Desde la noche del lunes y hasta la mañana del martes, cientos de oficiales de policía junto con fuerzas de seguridad privada fueron desplegados en el campus de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), donde procedieron a asaltar y arrestar a estudiantes, manifestantes y trabajadores académicos que protestaban contra el genocidio en Gaza.

El violento asalto policial duró varias horas y resultó en al menos 25 arrestos, según un comunicado emitido por el Departamento de Policía de UCLA. Aquellos que fueron arrestados actualmente enfrentan cargos menores de “perturbación intencional” y se les ha ordenado mantenerse alejados del campus durante los próximos 14 días.

Informes en el lugar y grabaciones en video muestran a la policía arrancando y golpeando a manifestantes pacíficos y disparando rondas de bolas de pimienta “menos letales” contra ellos mientras marchan, se reúnen y, en varios puntos, intentan construir un tercer campamento de solidaridad con Gaza después del desmantelamiento de dos campamentos anteriores.

El fotoperiodista Shay Horse informó que la policía “simplemente seguía lanzando gente como muñecos de trapo”. Más tarde, Horse informó que la policía “probablemente disparó un par de cientos de bolas de pimienta a las personas y la prensa”.

El videógrafo Sean Beckner-Carmitchel, quien publica bajo el usuario “X” @AcatWithNews, también registró a la policía disparando docenas de rondas de bolas de pimienta “menos letales” a los manifestantes.

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Las fotos muestran que la policía transformó el campus en una prisión improvisada a medida que avanzaba la noche. Marco, un estudiante de doctorado en UCLA, tuiteó:

Realmente súper genial ver el edificio donde tomo clases, tengo horas de oficina y enseño a mis estudiantes utilizado como una maldita celda de detención.

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Las protestas en el campus de Los Ángeles comenzaron el lunes por la tarde, a menos de 18 horas después de que el presidente del Local 4811 del UAW, Rafael Jaime, ordenara a los trabajadores de la UC regresar al trabajo después de que un juez del Tribunal Superior del Condado de Orange emitiera una orden de restricción temporal el viernes. Miles de trabajadores académicos votaron a favor de la huelga el mes pasado en respuesta a los ataques policiales y sionistas contra estudiantes y trabajadores que ejercen su derecho democrático a protestar pacíficamente.

La orden del juez fue bienvenida por la burocracia del UAW, que ha trabajado desde el principio para aislar y poner fin a la huelga política. Después de retrasar una votación de autorización de huelga durante casi dos semanas después de un asalto sionista derechista contra manifestantes estudiantiles en UCLA, el sindicato inicialmente buscó limitar la acción a uno o dos campus en el sistema de la Universidad de California, que cuenta con 10 campus, y solo expandió la huelga a seis campus, involucrando a 30.000 de los 48.000 trabajadores académicos sindicalizados del sistema UC, bajo la amenaza de acciones salvajes.

El UAW ha mantenido deliberadamente a la membresía general en la oscuridad sobre la huelga en California para aislar a los trabajadores académicos de sus contrapartes industriales en el sindicato.

La burocracia llamó a la acción “huelga stand-up” (de pie), emulando la táctica empleada por el presidente del UAW, Shawn Fain, para limitar drásticamente el impacto de la huelga del UAW convocada el año pasado contra los tres grandes fabricantes de automóviles de Estados Unidos. La gran mayoría de los trabajadores fueron mantenidos en el trabajo para socavar el impacto de la acción laboral y minimizar el efecto en las ganancias de los patrones automotrices.

La “huelga stand-up”, comúnmente referida por los trabajadores como la “huelga entreguista,” expuso a los trabajadores del automóvil a miles de despidos después de que se ratificaran los supuestos contratos “históricos”.

Fain y otros altos funcionarios del UAW están actualmente bajo investigación por parte de un monitor designado por el tribunal federal encargado de supervisar el sindicato en relación con el mal uso de fondos, represalias contra miembros y ocultación de documentos.

Siguiendo a Fain, el presidente del Local 4811, Jaime, se negó a convocar a toda la membresía de la UC y desde el principio impuso una fecha límite del 30 de junio para finalizar la huelga.

Mientras que la burocracia accedió sumisamente a la orden anti-huelga del viernes, cientos de trabajadores estudiantiles militantes de UCLA resistieron y continuaron protestando el lunes. A partir de la tarde, los estudiantes manifestantes marcharon por el campus, leyendo los nombres de algunos de los más de 46.000 palestinos que han sido asesinados en los ocho meses del genocidio por parte de Estados Unidos e Israel.

El Daily Bruin informó que a partir de las 2:00 p.m., más de 100 manifestantes anti-genocidio comenzaron a marchar por el campus. Aproximadamente una hora y media más tarde, las primeras barricadas se erigieron alrededor de la Plaza Dickson. A las 5:45 p.m., según el Daily Bruin, la policía del campus declaró el campamento “ilegal” y ordenó su dispersión. Poco después, la policía comenzó a atacar el campamento, causando que los estudiantes huyeran.

Durante las siguientes horas, los estudiantes y manifestantes intentaron establecer campamentos y barricadas alrededor de la universidad, mientras pelotones de policías les seguían y arrestaban. Además de la policía del campus, elementos de la Patrulla de Carreteras de California, el Departamento de Policía de Los Ángeles y la seguridad privada de APEX fueron desplegados contra los estudiantes.

En una declaración emitida en redes sociales, el candidato del Partido Socialista por la Igualdad a la vicepresidencia de Estados Unidos, Jerry White, denunció el arresto de los estudiantes, señalando que esto “sigue el arresto masivo de más de 3.000 manifestantes, en su mayoría estudiantes y profesores, en los últimos dos meses”.

Continuó:

Estos arrestos han sido llevados a cabo por la policía en campus casi universalmente controlados por el Partido Demócrata. Los demócratas están trabajando en conjunto con las burocracias sindicales, que están trabajando para suprimir la oposición al genocidio y las guerras en escalada del imperialismo estadounidense por la dominación global.

White observó que la huelga fue “iniciada por los propios trabajadores de base” y añadió, “Señaló la entrada poderosa de la clase trabajadora como la fuerza social y política decisiva para detener la guerra y la represión del estado policial”.

Concluyó:

El juez de California que intervino contra la huelga, lo hizo por preocupación de que la burocracia del UAW, que ha respaldado la reelección de “Genocida Joe”, pudiera perder el control de la situación. La clase dominante temía que la huelga pudiera convertirse en un catalizador para un movimiento mucho más amplio de la clase trabajadora contra la guerra en el extranjero y la austeridad y represión en casa.

La principal lección de esta lucha no es que las huelgas políticas sean fútiles, que es lo que la burocracia del UAW querría que los trabajadores crean. En cambio, es que estas luchas no pueden dejarse en manos de las burocracias sindicales pro-guerra y procapitalistas. Como las que controlan el aparato del UAW, que ahora está haciendo cumplir la orden antihuelga del juez de California.

En cambio, los trabajadores de UC deben formar comités de base para unirse con los miembros del UAW y todos los trabajadores en las industrias del automóvil, armas y aeroespacial y otras secciones de la clase trabajadora para preparar acciones comunes para detener las máquinas de guerra del imperialismo estadounidense y del estado sionista.

Tal contraofensiva industrial y política por parte de la clase trabajadora es la única forma de poner fin a la guerra y la represión en el hogar y poner fin al capitalismo, que es la fuente de guerra y dictadura.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 11 de junio de 2024)