La Alianza Internacional Obrera de Comités de Base (AIO-CB) llama a emprender una acción masiva para detener el asalto del Gobierno de Trump contra los empleados públicos federales, que ahora lleva a cabo el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés) de Elon Musk. Este es un ataque sin precedentes contra la clase trabajadora, una declaración de guerra abierta. Si los trabajadores no toman medidas ahora, las consecuencias serán catastróficas, no solo para los empleados federales sino para toda la clase trabajadora.
La AIO-CB llama a los trabajadores federales a formar comités de base, independientes de las burocracias sindicales, para liderar esta lucha. Se deben convocar reuniones y manifestaciones masivas para preparar huelgas de emergencia que frenen los despidos y el desmantelamiento de los programas esenciales.
Musk, actuando como el vice-Führer, está tratando al Gobierno como su corporación personal, purgando a miles de empleados federales, tanto a los que han desarrollado sus carreras ahí como a los eventuales. Por orden ejecutiva, se están anulando contratos laborales, pisoteando los derechos a un debido proceso y despidiendo a trabajadores por el capricho de un oligarca multimillonario.
En el último ataque, Musk anunció en las redes sociales durante el fin de semana que “de acuerdo con las instrucciones del presidente Trump”, todos los trabajadores federales tendrán que enviar un correo electrónico el lunes por la noche explicando “lo que hicieron la semana pasada. La falta de respuesta se tomará como una renuncia”. Poco después, los trabajadores federales recibieron un correo electrónico de tres líneas que decía: “Por favor, responda a este correo electrónico con aproximadamente 5 viñetas de lo que logró la semana pasada y comuníquese con su gerente”.
Este es un intento de aterrorizar, humillar y eliminar a la oposición. Los trabajadores federales están siendo reducidos a siervos, obligados a arrastrarse ante Musk y la oligarquía financiera.
Musk está siguiendo el libro de jugadas que usó en la compra de Twitter, donde envió exactamente el mismo correo electrónico a todos los empleados antes de despedir al 80 por ciento de ellos. Si incluso una fracción de los trabajadores federales corriera la misma suerte, significaría cientos de miles de despidos, en el mayor despido masivo en la historia de Estados Unidos.
La directiva de Musk siguió al intento de expulsar a decenas de miles de trabajadores que realizan funciones sociales críticas. Un programa de “renuncia diferida” llevó a que 75.000 trabajadores se fueran antes de que un juez federal lo detuviera temporalmente. Casi todos los empleados con menos de un año de servicio están en la mira, lo que afecta a hasta 220.000 trabajadores en múltiples agencias.
La Administración Federal de Aviación (FAA, todas las siglas en inglés) está siendo destruida, cuando se producen accidentes debido a la falta de personal, el envejecimiento de la infraestructura y las fallas de seguridad. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) está siendo recortada en medio de una pandemia continua y la aparición de nuevas enfermedades como el H5N1. La Agencia de Protección Ambiental (EPA) está siendo desmantelada, cuando el cambio climático impulsa desastres catastróficos en los EE.UU. y el mundo.
Musk, el hombre más rico del mundo, quiere saber qué han estado haciendo los trabajadores. En pocas palabras, de todo. La verdadera pregunta es: ¿Qué hacen Musk y los demás oligarcas? No construyen nada y no aportan nada. Se enriquecen del trabajo de los demás.
Más de 600.000 trabajadores postales también están en el punto de mira de la campaña de privatización de Trump. El viernes, anunció planes para colocar al Servicio Postal (USPS) bajo el Departamento de Comercio, despojando su independencia y allanando el camino para despidos masivos, recortes salariales y la venta masiva de operaciones a Amazon, UPS o FedEx. El objetivo es poner fin al servicio universal, elevando los precios y destruyendo puestos de trabajo.
En 1981, el presidente Ronald Reagan despidió a más de 11.000 controladores aéreos en huelga. Fue un punto de inflexión en la guerra de clases contra los trabajadores. La huelga tuvo un amplio apoyo y crecían las demandas de una huelga general. Pero la burocracia sindical de la AFL-CIO se negó a movilizar la resistencia, permitiendo que el Gobierno aplastara a los controladores, destruyera su sindicato y allanara el camino para cuatro décadas de ataques contra los salarios, los empleos y el derecho de huelga.
La purga de Trump de trabajadores federales va mucho más allá de PATCO. Esto no es solo despidos masivos, es un intento de desmantelar el servicio civil y eliminar los programas sociales. Mientras que los huelguistas de PATCO fueron incluidos en la lista negra, Trump y Musk están eliminando agencias enteras, obligando a los trabajadores a justificar sus trabajos ante un multimillonario. Si tiene éxito, esto envalentonará a la clase dominante para intensificar los ataques contra todos los trabajadores, imponer recortes salariales, despidos masivos y reprimir la resistencia con métodos dictatoriales.
Durante la década de 1980 y en las décadas siguientes, la burocracia sindical respondió al asalto de la clase dominante a los trabajadores integrándose plenamente en la gestión corporativa. Ahora, mientras Trump y Musk llevan a cabo la mayor purga de trabajadores gubernamentales de la historia, estas mismas organizaciones se niegan a mover un dedo para detenerlo.
La AFL-CIO ha emitido una declaración superficial que declara:
Lo más poderoso que puedes hacer en este momento es identificar a las víctimas de los recortes imprudentes del DOGE. Si eres un trabajador, o el amigo o familiar de un trabajador afectado por el DOGE, queremos saber más sobre quién eres, cómo has ayudado a nuestro país y cómo te está afectando el DOGE.
Es decir, mientras cientos de miles se enfrentan a la pérdida de sus puestos de trabajo, la AFL-CIO solo pide anécdotas personales.
El AFGE, el mayor sindicato de trabajadores federales, emitió una declaración en la que afirmaba que “impugnaría cualquier despido ilegal de nuestros miembros y empleados federales en todo el país”. En otras palabras, no harán nada más que presentar recursos legales inútiles, permitiendo que los despidos masivos procedan sin oposición.
El aparato sindical justifica sus intentos de sofocar la oposición afirmando que cualquier oposición es ilegal, incluso cuando Trump y Musk llevan a cabo acciones que desafían todas las leyes existentes y los derechos constitucionales.
En cuanto a los demócratas, como partido de Wall Street y la guerra, apoyan el ataque a los programas sociales y el enriquecimiento de la oligarquía financiera. En medio de la crisis constitucional más grave de la historia de Estados Unidos, proponen solo los llamamientos más impotentes a los legisladores republicanos. Temen, sobre todo, un movimiento desde abajo.
Se está desarrollando un estado de ánimo muy diferente en la clase trabajadora: una creciente determinación de luchar y liberarse de los grilletes del aparato sindical. Esto se expresó claramente en la reunión de emergencia convocada por la AIO-CB y el Comité de Base de los Trabajadores Postales el domingo, a la que asistieron más de 150 trabajadores.
Tom Hall, escritor del World Socialist Web Site, inició la reunión advirtiendo que no se trata solo de recortes de empleos, sino del establecimiento de una dictadura. “Las acciones de Trump son flagrantemente ilegales”, dijo Hall. “Está intentando reescribir la Constitución, anular las leyes del Congreso y purgar a todos aquellos en el Gobierno que no le son leales personalmente. Está intentando establecer una dictadura en los Estados Unidos y derrocar la democracia o lo que quede de ella”.
Hall explicó: “Si la conspiración de Trump ha de ser derrotada, y puede ser así, solo puede ser a través de una acción masiva e independiente desde abajo por parte de la clase trabajadora”.
Se adoptó una resolución con un voto contundente condenando “la cobardía y la complicidad de la burocracia sindical”. La resolución declaraba: “Si la dirección sindical no lucha contra esto, no lucharán contra nada”. La resolución declaraba:
No es tiempo para declaraciones vacías. La Alianza Internacional Obrera de los Comités de Base (AIO-CB) y el Comité de Base de los Trabajadores Postales convocan a llevar a cabo preparativos inmediatos para una resistencia masiva, incluyendo una huelga. Los trabajadores postales deben unirse con los demás trabajadores federales, los trabajadores de logística y el resto de la clase trabajadora para detener esta depuración.
La AIO-CB llama a los trabajadores federales que formen comités de base independientemente de las burocracias sindicales. Estos comités deben unirse con los trabajadores postales, los trabajadores automotores, los trabajadores de Amazon, los maestros, los enfermeros y todos los sectores de la clase trabajadora para coordinar la resistencia colectiva.
Los comités que la AIO-CB está llamando a formar serán los medios para que los trabajadores federales se comuniquen más allá del lugar de trabajo, intercambien información y coordinen acciones conjuntas. A través de la expansión de los comités de base en todos los lugares de trabajo, los trabajadores pueden generar apoyo y preparar huelgas para oponerse a los despidos masivos, la destrucción de los programas sociales y la privatización de los servicios públicos.
Estos comités unirán a los trabajadores federales con los trabajadores inmigrantes que luchan contra la deportación, los educadores y los trabajadores de la salud que se resisten a los recortes, y los trabajadores industriales que luchan contra la explotación y las condiciones inseguras, forjando una lucha común contra los ataques a toda la clase trabajadora.
¡Este es el momento para tomar una posición y luchar! La AIO-CB está construyendo la dirección y la organización necesarias para esta lucha.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 23 de febrero de 2024)