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Huelga de 180.000 trabajadores alemanes del transporte, paralizando gran parte del transporte aéreo, ferroviario y local

El Eisenbahn- und Verkehrsgewerkschaft (EVG, Sindicato de Ferrocarriles y Transportes) convocó a 180.000 trabajadores de la empresa ferroviaria Deutsche Bahn (DB) a una huelga de 24 horas a partir del domingo a medianoche. Deutsche Bahn anunció que se vio obligada a “suspender por completo” el tráfico de larga distancia. Tampoco había trenes en los servicios ferroviarios regionales y suburbanos.

Manifestación de EVG y Verdi, 27 de marzo de 2023 en Leipzig

Junto con la huelga simultánea de Verdi en el sector público, esta llamada 'megahuelga' —fue la mayor huelga de advertencia en Alemania en más de 30 años— paralizó grandes partes del transporte aéreo, ferroviario y local junto al transporte de carga en todo el país. La huelga involucró a muchas decenas de miles de trabajadores ferroviarios, conductores de autobuses, buses urbanos y metros, técnicos, trabajadores de mantenimiento y carreteras, servicios terrestres del aeropuerto, personal de seguridad y mostradores, y trabajadores de puertos e instalaciones de mantenimiento de carreteras.

Deutsche Bahn se vio obligada a cerrar los servicios ferroviarios en todo el país, y los servicios de transporte público local y de larga distancia se declararon en huelga conjunta en siete estados alemanes. Los aeropuertos de Munich, Düsseldorf, Frankfurt, Berlín, Hannover, Hamburgo y Bremen estaban en huelga, y alrededor de 380.000 pasajeros se vieron afectados.

Las huelgas en Alemania son parte de un creciente movimiento de la clase obrera europea e internacional contra la desigualdad social, la austeridad y la guerra. En Francia, millones de trabajadores volverán a salir a las calles el martes para protestar contra los recortes de pensiones del presidente francés Emmanuel Macron. Huelgas masivas y protestas también han estallado en Portugal, Holanda, Bélgica, Gran Bretaña y varios países europeos más. En todas estas luchas, los trabajadores no sólo se enfrentan con las empresas y el Estado, sino también con el papel reaccionario de las burocracias sindicales.

Con su huelga de advertencia, el EVG estaba reaccionando a una propuesta inicial hecha por Deutsche Bahn el 14 de marzo. Representada por el miembro de la junta ejecutiva de DB, Martin Seiler, la compañía se negó a cumplir con las demandas del EVG planteadas en la primera ronda de negociaciones a finales de febrero.

El sindicato exige para los 180.000 empleados que representa aumentos salariales del 12 por ciento, o al menos 650 euros al mes durante un período contractual de doce meses. También exige algunos cambios estructurales menores en los convenios colectivos. La compañía ferroviaria describió estas demandas como claramente demasiado altas, alegando que correspondían a un aumento del 25 por ciento.

La oferta que ahora presenta la empresa estatal solo puede describirse como una farsa. Los salarios de los trabajadores ferroviarios aumentarían en un total de cinco por ciento en dos pasos: en un tres por ciento a partir del 1 de diciembre de 2023 y en un dos por ciento a partir del 1 de agosto de 2024. Además, habría una llamada prima de compensación por inflación subsidiada por el gobierno federal. Este pago único de solo 2.500 euros no mejorará los sueldos base.

El sindicato ha convocado la huelga en respuesta a la determinación generalizada de los trabajadores para luchar. En vista del aumento vertiginoso de los precios, los trabajadores no están dispuestos a aceptar más recortes en los salarios reales. Dado que Deutsche Bahn es estatal al 100%, los trabajadores ferroviarios se enfrentan directamente con el gobierno federal, es decir, la coalición del 'semáforo' de socialdemócratas (SPD), demócratas liberales (FDP) y verdes.

La burocracia de EVG está estrechamente vinculada al gobierno federal y Deutsche Bahn a través de numerosos canales. Durante años, como sindicato interno de Deutsche Bahn, ha representado abiertamente los intereses de la corporación. En el primer año de la pandemia de coronavirus, acordó con el gobierno federal y la administración ferroviaria una 'alianza para nuestros ferrocarriles' que cargó sobre los trabajadores las pérdidas debido a la pandemia. En octubre de 2020, firmó un convenio colectivo anticipado que consolidaba una congelación salarial para el año en curso.

Esto serviría un año más tarde como un plan para nuevos ataques contra los maquinistas y otra personal organizado en el Gewerkschaft Deutscher Lokomotivführer (GDL, Sindicato Alemán de Conductores de Trenes). El GDL también estranguló cualquier acción de huelga y acordó un convenio que reducía los salarios reales y garantizaba a Deutsche Bahn un período de 32 meses de 'paz industrial', es decir, sin huelgas. Por esta razón, los maquinistas no podrán continuar su lucha hasta el otoño.

Sin embargo, la actual batalla por la negociación colectiva en Deutsche Bahn no es una repetición de las últimas rondas de convenios. Está teniendo lugar en una situación política muy diferente.

En primer lugar, millones de empleados en el sector público, servicios postales, hospitales, escuelas, etc. ahora también están en una lucha por salarios decentes y mejores condiciones laborales.

En segundo lugar, estas luchas están teniendo lugar simultáneamente en toda Europa y a lo largo del mundo. Unas luchas, que involucran a millones de trabajadores, que también están dirigidas contra las políticas a favor de la guerra de todos los gobiernos que han entregado miles de millones a las corporaciones para calmar la búsqueda insaciable de ganancias por parte de las élites económicas y financieras.

Los trabajadores ferroviarios saben una o dos cosas sobre esto. En los últimos 20 años, los ferrocarriles en Alemania han sufrido de manera sistemática recortes hasta la médula. Cada programa de recortes y reestructuración era continuado por el siguiente. Toda la infraestructura, que necesitaba ser ampliada urgentemente, fue desmantelada deliberadamente o dejada en decadencia. Se han eliminado puestos de trabajo, los salarios y las condiciones laborales son inaceptables.

El Gobierno federal SPD-Verdes, que gobernó de 1998 a 2005 bajo el canciller Gerhard Schröder (SPD), persiguió el objetivo declarado de hacer que los ferrocarriles fueran aptos para el mercado de valores. Aunque esto fracasó, los gobiernos posteriores han continuado estos planes hasta el día de hoy.

Los que más sufren son los trabajadores, pero también los usuarios de los ferrocarriles. Los trenes se cancelan, llegan tarde, se atascan debido a la escasez de personal o la necesidad de renovar las vías, señales o interruptores. La semana pasada, se supo que el hormigón utilizado en la principal estación de tren de Berlín se estaba desmoronando literalmente y que era un milagro que no hubiera ocurrido un accidente grave.

Los catastróficos accidentes de tren en Grecia y Ohio en los Estados Unidos en las últimas semanas dejan claro que estos desastres evitables son un resultado directo de esta criminal política capitalista.

El Gobierno de Olaf Scholz (SPD), supuestamente comprometido con la protección del clima, continúa esta política sin cesar. Mientras vierte cientos de miles de millones en guerra y rearme, las importantes necesidades sociales de salud, servicios postales, educación y transporte público están siendo atacadas y desmanteladas. El ministro de transporte, por ejemplo, prefiere que se construyan autopistas en interés de las compañías alemanas de automóviles en lugar de renovar la infraestructura ferroviaria.

Las preocupaciones de los miembros de la junta directiva de Deutsche Bahn se centran casi exclusivamente en cómo pueden aumentar sus salarios y bonificaciones un año tras otro. Aunque las cifras exactas se mantienen en secreto, en 2020, los gestores de los ferrocarriles se embolsaron más de 500 millones de euros en bonificaciones, y esto se suma a sus grandes salarios. Para el actual jefe de Deutsche Bahn, Richard Lutz, esto equivale a unos 900.000 euros al año.

Excepcionalmente, en 2020, en el primer año de la pandemia y bajo la presión social la junta directiva de Deutsche Bahn renunció a las bonificaciones. Para evitar pérdidas tan molestas en el futuro, la junta tomó precauciones a fines del año pasado, creando una nueva estructura salarial para la alta dirección. Según Business Insider, esto implicó 'mejoras concretas' en el salario de 3.000 altos ejecutivos. 'Como resultado, la compensación se volvió más confiable, a prueba de crisis y atractiva el 1 de enero de 2023'. El enfoque, según el artículo, estaba en la llamada 'combinación salarial' (de salario base y pago variable). Como resultado, 'los efectos de crisis, como la pandemia', tendrían menos impacto en la compensación total.

Según Business Insider, Deutsche Bahn aumentó los salarios base de los gerentes solo en un 14 por ciento a partir del 1 de enero. La revista cita a una persona con conocimiento de causa diciendo: 'Si nos fijamos en todo el paquete, la conclusión es que los gerentes probablemente ganarán significativamente más en los próximos años de lo que ganan en las condiciones actuales'.

Continúa diciendo que esto se debió a que la Junta Ejecutiva también ha garantizado bonificaciones a los altos ejecutivos y espera que su Junta de Supervisión haga lo mismo por sí misma. El Consejo de Supervisión cumplirá esta expectativa; después de todo, los burócratas probados y testados de EVG se sientan allí junto a representantes del gobierno federal.

El gobierno nombra al presidente del Consejo de Supervisión, actualmente Werner Gatzer, secretario de Estado en el Ministerio Federal de Finanzas. El miembro del SPD ya había sido nombrado jefe de departamento por Oskar Lafontaine en 1998. El vicepresidente del Consejo de Supervisión es Martin Burkert, presidente del EVG. Se sentó en el Bundestag (parlamento federal) con el SPD de 2005 a 2020. Además, Cosima Ingenschay (SPD), gerente federal de EVG, y otros ocho presidentes de comités de empresa de las subsidiarias de DB forman parte del consejo de supervisión.

Cuando Seiler, director de recursos humanos de DB, declara ahora que la empresa estatal ha dado un gran paso hacia el sindicato EVG con su oferta, los trabajadores ferroviarios perciben con razón esto como una declaración de guerra. Fue solo bajo la presión de los miembros de EVG, que tenían la expectativa de salarios significativamente más altos, que la dirección de EVG se sintió obligada a presentar una demanda salarial que era inusualmente alta para ellos. Al igual que la situación en Deutsche Post, donde los burócratas sindicales de Verdi tuvieron que presentar a regañadientes una demanda salarial del 15 por ciento, EVG está ahora buscando formas de sabotear la disposición a la lucha de los trabajadores ferroviarios.

El esquirolaje de Verdi en el conflicto salarial de los trabajadores postales anulando un mandato de huelga del 86 por ciento de sus miembros, debe ser una advertencia para los trabajadores ferroviarios. Tan pronto como los trabajadores postales votaron a favor de la huelga y comenzaron a prepararse para ella, Verdi llegó a un acuerdo con Deutsche Post sobre recortes en los salarios reales que no podrían haber sido peores.

La razón principal por la que Verdi tiro a la basura el voto en favor de la huelga de sus miembros es que también está estrechamente vinculado al gobierno y las corporaciones, y por lo tanto quiere desesperadamente evitar una huelga importante y generalizada que inevitablemente se dirigiría contra el gobierno.

Pero las disputas en Deutsche Post, en el sector público y, por supuesto, en los ferrocarriles continúan. La rabia y la voluntad de lucha de los trabajadores siguen sin disminuir. Todo depende ahora de que los trabajadores se unan a través de los diferentes sectores y construyan un gran movimiento huelguístico. Esto sólo puede hacerse de forma independiente y contra los aparatos sindicales y sus negociadores. Para tomar las riendas de las huelgas en sus propias manos, se deben formar comités de base en todas partes.

Estos deben coordinar las medidas de lucha conjunta de los trabajadores de los ferrocarriles, los servicios postales, los servicios públicos y otras áreas, en los lugares de trabajo y en las asambleas de huelga. Los comités de base deben aliarse con los trabajadores en huelga en Francia, Grecia, Reino Unido y otros países europeos, que, en todas partes, como los trabajadores ferroviarios en Alemania, se enfrentan a corporaciones igualmente voraces y a los gobiernos que las defienden.

Hacemos un llamamiento a los trabajadores ferroviarios para que se pongan en contacto con nosotros. Conéctese con sus compañeros en los servicios postales y públicos. Los comités de acción de base pueden ser contactados por mensaje de Whatsapp al número de teléfono móvil +491633378340.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 27 de marzo de 2023)

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