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La confusión y la ira aumentan entre los trabajadores federales luego de que se venciera a medianoche el plazo para enviar un correo electrónico para justificar sus trabajos. El ultimátum fue enviado a través de la Oficina de Administración de Personal (OPM, todas las siglas en inglés) desde el llamado Departamento de Eficiencia Gubernamental, encabezado por el multimillonario fascista Elon Musk, exigiendo que todos los trabajadores federales expliquen 'lo que hicieron la semana pasada. La falta de respuesta se tomará como una renuncia'.
La medida es el siguiente paso en la campaña del gobierno de Trump para recortar cientos de miles de empleos federales y destruir programas federales enteros de los que dependen decenas de millones de personas.
El caos se sumó a las señales contradictorias enviadas por la administración Trump el lunes por la tarde. Musk gritó el lunes por la mañana que “aquellos que no tomen en serio este correo electrónico pronto estarán trabajando en otro lugar”. En comentarios a la prensa en la Oficina Oval después, Trump sugirió que aquellos que no respondieran podrían ser “despedidos o semidespedidos”, sin explicar qué podría significar “semidespedidos”.
Esto fue inmediatamente contradicho por un aviso de la OPM que calificaba las respuestas de “voluntarias”. Pero el memorándum luego se contradijo a sí mismo al declarar que los trabajadores deberían seguir las instrucciones de la gerencia en sus respectivas agencias. Muchas, como el Departamento de Educación, han enviado directivas ordenando a los trabajadores que respondan al correo electrónico.
Varios departamentos del aparato militar y de inteligencia, incluidos el Departamento de Defensa y el Departamento de Justicia, enviaron directivas a los trabajadores ordenándoles que no respondieran, citando la naturaleza sensible del trabajo de su personal y los protocolos de revisión interna ya existentes. Esto fue presentado en la prensa corporativa como signos de crecientes divisiones dentro de la administración Trump.
Pero el aparato militar y de inteligencia es prácticamente la única parte del gobierno que Trump busca expandir masivamente. Está tratando de establecer una dictadura, destrozando la Constitución y convirtiendo a los Estados Unidos en un campo armado, para reprimir al 'enemigo interno', es decir, la clase trabajadora, y prepararse para nuevas y catastróficas guerras.
Sin embargo, las señales indican que Musk y Trump planean moverse extremadamente rápido y brutalmente. NBC News informó ayer que Musk está planeando usar inteligencia artificial para analizar respuestas, delegando efectivamente en programas informáticos decisiones que afectarán el sustento de cientos de miles de trabajadores federales y decenas de millones que dependen de programas amenazados.
Dadas estas circunstancias, es totalmente posible que los mensajes contradictorios del lunes fueran un intento deliberado de poner una trampa por parte de la Casa Blanca de Trump.
“Hay una mezcla de respuestas, mucha ira, confusión, desafío y preocupación”, dijo un empleado federal al WSWS. “Sin embargo, todos son muy conscientes de que se trata de una provocación destinada a desmoralizarnos. No permitiremos que funcione.
“Gran parte de la discusión de hoy se ha centrado en la incertidumbre sobre si responder al correo electrónico y cómo hacerlo. Recibimos un correo electrónico masivo del director de nuestra agencia a primera hora de esta tarde instruyéndonos a responder, mientras que a otras agencias se les dijo que no lo hicieran. Pero incluso después de la notificación, todo el mundo seguía confundido sobre si era obligatorio, dados los informes de que la OPM admitió que las respuestas son voluntarias.
“Esta tarde estábamos discutiendo cuál sería el mejor enfoque, qué información sería la menos útil para los bots –una aplicación de software automatizada que realiza tareas repetitivas en una red– de chat de IA y los secuaces de Musk en DOGE que pueden usar las respuestas para perseguirnos.
“Al mismo tiempo, con cada nueva indignidad, se hace más urgente que pongamos fin a esto antes de que sea demasiado tarde. No se detendrá hasta que lo logremos”.
Un artículo de Bloomberg News del lunes describió escenas de caos en toda la fuerza laboral federal, con trabajadores bloqueados fuera de sus oficinas con sus pertenencias todavía dentro y fallas en el correo electrónico del Servicio de Impuestos Internos (IRS) que le impidieron informar a los trabajadores que habían sido despedidos.
Un análisis de Bloomberg de más de 30.000 recortes encontró que las agencias con el mayor número de afectados incluían USAID (9.710), IRS (6.700) y los departamentos de Agricultura (3.400), Salud y Servicios Humanos (2.300) e Interior (2.300).
Fox News informó ayer de una importante “reducción de personal” en marcha en la Administración de Servicios Generales, una agencia con 12.000 trabajadores, que proporciona servicios críticos para el funcionamiento de otras agencias federales.
En un evidente conflicto de intereses, DOGE también está apuntando a la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA), que ha eliminado el 4 por ciento de su personal. Como señaló USA Today, la NHTSA tiene varias investigaciones abiertas sobre Tesla, en particular la llamada función de “conducción autónoma” de sus coches, que ha estado implicada en muchos accidentes.
Los economistas han sugerido que la escala de los recortes podría tener un impacto significativo en la economía estadounidense y provocar recesiones locales en Washington D.C. y otras áreas con un gran número de trabajadores federales. Los despidos también tendrán un efecto dominó en los contratistas federales, que junto con los empleados directos comprenden 5 millones de personas.
Sin embargo, los recortes están recibiendo luz verde de Wall Street. El director ejecutivo de JPMorgan Chase, Jamie Dimon, respaldó a DOGE y Elon Musk en comentarios el lunes, denunciando la fuerza laboral federal como 'ineficiente' y declarando que 'espera que [los despidos] sean bastante exitosos'.
Para la oligarquía corporativa, el 'despilfarro' gubernamental significa cualquier cosa que no contribuya ni a enriquecerse ni a defender sus intereses de la oposición desde abajo. 'Eficiencia' significa destruir programas como Medicare, Medicaid y la Seguridad Social, eliminar cualquier regulación corporativa fragmentada que exista y vender tantos activos gubernamentales como sea posible.
En particular, Trump pretende tomar el control personal del Servicio Postal de Estados Unidos (USPS), el primer paso en su privatización.
En el sector privado se están produciendo despidos masivos en paralelo. El lunes, Starbucks anunció que eliminaría 1.100 puestos de trabajo corporativos, mientras que Joann Fabrics anunció que cerraría sus 800 tiendas tras no encontrar un comprador durante el proceso de quiebra. Boeing también anunció despidos adicionales en Alabama y Carolina del Sur, que se suman a los 5.000 recortes que ya había anunciado.
Según las cifras mensuales recopiladas por la empresa de colocación de empleos Challenger, Gray & Christmas, el mes pasado los fabricantes de automóviles estadounidenses anunciaron 4.549 despidos, aproximadamente el doble que el mes anterior y que el año anterior. Mientras tanto, Ford, con el pleno respaldo de la burocracia del sindicato United Auto Workers, está realizando redadas policiales en sus plantas para intimidar a los trabajadores.
Las señales de oposición están aumentando tras las protestas a nivel nacional de la semana pasada. Los empleados del Servicio de Parques Nacionales ondearon ayer una bandera estadounidense invertida en el Parque Nacional de Yosemite en protesta por los recortes masivos a la agencia. Ayer también se presentó una demanda colectiva por parte de trabajadores federales. Pero esto choca con el hecho de que la Corte Suprema está repleta de partidarios de Trump, y Trump simplemente está violando la ley y las órdenes judiciales a su antojo.
La única manera de detener esta masacre es mediante la acción masiva de la clase trabajadora, explicó ayer la Alianza Internacional Obrera de Comités de Base en un comunicado. “La AIO-CB llama a los trabajadores federales a formar comités de base, independientes de las burocracias sindicales, para liderar esta lucha. Se deben convocar reuniones masivas y manifestaciones para preparar una huelga de emergencia para detener los despidos y el desmantelamiento de programas esenciales”.
Este movimiento requiere una rebelión contra la capitulación de los burócratas sindicales, que están habilitando a Trump al tratar de limitar a los trabajadores a campañas de redacción de cartas, demandas y quejas ante las juntas federales que están siendo desmanteladas.
El domingo, la AIO-CB y el Comité de Base de Trabajadores Postales de Estados Unidos celebraron una reunión con 150 trabajadores y sus partidarios para empezar a construir un movimiento de este tipo. Al final, los asistentes votaron casi por unanimidad para aprobar una resolución que decía:
1. La Alianza Internacional Obrera de Comités de Base condena la purga masiva de trabajadores federales por parte de la administración Trump y el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) de Elon Musk y pide la movilización masiva de los empleados federales, incluidas reuniones masivas, manifestaciones y huelgas colectivas, para detenerla. Cientos de miles de trabajadores de las agencias federales se enfrentan al despido inmediato, en flagrante violación de los contratos y las protecciones del servicio civil. La destrucción de empleos federales es parte de una campaña corporativa más amplia para desmantelar los servicios públicos y despojar a los trabajadores de todas las protecciones, incluido el ataque a los trabajadores postales y los planes de privatización del servicio postal.
2. Este ataque va más allá de los despidos de PATCO en 1981, que destruyeron 11.000 puestos de trabajo y marcaron el comienzo de décadas de destrucción de sindicatos. Ahora, la escala es aún mayor. Se están vaciando o destruyendo todas las agencias federales que brindan servicios sociales o regulan a las corporaciones. El Servicio Postal de Estados Unidos, que ya está en la mira de la privatización, es el próximo. Si estos despidos continúan, significarán la eliminación de programas sociales y pérdidas masivas de empleos en todo el sector público. Esto alentará a los funcionarios estatales y locales y a los empleadores privados a intensificar sus ataques a los empleos y los derechos de los trabajadores.
3. Esta reunión condena la cobardía y la complicidad de la burocracia sindical, que no ha propuesto ninguna acción para oponerse a este asalto histórico a la clase trabajadora. La AFL-CIO se ha limitado a apelar a los medios de comunicación y a los demócratas. La AFGE simplemente promete desafiar los “despidos ilegales”. No se trata de una cuestión legal, es una guerra política contra la clase trabajadora. Si la dirección sindical no lucha contra esto, no luchará contra nada.
4. Se acabó el tiempo de las declaraciones vacías. La Alianza Internacional Obrera de los Comités de Base y el Comité de Base de los Trabajadores Postales llaman a que se preparen de inmediato para una resistencia masiva, que puede llegar hasta la huelga. Los trabajadores postales deben unirse a los trabajadores federales, los trabajadores de logística y todos los trabajadores para detener esta purga. Rechazamos el desmantelamiento de los servicios públicos y exigimos el control de los trabajadores sobre sectores críticos como el USPS. La única manera de avanzar es a través de la organización independiente de la clase trabajadora, en oposición tanto a los partidos respaldados por las corporaciones como a sus ejecutores en el aparato sindical.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 24 de febrero de 2024)
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