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Carta a un joven trotskista en Rusia

30 junio 2022

Estimado camarada:

Gracias por tu carta de fecha 28 de junio y tu entusiasta respuesta al establecimiento de una nueva sección del Comité Internacional en Turquía. La expansión formal del trabajo del CICI es, cualquiera que sea el país o la región, un hito político importante. Pero es una fuente de especial satisfacción que haya sido posible hacer este avance en el país donde Trotsky, tras ser obligado a exiliarse de la Unión Soviética, desarrolló tan decisivamente la lucha contra el régimen estalinista a escala mundial e inició la fundación de la Cuarta Internacional. Durante la visita con los camaradas de Sosyalist Eşitlik Grubu a la isla de Prinkipo, uno no podía evitar sentirse profundamente conmovido al tomar conciencia del monumental logro histórico de Trotsky. Pero también podríamos sentirnos satisfechos por el hecho de que continuamos el trabajo que Trotsky inició en Prinkipo, y que Trotsky habría sido completamente solidario con los principios políticos y el programa del Comité Internacional.

Leon Trotsky en su escritorio en Prinkipo

La experiencia de nuestros camaradas en Turquía es, sin duda, como tu escribes, de gran importancia para el desarrollo de una sección del Comité Internacional en Rusia y en toda la antigua Unión Soviética. Trabajamos pacientemente para crear, sobre la base de una concepción unificada de toda la experiencia histórica de la Cuarta Internacional, una base firme para el establecimiento de una nueva sección.

La resolución del Sosyalist Eşitlik Grubu merece el estudio más cuidadoso. El reconocimiento por parte del SEG de la autoridad política del CICI no debe entenderse en un sentido meramente organizativo. La autoridad política del CICI se basa en su asociación histórica con la defensa de los principios fundacionales y el programa del trotskismo. La resolución del SEG identificó el contenido histórico esencial de la continuidad del trotskismo:

4. Sólo el CICI representa la continuidad política del movimiento marxista/trotskista mundial. Esta continuidad se remonta a la fundación de la Oposición de Izquierda bajo la dirección de León Trotsky en 1923 para defender la estrategia y el programa de la revolución socialista mundial contra la degeneración estalinista nacionalista. Fue esta estrategia y programa lo que guió la Revolución de Octubre en 1917 dirigida por el Partido Bolchevique en Rusia bajo la dirección de Vladimir Lenin y León Trotsky.

5. La fundación de la Cuarta Internacional en 1938 bajo la dirección de Trotsky después de que el colapso de la Internacional Comunista allanó el camino para que los nazis llegaran al poder en Alemania en 1933; la fundación del Comité Internacional en 1953 por trotskistas ortodoxos dirigidos por James P. Cannon del Partido Socialista de los Trabajadores (SWP) en los Estados Unidos contra la tendencia revisionista-liquidacionista dirigida por Michel Pablo y Ernest Mandel; la lucha política de los trotskistas británicos liderados por Gerry Healy contra la reunificación sin principios con los pablistas en 1963; la lucha de los trotskistas estadounidenses dirigida por David North en 1982-86 contra la degeneración nacional-oportunista del Partido Revolucionario de los Trabajadores (Workers Revolutionary Party, WRP) en Gran Bretaña y la recuperación del control del CI por parte de los trotskistas ortodoxos, constituyen puntos de inflexión críticos en esta continuidad política.

La continuidad no se confiere a una organización a través de algún tipo de proclamación formal, y mucho menos a la manera de un título de caballero británico. Una joven organización debe establecer su continuidad con la historia precedente del movimiento trotskista emprendiendo la lucha, en el presente, contra los opositores —estalinistas, pablistas, capitalistas de Estado, socialdemócratas, laboristas, radicales pequeñoburgueses, anarquistas, nacionalistas burgueses y reformistas liberales— del marxismo revolucionario. Esta lucha se lleva a cabo en un plano teórico, político y organizativo, y siempre está dirigida a establecer la independencia política completa e incondicional de la clase obrera sobre la burguesía. Por difícil y contradictorio que sea el proceso, el movimiento político que lleva a cabo esta lucha expresa con cada vez más claridad la continuidad del trotskismo y, por lo tanto, se alinea con la trayectoria objetiva de la revolución socialista mundial.

Los grandes acontecimientos históricos, como aquellos por los que ahora estamos pasando, revelan la naturaleza de clase esencial de una organización política y los intereses a los que sirve. Por supuesto, la respuesta de una organización a una gran crisis está condicionada por sus antecedentes históricos. El estallido de la guerra por delegación llevada a cabo por Estados Unidos y la OTAN contra Rusia ha expuesto rápidamente a las organizaciones capitalistas de Estado y pablistas como agentes despreciables del imperialismo estadounidense y europeo. Su teoría del “imperialismo ruso”—estrechamente asociada con el shachtmanismo y otras variedades relacionadas de concepciones capitalistas de Estado—ahora sirve como una justificación ideológica para apoyar al imperialismo estadounidense y europeo y sus lacayos en el régimen ucraniano.

En un ataque contra el Comité Internacional, Oleg Vernyk de la Liga Socialista de Ucrania (LSU) (organización afiliada a la Liga Socialista Internacional-LSI) escribe:

Somos muy conscientes de que en esta confrontación con dos imperialismos, el imperialismo occidental y el imperialismo ruso, Ucrania solo juega un papel: el papel de víctima.

Es difícil imaginar una declaración más absurda y engañosa. La 'víctima' ucraniana es un régimen que fue llevado al poder por un golpe de Estado en 2014 el cual fue financiado y organizado por los Estados Unidos, utilizando organizaciones fascistas locales para proporcionar la fuerza militar necesaria. Durante los últimos ocho años, Estados Unidos y la OTAN han llevado a cabo el entrenamiento y armamento del régimen de Kiev en preparación para la guerra contra Rusia. Miles de soldados ucranianos fueron entrenados directamente por los Estados Unidos en los años previos a la guerra. En un informe publicado el 25 de junio, el New York Times escribió:

El miembro de la Cámara de Representantes Jason Crow, un demócrata de Colorado que participa en los Comités de Servicios Armados e Inteligencia de dicha Cámara, dijo en una entrevista que las relaciones que los comandos ucranianos desarrollaron con sus homólogos estadounidenses y de otros países en los últimos años habían demostrado ser de incalculable valor en la lucha contra Rusia.

La escala del apoyo de Estados Unidos y la OTAN a Ucrania, que ya asciende a varias decenas de miles de millones de dólares, no tiene precedentes históricos. Según el Times:

Los comandos no están en el frente con las tropas ucranianas y, en su lugar, asesoran desde el cuartel general en otras partes del país o de forma remota mediante comunicaciones encriptadas, según funcionarios estadounidenses y otros occidentales, que hablaron bajo condición de anonimato para discutir asuntos operativos. Pero los signos de su sigilosa logística, entrenamiento y apoyo de inteligencia son tangibles en el campo de batalla.

Varios comandantes ucranianos de nivel inferior expresaron recientemente su agradecimiento a los Estados Unidos por la inteligencia conseguida de las imágenes obtenidas por satélite, que pueden consultar en las tablets proporcionadas por los aliados. Las tablets ejecutan una aplicación de mapeo del campo de batalla que los ucranianos usan para apuntar y atacar a las tropas rusas.

En una calle de Bakhmut, una ciudad en la disputada región de Donbass, en el este de Ucrania, un grupo de fuerzas de operaciones especiales ucranianas tenía parches con la bandera estadounidense en su equipo y estaban equipadas con nuevos misiles tierra-aire portátiles, así como rifles de asalto belgas y estadounidenses.

'Lo que es una historia no contada es la colaboración internacional con las fuerzas de operaciones especiales de una multitud de países diferentes', dijo el teniente general Jonathan P. Braga, comandante del Comando de Operaciones Especiales del Ejército de Estados Unidos, a los senadores en abril al describir la unidad de planificación. 'Ellos están absolutamente unidos con un impacto mucho mayor' para apoyar a las fuerzas militares y especiales de Ucrania.

Afirmar, frente a la vista de estos hechos, que 'Ucrania juega un solo papel: el papel de víctima' es una falsificación flagrante y despreciable de la realidad en interés del imperialismo.

La base política del respaldo de Vernyk a la guerra imperialista es la siguiente:

Sin embargo, los miembros de la LSU/LSI tenemos como principio básico la defensa de Ucrania como sujeto político, la defensa de su pueblo trabajador, la defensa del derecho incondicional a la autodeterminación del pueblo ucraniano y la lucha por la preservación de la integridad del estado.

Este párrafo expone a la LSU (y sus patrocinadores de la LIS) como nacionalistas reaccionarios y opositores acérrimos de la teoría marxista del estado. Es un ABC del marxismo que el Estado es un instrumento del dominio de clase. ¿Cómo, entonces, se puede reconciliar 'la lucha por la integridad del Estado' con 'la defensa de su pueblo trabajador [de Ucrania]'? Por supuesto, Vernyk no menciona el hecho de que el régimen capitalista ucraniano está utilizando la oportunidad proporcionada por la guerra para abolir las leyes y regulaciones que protegen a los trabajadores que se remontan a la era soviética. Vernyk tampoco explica nunca por qué el supuesto 'derecho incondicional a la autodeterminación' se aplica solo a Ucrania tal como la define el régimen de Kiev, pero no a las poblaciones predominantemente de habla rusa en el este de Ucrania y Crimea.

La base reaccionaria de la defensa de Vernyk del régimen ucraniano se revela más crudamente en su intento de cambiar la imagen de la fascista Organización de Nacionalistas Ucranianos (OUN) y su ala militar, el Ejército Insurgente Ucraniano, para hacerlo pasar como un movimiento políticamente heterogéneo que incluía tendencias progresistas. Vernyk escribe que

en la historia de la formación política derechista de la Organización de Nacionalistas Ucranianos, hubo infinitas transformaciones, grietas, cambios radicales en sus consignas, ciertas inclinaciones a la izquierda y a la derecha, cooperación con Hitler y la guerra en dos frentes, entre muchos otros hechos. A esto hay que añadir la creación del Ejército Insurgente Ucraniano en 1943 y la entrada masiva a esa organización en 1939 de los comunistas del oeste de Ucrania que milagrosamente escaparon del exterminio total por parte del régimen estalinista. Todo esto forma parte de la historia de Ucrania, que a menudo se caracteriza por ser extremadamente compleja, controvertida y ambigua.

Vernyk deja fuera de su discusión de esta historia 'compleja, controvertida y ambigua' cualquier mención del papel central desempeñado por la OUN y el Ejército Insurgente Ucraniano como colaboradores de los nazis en el exterminio genocida de judíos ucranianos y el asesinato en masa de polacos. Buscando sembrar confusión política, Vernyk promueve el tratado antimarxista y chovinista nacional escrito en 1948 por Petró Poltava, quien entonces era un destacado ideólogo de la Organización de Nacionalistas Ucranianos. En un intento reprobable de rehabilitar políticamente a la OUN como una organización que incluía tendencias genuinamente de izquierda que propugnaban una forma de nacionalismo teñido de socialismo, Vernyk afirma que Poltava representaba “una tendencia hacia la democratización” que “comenzaba a emerger dentro de las filas de la OUN (Organización de Nacionalistas Ucranianos), hacia las ideas de izquierda y la incitación a una guerra simultánea contra el nacionalsocialismo alemán y contra el estalinismo”.

Vernyk llega a afirmar que el panfleto de Poltava 'anula todos los argumentos de la propaganda rusa y sus lacayos del CICI respecto a la afirmación de que cualquier movimiento nacionalista de liberación en Ucrania debe ser considerado, sin excepción, una corriente de extrema derecha y nazi'.

Revisemos el texto de Poltava que ha inspirado a Vernyk y a la LSU/LSI. Se titula 'Nuestra enseñanza sobre el Estado Nacional'. El panfleto comienza con una denuncia explícita de la teoría marxista del estado y la nación como 'errónea y tendenciosa'. Poltava escribió:

Su punto de vista [de los marxistas] de que las naciones podrán arreglárselas sin estados en el futuro es utópico, fantástico y carece de cualquier base en la realidad. En toda la teoría marxista sobre el Estado hay un claro esfuerzo por negar que el Estado tenga algún significado para el pueblo y para la humanidad en general, así como cualquier intento de presentar la historia como nada más que una lucha de clases, lo cual, como ya hemos dicho, es totalmente incorrecto.

Insistiendo en la base esencialmente étnica del Estado, Poltava se opuso a la existencia de Estados multinacionales. Declaró: 'Obviamente los Estados de este tipo no deberían existir; deben reestructurarse lo antes posible'. Las implicaciones prácticas de este argumento fueron demostradas por la OUN en sus ataques genocidas contra judíos y polacos.

El texto de Poltava está impregnado de misticismo nacionalista reaccionario:

Los nacionalistas creemos en esta verdad eterna: que un Estado nacional independiente es la única forma de organización política que garantiza a un pueblo las mejores condiciones para el desarrollo integral de sus recursos espirituales y materiales. Sin su propio Estado nacional, es decir, sin un Estado que se extienda sobre todo su territorio étnico, un pueblo no puede desarrollarse plenamente.

Al final del texto, Poltava declaró que 'la URSS bolchevique es un enemigo implacable de los pueblos individuales sometidos y de la humanidad en general'.

¿Por qué Vernyk se inspira en este reaccionario ideólogo antimarxista? Claramente, su objetivo es crear un puente ideológico y político hacia los nacionalistas ucranianos actuales, atribuyendo falsamente un contenido progresista a la guerra que libra el régimen de Kiev en alianza con el imperialismo estadounidense y europeo.

Con este fin, Vernyk intenta deshonestamente retratar a Trotsky como un aliado del nacionalismo burgués ucraniano. Vernyk cita un breve pasaje del ensayo de Trotsky de 1939, 'La cuestión ucraniana', en el que defendió la consigna, en oposición al régimen estalinista, de “ Una Ucrania Soviética de obreros y campesinos, unida, libre e independiente.” [Cursiva en el original].

Vernyk de forma conveniente y engañosa deja fuera de su discusión del artículo de Trotsky de 1939 cualquier referencia a pasajes en los que Trotsky condenó vehementemente cualquier colaboración y concesión a las organizaciones y partidos del reaccionario nacionalismo burgués ucraniano. Trotsky escribió:

Ucrania es especialmente rica en experiencias de falsos caminos de lucha para conseguir la emancipación nacional. Allí todo ha sido probado: la Rada [gobierno] pequeñoburguesa y Skoropadski, Petlura, una “alianza” con los Hohenzollern y combinaciones con la Entente. Luego de estos experimentos, sólo cadáveres políticos pueden seguir depositando esperanzas en cualquier fracción de la burguesía ucraniana como líder de la lucha nacional por la emancipación. Únicamente el proletariado ucraniano es capaz no sólo de realizar esta tarea —revolucionaria en esencia—, sino también de tomar la iniciativa para lograr su solución. El proletariado y sólo el proletariado puede congregar en torno suyo a las masas campesinas y la intelectua­lidad nacional genuinamente revolucionaria.

Trotsky concluyó su ensayo con el siguiente oportuno aviso:

Al comienzo de la última guerra imperialista, Melenevski (“Basok”) y Skoropis-Yeltujovski trataron de colocar al movimiento de liberación ucraniano bajo el ala de Ludendorff, general de los Hohenzollern. Para hacerlo, se disfrazaron de izquierdistas. Los marxistas revolucionarios los echaron de una patada. Esa es la forma en que deben actuar los revolucionarios en el futuro. La inminente guerra habrá de crear una atmósfera favorable a todo tipo de aventureros, cazadores de milagros y buscadores del vellocino de oro. Estos caballeros, que tienen especial preferencia por calentarse las manos al fuego de la cuestión nacional, no deben ser admitidos en las filas del movimiento obrero. ¡Ni el más mínimo compromiso con el imperialismo, sea fascista o democrático! ¡Ni la más mínima concesión a los nacionalistas ucranianos, sean clerical-reaccionarios o liberal-pacifistas! ¡No al “frente popular”! ¡Completa independencia del partido proletario como vanguardia de los trabajadores!

Como es de esperar de este oportunista políticamente en bancarrota, Vernyk intenta encubrir su capitulación ante la burguesía ucraniana con patéticas calumnias contra el Comité Internacional. Escribe que “un ciudadano estadounidense, el Sr. David North, ha estado defendiendo los intereses del imperialismo ruso y su aparato de propaganda en temas relacionados con Ucrania.” Según Vernyk, acepté esta tarea “cuando quedó claro que la propaganda oficial rusa ya no tiene suficiente espacio informativo dentro de los medios estadounidenses o de cualquier otro país del mundo en la órbita occidental.” ¿Vernyk realmente imagina que tales tonterías serán creídas por alguien?

Pero debo señalar que su acusación tiene un carácter irónico, en la medida en que el 'pecado original' del que el Comité Internacional y yo personalmente somos culpables, a los ojos de los pablistas, ha sido nuestra denuncia implacable del carácter contrarrevolucionario del estalinismo. Esto incluyó el trabajo del CICI sobre Seguridad y la Cuarta Internacional, que desenmascaró a los agentes de la burocracia estalinista en el movimiento trotskista. Además, en un momento en que los pablistas cantaban alabanzas a Gorbachov, el Comité Internacional advertía que sus políticas darían lugar a la culminación de la traición estalinista de la Revolución de Octubre, es decir, la restauración del capitalismo.

El régimen de Putin es la resurrección reaccionaria de un Estado burgués que surgió de la disolución de la URSS en 1991. Pero la oposición del Comité Internacional a este régimen, incluida su invasión de Ucrania, es desde la izquierda socialista, no desde la derecha imperialista.

Precisamente porque su oposición al régimen de Putin tiene sus raíces en la lucha precedente de la Cuarta Internacional contra el estalinismo y las diversas revisiones del análisis trotskista de la Unión Soviética (tanto pablistas como 'capitalistas de Estado'), el Comité Internacional analiza la guerra actual en el contexto histórico de la disolución de la URSS, que resultó un desastre político para la clase obrera ucraniana, rusa y mundial.

La salida de este desastre, del que surgió la guerra actual, no se encuentra en la alianza con el imperialismo estadounidense y de la OTAN o con el régimen capitalista de Putin; sino sólo a través de la lucha unificada de la clase obrera ucraniana, rusa y mundial contra todos los estados beligerantes. La clase obrera en Rusia, así como en Ucrania, debe defender el principio: el principal enemigo está en casa.

Estos comentarios sobre Vernyk podrían servir, tal vez, como una ilustración de cómo el Comité Internacional aborda la defensa del trotskismo. En la denuncia implacable de los enemigos del marxismo, el Comité Internacional continúa el gran trabajo histórico de la Cuarta Internacional y, sobre esta base, educa a la clase obrera y la prepara para el cumplimiento de sus tareas revolucionarias.

Esperamos que la iniciativa de nuestros camaradas en Turquía sirva de inspiración para los esfuerzos de los socialistas en Rusia y Ucrania para expandir el trabajo del Comité Internacional y levantar la bandera del trotskismo en sus países y en toda la antigua Unión Soviética.

Un saludo trotskista,

David North

(Publicado originalmente inglés el 30 de junio de 2022)

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