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Candidato fascistizante gana las primarias presidenciales en Argentina

En las primarias del domingo en Argentina, el candidato presidencial fascistizante Javier Milei quedó en primer lugar con 30 por ciento del voto, exponiendo la profunda crisis de toda la institucionalidad política del país sudamericano.

El candidato de extrema derecha Javier Milei con el embajador estadounidense en Argentina, Marc R. Stanley. [Photo: US Embassy, Argentina]

Cuarenta años después de la dictadura militar apoyada por Estados Unidos que desató una ola de terror fascista que supuso la tortura y el asesinato de decenas de miles de obreros, campesinos e intelectuales de izquierda, La Libertad Avanza de Milei, un partido de extrema derecha que ha minimizado y defendido los crímenes de la dictadura, amenaza con llegar al poder. Milei también ha expresado apoyo a los expresidentes fascistizantes Jair Bolsonaro de Brasil y Donald Trump de Estados Unidos.

Los resultados, sin embargo, no significan la aparición de una base masiva de apoyo al fascismo. No solo hubo una abstención históricamente alta –más del 35 por ciento se abstuvo o votó en blanco o nulo—, sino que la mayoría de los informes de la prensa reconocen que las propuestas de Milei, incluyendo la dolarización de la economía, la abolición del Banco Central, una “terapia de shock” de austeridad social y privatizaciones aún más agresivas, una legislación radical contra el aborto, entre otras, son sumamente impopulares.

En cambio, la victoria de Milei refleja sobre todo el enorme enfado popular y la falta de una auténtica alternativa de izquierda a los artífices de la destrucción del nivel de vida de los trabajadores. Esta arremetida se ha intensificado bruscamente ante el fin del boom de las materias primas en 2014-15, la política asesina de infecciones y muertes masivas por COVID-19 y la creciente represión contra las luchas obreras.

Al mismo tiempo, el ascenso de la extrema derecha en Argentina es parte de un proceso global en el que las élites gobernantes están empleando los medios de comunicación y la política parlamentaria para promover las fuerzas fascistas en preparación para una brutal represión contra la creciente lucha de clases.

El ala peronista dirigente bajo la expresidenta y actual vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, sus aliados de coalición y las burocracias sindicales peronistas, han impuesto estos ataques.

La coalición peronista en el poder, que ha representado el vehículo preferido de gobierno de la burguesía argentina y el imperialismo desde la dictadura, sufrió un desplome del 47,65 por ciento del voto en 2019 al 27,27 por ciento en la actualidad. Su candidato presidencial será el odiado ministro de Economía, Sergio Massa, quien ha sido el rostro del programa de austeridad del Fondo Monetario Internacional bajo el Gobierno actual del presidente Alberto Fernández.

La coalición derechista Juntos por el Cambio obtuvo el 28,7 por ciento de los votos y su candidata presidencial será Patricia Bullrich, que representa el ala más conservadora y defensora de la ley y el orden de la coalición. Como ministra de Seguridad bajo el presidente Mauricio Macri, presidió varias operaciones para reprimir huelgas y protestas masivas, incluido el espionaje ilegal de empleados públicos.

Dos candidaturas más clasificaron para las elecciones generales del 22 de octubre. Juan Schiaretti representará a Por Nuestro País, una mezcla de peronistas disidentes, el Partido Socialista y la Democracia Cristiana.

Por último, Myriam Bregman, del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) morenista, obtuvo la candidatura presidencial del llamado Frente de Izquierda y de Trabajadores-Unidad (FIT-U). A pesar del aumento masivo de la pobreza, que afecta a más del 40 por ciento de la población y al 60 por ciento de los niños, y de la actual ola de huelgas y protestas, en gran parte en oposición a la burocracia sindical peronista y a los partidos tradicionales, la pseudoizquierda vio caer su porcentaje de votos del 2,86 por ciento en 2019 al 2,65 por ciento.

En un recuento de las primarias, Bregman atribuyó el primer lugar de Milei enteramente al Gobierno de Fernández. “Los que tienen que explicar... es Unión por la Patria”, los peronistas, dijo. En realidad, la incapacidad del FIT-U para capitalizar la oposición social de masas refleja el hecho de que las masas de trabajadores y jóvenes no caen en su fraseología populista radical y lo ven solo como un satélite más de los partidos peronistas y las burocracias sindicales.

Al bloquear el camino a una alternativa de izquierda en la forma de una genuina dirección trotskista en la clase obrera, el FIT-U es el principal culpable político del surgimiento electoral de Milei. Y en respuesta a la amenaza de la extrema derecha, el FIT-U solo está redoblando sus esfuerzos para canalizar la oposición detrás del peronismo y la burocracia sindical a través de la promoción de sentimientos nacionalistas y la política de identidades, que solo facilitarán el crecimiento de la extrema derecha.

Ante el panorama de una mayor escalada de los ataques contra el nivel de vida y los servicios sociales, Bregman declaró el domingo: “Las mujeres tenemos un desafío especial, ante tanta reacción patriarcal, ante tanto candidato que nos ha borrado”.

En la Argentina de hoy, con reservas negativas en su Banco Central, una inflación acelerada, estimada ahora en un 116 por ciento anual, y con sus finanzas efectivamente controladas por el Fondo Monetario Internacional, la clase trabajadora está tomando cada vez más las calles. En lo que va del año se han producido huelgas y protestas masivas de profesores, trabajadores de la salud, del transporte, del neumático, acereros y estibadores.

Justo la semana anterior a las primarias, los trabajadores portuarios de la Terminal 5 de Buenos Aires protestaron y denunciaron a su sindicato por llegar a un acuerdo con Maersk para permitir el uso de trabajadores temporales y otros trabajadores casualizados.

Y los Gobiernos nacionales y provinciales de todo tinte han demostrado una y otra vez que su única respuesta serán más medidas de Estado policial y más austeridad social. Miles marcharon el viernes en el centro de Buenos Aires para protestar el asesinato de Facundo Molares. Molares, un activista político, periodista y exguerrillero en Colombia de 47 años, fue asfixiado de forma similar a George Floyd por la policía bonaerense en una concentración política pacífica la semana pasada.

Incluso mientras se realizaba el recuento de votos, en la provincia de Jujuy, una banda de policías atacó un campamento de manifestantes que hacían campaña contra los contratos del litio que negocia el Gobierno. La policía les quitó sus pertenencias y destruyó gran parte de su equipo. Al día siguiente del escrutinio, una huelga salvaje de maleteros paralizó los aeropuertos de Buenos Aires, Córdoba y Mendoza.

Las elecciones se celebraron en medio de la imposición por parte del Fondo Monetario Internacional de un nuevo acuerdo condicional respaldado por la Administración de Biden, pero que aún no ha sido examinado en su totalidad. Argentina recibirá 7.500 millones de dólares tras las primarias, que se destinarán en parte a pagar una deuda vencida de 3.500 millones.

El acuerdo obliga al Gobierno de Fernández a recortar el déficit público al 1,9 por ciento del PIB anual (frente al actual de 2,6 por ciento), lo que exigirá un “endurecimiento” de las políticas fiscales en lo que queda de año. Para lograr este objetivo, el FMI “recomienda” tarifazos en la luz y el gas, controles en el gasto social y recortes a las provincias y a las empresas públicas.

Milei, Bullrich y Massa, más allá de sus diferencias tácticas, coinciden en la estrategia principal que exige el FMI: hacer pagar a la clase trabajadora la crisis terminal del capitalismo argentino.

Lo que se necesita para derrotar esta política de consenso dentro de la clase dominante argentina es una dirección revolucionaria con un programa que una las luchas cada vez más explosivas de los trabajadores argentinos con las de sus hermanos y hermanas de clase en todo el continente americano y más allá por la revolución socialista mundial.

(Publicado originalmente en inglés el 15 de agosto de 2023)

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