El Boletín de Trabajadores de la Salud del World Socialist Web Site apoya las huelgas de esta semana de casi 55.000 trabajadores de la Universidad de California en todo el extenso sistema de la UC, que incluye 10 campus, cinco facultades de medicina, tres laboratorios nacionales, 16 escuelas de profesiones de la salud y numerosas instalaciones satélite. Hacemos un llamado al más amplio apoyo posible de todas las secciones de la clase trabajadora, tanto en California como en todo el país.

La huelga debe convertirse en parte de un movimiento más amplio de la clase trabajadora en defensa de la salud pública y los derechos democráticos contra los ataques sin precedentes de la administración de Trump. Su gobierno, que ya está llevando a cabo despidos masivos de trabajadores federales, tiene como objetivo desmantelar Medicare y la Seguridad Social, el Departamento de Educación y prácticamente todos los programas federales que no estén relacionados con la policía, el ejército o el enriquecimiento de Wall Street.

Está atacando a los trabajadores inmigrantes y llevando a cabo deportaciones masivas, incluidas las redadas de la ciudad de Los Angeles que actualmente están en curso.

Se requiere una rebelión de las bases

Los 55.000 trabajadores en huelga pertenecen al Local 3299 de la Federación Estadounidense de Empleados Estatales, del Condado y Municipales (AFSCME) y la Unión de Profesionales y Técnicos de la Universidad (UPTE-CWA). Los trabajadores de AFSCME incluyen algunos de los empleados peor pagados del sistema de la UC, desempeñando una variedad de funciones críticas como recepcionistas administrativos, técnicos de anestesia, tecnólogos de resonancia magnética, cocineros, jardineros, guardias de seguridad y personal de limpieza. Los miembros de UPTE incluyen científicos de laboratorio, farmacéuticos, dietistas, trabajadores de TI, asistentes médicos, asociados de investigación y muchos más.

Entre los huelguistas se encuentran trabajadores de laboratorio de UC Davis, incluidos los del único laboratorio del estado con la autoridad para confirmar casos de gripe aviar de alto riesgo. Trabajadores reportandol Washington Post denunciaron la escasez crónica de personal, los bajos salarios y la falta de formación, problemas que han empeorado durante años.

La huelga de esta semana incluirá importantes sectores de la fuerza laboral de la salud, con un gran número de trabajadores inmigrantes de América Latina, China, Laos y Filipinas, en particular dentro del sindicato AFSCME. La agitación racista de Trump contra los trabajadores “extranjeros” está diseñada para dividir a la clase trabajadora y allanar el camino para desmantelar todos los derechos democráticos.

Los trabajadores de la UC están en una posición poderosa para librar una lucha decisiva contra la caída de los salarios, la escasez de personal y la sobrecarga de trabajo. Su lucha forma parte de una batalla más amplia, y los trabajadores de todas las industrias deben brindar su apoyo, ya que los salarios en la UC establecen el estándar para la remuneración y las condiciones laborales en todo el estado y más allá.

Para ganar sus demandas, los trabajadores, sean nativos o inmigrantes, deben unirse y comenzar a construir sus propios órganos independientes de lucha: comités de base en cada campus, laboratorio y hospital.

La Alianza Internacional Obrera de Comités de Base hace un llamado a la acción de emergencia para defender los programas federales y detener la ofensiva dictatorial de Trump. “A través de la expansión de comités de base en cada lugar de trabajo, los trabajadores pueden generar apoyo y preparar acciones de huelga para oponerse a los despidos masivos, la destrucción de los programas sociales y la privatización de los servicios públicos”, explica la declaración.

El papel de los demócratas y los burócratas sindicales

Movilizarse contra Trump requiere independencia tanto del Partido Demócrata como de la burocracia sindical, cuyas respuestas a las acciones ilegales de Trump oscilan entre la indiferencia y la colaboración abierta.

En los últimos seis años, el sistema de la UC se ha convertido en un importante campo de batalla político y social, donde esta lección se ha confirmado una y otra vez. La primavera pasada, funcionarios demócratas enviaron a la policía antidisturbios contra estudiantes de posgrado que protestaban contra el genocidio en Gaza. El apoyo abierto de los demócratas al genocidio fue un factor clave en la capacidad de Trump para aprovechar el vacío político y regresar al poder cuatro años después de su intento de golpe de Estado. Los demócratas también se negaron a tomar medidas serias contra Trump y sus cómplices del 6 de enero.

Ahora, con la única excepción de la guerra por delegación en Ucrania, los demócratas se están arrastrando ante Trump. El gobernador Gavin Newsom hizo humillantes apariciones públicas con Trump durante los incendios de Los Ángeles. Su presupuesto para el próximo año académico incluye más de 280 millones de dólares en recortes presupuestarios para la UC, mientras que el sistema CSU enfrenta recortes de 375 millones.

Las huelgas de estudiantes graduados en 2019 en UC Santa Cruz y en los 10 campus en 2022 fueron finalmente traicionadas por United Auto Workers con un contrato que dejó a los trabajadores académicos en la pobreza y no hizo nada por los estudiantes inmigrantes agobiados por tasas exorbitantes y cargas de trabajo imposibles. Ahora, el UAW es uno de varios sindicatos que abiertamente apoyan la retórica racista de “America First” de Trump.

Mientras tanto, los funcionarios sindicales de AFSCME y de la UPTE, parte del sindicato CWA, gastaron más de 19 millones de dólares en candidatos demócratas en las últimas elecciones. Las políticas procapitalistas de los demócratas, en particular sus ataques contra los manifestantes contra la guerra, permitieron a Trump aprovecharse del vacío político.

Los dirigentes de AFSCME y UPTE han limitado esta huelga a dos días y buscan restringir la lucha a un paro por prácticas laborales injustas (ULP), cuando los problemas principales que enfrentan los trabajadores son los salarios de pobreza en una de las regiones con mayor costo de vida en el país.

Los trabajadores no pueden olvidar la traición de 2019, cuando AFSCME les llevó a seis huelgas no pagadas de un día entre marzo y noviembre para desgastarlos e impulsar el contrato actual.

Limitan esta huelga en un momento en el que el futuro mismo de la sanidad pública, la educación, los hospitales universitarios y los laboratorios está en peligro. Con el nombramiento de altas figuras de la salud pública como el antivaxxer Robert F. Kennedy, el recorte de fondos para los Institutos Nacionales de Salud y los Centros para el Control de Enfermedades y los despidos masivos en el Departamento de Salud y Servicios Humanos, Trump está declarando la guerra a la salud pública e incluso a siglos de ciencia médica establecida.

Por eso esta huelga es ante todo una lucha política. Los trabajadores no solo luchan por sí mismos, sino contra el control de una pequeña oligarquía sobre todos los aspectos de la sociedad.

Un programa para luchar contra Trump

El WSWS convoca a una movilización masiva de la clase trabajadora contra el nuevo gobierno. Esto debe dirigirse, sobre todo, a la raíz de la dictadura: el sistema de lucro capitalista.

Se deben formar comités de base, compuestos por trabajadores y no por burócratas sindicales o agentes del Partido Demócrata, para permitir que los trabajadores anulen las decisiones impuestas en su contra y establezcan vínculos con los trabajadores de todo el sistema de la UC, la industria de la salud y el mundo entero.

Para preparar esta lucha, proponemos que un comité de base de los trabajadores de la UC se centre en el siguiente programa:

• ¡Recontratación y financiamiento para todos los trabajadores federales! ¡Ampliar la huelga! Convertir la huelga de dos días en una huelga indefinida, incorporando a toda la fuerza laboral del sistema de la UC y más allá.

• ¡Fuera las manos de la Educación Pública! ¡No a los recortes presupuestarios a la UC, CSU, o la educación K-12! La excusa de que “no hay dinero” es una mentira. Miles de millones se desperdician en guerras imperialistas. California tiene 181 multimillonarios: su riqueza debe ser expropiada.

• ¡Fuera las manos de la salud pública! Se deben destinar billones para garantizar atención médica gratuita y de alta calidad. Esto debe financiarse transformando las grandes corporaciones en empresas de propiedad pública, transfiriendo la riqueza de los parásitos corporativos, que apoyan el fascismo y la guerra, a los trabajadores que producen la riqueza.

• ¡Financiación de la investigación! ¡Fuera NIH! ¡Echen al charlatán anticiencia RFK Jr.! Los laboratorios que realizan un trabajo crítico se enfrentan a amenazas. Las vacunas y un giro hacia la más alta comprensión científica de los virus es fundamental, sobre todo teniendo en cuenta el COVID en curso, la amenaza de la gripe aviar y futuras pandemias.

• ¡Defender a nuestros hermanos y hermanas inmigrantes! Los trabajadores deben insistir en que todos los inmigrantes tienen derecho a vivir y trabajar donde elijan. Calificados de 'esenciales' durante la pandemia en muchas industrias críticas, los trabajadores inmigrantes son el chivo expiatorio de multimillonarios parasitarios que quieren destripar todos los servicios sociales y la sanidad pública.

• ¡Fin a la guerra! Se están succionando billones de la clase obrera en guerras criminales por los mercados, los recursos naturales y las cadenas de suministro, matando a los trabajadores del mundo. Hay que acabar con el genocidio en Gaza, la guerra en Ucrania y todas las demás guerras imperialistas, incluida la administración Trump que ha puesto su punto de mira en China. Los recursos malgastados en el ejército deben utilizarse para reconstruir la sociedad y mejorar las condiciones de vida en todo el mundo.

Si estás de acuerdo, contáctanos hoy. Llena el formulario en wsws.org/workers para más información sobre los comités de base.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 25 de febrero de 2025)