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Perspectiva

Anthony Fauci, la mentira sobre el laboratorio de Wuhan y la guerra bipartidista contra la salud pública

La audiencia del lunes del Subcomité Selecto sobre la pandemia de Coronavirus de la Cámara de Representantes, donde rindió testimonio el Dr. Anthony Fauci, alcanzó nuevas profundidades en la guerra bipartidista contra la ciencia y la salud pública de toda la élite política estadounidense. 

Como un ejemplo de sus políticas fascistoides, los republicanos promovieron descaradamente la teoría conspirativa sobre el laboratorio de Wuhan, alegando que Fauci trabajó con el Gobierno chino para iniciar la pandemia de COVID-19 y luego encubrió su propia complicidad en la muerte de más de 1 millón de estadounidenses. Esta farsa judicial macartista, que estuvo repleta de acusaciones y ataques descabellados, tuvo por objeto intimidar a los científicos y todos aquellos que defienden las medidas de salud pública contra la pandemia continua de COVID-19 y la amenaza de pandemias futuras. 

El Dr. Anthony Fauci, exdirector del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, durante una audiencia del Subcomité Selecto sobre la Pandemia de Coronavirus del Comité de Supervisión y Rendición de Cuentas de la Cámara de Representantes, en el capitolio, Washington D.C., 3 de junio de 2024 [AP Photo/J. Scott Applewhite]

En una provocación abierta, dos fascistas bien conocidos que estuvieron implicados en la intentona golpista de Donald Trump el 6 de enero de 2021, se sentaron directamente detrás de Fauci para que la cámara los viera mientras testificaba. Fueron Brandon Fellows, quien fue condenado recientemente a tres años de cárcel por participar en el golpe, e Ivan Raiklin, un golpista y socio de Trump quien una vez declaró: “Tengo una lista de blancos del Estado profundo y voy a ir tras todos ellos”. 

En el transcurso de su testimonio, Fauci señaló que él y su familia han sido objeto de amenazas de muerte creíbles. Una figura que ha incitado estas amenazas es Steve Bannon, quien en noviembre de 2020 pidió la decapitación de Fauci. Bannon también fue el creador original de la mentira sobre el laboratorio de Wuhan, una teoría de conspiración xenófoba que busca preparar ideológicamente el terreno para la guerra, alegando que el Gobierno chino inició la pandemia.

La audiencia del lunes tuvo lugar poco más de un año después de que la Administración de Biden desechara la declaración de emergencia de salud pública por COVID-19, el último clavo en el ataúd de cualquier respuesta oficial a la pandemia, en el contexto de una nueva ola de infecciones masivas en desarrollo en los EE.UU., impulsada por las últimas variantes inmunoevasivas KP.2 y KP.3. Según los modelos basados en datos de aguas residuales, entre 190.000 y 440.000 estadounidenses contraen actualmente COVID-19 cada día, lo que resulta en decenas de miles de nuevos casos de COVID persistente.

Al mismo tiempo, la “gripe aviar” H5N1 se está propagando entre docenas de especies en todo el mundo y amenaza con extenderse a la población humana, lo que podría causar una pandemia cuyos impactos sociales empequeñecerían a los de COVID-19. Históricamente, la gripe aviar ha tenido una tasa de letalidad superior al 50 por ciento en humanos.

Nada de esta realidad contemporánea se planteó en la audiencia, ya que ambos partidos políticos capitalistas se han unido para imponer la política de “COVID para siempre”, es decir de infecciones masivas, incapacitaciones y muertes en perpetuidad. Más bien, el objetivo del subcomité, que cuenta con el apoyo de los demócratas, es reescribir la historia de la pandemia para socavar la capacidad de la salud pública para prevenir futuras pandemias.

La mayor parte de la audiencia del lunes se dedicó a interrogar a Fauci sobre la validez de cada medida de salud pública limitada implementada para frenar la propagación de COVID-19, incluyendo la obligatoriedad del uso de mascarillas y vacunas, las pautas de distanciamiento social, los cierres temporales de escuelas y lugares de trabajo, y más. En cada caso, los “costos económicos” de estas medidas se describieron como insoportables, mientras que se negó por completo que salvaran vidas, a pesar de los numerosos estudios científicos que han demostrado lo contrario.

Gran parte de la cobertura de los medios sobre la audiencia se ha centrado en el reconocimiento de Fauci de que las pautas de distanciamiento social de seis pies (1,8 m) establecidas al comienzo de la pandemia en las escuelas y los lugares de trabajo fueron “una decisión empírica que no se basó en datos”.

Esta fue quizás la única crítica válida de la política de pandemia en toda la audiencia, aunque como el propio Fauci señaló, esta política cayó bajo el ámbito de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), que él no supervisó.

De hecho, la regla de los seis pies fue el producto de concepciones anticuadas sobre la transmisión de patógenos respiratorios a través de gotitas y un encubrimiento deliberado de la ciencia de la transmisión aérea por pate de las máximas autoridades. Al comienzo de la pandemia, en abril de 2020, los principales físicos de aerosoles del mundo y otros científicos explicaron claramente a la Organización Mundial de la Salud (OMS) que el SARS-CoV-2, el virus que causa COVID-19, se transmite por el aire y se propaga a través de aerosoles que se acumulan en espacios interiores mal ventilados.

A pesar de las vastas y continuas advertencias de estos científicos, la OMS y otras agencias de salud pública se negaron a educar a la población mundial sobre la ciencia de la transmisión aérea o exigir que las corporaciones renueven la infraestructura para proporcionar aire interior limpio en todos los edificios. Este fue uno de los mayores crímenes reales de la pandemia de COVID-19.

En respuesta a las declaraciones y provocaciones desquiciadas de los republicanos, los demócratas de la Cámara de Representantes defendieron dócilmente a Fauci, a quien ven como un valioso activo político. No hicieron nada para oponerse a la denigración de los republicanos de las medidas de salud pública ni proporcionaron alguna crítica desde la izquierda a los crímenes sociales que realmente perpetró Fauci durante la pandemia. Esto se debe a que los demócratas están de acuerdo fundamentalmente con los republicanos en que el lucro privado debe tener prioridad sobre la salud pública.

A lo largo de la pandemia, Fauci ha desempeñado un papel político protagonista en la legitimación de todas las decisiones políticas importantes, primero bajo Trump, pero en particular bajo Biden, justificando la eliminación completa de todas las respuestas oficiales a la pandemia por parte de este último. En enero de 2022, en medio de la segunda ola más grande de muertes masivas impulsada por la variante ómicron, Fauci declaró alegremente: “Es una pregunta abierta sobre si ómicron será o no la vacuna contra el virus vivo que todos esperan”.

Fauci se retiró del Gobierno a finales de 2022, en medio del tercer invierno de la pandemia. Cuando Biden puso fin a la emergencia de salud pública por COVID-19 cinco meses después, en mayo de 2023, Fauci no emitió ninguna crítica en absoluto. En una entrevista de agosto de 2023 con la BBC, Fauci declaró que las personas mayores, los enfermos y los discapacitados “se quedarán en el camino” a causa del COVID-19, la última de una serie de declaraciones eugenistas de los principales funcionarios encargados de la pandemia.

Fauci siempre ha sido una persona política, cuyo propósito ha sido proporcionar un barniz de legitimidad a la respuesta absolutamente criminal del capitalismo estadounidense a la pandemia.

Tal vez el momento más vil durante la audiencia del lunes fue cuando Fauci declaró su acuerdo con la decisión del mes pasado del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos (HHS, sigla en inglés) de suspender la financiación y prohibir a EcoHealth Alliance, una organización no gubernamental que trabaja para prevenir futuras pandemias.

EcoHealth Alliance y su líder, el Dr. Peter Daszak, han sido el blanco central de la teoría de conspiración del laboratorio de Wuhan, que afirma que el grupo diseñó el SARS-CoV-2 con científicos chinos en el Instituto de Virología de Wuhan.

No hay ni una pizca de evidencia para corroborar ninguna de las afirmaciones salvajes hechas sobre EcoHealth Alliance o Daszak, y todos los principales artículos publicados en revistas científicas creíbles indican que el SARS-CoV-2 comenzó a propagarse entre los humanos a través de un evento de infección entre especies en un mercado húmedo en Wuhan, China.

El mes pasado, Daszak fue citado ante el mismo subcomité y sometido a una salvaje difamación bipartidista y a la búsqueda de chivos expiatorios, lo que provocó la decisión del HHS de cortar los fondos para EcoHealth Alliance. Al expresar su apoyo a esta acción retrógrada, Fauci ha lanzado a los lobos a su excolega Daszak y a docenas de científicos valientes y con principios que aún trabajan en EcoHealth Alliance.

Los ataques bipartidistas contra Daszak y EcoHealth Alliance son particularmente ominosos en condiciones en las que la “gripe aviar” H5N1 se ha extendido ampliamente entre el ganado lechero en los Estados Unidos durante los últimos tres meses. La semana pasada, un trabajador agrícola en Michigan dio positivo por gripe aviar con síntomas respiratorios, una indicación de que el virus está evolucionando y podría desarrollar la capacidad de transmisión aérea de persona a persona. Más que nunca, las organizaciones como EcoHealth Alliance deben estar totalmente financiadas para monitorear de cerca y responder a la amenaza de las enfermedades infecciosas emergentes, que solo se acelerarán a medida que el cambio climático se agrava en los próximos años.

En las elecciones estadounidenses de 2024, el único candidato presidencial que ha comentado sobre la audiencia de Fauci y ha presentado una oposición de izquierda al asalto bipartidista contra la ciencia y la salud pública, es el candidato presidencial del Socialist Equality Party (SEP; Partido Socialista por la Igualdad) de EE.UU., Joseph Kishore. En una declaración publicada en Twitter/X, Kishore señaló:

La lucha por una sociedad que prioriza la vida sobre las ganancias es la lucha por el socialismo. El capitalismo se basa en la subordinación de todo al lucro privado, la riqueza y los privilegios de la oligarquía capitalista. Y así como han normalizado las muertes masivas durante la pandemia, las élites gobernantes ahora están normalizando el genocidio en Gaza y una guerra nuclear contra Rusia.

El Partido Socialista por la Igualdad lucha por la medicina socializada, como parte de la reorganización socialista de la vida económica en los Estados Unidos y en todo el mundo. La atención médica es un derecho social que debe estar disponible para todos de forma gratuita. Las gigantescas corporaciones médicas deben ser puestas bajo control democrático. La industria de seguros parasitaria, que existe únicamente para negar a las personas el acceso a la atención médica, debe ser abolida y reemplazada por la salud universal...

Y el SEP lucha por una política de eliminación global del COVID-19 y otros virus. Las medidas de salud pública necesarias para eliminar y erradicar los patógenos mortales son bien conocidas. Lo que impide su implementación es el sistema capitalista y los intereses de la oligarquía gobernante. 

Las mismas élites gobernantes capitalistas que han supervisado las muertes innecesarias de más de 27 millones de personas en todo el mundo durante la pandemia ahora han sumido a la humanidad en una Tercera Guerra Mundial. En lugar de abordar el COVID-19 y prevenir futuras pandemias, todos los recursos de la sociedad se desperdician en la guerra y en el enriquecimiento personal de una pequeña oligarquía financiera. Este descenso a la barbarie solo puede detenerse a través de un derrocamiento socialista de la sociedad capitalista liderado por la clase obrera internacional.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 3 de junio de 2024)

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