La imposición por parte del presidente estadounidense Donald Trump de un arancel del 25 por ciento a las importaciones provenientes de Canadá y México, que entró en vigor el martes, ha provocado una onda de choque en la economía mundial, a medida que crece la comprensión de que el marco entero de relaciones económicas y comerciales establecido después de la Segunda Guerra Mundial se ha desintegrado.
Además de los aranceles impuestos a Canadá y México, EE.UU. sumó otro 10 por ciento a los aranceles contra China, además del 10 por ciento previamente promulgado.
China ha respondido con un arancel del 15 por ciento sobre productos agrícolas estadounidenses, incluidos el pollo, el trigo, el maíz y el algodón, así como con un arancel del 10 por ciento sobre el sorgo, frutas, verduras y productos lácteos.
Beijing también ha agregado a diez empresas estadounidenses a la llamada “lista de entidades no confiables”, lo que significa que tienen prohibido exportar o importar en China o realizar nuevas inversiones. Además, ha sometido a 15 empresas estadounidenses a una lista de control de exportaciones.
Por su parte, Canadá ha respondido con un arancel inmediato del 25 por ciento sobre importaciones estadounidenses por un valor de 21.000 millones de dólares, seguido de un arancel sobre aproximadamente 90.000 millones de dólares más dentro de tres semanas.
Las medidas arancelarias fueron inicialmente anunciadas por Trump poco después de su investidura con el pretexto de que Canadá no estaba haciendo lo suficiente para detener el flujo del fentanilo hacia EE.UU. Pero esto fue solo un pretexto para los objetivos expansionistas de EE.UU., como el primer ministro canadiense Justin Trudeau ha dejado escapar.
En una conferencia de prensa el martes, Trudeau declaró que la cuestión del tráfico transfronterizo de fentanilo era “completamente falsa, completamente injustificada, completamente absurda”. Lo que Trump realmente quería era provocar “el colapso total de la economía canadiense porque eso facilitaría nuestra anexión”. Anteriormente, Trudeau había dicho en una reunión con líderes empresariales que la amenaza de anexión de Trump era “algo real” debido a su interés en los minerales críticos.
Esto es una clara señal del colapso económico y geopolítico. Lo que antes se discutía a puertas cerradas ahora sale a la luz, mientras los líderes imperialistas se acusan públicamente de mentir para ocultar su verdadera agenda.
La amenaza a las economías de Canadá y México es muy real. Más del 80 por ciento de las exportaciones de ambos países van a EE.UU. Según un análisis citado por el Wall Street Journal, Canadá podría enfrentar una contracción de hasta el 5 por ciento de su PIB y México del 3 por ciento.
Europa también está directamente en la mira, con Trump amenazando con imponer aranceles del 25 por ciento tras calificar a la Unión Europea como una organización creada para “perjudicar” a EE.UU.
En su discurso ante la sesión conjunta del Congreso el martes, Trump enfatizó que la imposición de “aranceles recíprocos” seguiría adelante tras la entrega de un informe el 2 de abril. Las medidas planeadas van mucho más allá de los aranceles e incluirán represalias contra cualquier medida, como el impuesto al valor agregado europeo y las regulaciones contra los gigantes tecnológicos, que EE.UU. considere perjudiciales para las ganancias de sus corporaciones.
Después de la presión de las principales compañías automotrices de EE.UU., Trump les ha concedido un respiro de un mes respecto a los aranceles contra México y Canadá. Según su secretaria de prensa, Karoline Leavitt, esto busca garantizar que no queden en “desventaja económica”. Sin embargo, no explicó cómo esta exención temporal podría ayudar a las empresas automotrices en sus planes de producción, que abarcan varios años.
Incluso antes de la prórroga de un mes, las advertencias sobre los efectos de los aranceles ya eran claras. Matthew Holmes, vicepresidente ejecutivo de la Cámara de Comercio de Canadá, dijo al Journal: “Las empresas no pueden cambiar completamente su modelo de negocios para evitar aranceles y luego volver atrás dependiendo de lo que decidan los políticos en un día determinado”.
La guerra comercial de Trump no solo amenaza a todas las economías del mundo, sino también a la propia EE.UU. Una indicación de ello es la caída en los valores bursátiles de Wall Street, que ha eliminado todas las ganancias obtenidas desde la victoria electoral de Trump en noviembre. Hasta el momento, se han esfumado alrededor de 3,4 billones de dólares en capitalización de mercado.
Las advertencias sobre el impacto de los aranceles llegan cada vez con mayor urgencia. El sector agrícola es uno de los primeros en verse afectado, con representantes de la industria denunciando las medidas arancelarias.
“Contrario a lo que piensa el presidente, esto no traerá más que dolor”, declaró Aaron Lehman, presidente de la Unión de Granjeros de Iowa, al Financial Times .
Otros comentarios al FT fueron en la misma línea. Caleb Ragland, presidente de la Asociación Estadounidense de la Soya, dijo que los agricultores estaban “frustrados”. Advirtió que los aranceles no son algo que deban tomarse a la ligera ni para “divertirse”, ya que impactan directamente en los negocios. “Han sacudido un principio fundamental sobre el cual se basan nuestras relaciones comerciales: la confiabilidad”, añadió.
Refiriéndose a las promesas de campaña de Trump de reducir los precios y hacer crecer la economía—parte de las mentiras con las que engañó a millones de votantes que estaban enojados y desilusionados con los demócratas—Michael Hanson, portavoz de la Asociación de Líderes de la Industria Minorista, comentó: “Los aranceles sobre Canadá y México ponen esas metas en grave peligro y amenazan con desestabilizar la economía de América del Norte”.
El New York Times informó que “grupos empresariales ansiosos” estaban sosteniendo reuniones para definir sus respuestas, con algunos incluso considerando un desafío legal a la autoridad de seguridad nacional bajo la cual Trump impuso los aranceles.
Kathy Bostjancic, economista en jefe del foro bancario y financiero Nationwide, advirtió que si los aranceles se mantienen y hay represalias, el crecimiento económico en 2025 sería al menos un punto porcentual inferior al de 2024, ubicándose en apenas un 1,5 por ciento.
Las perspectivas para la economía estadounidense parecen empeorar rápidamente. El pasado viernes, la estimación en tiempo real del crecimiento del PIB hecha por el Banco de la Reserva Federal de Atlanta proyectaba una contracción del 1,5 por ciento en el primer trimestre. En una nueva estimación publicada el lunes, la contracción prevista había aumentado al 2,8 por ciento.
Las empresas en EE.UU. están reportando caídas significativas en nuevos pedidos y empleo. El índice de manufacturas ISM para febrero cayó a 50,3 desde 50,9 el mes anterior. Un nivel de 50 marca la línea divisoria entre expansión y contracción. Otros indicadores señalaron una fuerte disminución en nuevos pedidos, descendiendo de 55,1 a 48,6.
El temor a una significativa desaceleración económica en EE.UU. también se refleja en el mercado de bonos. Los rendimientos de los bonos del gobierno a 10 años han caído.
Normalmente, se esperaría que subieran en previsión de que la Reserva Federal no reduciría tasas debido a las presiones inflacionarias causadas por los aumentos arancelarios, que, contrario a las mentiras de Trump, no son pagados por los extranjeros, sino que impactan directamente en los consumidores y empresas.
Pero el sentimiento del mercado está cambiando rápidamente. Al comienzo del año, se esperaba solo un recorte en las tasas de interés. Ahora se prevén tres, comenzando en junio.
Los inversionistas temen que las medidas de Trump empujen a la economía hacia una recesión, obligando a la Fed a reducir las tasas. Un temor no expresado abiertamente por la Fed es que una recesión podría desencadenar un desplome bursátil y una crisis financiera.
Como señaló Emmanuel Cau, analista del banco Barclays, al FT: “Los inversionistas han comenzado a temer realmente las políticas de Trump. Si hay un problema de crecimiento en EE.UU., será difícil ignorarlo… La gente está nerviosa, algunos incluso empiezan a temer una recesión”.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 5 de marzo de 2025)