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Partido Socialista por la Igualdad (EE.UU.)
Las bases históricas e internacionales del Partido Socialista por la Igualdad

La fundación de la Cuarta Internacional

68. La Cuarta Internacional tuvo su Primer Congreso de fundación en septiembre de 1938. Fue, un momento histórico clave para el movimiento socialista y la clase trabajadora internacional. Su documento de fundación, La agonía del capitalismo y las tareas de la Cuarta Internacional (La movilización de las masas por medio de demandas transicionales y así preparar la conquista del poder), fue escrito por Trotsky. Destaca las tareas más importantes del movimiento socialista.

“Sin una revolución socialista, a lo más tardar durante el próximo período histórico, una catástrofe amenaza toda la cultura humana. Ahora le toca el turno al proletariado, principalmente a su vanguardia revolucionaria. La crisis histórica de la humanidad se reduce a la crisis de la dirigencia revolucionaria”. [43]

69. La única manera de superar la crisis de dirigencia fue por medio del establecimiento de secciones de la Cuarta Internacional en todos los países. En contra de los escépticos y centristas que sostuvieron que era prematuro fundar una nueva Internacional porque ésta tendría que surgir de grandes acontecimientos, Trotsky respondió:

“La Cuarta Internacional ha surgido de grandes acontecimientos: las mayores derrotas del proletariado en la historia. La causa de esas derrotas ha de encontrarse en la degeneración y perfidia de la antigua dirigencia. La lucha de clases no permite interrupción. Para todo propósito de revolución, la Tercera Internacional, igual que la Segunda, ha muerto. ¡Qué viva la Cuarta Internacional!

Pero, ¿ha llegado la hora de proclamar su creación?... Los escépticos no se callan. La Cuarta Internacional no necesita ‘proclamarse’, contestamos nosotros. Existe y lucha. ¿Es débil? Sí, sus cuadros no son numerosos porque todavía es joven. Ellos son todavía cuadros pioneros. Pero estos cuadros son una promesa para el futuro. Fuera de estos cuadros no existe en el mundo ninguna organización revolucionaria que merezca realmente el nombre”. [44]

70. La historia que siguió luego en el siglo XX confirmaría con certeza que la Cuarta Internacional es la única verdadera dirigencia revolucionaria. La tarea estratégica principal del período era cerrar la brecha entre la madurez de las condiciones objetivas revolucionarias y la inmadurez del proletariado y su vanguardia. Para superar este obstáculo, la Cuarta Internacional formuló una serie de demandas económicas y políticas —tales como una escala móvil de salarios y horas; la nacionalización de la industria, los bancos y la agricultura; la entrega de armas al proletariado; y el establecimiento de un gobierno de obreros y campesinos— con la intención de desarrollar la conciencia revolucionaria de la clase trabajadora y desenmascarar las viejas dirigencias. Las demandas, escribió Trotsky, constituirían un puente “que sale de las condiciones y de la conciencia que hoy día tienen amplios sectores de la clase trabajadora e inalterablemente conducen a una conclusión final: la conquista del poder por el proletariado”. [45] Años después, las tendencias revisionistas tratarían de transformar al Programa Transicional en un libro de recetas para la adaptación oportunista; aislaban las demandas fuera del contexto revolucionario y las usaban para sustituir a lucha por atraer la clase trabajadora a una perspectiva y a un programa socialistas. De esta manera, trataron de usar fragmentos del Programa Transicional no para combatir, sino para adaptarse a la conciencia clasista subdesarrollada de la clase trabajadora y a las antiguas dirigencias reformistas y estalinistas.

71. En los debates que tuvo con los dirigentes del movimiento trotskista en mayo de 1938, Trotsky insistió en que el punto de partida del programa del partido revolucionario debe ser el análisis del desarrollo objetivo de la crisis del capitalismo mundial y no el estado de ánimo subjetivo o el nivel de conciencia de la clase trabajadora. “El programa”, insistió Trotsky, “debe expresar las tareas objetivas de la clase trabajadora y no el atraso de los trabajadores. Debe reflejar la sociedad tal como es y no conciencia atrasada de la clase trabajadora. Éste es un instrumento para derrotar el atraso. Por eso debemos expresar en nuestro programa la completa agudeza de la crisis social de la sociedad capitalista, incluyendo en primera línea a Estados Unidos. No podemos aplazar o modificar las condiciones objetivas, las cuales no dependen de nosotros. No podemos garantizar que las masas resolverán la crisis, pero debemos expresar la situación tal como es y ésa es la tarea del programa”. [46]


[43]

The Death Agony of Capitalism and the Tasks of the Fourth International (New York: Labor Publications, 1981), p. 2.

[44]

Ibid., p.42.

[45]

Ibid., p. 4.

[46]

The Transitional Program for Socialist Revolution (New York: Pathfinder, 2001), pp. 189-90.