Dos meses después del anuncio oficial del fin de la planta de Ford en Saarlouis, el sindicato IG Metall y el comité de empresa, dirigido por Markus Thal, están trabajando para liquidar la planta. Si se les deja, su llamada 'lucha por Saarlouis' habrá terminado.

En realidad, ni siquiera ha comenzado. Hacemos un llamamiento a los trabajadores de Ford en Saarlouis, en alianza con los trabajadores de Ford en Valencia, Colonia y todos los demás lugares internacionales, para que se unan y coordinen y preparen conjuntamente una verdadera lucha para defender los puestos de trabajo, los salarios y los logros, en definitiva, nuestros medios de vida.

Desde el principio, el Comité de Acción de Ford de base ha advertido contra la participación en la guerra de ofertas entre nuestras plantas de Saarlouis y Almussafes (Valencia). El 29 de enero, escribimos en nuestro primer llamamiento: 'Por principio, rechazamos el chantaje y la competencia brutal que se está instigando entre nosotros y los trabajadores de otras plantas. Enfrentar a unos con otros lleva al desastre, porque no tardaría el supuesto ganador en tener que competir con salarios más bajos en Rumanía o Turquía. Esta espiral descendente no tiene fin'.

En las últimas semanas se han puesto en contacto con más trabajadores de Ford que ven que esta advertencia se ha hecho realidad y que es necesario organizarse independientemente de Thal y sus colegas del comité de empresa.

Esta es la razón por la que Thal reacciona con tanta irritación y afirma que 'fuerzas de fuera' (es decir, el Comité de Acción de Ford) están dividiendo a la plantilla.

Para Thal, la unidad de todos los trabajadores de Ford significa seguir siendo conducidos por él como ovejas al matadero. Durante más de medio año, ha insistido en confiar en las negociaciones con Ford en la guerra de ofertas dentro de la empresa entre las plantas de Saarlouis y Valencia. Después de la eliminación de Saarlouis, afirmó que su confianza en Ford había sido traicionada. Al mismo tiempo, declaró que la 'lucha' comenzaría ahora por un llamado 'convenio colectivo social', es decir, por un cierre ordenado de nuestra planta.

Cuando Thal habla de 'lucha', siempre se refiere a su conspiración con la dirección contra los trabajadores. Sigue pidiéndonos que nos quedemos callados. Exige a Ford 'cifras, datos o hechos resistentes', diciendo que la dirección tiene el 'deber absoluto de demostrar perspectivas resistentes para Ford'.

Pero las 'cifras, datos y hechos' son claros: la planta cerrará el 31 de mayo de 2025, como muy tarde (y más probablemente antes). Entonces, 4.500 trabajadores de Ford y muchos de los casi 2.000 del parque de proveedores adyacente se quedarán sin trabajo y tendrán que buscarlo en otra parte o serán enviados a la jubilación.

La perspectiva de Ford es utilizar la transición a la movilidad eléctrica, la pandemia de coronavirus y ahora la guerra de Ucrania para enriquecer a los accionistas a costa de unos 190.000 trabajadores en todo el mundo. Para ello, está destruyendo puestos de trabajo y haciendo que los empleados restantes trabajen más por menos dinero.

Esa ha sido la agenda de Jim Farley desde que asumió la presidencia de la corporación global en octubre de 2020.

Apenas pasa una semana sin que Ford anuncie nuevos ataques y recortes. A finales de julio, Ford anunció que recortará otros 8.000 puestos de trabajo, la mayoría en Estados Unidos. Los afectados son principalmente empleados de la administración de Ford Blue, la división que la empresa escindió para la producción de vehículos con motor de combustión, separándola de la división para la producción de vehículos eléctricos -Ford Model E. Ahora, Ford Blue está siendo vendida como un 'banco malo'.

Nuestra planta de Saarlouis y nuestros compañeros de Valencia son víctimas de ello, al igual que las dos plantas de la India de las que Ford se ha desprendido. Una ha sido vendida al fabricante de automóviles indio Tata; la planta de Chennai ha sido cerrada un mes más tarde de lo previsto tras una huelga de casi ocho semanas.

Pero los accionistas están contentos. En el segundo trimestre, Ford ganó $667 millones, alrededor de un 19% más que hace un año, a pesar de que su participación en el desarrollador de coches eléctricos Rivian y los cierres de fábricas en China debido a los brotes de COVID perjudicaron sus ganancias. Los beneficios operativos ajustados aumentaron a $3.700 millones desde $1.100 millones. Las acciones de Ford subieron más de un 5% cuando se anunciaron los resultados a principios de julio.

Ford ha reafirmado sus objetivos de beneficios para todo el año. La dirección busca constantemente y de forma 'activa' formas de aplicar miles de millones de ahorro que puedan invertirse en movilidad eléctrica, según el informe anual.

Es un principio de hierro del capitalismo que los intereses de los accionistas tengan prioridad sobre nuestros empleos y salarios. Pero nuestros empleos son nuestro medio de vida. No podemos seguir subordinándolos al principio del beneficio. Los accionistas y los directivos no construyen coches. Nosotros generamos los beneficios. En consecuencia, también debemos tener control sobre lo que ocurre con el dinero que ganamos para la empresa.

El IG Metall y todos los demás sindicatos del mundo lo rechazan. Para ellos, somos, en el mejor de los casos, humildes peticionarios sin ningún derecho, que deben hacer lo que la dirección, el sindicato y los representantes del comité de empresa digan. Mientras el comité de empresa de Thal y el comité de empresa de Valencia de José Luís Parra venden nuestros puestos de trabajo, salarios y normas sociales, el futuro de los miembros del comité de empresa está asegurado. Las altas indemnizaciones por despido, los lucrativos puestos de trabajo de sustitución en las empresas de transferencia de la compañía o del Estado, las operaciones residuales, etc., endulzarán su despedida.

Esto debe terminar. Debemos tomar la iniciativa y enfrentarnos al comité de empresa. Están en juego nuestros puestos de trabajo y nuestros medios de vida.

Tenemos que actuar ahora y ponernos en contacto con nuestros compañeros de las plantas vecinas del parque de proveedores, de todo el Sarre y de toda la industria automovilística. Como comité de acción, ya hemos organizado reuniones conjuntas con los trabajadores de Ford de la India y de Estados Unidos y ampliaremos esta labor.

Sólo podemos tener éxito aquí en Saarlouis si consideramos nuestra lucha para defender la planta como parte de la creciente resistencia en todo el mundo. No sólo Ford, sino toda la industria automovilística está siendo reestructurada a costa de los trabajadores. Los gobiernos y las empresas están colaborando con los sindicatos para aplastar los derechos sociales de los trabajadores, conquistas por las que hemos luchado durante generaciones.

Los costes del horrendo rearme militar y de la guerra por delegación contra Rusia en Ucrania se están trasladando a los trabajadores. Al mismo tiempo, nuestra salud está siendo sacrificada en aras de los beneficios de las empresas debido a la política del gobierno de permitir que el coronavirus se desborde. Los salarios reales también se están reduciendo masivamente a través de los recargos energéticos y la inflación.

Debemos vincular nuestra lucha en Saarlouis con las otras luchas en la industria del automóvil, las protestas contra el recargo del gas natural y las luchas masivas de los trabajadores en todo el mundo. A nivel internacional, ya se han formado más de 50 comités de acción, muchos de ellos en la industria del automóvil. Debemos trabajar en red con ellos en la Alianza Internacional Obrera de Comités de Base y organizar una resistencia conjunta. La estrategia internacional de la corporación Ford requiere una contra-estrategia internacional por nuestra parte.

El primer paso es ponerse en contacto con nosotros y reforzar el Comité de Acción de Ford, que ampliaremos a todas las fábricas proveedoras. Ponte en contacto con nosotros enviando un mensaje de Whatsapp al siguiente número +491633378340 o inscríbete aquí en el comité de acción.

(Publicado originalmente en inglés el 17 de agosto de 2022)