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Israel bloquea la entrada de alimentos a Gaza y planea cortar el suministro de electricidad y agua

Los camiones hacen fila en el lado egipcio del cruce fronterizo de Rafah entre Egipto y la Franja de Gaza después de que Israel bloqueara la entrada de ayuda a Gaza, el domingo 2 de marzo de 2025. [AP Photo/Mohamed Arafat]

La oficina del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, anunció el domingo que Israel ha bloqueado todos los envíos de alimentos a Gaza, con el objetivo de hambrear a la población hasta someterla y de limpiar étnicamente el enclave.

“Hemos decidido bloquear toda la entrada de bienes y suministros a Gaza”, declaró Netanyahu antes de una reunión del gabinete. “Ningún camión entró a Gaza esta mañana, ni lo hará en esta etapa”, dijo Omer Dostri, portavoz del primer ministro.

La Casa Blanca respaldó la política israelí de hambre masiva. “Israel ha negociado de buena fe desde el comienzo de [la administración Trump] para garantizar la liberación de los rehenes cautivos de los terroristas de Hamás”, declaró Brian Hughes, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional. Y añadió: “Apoyaremos su decisión sobre los próximos pasos, dado que Hamás ha indicado que ya no está interesado en una tregua negociada”.

El ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, elogió la política y afirmó: “La decisión… de detener por completo la entrada de ayuda humanitaria a Gaza hasta que Hamás sea destruido o se rinda completamente y todos nuestros rehenes sean liberados es un paso importante en la dirección correcta”. Llamó a Israel a “abrir las puertas del infierno de la manera más rápida y violenta posible contra el enemigo despiadado hasta lograr la victoria total”.

El anuncio se produjo tras el vencimiento de la “fase uno” del acuerdo de tregua entre Israel y Hamás. El gobierno de Netanyahu ha incumplido su compromiso de iniciar la “fase dos” y, en cambio, exige la liberación de más rehenes antes de continuar con la “fase uno”.

En realidad, la negativa de Israel a respetar el acuerdo de tregua es una provocación calculada con el objetivo de crear las condiciones para el hambre masiva del pueblo de Gaza, a fin de desplazarlo por la fuerza y apoderarse de su tierra.

El mes pasado, Trump declaró que Estados Unidos apoya la limpieza étnica de Gaza, una política previamente propuesta por sectores del gobierno israelí.

Al anunciar el bloqueo, la oficina de Netanyahu advirtió: “Si Hamás continúa con su negativa, habrá más consecuencias”.

El periódico israelí Israel Hayom informó que el gobierno se está preparando para imponer un bloqueo total del suministro de alimentos y agua a Gaza. El Canal 14 de Israel informó que el ministro de Energía, Eli Cohen, planea proponer el corte total del suministro de electricidad a Gaza en la próxima reunión del gabinete israelí.

El bloqueo israelí de la ayuda alimentaria a Gaza constituye un crimen de guerra y un crimen de lesa humanidad. Oxfam condenó la medida en un comunicado, calificándola como “un acto imprudente de castigo colectivo, explícitamente prohibido por el derecho internacional humanitario”.

Tom Fletcher, el secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Humanitarios, condenó la medida en una publicación en Twitter, declarando: “La decisión de Israel de detener la ayuda a Gaza es alarmante. El derecho internacional humanitario es claro: debemos tener acceso para entregar asistencia vital y salvar vidas”.

En un comunicado, la portavoz de Médicos Sin Fronteras (MSF), Caroline Seguin, afirmó: “Israel está bloqueando una vez más a toda una población de recibir ayuda, usándola como moneda de cambio. Esto es inaceptable, indignante y tendrá consecuencias devastadoras”.

Kenneth Roth, exdirector de Human Rights Watch, dijo que Israel tiene un “deber absoluto” bajo las Convenciones de Ginebra de permitir la entrada de alimentos a Gaza. “La última amenaza de Israel de cortar toda la ayuda es la reanudación de la estrategia criminal de hambre” que llevó a que Netanyahu enfrentara cargos por crímenes de guerra en la Corte Penal Internacional.

Toda la población de Gaza sufre inseguridad alimentaria debido al bloqueo deliberado de ayuda por parte de Israel. En diciembre, la ONU estimó que más de 19.000 niños habían sido hospitalizados por desnutrición aguda en apenas cuatro meses. El mes pasado, funcionarios de salud en Gaza informaron que seis bebés murieron congelados en un período de dos semanas debido a la falta generalizada de combustible para hacer frente a las temperaturas gélidas.

Mientras tanto, Estados Unidos sigue intensificando su apoyo militar a Israel. El viernes, el Departamento de Estado anunció que el secretario de Estado, Marco Rubio, había invocado “autoridades de emergencia” para enviar otros 4.000 millones de dólares en armas a Israel. El Departamento de Estado dijo que Estados Unidos “seguirá utilizando todas las herramientas disponibles para cumplir con el compromiso histórico de Estados Unidos con la seguridad de Israel, incluyendo medidas para contrarrestar amenazas”.

El paquete incluye una variedad de posibles armas, y los informes indican que más de 35.000 bombas de 2.000 libras podrían ser enviadas. Cada una de estas bombas es capaz de arrasar toda una manzana de la ciudad. La administración Biden envió a Israel al menos 14.000 de estas bombas, que Israel ha utilizado —junto con otras armas proporcionadas por EE.UU.— para destruir la mayoría de las estructuras en Gaza.

Al responder al anuncio, Netanyahu elogió a Trump, diciendo: “Donald Trump es el mayor amigo que Israel ha tenido en la Casa Blanca… Lo ha demostrado enviándonos todas las municiones que habían sido retenidas. De esta manera, nos está proporcionando las herramientas que necesitamos para terminar el trabajo contra el eje del terror de Irán”.

Según el ministerio de Salud de Gaza, 46.565 palestinos han sido asesinados y 109.660 han resultado heridos desde el inicio del genocidio en Gaza el 7 de octubre. La oficina de medios del gobierno de Gaza sitúa el número total de muertos en más de 61.000, incluyendo los miles de palestinos desaparecidos y que se cree que están enterrados bajo los escombros. La cifra real de muertos, incluyendo aquellos que han muerto de hambre o han sucumbido a enfermedades, es mucho más alta.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 2 de marzo de 2025)

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