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Partido Socialista por la Igualdad (EE.UU.)
Las bases históricas e internacionales del Partido Socialista por la Igualdad

Lenín defiende el materialismo

17. Años más tarde, Trotsky comentaría que la obra de Lenín se distingue por su nivel más alto de escrupulosidad teórica. Esta cualidad se expresa de manera singular cuando Lenín defiende al marxismo contra las diversas formas de idealismo y subjetivismo filosófico que amenazaban con desorientar al movimiento socialista. La decisión de Lenín de consagrar todo un año a escribir Materialismo y empiriocriticismo (1908-1909) refleja lo consciente que estaba del enorme peligro que planteaba la amplia influencia del idealismo filosófico dentro del movimiento socialista, no sólo el neokantianismo —frecuentemente asociado con esfuerzos para basar al socialismo en la ética— sino también los conceptos abiertamente irracionales que expresaban la influencia de Schopenhauer y Nietzsche, los cuales glorificaban el voluntarismo y la subjetividad de la voluntad para la acción. Lenín se opuso al idealismo subjetivo por considerarlo incompatible con el conocimiento científico de las leyes que rigen a la sociedad capitalista y a las luchas revolucionarias.

18. Lenín insistía que “la filosofía del marxismo es el materialismo”. Afirmaba que “el materialismo se demostró como la única filosofía consecuente, fiel a todo lo que enseñan las ciencias naturales, hostil a la superstición, a la hipocresía, etc.” Explicaba que el marxismo ha desarrollado al materialismo mucho más allá del que existía en el siglo XVIII, enriqueciéndole “con los logros de la filosofía clásica alemana, en especial con el sistema de Hegel, que a su vez, había conducido al materialismo de Feuerbach.” La gran contribución de la filosofía clásica alemana fue la elaboración de la dialéctica, la cual Lenín definió como “la doctrina del desarrollo en su forma más completa, profunda y libre de unilateralidad, la doctrina acerca de lo relativo del conocimiento humano, que nos da un reflejo de la materia en perpetuo desarrollo”. [9] Lenín escribió estas palabras justo antes de la Primera Guerra Mundial y ofreció la siguiente explicación concisa de la perspectiva filosófica del marxismo:

“Marx profundizó y desarrolló totalmente el materialismo filosófico y hizo que el conocimiento de la naturaleza abarcara el conocimiento de la sociedad humana. El materialismo histórico de Marx es una enorme conquista del pensamiento científico. Al caos y la arbitrariedad que imperan hasta entonces en los puntos de vista sobre historia y política, sucedió una teoría científica asombrosamente completa y armónica, que muestra cómo, en virtud del desarrollo de las fuerzas productivas, de un sistema de vida social surge otro más elevado; cómo del feudalismo, por ejemplo, nace el capitalismo.

Así como el conocimiento del hombre refleja la naturaleza (es decir, la materia en desarrollo), que existe independientemente de él, así el conocimiento social del hombre (es decir, las diversas concepciones y doctrinas filosóficas, religiosas, políticas, etc.), refleja el régimen económico de la sociedad. Las instituciones políticas son la superestructura que se alza sobre la base económica. Así vemos, por ejemplo, que las diversas formas políticas de los Estados europeos modernos sirven para reforzar la dominación de la burguesía sobre el proletariado.”
La filosofía de Marx es un materialismo filosófico acabado, que ha proporcionado a la humanidad, y sobre todo a la clase obrera, la poderosa arma del saber”. [10]

19. Partiendo de la publicación de Historia y la conciencia de clase, por Georg Lukács, en 1922, intelectuales instruidos académicamente en la filosofía idealista, realizaron numerosos intentos, tanto, desde dentro como el la periferia del movimiento socialista, para contraponer la dialéctica al materialismo; e incluso para desacreditar obras como Materialismo y empiriocriticismo por ser ejemplos del “materialismo vulgar” que Lenín presuntamente había repudiado al emprender el estudio sistemático de la Ciencia de la lógica de Hegel en 1914-15. Estas acusaciones, que se basaban (y continúan basándose) en una burda tergiversación no sólo de los Cuadernos Filosóficos de Lenín, sino también de su biografía intelectual, jugaron un papel importantísimo en el ataque burgués contra las bases y el patrimonio del marxismo clásico que tomó fuerza mientras el estalinismo triunfaba en la URSS, el fascismo surgía en Alemania, y se exterminaba físicamente a grandes sectores de cuadros revolucionarios europeos educados en la teoría. La “dialéctica” a la cual estos idealistas le rendían un homenaje puramente retórico no tiene absolutamente nada que ver con la “doctrina de desarrollo” a la cual Lenín se refería, y mucho menos con el método completamente científico, descrito por Engels, que “abarca las cosas —y sus representaciones e ideas— en su unidad, concatenación, movimiento, origen y fin”. [11]

Era más bien una “dialéctica” de la cual se excluía a la naturaleza y al universo material que existe antes e independientemente del hombre. Era (y todavía lo es) la falsa dialéctica de una interacción concebida subjetivamente del descontento intelectual pequeñoburgués y su medio ambiente, en el cual ese mismo individuo —desvinculado de las leyes objetivas que rigen el desarrollo de la naturaleza, la sociedad y la conciencia— es libre para “crear” al mundo tal como le dé la gana.


[9]

“Three Sources and Three Component Parts of Marxism,” in V. I. Lenin, Collected Works, Volume 19 (Moscow: Progress Publishers, 1968), p. 24.

[10]

Ibid., p. 25.

[11]

Anti-Dühring, in: Marx-Engels Collected Works, Volume 25, p. 23.