En su primera reunión con un jefe de Estado extranjero, el presidente electo Donald Trump invitó al presidente argentino fascista, Javier Milei, a una cena de gala el jueves en su hotel Mar-a-Lago en Florida.
Trump presentó a Milei como su invitado estrella y como un modelo, generando aplausos entre los oligarcas reunidos de su movimiento MAGA [siglas en inglés para Hacer a Estados Unidos Grande Otra Vez]: “El trabajo que has hecho es increíble. Haciendo a Argentina Grande Otra Vez, ya sabes, MAGA. Él es una persona MAGA”.
La gala en sí fue un espectáculo obsceno. Los acaudalados asistentes, quienes pagaron hasta $25.000 por cupo tintinearon sus copas y ovacionaron a Milei mientras bailaba a la canción “YMCA” en su camino hacia el escenario donde combinó voces bufonescas con una diatriba hitleriana. En un momento dado, Sylvester Stallone, famoso por interpretar a matones descerebrados como Rambo, abrazó al fascista argentino y le sopló los nudillos.
Milei comenzó felicitando a Trump, diciendo que “el mundo es un lugar mucho mejor, y los vientos de la libertad soplan mucho más fuertes” después de la victoria de Trump, que calificó como “el mayor regreso político de la historia”.
Luego emprendió un ataque prolongado contra el “socialismo” que provocó porras y silbidos: “En 1848 Marx comenzó aquel panfleto siniestro que fue su manifiesto comunista diciendo que un fantasma recorría Europa, el fantasma del comunismo, hoy un fantasma distinto recorre el mundo, el fantasma de la libertad”.
La palabra “libertad”, de su boca, significa eliminar cualquier límite para que las corporaciones, los bancos y los monopolios lucren a través de la explotación de la clase trabajadora.
Milei está explícitamente a favor de retroceder el reloj al siglo XIX en términos de la posición social de los trabajadores. Anteriormente ha dicho que quiere devolver a Argentina al “modelo liberal de 1860”, lo que significa demoler la educación y salud públicas, los organismos reguladores, los derechos laborales y las instituciones públicas creadas durante más de un siglo como concesiones de una clase dominante temerosa de la revolución social, particularmente después de la Revolución rusa de octubre de 1917.
En la gala de Mar-a-Lago, Milei se reunió por cuarta vez en menos de un año con el jefe de Tesla, Elon Musk, el principal patrocinador financiero de la campaña de Trump y el hombre más rico del mundo.
Dejando en claro que el programa de Milei representa directamente los intereses de los sectores más despiadados de la oligarquía financiera imperialista, el multimillonario escribió en su plataforma X en septiembre: “¡El presidente @JMilei está haciendo un trabajo increíble para restaurar la grandeza de Argentina!... El ejemplo que está dando con Argentina será un modelo útil para el resto del mundo”.
Ahora este mismo Musk, junto con el multimillonario y excandidato republicano a las primarias presidenciales Vivek Ramaswamy, encabezará un nuevo “Departamento de Eficiencia Gubernamental” encargado de proponer billones en recortes al gasto social y la abolición de todas las regulaciones sobre las corporaciones capitalistas y el capital financiero.
Los ostentosos homenajes a Milei, quien es conocido en Argentina como “el loco”, han servido como muestra de lo que el Gobierno entrante de Trump tiene planeado para los trabajadores en los Estados Unidos. El propio Milei dijo la semana pasada que Trump está “copiando nuestro modelo” y que el ministro de Desregulación y Transformación del Estado de Argentina, Federico Sturzenegger, ha estado en conversaciones con Musk sobre “cómo desregular la economía de Estados Unidos”.
Musk ha utilizado el mismo lenguaje de “dolor” que Milei y ha propuesto recortar 2 billones de dólares del presupuesto federal de 6,75 billones de dólares en EE.UU.. Esto es similar a los recortes presupuestarios de aproximadamente el 30 por ciento que Milei ha implementado en menos de un año desde que asumió el cargo en diciembre.
Los trabajadores que votaron por Trump con la esperanza de que su consigna MAGA significara mejores niveles de vida para las masas trabajadoras deben observar de cerca las políticas del Gobierno argentino, ahora presentado como un modelo. Si vamos al caso, aquellos que votaron en contra de Trump o no votaron y ahora están siendo sometidos a los intentos del Partido Demócrata de adormecer a la clase trabajadora con afirmaciones de que realmente no va a ser tan malo deberían mirar hacia el sur a Argentina; tienen la intención de llevar a cabo la misma agenda y peor en los Estados Unidos.
Después de sostener una motosierra en sus actos electorales, prometiendo diezmar el gasto pública, Milei eliminó rápidamente 13 ministerios, despidió a más del 10 por ciento de los trabajadores públicos, puso fin a la asistencia a los comedores populares, detuvo todas las obras públicas y redujo el gasto en educación en un 52 por ciento, en desarrollo social en un 60 por ciento, en salud en un 28 por ciento y en asistencia a las provincias en un 68 por ciento.
En poco menos de un año con Milei al cargo, millones han caído en la miseria, y la tasa oficial de pobreza ha aumentado del 41,7 por ciento al 52,9 por ciento.
La inflación se ha desacelerado, pero se mantiene en 193 por ciento anual y solo es menor en comparación con la devaluación masiva que Milei implementó en diciembre. Los costos de la vivienda han seguido aumentando, viendo un salto del 135 por ciento en Buenos Aires durante el último año.
En los primeros nueve meses bajo Milei, los salarios reales cayeron un 16,5 por ciento para los empleados públicos y un 2,1 por ciento para los empleados privados en el sector formal. La inflación ha afectado de manera aún más dramática a aproximadamente la mitad de la fuerza laboral que trabaja en el sector informal, aunque no hay cifras confiables.
La economía argentina se contraerá un 3,6 por ciento este año, en gran parte como resultado de estas medidas, destruyendo innumerables empleos. Solo en los primeros seis meses bajo Milei, el número de trabajadores que cotizan al seguro social disminuyó un 5 por ciento, incluidas 150.859 pérdidas de empleos en el sector privado, 67.133 en el sector público y 291.959 entre los independientes o autónomos.
Hacer cumplir esta terapia de choque económico ha requerido formas de gobierno cada vez más dictatoriales. Durante meses, ha habido continuas oleadas de protestas de jubilados, ocupaciones universitarias, huelgas de docentes, trabajadores de la salud y prácticamente todos los sectores de la clase trabajadora.
Milei ha respondido con una represión desnuda de Estado policial y la criminalización de la oposición política. Su Gobierno decretó una draconiana “ley antipiquetes”, prohibiendo el bloqueo de calles, los piquetes de huelga y las huelgas en una multitud de sectores. Los jubilados que han protestado por la reducción de sus pensiones por debajo de los niveles de subsistencia han sido atacados con cañones de agua, gases lacrimógenos y porras.
Mientras tanto, Milei ha redoblado sus esfuerzos para reivindicar los crímenes de la dictadura militar fascista que gobernó Argentina durante casi una década tras un golpe de Estado respaldado por la CIA en 1976. Alrededor de 30.000 trabajadores, jóvenes e intelectuales de izquierda fueron secuestrados, asesinados y desaparecidos bajo la junta fascista, mientras que decenas de miles más fueron arrestados y torturados.
Milei no solo está siendo presentado como un modelo por Trump, sino que también ha sido un invitado estrella en los principales foros de la oligarquía financiera y el imperialismo mundial, incluido el último Foro Económico Mundial en Davos y la cumbre del G7 en Italia. El canciller alemán Olaf Scholz le tendió alfombra roja y se reunirá con el presidente francés Emmanuel Macron el sábado y asistirá a la Cumbre del G20 en Brasil el lunes.
El Gobierno de Biden también ha elogiado sus políticas económicas y ha llamado a la burocracia sindical argentina un “modelo”, alentándola a trabajar en estrecha colaboración con Milei. Esta colaboración ha resultado en el aislamiento de huelgas y otros esfuerzos para suprimir la oposición social masiva.
El Pentágono bajo Biden fortaleció los lazos con el Gobierno Milei y aprobó su compra de aviones de guerra y el establecimiento de fábricas de municiones estadounidenses en el país. El imperialismo estadounidense ve a Milei como una punta de lanza contra la influencia china, rusa e iraní en América Latina, que todavía considera despectivamente como su “patio trasero”.
Milei ha visitado y desarrollado estrechos vínculos con la primera ministra italiana Giorgia Meloni, cuyo partido Hermanos de Italia es el sucesor neofascista de Mussolini, y el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, que está intensificando el genocidio en curso en Gaza.
La oligarquía financiero-corporativa intenta reorganizar el mundo a través de la contrarrevolución social y la dictadura política. Trump y Milei representan este programa que está dirigido a extinguir todas las concepciones de igualdad social, incluidas las encarnadas en la Revolución estadounidense y la Guerra Civil.
Un cambio tan dramático en las formas políticas de gobierno de la clase dominante capitalista inevitablemente producirá crisis políticas aún más profundas y estallidos sociales de masas. Sin embargo, la amenaza del fascismo y la guerra mundial solo puede ser derrotada por la intervención consciente y revolucionaria de la clase obrera sobre la base de un programa socialista e internacionalista.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 15 de octubre de 2024)