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Tras votación bipartidista, Biden firma un proyecto de presupuesto de $1.200 mil millones dedicado a la guerra y el genocidio

Después de una votación bipartidista en la Cámara el viernes, y luego nuevamente en el Senado el sábado, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, firmó una serie de proyectos de ley de gastos que incluían la mayor asignación para el ejército en la historia de los Estados Unidos. La pieza central del proyecto de ley de presupuesto de $1.200 mil millones firmado por el presidente de Estados Unidos es la gigantesca suma de $825 mil millones para el Departamento de Defensa.

Presidente Joe Biden, miércoles 28 de febrero de 2024, en Bethesda, Maryland. [AP Photo/Evan Vucci]

Esta cifra representa el mayor presupuesto militar en la historia de Estados Unidos, superando el récord del año pasado en $27 mil millones, y $100 mil millones más que en el año fiscal 2022.

La aprobación de los proyectos de ley, demandado por Biden antes de firmarlos el sábado, subraya que la prioridad central de la administración de Biden y de la clase dominante de los Estados Unidos en su conjunto es la guerra imperialista. De los $1.200 mil millones asignados por el Congreso y firmados por Biden, la gran mayoría, más del 70 por ciento, está destinada al gasto militar.

Minutos después de firmar el proyecto de ley de gastos, Biden exigió que la Cámara de Representantes procediera a considerar el proyecto de ley suplementario de seguridad nacional aprobado previamente por el Senado, que incluye más de $60.000 mil millones para el ejército ucraniano, más de $14.000 mil millones para Israel y miles de millones de dólares más para Taiwán y un futuro conflicto con China.

“Pero quiero ser claro”, escribió Biden el sábado. “El trabajo del Congreso aún no está terminado. La Cámara de Representantes debe aprobar el suplemento de seguridad nacional bipartidista para promover nuestros intereses de seguridad nacional”.

Biden también exigió la aprobación del “ acuerdo bipartidista de seguridad en la frontera ”, que calificó como “las reformas más duras y justas en décadas para asegurar que tengamos las políticas y los fondos necesarios para asegurar la frontera”.

El proyecto de ley de la extrema derecha sobre la frontera eliminaría prácticamente el derecho de asilo, expandiría enormemente la policía fronteriza, ampliaría el muro fronterizo y otorgaría al presidente nuevos poderes ejecutivos para “cerrar” los puertos de entrada si se alcanzan ciertos umbrales bajos de migrantes que buscan asilo.

Los proyectos de ley de gastos firmados el sábado, que tienen casi seis meses de retraso, reflejando la crisis política en curso en el corazón del imperialismo global, también proporcionan financiamiento por el resto del año para los departamentos de Seguridad Nacional, Trabajo y Salud y Servicios Humanos, así como para otras agencias.

El paquete incluye fondos para que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) amplíe sus instalaciones a 42.000 camas de detención, un aumento de aproximadamente 8.000. El proyecto de ley también proporciona financiamiento para 2.000 agentes adicionales de la Patrulla Fronteriza, lo que aumenta el total a unos 22.000.

Mientras aumenta el aparato estatal represivo, el proyecto de ley reduce un 20 por ciento los fondos a las organizaciones no gubernamentales que prestan servicios sociales a los inmigrantes.

En una declaración emitida después de la aprobación del paquete en la Cámara, los republicanos se jactaron de que los proyectos de ley de gastos representaban “el primer recorte total a los gastos no relacionados con la defensa y los veteranos en casi una década”.

En su declaración, los republicanos en el Comité de Apropiaciones enfatizaron que “contrarrestar la República Popular China” era una prioridad superior. Con este fin, el proyecto de ley duplica el financiamiento militar para Taiwán, de $150 millones a $300 millones. Proporciona otros $400 millones para el “Fondo para contrarrestar la influencia de la [República Popular de China]”.

Defense News informó que el proyecto de ley “incluye $33,5 mil millones,para construir ocho barcos”, mientras asigna miles de millones de dólares adicionales para la construcción de 86 aviones de combate F-35 y 24 aviones de combate F-15EX, así como 15 tanques KC-46A.

Se reservan otros $2,1 mil millones para la “Arma hipersónica de largo alcance del Ejército” y el “Sistema de armas hipersónico de ataque convencional rápido de la Marina”.

Defense News observó que el proyecto de ley también proporciona “contratos plurianuales” para seis sistemas avanzados de misiles: “el misil de ataque naval, el sistema de cohetes de lanzamiento múltiple guiado, la capacidad avanzada de Patriot-3, el misil antisubmarino de largo alcance, el misil de alcance de superficie a aire conjunto y el misil avanzado de aire a aire de alcance medio”.

Breaking Defense informó que además de contratos de varios años para sistemas de misiles avanzados, el proyecto de ley proporciona a los funcionarios del Departamento de Defensa la capacidad de negociar contratos de varios años para los submarinos de clase Columbia y Virginia. Mientras que la clase Virginia se enfoca en la guerra antisubmarina/antibuque, la clase Columbia está destinada a reemplazar la plataforma de ataque nuclear de la clase Ohio y estará equipada con 16 tubos de misiles para lanzar misiles balísticos Trident II D5.

Además de prepararse para la guerra con China, el proyecto de ley bipartidista financia “completamente” “nuestro compromiso de seguridad anual” con el gobierno de Israel.

Esto incluye $3,3 mil millones a través del Departamento de Estado, mientras que otros $500 mil millones están reservados para Israel a través del presupuesto del Pentágono. Al mismo tiempo, la ley prohíbe “que cualquier financiación de los contribuyentes vaya a la Agencia de las Naciones Unidas para los refugiados de Palestina en el Cercano Oriente (UNRWA)” y elimina los fondos para la “Comisión de Investigación de las Naciones Unidas contra Israel”.

Esto incluye la prohibición de fondos para el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas hasta que el Consejo tome “medidas significativas para eliminar Israel como un tema permanente en la agenda”. También bloquea la financiación para la “Comisión Internacional de Investigación de las Naciones Unidas sobre el Territorio Palestino Ocupado, incluyendo Jerusalén Este, e Israel”.

Mientras que el proyecto de ley no pone restricciones al dinero de los Estados Unidos para Israel, más de 160 días y más de 40.000 cuerpos en pleno genocidio de los Estados Unidos/Israel, exige que el secretario de estado presente un informe en 90 días “detallando las medidas tomadas por la Autoridad Palestina para contrarrestar el incitamiento a la violencia contra los israelíes y promover la paz y la coexistencia con Israel”.

La legislación también obliga a la Autoridad Palestina a no iniciar ni apoyar ninguna consulta en la Corte Penal Internacional contra nacionales israelíes “por presuntos crímenes cometidos contra los palestinos” si quiere recibir algún apoyo económico de los Estados Unidos.

El apoyo a esta ley de guerra genocida fue abrumador entre los dos principales partidos de grandes empresas. Tanto la votación de la Cámara como del Senado fue bipartidista, con la Cámara votando 286–134 el viernes, seguida por el Senado votando 75–24 a favor la madrugada del sábado. En ambas cámaras, el Partido Demócrata proporcionó la mayoría de los votos, con todos excepto 22 demócratas en la Cámara votando a favor, y sólo dos senadores que se alinean con los demócratas votando en contra del proyecto de ley de guerra.

La gran mayoría de los 112 republicanos de la Cámara y los 22 republicanos del Senado que votaron en contra del proyecto de ley lo hicieron sobre la base de que no incluía recortes suficientes en el gasto social o proporcionaba suficiente dinero para el ejército.

El único senador demócrata que votó en contra del proyecto de ley fue Michael Bennett de Colorado. En una declaración emitida después de la votación, Bennett explicó que se oponía sobre la base de que no proporcionaba suficiente financiamiento para la guerra de Estados Unidos y la OTAN contra Rusia en Ucrania. Bennett alegó incorrectamente que el proyecto de ley no proporcionaba “ningún apoyo financiero para Ucrania”, agregando que “se están quedando sin balas y artillería”.

De hecho, para facilitar la lucha contra Rusia hasta el último ucraniano, el proyecto de ley asigna $300 mil millones para la Iniciativa de Asistencia de Seguridad de Ucrania, que, según Defense News, “permite al Pentágono hacer contratos para nuevos equipos” para enviar a Kiev.

En una declaración publicada en Twitter, Joseph Kishore, el candidato presidencial del Partido Socialista por la Igualdad, denunció el paquete de genocidio, escribiendo:

Tanto los demócratas como los republicanos están comprometidos a proporcionar recursos ilimitados para financiar una guerra global en escalada que arriesga la aniquilación nuclear, mientras supuestamente no hay dinero para los servicios sociales básicos.

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“La votación”, añadió Kishore, “expresa los intereses de clase esenciales defendidos por los dos partidos. La clase dominante está librando una guerra en el extranjero y está librando una guerra en casa. Estos son dos lados de la misma guerra, la guerra de la élite gobernante capitalista para defender sus ganancias y riquezas”.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 24 de marzo de 2024)

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