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Partido Socialista por la Igualdad (EE.UU.)
Las bases históricas e internacionales del Partido Socialista por la Igualdad

La Workers League después de Wohlforth

159. La deserción política de Wohlforth marcó un punto decisivo en la evolución de la Workers League como organización trotskista. La renuncia de Wohlforth y su repudio posterior a su propia historia política no sólo expresaron sus flaquezas personales; también personificaron características específicas del radicalismo pequeño burgués de Estados Unidos —sobre todo su desprecio a la teoría sistemática y su desdén pragmático por la historia. La Workers League reconoció que la crisis por la cual el partido había atravesado entre 1973 y 1974 requería más que una crítica de los errores de Wohlforth y, en respuesta a su renuncia y sus acusaciones contra el CICI,inició una extensa investigación de la historia de la Cuarta Internacional. Fue precisamente el énfasis en la experiencia histórica del movimiento trotskista, dentro del contexto del desarrollo objetivo del capitalismo mundial y la lucha internacional de clases, que surgió como la característica esencial y distintiva de la Workers League. Ésta repetidamente enfatizó que el desarrollo de la perspectiva marxista y la orientación estratégica hacia la clase trabajadora sólo eran posibles siempre que el peso total de de las experiencias históricas del movimiento marxista se emplearan como base del análisis de los procesos socioeconómicos contemporáneos. En su resolución perspectiva de noviembre de 1978, la Workers League afirmó:

“Las bases para la práctica revolucionaria, la base indispensable para toda verdadera orientación hacia la clase trabajadora desde el punto de vista de de la lucha por el poder, es la completa asimilación de todas las experiencias históricas del Comité Internacional desde 1953. La capacitación de los cuadros trotskistas sólo es posible en la lucha por fundamentar todo aspecto y detalle de la labor política del partido en los éxitos históricos del Comité Internacional en su lucha contra el revisionismo”. [96]

160. El documento explicó la relación entre esta reelaboración consciente y continua de la experiencia histórica del movimiento trotskista y tanto la lucha teórica contra el pragmatismo como la orientación práctica del partido hacia la clase trabajadora:

“No puede haber un verdadero giro hacia la clase trabajadora fuera del esfuerzo consciente por conservar las líneas de continuidad histórica entre, por una parte, las presentes luchas de la clase trabajadora y el partido revolucionario como una unidad de opuestos, y por otra todo el contenido de las experiencias históricas objetivas de la clase y el desarrollo del bolchevismo. La lucha contra el pragmatismo en las bases del partido —y, por lo tanto, en la clase trabajadora misma— sólo puede entablarse seriamente si se adopta el punto de vista de que hay que luchar para basar toda las labores del partido en los adelantos históricos que han resultado de la lucha contra el revisionismo, así como también en el inmenso patrimonio teórico y político que Trotsky le legó a la Cuarta Internacional. Tan pronto como la lucha contra el pragmatismo se desprende de los esfuerzos para mantener los vínculos históricos entre la práctica diaria de los cuadros y toda la experiencia histórica por la cual ha atravesado el movimiento trotskista, éste se degenera en las más impotentes justas verbales. O, para ponerlo de manera más exacta, simplemente se convierte en otro tipo de pragmatismo”. [97]


[96]

The World Economic-Political Crisis of Capitalism and the Death Agony of US Imperialism (New York: Labor Publications, 1979), p. 30.

[97]

Ibid., p. 36.