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Perspectiva

Mientras los sindicatos se reúnen con Biden para evitar huelga, 500 ferroviarios participan en reunión para organizar la oposición desde las bases

Con el espectro de una huelga nacional ferroviaria en el horizonte en EE.UU., se produjeron dos reuniones el miércoles por la noche. La primera, que se realizó secretamente en la trastienda de los salones de conferencias de Washington, fue entre los sindicatos ferroviarios, las empresas y el presidente Biden. El propósito de esta discusión maratónica, la cual se extendió por 20 horas hasta el jueves por la mañana, era elaborar un contrato proempresarial y atajar una huelga.

El acuerdo alcanzado ayer es una redacción levemente modificada del mismo propuesto el mes pasado por la Junta Presidencial de Emergencia (PEB, por sus siglas en inglés), al cual se oponen la abrumadora mayoría de los trabajadores y contra el cual están preparados para hacer huelga. Tan solo añadió una baja remunerada por enfermedad y tres no remuneradas. Lo que es más importante, desde el punto de vista de los conspiradores en Washington, extendió el “periodo de enfriamiento” o emplazamiento para bloquear una huelga.

Un trabajador se traslada en un vagón en el cruce ferroviario de BNSF en Saginaw, Texas, miércoles 14 de septiembre de 2022 (AP Photo/LM Otero) [AP Photo/LM Otero]

La Casa Blanca estaba decidida a llegar a un acuerdo antes de que se venciera el plazo para ahorrarles a los congresistas demócratas la mala imagen de pasar una ley para aplastar la huelga a semanas de las críticas elecciones de mitad de periodo. Desde el plenario del Senado, Bernie Sanders, quien se presenta como un “socialista democrático”, desempeñó el papel que tiene asignado en dicha conspiración bloqueando la legislación patrocinada por los republicanos para defender la PEB de Biden. Sanders, quien votó en 1991 junto a una gran mayoría bipartidista para romper la última huelga nacional ferroviaria, estaba apenas ganando tiempo, apuntalando la credibilidad de los demócratas y ocultando la verdadera unidad bipartidista en contra de los ferroviarios.

Sanders se apuró inmediatamente a declarar el “avance real” que representa el acuerdo entreguista. Mientras tanto, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, admitió el jueves que los demócratas ya están preparando un proyecto de ley para ilegalizar la huelga si estallara.

El nuevo acuerdo tentativo es, en realidad, un mandamiento judicial en todo menos en nombre que ejecutará detrás de la pantalla de los sindicatos.

La élite política estadounidense nunca se cansa de afirmar que todas sus guerras en el exterior se libran en nombre de los derechos humanos y la democracia. Sin embargo, para esta élite, el derecho a la huelga, que representa el derecho más fundamental que tienen los trabajadores, no existe. Esto es algo que tienen en común con todas las dictaduras. De hecho, Biden presumió en Twitter el jueves que “los trenes están corriendo a tiempo”, una frase comúnmente asociada a la Italia fascista de Mussolini y su brutal y sangrienta represión de la oposición obrera, incluyendo de los ferroviarios.

Además del Congreso, el uso de la policía y los tribunales, uno de los principales medios para negar el derecho a la huelga es la burocracia sindical. Los sindicatos, completamente integrados en la gerencia y el Estado, se han dedicado por décadas a bloquear o aislar huelgas y hacer valer una traición tras otra. Biden, que se describe como “el presidente más prosindical en la historia estadounidense”, está buscando depender más en y expandir enormemente esas relaciones corruptas que ya existen. La mediación por parte de la Casa Blanca del más reciente acuerdo vendido contra los ferroviarios imita las maniobras que empleó con los sindicatos en contra de los estibadores y trabajadores de refinerías a inicios del año.

Pero el periodo en el que podían hacer tales cosas sin ser desafiados se acabó. La clase trabajadora está comenzando a entrar en lucha en todo el mundo. Cada una de estas luchas ha tendido a desarrollarse en forma de una rebelión contra el aparato sindical y el Estado capitalista. La manifestación organizacional y estratégica más elevada de esto es el rápido crecimiento de los comités de base en todo el mundo.

La segunda reunión que ocurrió el miércoles por la noche fue un importante hito de la oposición cada vez mayor de las bases. Esta fue una reunión en línea de más de 500 ferroviarios de base y sus simpatizantes que fue coauspiciada por el Comité de Base de los Trabajadores Ferroviarios (RWRFC, por sus siglas en inglés), el World Socialist Web Site, y la Alianza Internacional Obrera de Comités de Base (AIO-CB). Fue una discusión democrática y abierta que tuvo una amplia representación regional de los trabajadores de todos los principales oficios del sector y todas las empresas nacionales.

Los comentarios en la reunión demuestran el odio visceral de los trabajadores hacia sus condiciones explotadoras y hacia la burocracia sindical. Mark, un mecánico metalúrgico y fundador del RWRFC, declaró, “En contrato tras otro, hemos aceptado concesiones en materia de salarios y prestaciones. Arriesgamos nuestra salud y nuestras vidas todos los días. Nuestras familias tienen que hacer sacrificios que la mayoría de las familias no sufren: reprogramar días festivos, cumpleaños, reuniones familiares, funerales, etc.”.

“Estas son todas las razones por las que me uní al comité de base. Para organizarnos, para garantizar nuestro derecho democrático a votar—y que esos votos se respeten, en vez de que 60 personas en un Senado empeñado en quitarnos esos derechos definan las cosas—aboliendo la Ley Laboral Ferroviaria que socava nuestro derecho a la huelga, deshaciéndonos de la burocracia y del aparato sindical y devolviendo el poder a las bases”.

Terminó pidiendo a los trabajadores que se unieran al comité para formar un “frente unido” contra “la relación corrupta entre el Gobierno, los transportistas ferroviarios y los altos cargos de los sindicatos”. Concluyó: “Son tiempos sin precedentes que exigen acción”.

Raoul, un ingeniero de Chicago, dijo: “Estoy cansado de ser tratado como un campesino”. Mientras la patronal ferroviaria advierte cínicamente sobre el impacto económico de una huelga, Raoul respondió que “se buscaron este lío” al eliminar decenas de miles de puestos de trabajo. La red de ferrocarriles de Estados Unidos, dijo, se construyó con la mano de obra de los trabajadores, incluso de “los inmigrantes, los esclavos y los chinos... Los trabajadores contribuyeron al éxito y la prosperidad de este país, pero no se nos reconoce el mérito”.

La esposa de un ferroviario habló del papel del Internet para socavar el control de la burocracia y dar poder a las bases. “Vivimos en una época en la que la información es instantánea... Creo que esa es la diferencia clave en lo que está ocurriendo ahora”, explicó. “Cuando la PEB publicó sus recomendaciones, todo el mundo las tuvo al instante y las leyó antes de que los sindicatos pudieran adelantarse y hacer una declaración... eso nos da más poder que nunca. El internet es una bestia que no pueden controlar. No van a tener el control que tenían antes”.

Will Lehman, un trabajador de Mack Trucks que se postuló para presidente del sindicato United Auto Workers sobre una plataforma de abolir la burocracia sindical y luchar por el control de las bases, también habló en la reunión. Lehman, un socialista, animó a los trabajadores a comprender la conexión entre su lucha y la lucha por el socialismo, que definió como “el poder en manos de los trabajadores, de cómo distribuimos la riqueza que generamos, con un sentido de igualdad, y no que unos pocos se atiborren de esta riqueza”. También compartió su propia experiencia al fundar un comité de base en Mack Trucks para apoyar la huelga de Volvo Trucks en 2021.

Al finalizar la reunión, los asistentes votaron contundentemente a favor de la siguiente resolución, que refleja la actitud de los ferroviarios.

Esta asamblea democrática de las bases ferroviarias decide:

1. No aceptaremos ninguna acción del Congreso que viole nuestro derecho democrático a hacer huelga ni que nos imponga un contrato que no aceptamos ni que ha sido ratificado por las bases.

2. Exigimos un contrato que satisfaga nuestras necesidades, incluyendo un importante aumento salarial que compense los años de reducciones salariales; ajustes al costo de vida que se mantengan al día con la inflación desenfrenada; un fin a las políticas brutales de asistencia; días libres y licencias por enfermedad garantizadas; y la eliminación del impulso a imponer tripulaciones de un hombre.

3. Les informamos a los sindicatos que cualquier intento de imponernos contratos que no aceptamos y que no han sido aprobados por votación o que intenten mantenernos trabajando será una violación de las claras instrucciones de las bases.

David North, presidente del Partido Socialista por la Igualdad y del Consejo Editorial Internacional del World Socialist Web Site, se pronunció ante los trabajadores sobre la importancia de su reunión.

“Todos los que han hablado han señalado de una manera u otra el hecho de que estas organizaciones no los representan. No tienen ningún control sobre lo que hacen”, dijo. “Así que cuando hablamos de comités de base, estamos hablando de de cómo crear un medio por el cual los propios trabajadores puedan hacer valer su poder”.

Comparó los comités de base con los Comités de Correspondencia fundados por los colonos en la Revolución estadounidense: “De ahí surgió el Congreso Continental, que fue una nueva forma de organización, para aglutinar a las personas que vivían en un vasto territorio y poder organizar su resistencia al poder de la corona, de modo que pudieran informarse y formular su propia política”.

“Tienen un poder enorme si saben utilizarlo”, concluyó, “pero lo que tienen que hacer en primer lugar es crear una estructura alternativa en cada lugar de trabajo para que cuando les digan que los traicionaron, ese no sea el final de la historia”. Hay que crear los medios para “anular, contrarrestar, contradecir la decisión de los apparatchiks (funcionarios) que están al servicio de sus enemigos”.

North advirtió que, mientras se celebraba la reunión, los sindicatos, las empresas y el Estado estaban conspirando para bloquear la huelga e imponerles un acuerdo favorable a las empresas. Estas advertencias se confirmaron a las pocas horas, cuando Biden anunció el acuerdo que intermedió.

La reunión y la resolución aprobada proporcionan una poderosa base para el desarrollo de esta lucha por una conducción alternativa. Ahora los ferroviarios deben hacer que avance desarrollando los comités en cada patio y terminal, celebrando reuniones para rechazar esta traición mediada por Biden, compartiendo información y eligiendo líderes de base para que asuman la responsabilidad del proceso de toma de decisiones.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 15 de septiembre de 2022.)

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