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El saqueo corporativo de Estados Unidos: las grandes empresas gastan más en pago a ejecutivos que en impuestos federales

Un nuevo informe publicado el 13 de marzo documenta dos procesos interconectados: Un declive pronunciado en los pagos a al fisco por parte de las principales corporaciones de Estados Unidos y una explosiva escalada en las compensaciones de los ejecutivos. Tomados en conjunto, estos procesos arrojan luz sobre el saqueo sistemático de la economía por parte de la oligarquía corporativo-financiera a costa de la clase trabajadora, facilitado por administraciones sucesivas de los partidos Demócrata y Republicano.

El informe, titulado “Más para Ellos, Menos para Nosotros: Corporaciones que Pagan a sus Ejecutivos más que a Tío Sam,” es coautorado por Americans for Tax Fairness (ATF) y el Institute for Policy Studies (IPS), dos think tanks liberales. Se basa en un análisis de los datos de tributos y compensaciones a ejecutivos de las principales corporaciones de Estados Unidos que reportaron ganancias acumuladas del 2018 al 2022.

Las tasas de impuestos pagadas por las corporaciones se han desplomado del más de 50% a menos del 20%. [Photo: Americans for Tax Fairness analysis of Bureau of Economic Analysis data]

El informe se centra en las 64 principales corporaciones estadounidenses que gastaron menos en impuestos federales que en las compensaciones totales de sus cinco máximos responsables al menos en dos de esos años, y un subconjunto de 35 corporaciones cuyas facturas de impuestos acumulados fueron menores que las compensaciones a sus más altos rangos durante todo el periodo de cinco años.

Entre las corporaciones del grupo más amplio de 64 evasoras de tributos, aunque no en el subconjunto de 35, se incluyen nombres como AT&T, General Motors, Chevron, Marathon, Honeywell, FedEx, Exelon, Consolidated Edison, Archer Daniels Midland, Whirlpool, Owens Corning y Dow.

El grupo más pequeño de empresas que acumulativamente pagaron cero en impuestos federales, o que efectivamente recibieron reembolsos fiscales del gobierno en el periodo de cinco años, incluye empresas como Netflix, Tesla, T-Mobile, Dish Network, Ford, DTE Energy, Duke Energy, MetLife y US Steel.

Descubrimientos principales

Los “descubrimientos principales” del informe incluyen:

  • Entre las 35 corporaciones que en total no pagaron impuestos, la compensación total reportada para los cinco ejecutivos máximos a lo largo del periodo de cinco años fue de $9,5 mil millones. Esto significa que el pago anual promedio para los 175 ejecutivos involucrados fue de $10,9 millones. Durante todo el período de cinco años, estas corporaciones combinadas pagaron menos de cero en impuestos federales, porque recibieron $1,8 mil millones en reembolsos fiscales netos.
  • De las 64 empresas en el estudio, 18 no pagaron impuestos federales sobre la renta. De hecho, todas excepto una de estas 18 recibieron reembolsos fiscales del gobierno. Pagarón a sus máximos ejecutivos un total de $5,3 mil millones en paquetes de compensación, obteniendo un pago anual promedio de $10,8 millones.
  • Las 64 firmas del estudio reportaron beneficios preimpuestos domésticos acumulados de $657 mil millones desde 2018 hasta 2022, y sin embargo pagaron una tasa efectiva media de impuestos federales de mísero 2,8% (la tasa estatutaria es del 21%). Al mismo tiempo, pagaron a sus máximos ejecutivos más de $15 mil millones.

Este saqueo de la sociedad para enriquecer a una élite parasitaria ha sido el pilar de la política económica doméstica de Estados Unidos durante más de cuatro décadas. Ha ido de la mano con un aumento masivo en el gasto militar y más de 30 años de guerras e intervenciones imperialistas estadounidenses alrededor del mundo, combinado con ataques implacables a los trabajos, salarios y estándares de vida de la clase trabajadora en casa.

En este proceso reaccionario, la burocracia sindical, alineada principalmente con el Partido Demócrata, ha desempeñado un papel crucial, funcionando como una agencia de las corporaciones para sofocar, socavar y traicionar las luchas de la clase trabajadora, y un instrumento del gobierno para llevar a cabo la sangrienta carrera del capitalismo estadounidense por la hegemonía global.

El informe ATF/IPS proporciona índices comparativos que muestran los resultados de este proceso. Por ejemplo:

  • A mediados del siglo pasado, las corporaciones de Estados Unidos proporcionaban entre el 25 y el 35% de todos los ingresos fiscales federales. Sin embargo, durante los últimos 40 años, desde la administración de Ronald Reagan, que presidió la quebrada de la huelga de controladores aéreos de 1981 y el aplastamiento del sindicato PATCO, la participación de las corporaciones en los ingresos fiscales federales nunca ha superado el 15%. De 1986 a hoy, la tasa máxima de impuesto sobre la renta corporativa se ha reducido del 51% al 21%.
  • La brecha entre el aumento de las ganancias corporativas de Estados Unidos y los impuestos corporativos estancados o en descenso, ambos medidos como una participación del producto interno bruto, se duplicó entre 1980 y 2022, según los datos de la Oficina de Análisis Económico de Estados Unidos.
  • En 1965, los impuestos corporativos constituían el 21,8% de todos los ingresos federales y la relación promedio de pago CEO-empleado mediano era de 21 a 1. Para 2022, los ingresos tributarios corporativos habían caído a solo el 8,7% de los ingresos federales y la relación promedio de pagos había aumentado a 344 a 1.
A medida que las ganancias corporativas han aumentado, los impuestos como parte del PIB han disminuido. [Photo: Americans for Tax Fairness analysis of Bureau of Economic Analysis data]

El informe presenta estudios de caso de lo que llama “Los Terribles Diez”, es decir, los evasores fiscales más descarados entre las 35 corporaciones que pagaron acumulativamente más a sus máximos ejecutivos desde 2018 hasta 2022 de lo que pagaron al gobierno de los EE.UU. en impuestos.

Los Terribles Diez

Estos incluyen:

Tesla, la fabricante de coches eléctricos dirigida por el fascista pro-Trump Elon Musk. Destinó la asombrosa suma de $2,5 mil millones para el pago a los máximos ejecutivos durante el periodo de cinco años, obtuvo $4,4 mil millones en beneficios y recibió acumulativamente $1 millón en reembolsos fiscales. A finales de 2023, Musk tenía una fortuna personal de $251 mil millones, basada en gran medida en el valor de mercado de la compañía, la octava más valiosa del mundo, con una capitalización de mercado de casi $800 mil millones.

Tesla y el CEO de SpaceX, Elon Musk. [AP Photo/Alessandra Tarantino]

Darden Restaurants, la mayor corporación de restaurantes de servicio completo del mundo, que incluye Olive Garden, Capital Grille y otras siete cadenas. La compañía se encuentra entre las cadenas de restaurantes que se oponen a un aumento en el salario mínimo federal para meseros y otros empleados que reciben propinas, que actualmente es de $2,13 la hora. Generó un beneficio de cinco años de $3,6 mil millones, pagó a sus máximos ejecutivos $120 millones, y pagó impuestos del ingreso federal de $28 millones (0,8%). En el 2020, Darden le pagó al CEO Eugene Lee $8,7 millones, 538 veces el salario medio de Darden de $16,200.

American International Group (AIG), firma de seguros e inversiones que generó $17,7 mil millones en ganancias y pagó a sus ejecutivos $406 millones, unos $21 millones menos de lo que pagó en impuestos federales. En 2022, el CEO de AIG, Peter Zaffino, recibió un paquete de compensación valorado en más de $75 millones.

La presencia de AIG en los “Terribles Diez” del informe es particularmente significativa porque el gigante asegurador estuvo en el centro del colapso financiero del 2008 que llevó a la caída de los bancos de inversión Bear Stearns, Lehman Brothers y Merrill Lynch, y casi desencadena una depresión mundial.

AIG fue el mayor vendedor de contratos de “swap de incumplimiento de crédito”, un mercado no regulado en el que la firma vendía seguros a bancos y empresas financieras invertidas en instrumentos especulativos basados en préstamos hipotecarios subprime. Cuando la burbuja masiva basada en préstamos hipotecarios dudosos y sin valor colapsó, AIG fue incapaz de respaldar sus garantías a los inversores, incluyendo algunos de los bancos más grandes del mundo.

El gobierno y la Reserva Federal prestaron a AIG $85 mil millones en fondos de los contribuyentes para mantenerlo a flote, mientras organizaban un fondo de $700 mil millones para apuntalar el sistema bancario de EE. UU. Al final, el gobierno rescató a AIG con $185 mil millones, parte de un paquete de varios billones de dólares para Wall Street.

Mientras las llaves de efectivo se abrían para los especuladores financieros y saqueadores, millones de trabajadores perdieron sus empleos y sus hogares. En 2009, el presidente demócrata Barack Obama supervisó la quiebra forzada de General Motors y Chrysler, en la que UAW trabajó con las compañías y el gobierno para cerrar docenas de plantas, recortar decenas de miles de empleos, reducir los salarios de los trabajadores de la industria del automóvil, y desvalijó los beneficios de salud de los jubilados.

AIG, mientras tanto, anunció planes para otorgar $165 millones en bonos a los mismos ejecutivos responsables de empujar a la compañía y a toda la economía al borde del colapso el año anterior.

Una casa embargada en Phoenix, Arizona, en 2008 [AP Photo/Ross D. Franklin]

Este es el contexto en el que Biden, en su discurso del Estado de Unión, declaró: “Mira, soy capitalista. Si quieres hacer un millón de dólares, ¡genial!”

Esto fue seguido por su presupuesto fiscal de 2025 que propone subir la tasa de impuesto corporativo al 28%, restaurando solo la mitad del recorte llevado a cabo en la ley de impuestos de Trump de 2017, sabiendo que ni siquiera esta miserable propuesta se llevará a cabo. Al mismo tiempo, exigió cientos de miles de millones más en gasto militar.

Lo que el World Socialist Web Site escribió en 2009 se aplica hoy con mayor urgencia. La clase trabajadora enfrenta “la dominación de la vida social y política por una oligarquía financiera, cuyos principales representantes participan en la puerta giratoria entre la suite corporativa y los más altos niveles del estado. Esta cuadra augeana de reacción y corrupción solo puede ser limpiada a través de la movilización independiente de la clase trabajadora basada en un programa socialista revolucionario”.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 15 de marzo de 2024)

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