres, París, Berlín, Roma y Tel Aviv para reprimir la oposición política dentro de cada país. Estas medidas genocidas y autoritarias cuentan con el apoyo de toda la élite política estadounidense e internacional.

Los crímenes perpetrados por Estados Unidos y su aliado sionista anuncian otros aún peores. Al mismo tiempo, la adopción del genocidio y los asesinatos selectivos, por parte de los Gobiernos actualmente implicados en el genocidio de Gaza, subraya la inutilidad de los llamamientos a estos mismos políticos.

Durante más de dos meses, millones de personas de todo el mundo han tomado las calles y los campus universitarios, exigiendo el fin del genocidio y que los recursos de la sociedad se reorienten a mejorar las condiciones sociales, no a enriquecer a los que lucran de la guerra. En Estados Unidos, Biden y el Partido Demócrata han rechazado estos llamamientos, han restado importancia a la cifra de muertos palestinos, han encubierto los crímenes de guerra de las FDI y han aprobado múltiples resoluciones declarando su apoyo incondicional al proyecto sionista.

En condiciones de una creciente ola de huelgas y al ser incapaz de revertir el declive del capitalismo estadounidense en relación con sus competidores, a saber, China, la clase dominante estadounidense y sus aliados de la OTAN están utilizando el genocidio de Gaza como trampolín para futuros crímenes de guerra y restricciones de los derechos democráticos.

La burguesía de todo el mundo está fomentando el crecimiento de fuerzas fascistas y de extrema derecha para utilizarlas como grupos de choque contra el creciente movimiento antibélico de masas.

Este movimiento cada vez mayor contra la guerra no debe orientarse a hacer llamados a los criminales de guerra, sino que debe basarse en la clase obrera, la única fuerza social capaz de detener la guerra y derrocar el sistema capitalista, que es la causa de la guerra, la pobreza y el fascismo.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 8 de diciembre de 2023)

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