Desde el 5 de febrero, 1.800 trabajadores de la siderúrgica española Acerinox, ubicada en la localidad gaditana de Los Barrios, están en huelga indefinida. La huelga ha provocado interrupciones y bloqueos, incluso de las principales carreteras y del puerto de Algeciras, uno de los centros de transbordo más concurridos del mundo.

La heroica huelga de 50 días ha hecho perder a la empresa casi 1.200 toneladas diarias de producción y más de 3,5 millones de euros (3,80 millones de dólares) en las últimas cuatro semanas. Junto con las huelgas de 1.700 trabajadores en el productor finlandés de acero inoxidable Outokumpu desde diciembre de 2023, en oposición a las reformas del mercado laboral del gobierno y los recortes en el bienestar social, el paro está afectando fuertemente al mercado europeo del acero inoxidable. Se han bloqueado varios millones de toneladas de capacidad de acería y los precios de las bobinas laminadas en frío de acero inoxidable están aumentando. También hay informes de escasez de acero inoxidable en toda Asia.

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Acerinox es una multinacional española y uno de los mayores productores de acero del mundo. Cotiza en el índice bursátil español IBEX35, y cuenta también con fábricas en Estados Unidos, Alemania, Sudáfrica y Malasia.

Uno de sus principales accionistas es la Corporación Financiera Alba, que agrupa los negocios de la familia March. La familia es tristemente célebre por haberse enriquecido a través del tráfico de armas, la banca y las prácticas comerciales corruptas durante las dictaduras de José Antonio Primo de Rivera (1923-1930) y el general Francisco Franco (1939-1975). La Banca March financió el golpe de Estado de Franco en 1936 y el esfuerzo bélico fascista durante la Guerra Civil Española (1936-1939).

Los trabajadores de Acerinox están en huelga por aumentos salariales, primas de peligrosidad y en oposición a la flexibilidad horaria. Desde 2008, sus salarios están prácticamente congelados. El año pasado, un trabajador murió en un accidente que le causó quemaduras en el 85 por ciento de su cuerpo.

La empresa se niega a ceder a las demandas de los trabajadores, a pesar de los inmensos beneficios de 228 millones de euros en 2023 solo en España. Quiere imponer un nuevo convenio colectivo que empeore las condiciones, incluyendo otros 18 días laborales adicionales al año. Esto se traduciría en trabajar un mes más a cambio de la mitad del salario mensual. La empresa también exige la posibilidad de cambiar los horarios de los trabajadores a voluntad.

La huelga fue convocada por el sindicato mayoritario de la empresa, la Asociación de Trabajadores del Acero (ATA), tras 1.313 votos a favor y 193 en contra. La empresa tardó más de un mes en reconocer el comité de huelga porque no contaba con miembros del resto de sindicatos, especialmente CCOO y UGT.

CCOO y UGT están haciendo todo lo posible para aislar la huelga. Son los sindicatos más grandes del sector, representando a alrededor de 29.000 trabajadores metalúrgicos en las 5.600 empresas principales y auxiliares de la provincia. A pesar de ello, se han negado a ampliar la huelga.

En 2021, el gobierno del PSOE-Podemos, con el consentimiento de la CCOO y UGT, lanzó una represión brutal contra los 22.000 trabajadores metalúrgicos en la provincia de Cádiz, desplegando miles de policías y vehículos blindados para aterrorizar los barrios de clase trabajadora. Se dejó en manos de los sindicatos traicionar la huelga, imponiendo un acuerdo que incluía aumentos salariales por debajo de la inflación.

En julio de 2023, UGT y CCOO traicionaron otra huelga convocada en el sector del metal de Cádiz contra el despido de cuatro trabajadores y el incumplimiento del convenio colectivo en las empresas auxiliares del sector. Los sindicatos suspendieron la huelga y luego apoyaron los argumentos de la Federación de Empresarios de que la acción era ilegal. Meses después, los tribunales fallaron a su favor.

ATA, sin embargo, no es alternativa a UGT y CCOO. Su líder, José Antonio Gómez Valencia, intenta reducir la cuestión a la flexibilidad a costa de aumentos salariales mientras promueve al gobierno PSOE-Sumar.

La semana pasada, 500 trabajadores de Acerinox se desplazaron a Madrid para protestar frente a la sede de la compañía. Valencia explicó al diario Europa Sur su punto de vista de que “El viaje ha sido positivo porque hemos hablado con la empresa, hemos trasladado nuestras inquietudes a los directivos aquí en Madrid, sobre todo el tema de la flexibilidad, que es lo que más nos preocupa”.

Días después, Valencia se hizo ilusiones de que el Gobierno del PSOE-Sumar intervendría para apoyar a los trabajadores. Habló en Diario Área de la 'profesionalidad' de Yolanda Díaz, ministra de Trabajo y vicepresidenta del Gobierno PSOE-Podemos, afirmando: “Lo de Madrid ha valido la pena … Yolanda Díaz nos va a ayudar con los medios de comunicación, cuando le hagan preguntas en el Congreso y nos va a dar visibilidad”.

ATA está respaldando un Gobierno que, al igual que su antecesor PSOE-Podemos (2020-2023), impulsa la represión contra los trabajadores en huelga.

En el caso de la huelga de Acerinox, cuatro miembros del comité de huelga han sido acusados de cometer un delito contra la seguridad por bloquear carreteras. Otro trabajador fue arrestado y sometido a un juicio rápido en el que fue condenado a un año de prisión. La paramilitar Guardia Civil ha sido enviada por el gobierno del PSOE-Sumar para atacar salvajemente a los trabajadores con botes de humo y balas de goma.

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El gobierno PSOE-Sumar está también atacando a los trabajadores metalúrgicos que participaron en la huelga de 2021. La Fiscalía, bajo su control, los ha puesto en el banquillo de los acusados por desórdenes públicos y exige penas de tres años de prisión. El gobierno está aterrorizado con que estas luchas puedan extenderse a otros sectores y amenazar su capacidad de librar guerras en el extranjero y ataques contra la clase trabajadora en casa.

En el caso de Cádiz, la provincia contiene importantes instalaciones militares e industriales que ya están jugando un papel importante en los planes de rearme y guerra de la OTAN. A pocos kilómetros de la ciudad de Cádiz se encuentra la base de Rota, la principal base de la Armada Española, que alberga su buque insignia, dos buques de asalto y seis fragatas.

La base es compartida con Estados Unidos, que tiene 3.200 soldados allí. Situada cerca de la entrada al mar Mediterráneo, tiene una importancia estratégica para Estados Unidos y la OTAN. Washington la utiliza para cargar aviones y barcos en tránsito. Cuatro destructores, a los que se unirán dos más en los próximos dos años, están desplegados allí como parte del sistema de misiles antibalísticos de la OTAN. Su Escuadrón de Helicópteros de Ataque Marítimo puede llevar a cabo misiones de guerra antisubmarina, guerra antisuperficie y reabastecimiento vertical.

Airbus también tiene una fábrica en la provincia que produce piezas para los aviones Eurofighter y el avión de transporte táctico de largo alcance C295.

Cádiz también alberga los astilleros Navantia, la principal empresa del sector del metal, responsable de la reparación y mantenimiento de los buques de guerra estadounidenses y españoles y de la construcción de barcos para las armadas española, británica y saudí, entre otras.

El año pasado, la ministra de Defensa, Margarita Robles, visitó la provincia para examinar el programa de Buques de Acción Marítima para Intervención Subacuática (BAM-IS) de Navantia, que dotará a la Armada Española de capacidades avanzadas de salvamento submarino. Navantia también produce submarinos S-80 y fragatas F-110.

Robles said, “Esta ha sido una visita de la que nos tenemos que felicitar todos, que ha puesto de manifiesto los avances de un programa tan importante para la Armada pero también para la industria española, en este caso para Navantia y para las empresas que van a trabajar con ella, así como para toda la comarca de Puerto Real” in Cádiz. “Creemos en la industria de defensa española y en los hombres y mujeres de esta comarca que están realizando un trabajo inmenso para hacer de España un gran país”.

Los trabajadores de Acerinox no solo se enfrentan a una de las familias más poderosas de España, sino a una lucha contra el gobierno PSOE-Sumar que no puede tolerar una sola interrupción de la cadena de suministro militar.

Si los trabajadores de Acerinox quieren ganar sus reivindicaciones, deben rechazar todos los llamamientos nacionalistas a subordinar su lucha a la campaña bélica española y ampliar la movilización a otros sectores de la clase trabajadora en una acción que paralizaría la Base de Rota y las operaciones de rearme en las que participan los astilleros de Navantia, interrumpiendo las guerras de Estados Unidos y la OTAN en Oriente Medio y Europa y los planes de guerra contra China.

Esto requiere una lucha contra las burocracias sindicales procapitalistas y proguerra y la formación de comités de base independientes, controlados democráticamente por los trabajadores. Estos deben coordinarse a través de las fronteras nacionales para luchar contra las corporaciones globales y los gobiernos capitalistas que las respaldan.

(Publicado originalmente en inglés el 26 de marzo de 2024)