La cifra de fallecidos en la isla Hawáiana de Maui llegó a 55 el viernes por la mañana, pero los funcionarios locales esperan que aumente significativamente en la medida en que los equipos de rescate sigan su búsqueda de sobrevivientes y víctimas. El desastre será el más letal en Hawái desde que se convirtió en el último de los 50 estados estadounidenses en 1959.
Los bomberos han arrojado aproximadamente 150.000 galones de agua sobre los incendios, pero los vientos altos que causaron que el fuego se saliera rápidamente fuera de control la noche del martes han interrumpido los rescates y la lucha contra los incendios.
El general adjunto Ken Hara del Departamento de Defensa de Hawái dijo en una conferencia de prensa el jueves: “Debido a la fuerza de los vientos, no pudimos proporcionar helicópteros para apoyar con cubos de agua”. Hara añadió que los bomberos del condado de Maui tuvieron “muchas dificultades” para contener los incendios debido a las ráfagas que, según los informes, alcanzaron los 135 km/h.
Las llamas avanzaron tan rápido que algunas víctimas se quemaron vivas en sus coches. Una base de datos en línea llamada Localizador de Personas en el Incendio de Maui, mantenida por la residente Ellie Erickson y compartida ampliamente en las redes sociales, mostraba que más de 1.300 personas aún no habían sido ubicadas el jueves por la noche.
Los residentes están reportando que el número de muertos es mucho mayor que los informes oficiales. En un tuit el jueves por la mañana se decía que había “cadáveres por toda la ciudad y en el agua de los que aún no se ha informado. Mucha gente no ha conseguido salir. Posiblemente haya cientos de muertos y aún más desaparecidos”.
Un voluntario de rescate publicó un vídeo en Facebook describiendo la tragedia que vio en Lahaina, una comunidad de más de 12.000 residentes. Dijo que vio 50 cuerpos que ya han sido recuperados por la Guardia Costera y la Guardia Nacional. También dijo que tres grandes camiones habían sido enviados a la zona con el fin de recuperar los cuerpos.
Las llamas que arrasan Maui desde el martes continúan ardiendo, y ahora también se han declarado incendios en las islas de Oahu y la Gran Isla de Hawái. En la mañana del jueves, los incendios que destruyeron la mayor parte de la ciudad de Lahaina, en el oeste de Maui, estaban controlados en un 80 por ciento, según las autoridades del condado.
Un vídeo aéreo filmado sobre la histórica Lahaina mostró que barrios enteros habían sido arrasados y convertidos en cenizas. “Una cuadra tras otra quedó en escombros y cimientos ennegrecidos, incluso a lo largo de la famosa Front Street, donde los turistas compraban y cenaban hace solo unos días”, informó Associated Press (AP). Los barcos en el puerto estaban chamuscados y el humo se cernía sobre la ciudad, que se remonta a los años 1700 y es la comunidad más grande en el lado oeste de la isla”.
El gobernador de Hawái, Josh Green, declaró a AP: “Lahaina, salvo raras excepciones, quedó destruida por el incendio”, citando más de 1.000 estructuras destruidas por el fuego. El gobernador también dijo: “A medida que entremos en los cientos de casas que fueron arrasadas por el fuego, por supuesto que tenemos una gran preocupación de encontrar restos de personas que no pudieron escapar”.
El portavoz de la Agencia de Gestión de Emergencias de Hawái, Adam Weintraub, dijo a los medios de comunicación: “Algunas de las imágenes desde el aire que hemos visto de la zona me recuerdan a las imágenes de Dresde de la Segunda Guerra Mundial”, en referencia a la ciudad alemana que fue destruida casi por completo por los bombardeos aliados en febrero de 1945.
La velocidad mortal del incendio forestal de Maui recuerda al incendio devastador “Camp Fire” que arrasó el condado de Butte, en las laderas de la Sierra al norte de California, que se extendió por más de dos semanas en 2018. Aquel incendio fue el más mortífero y destructivo de la historia de California y acabó con la vida de 85 residentes de la localidad de Paradise.
En su punto álgido, el Camp Fire se extendía a una velocidad de 80 campos de fútbol por minuto y lanzaba brasas en muchas direcciones por kilómetros. Destruyó más de 18.804 estructuras y quemó más de 153.000 acres. Muchos de los que murieron no pudieron evacuar a tiempo y algunos murieron en sus coches mientras que otros perecieron en sus casas sin recibir ningún aviso de que las llamas se acercaban.
El presidente Joe Biden emitió el jueves una declaración superficial de tres párrafos en la Casa Blanca declarando un “desastre mayor” en Hawái. Biden ordenó el envío de ayuda federal a las zonas afectadas por los incendios forestales y movilizó a la Guardia Costera, la Tercera Flota de la Armada y el Ejército estadounidenses “para ayudar en la supresión de incendios y la búsqueda y rescate en la isla de Maui”.
Como en todos los desastres en los que intervienen las fuerzas de la naturaleza, amplificadas por el cambio climático provocado por el capitalismo, la clase dirigente se apresura a absolverse de toda responsabilidad por las condiciones que propiciaron las muertes y la destrucción y sobre las que la comunidad científica lleva décadas alertando.
Numerosos informes revelan ahora que la isla de Maui se había convertido en un polvorín en las últimas décadas y esperaba una catástrofe. En un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Hawái y la Universidad de Colorado publicado en 2015, por ejemplo, descubrieron que en los 25 años anteriores las precipitaciones en los lugares de seguimiento seleccionados disminuyeron un 31 por ciento en la estación húmeda y un 6 por ciento en la estación seca.
El jueves, el New York Times habló con Abby Frazier, climatóloga de la Universidad Clark que ha investigado Hawái, quien afirmó que existen múltiples causas del cambio climático en Hawái.
Una de ellas es un patrón meteorológico conocido como La Niña, que ha estado provocando menos precipitaciones en las islas hawaianas a partir de la década de 1980. Las Niñas más débiles “no nos están sacando de la sequía”, dijo la Dra. Frazier. Otro factor es que las temperaturas más altas hacen que las nubes sobre Hawái disminuyan y, con menos nubosidad, hay menos precipitaciones. Además, con el tiempo, las grandes tormentas se han ido desplazando hacia el norte, dejando caer menos precipitaciones de las que suelen traer a las islas.
Según la Dra. Frazier, estos tres factores son el resultado del aumento de las temperaturas: “Es probable que todo lo que vemos esté relacionado con el cambio climático”.
Otro estudio publicado por la Universidad de Hawái en 2016 citó la deforestación y el abandono de tierras agrícolas junto con la introducción de pastos no autóctonos más inflamables, como factores que hacen que Hawái sea más susceptible a los incendios.
Los expertos han afirmado que la vegetación de las tierras bajas de Maui estaba muy seca este año, tras unas precipitaciones por debajo del promedio en primavera y verano. Según los datos publicados el jueves por el Monitor de Sequías de EE.UU., casi el 16 por ciento del condado de Maui se encuentra en sequía grave y otro 20 por ciento en sequía moderada. Estas son las zonas donde están ardiendo los incendios.
En lugar de cultivos como la piña y la caña de azúcar que crecían en las granjas, y otra vegetación autóctona, se han extendido hierbas secas e invasoras. Las hierbas invasoras, como la hierba de Guinea, que puede crecer hasta 15 centímetros al día y alcanzar los tres metros de altura, son más capaces de rebrotar después de un incendio y también prenden fuego más fácilmente. Este es uno de los factores de la rapidez de propagación de los incendios.
Como declaró al New York Times el investigador Ryan Longman del instituto East-West Center: “El paisaje está simplemente cubierto de material inflamable. Se juntaron todas las condiciones”.
Estas circunstancias subyacentes, todas ellas creadas por el hombre y a las que el sistema capitalista da rienda suelta, fueron puestas en marcha por los vientos del huracán Dora, que el martes pasó al sur de Hawái como tormenta de categoría 4. Aunque el huracán se encontraba a cientos de kilómetros al sur de Maui, contribuyó a que los vientos superaran los 100 kilómetros por hora, ayudando a propagar el fuego a velocidades sin precedentes.
(Publicado originalmente en inglés el 10 de agosto de 2023)