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Tras los aranceles de Trump, el gobierno español del PSOE y Sumar entrega a las grandes empresas un rescate de 14.000 millones de euros

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, la ministra de Economía y vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, y la ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda de Sumar, Yolanda Díaz, en el Parlamento español en Madrid, España, el viernes 29 de septiembre de 2023. [AP Photo/Bernat Armangue]

El Gobierno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE)-Sumar ha respondido a los aranceles de la guerra comercial del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con un enorme rescate corporativo de 14.100 millones de euros (15.660 millones de dólares). Presentado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como un plan para 'blindar la economía' y 'proteger las empresas y los empleos españoles', es en realidad un gran regalo a las mayores corporaciones de España, ya que la clase trabajadora se enfrenta a una implacable crisis del coste de la vida, salarios estancados y alquileres subiendo en espiral.

Sánchez dio a conocer su plan el jueves pasado, pocas horas después de que la administración Trump anunciara formalmente un arancel general del 10 por ciento sobre todas las importaciones, complementado con aranceles 'personalizados' para cada país. En el caso de la Unión Europea, son del 20 por ciento. Además, ese mismo día entró en vigor un arancel punitivo del 25 por ciento sobre las exportaciones de automóviles de la UE a Estados Unidos, que afectó a la industria automovilística española.

Horas después, Sánchez convocó una reunión de urgencia en el Palacio de la Moncloa con representantes de los principales sectores industriales y empresariales españoles y las burocracias sindicales. Allí, dio a conocer un plan de exenciones fiscales, subsidios y préstamos respaldados por el Estado para compensar el impacto de los aranceles estadounidenses en las exportaciones españolas.

Incluye 7.400 millones de euros en nueva financiación y reasigna 6.700 millones de euros de los fondos existentes. Ofrece garantías de financiación a través del Instituto de Crédito Oficial (ICO) por importe de 6.000 millones de euros, junto con un fondo de inversión de 200 millones de euros. Estos proporcionan liquidez a grandes corporaciones en sectores como el automotriz, agroalimentario, farmacéutico, siderúrgico, maderero y semiconductores.

Además, el plan incluye 2.000 millones de euros para seguros de crédito y cobertura de riesgos de exportación, con el objetivo de reforzar la confianza de las empresas en los mercados internacionales. Se asignan otros 500 millones de euros para ayudar a las pequeñas y medianas empresas a acceder a los mercados internacionales. El plan también destina 400 millones de euros a subvencionar la venta de vehículos eléctricos.

El Gobierno PSOE-Sumar también activará el mecanismo RED, que permitirá a las empresas reducir la jornada laboral o suspender temporalmente los contratos de trabajo. Este esquema reactiva los ERTE utilizados durante la pandemia de COVID-19. Bajo este sistema, el estado asume el 70 por ciento de los costos salariales base para los empleados afectados, mientras que el trabajador pierde efectivamente los ingresos restantes. Esto es, de hecho, un subsidio para el capital y un recorte salarial para los trabajadores.

Para financiar estas ayudas a las empresas, España emitió 15.000 millones de euros en deuda a 10 años. Esta deuda se transferirá a los trabajadores mediante futuras medidas de austeridad (reformas del mercado laboral o recortes en pensiones, sanidad y educación), como ocurrió tras la crisis financiera de 2008 y los rescates del COVID-19.

Sánchez también pidió un fondo europeo para apoyar a los sectores afectados por los aranceles estadounidenses, financiado con los ingresos de los derechos de aduana de la UE. También instó a acelerar la ratificación del acuerdo UE-Mercosur con América Latina, con el objetivo de abrir mercados alternativos para las empresas españolas, que tienen una importante presencia en la región. La próxima semana, Sánchez se embarcará en una gira por Vietnam y China, dos economías clave que también están en el punto de mira de los aranceles estadounidenses, para fortalecer los lazos comerciales e impulsar las exportaciones españolas.

Toda la clase política y los medios de comunicación salieron a defender los rescates de Sánchez, azuzando el nacionalismo y el patriotismo español.

La vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, líder de facto de Sumar —socio de gobierno del PSOE—, ya había manifestado su apoyo, disfrazándolo como parte de una lucha para defender a los trabajadores frente a la extrema derecha. “En el momento internacional actual hay fuerzas políticas que buscan crear miedo y dolor. La Internacional del Odio persigue el caos económico. Mientras la derecha española aplaude las políticas de Trump y sus ataques a la clase trabajadora, nosotras responderemos con escudo social y derechos” declaró en Bluesky.

Díaz, como vicepresidenta tanto en el actual gobierno PSOE-Sumar como en el anterior gobierno PSOE-Podemos (2020-2023), pilotó una reforma laboral antiobrera, recortes de pensiones y recortes sociales en medio de la pandemia de COVID-19 y el aumento de la inflación durante la guerra entre la OTAN y Rusia en Ucrania. Apoyó abiertamente la guerra contra Rusia y mantuvo el apoyo militar a Israel, mientras España continuaba exportando armas por valor de millones de euros a Israel. Díaz también apoyó el aumento del gasto en defensa a niveles récord de Pedro Sánchez.

El líder de la oposición derechista, Alberto Núñez Feijóo, dijo que su Partido Popular (PP) respaldará al gobierno y calificó los rescates de 'muy razonables'. Feijóo atacó al partido de extrema derecha Vox por sus vínculos con Trump, diciendo que 'nadie que diga ser patriota puede respaldar esta decisión, ni tampoco minimizarla'.

Para no quedarse atrás en términos de histeria patriótica, Podemos, exmiembro de la coalición gobernante, criticó al Gobierno PSOE-Sumar por no tomar represalias lo suficientemente agresivas contra Estados Unidos.

La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, exigió al Gobierno la expropiación de viviendas y acciones de fondos de inversión estadounidenses en España. “Desde Podemos pensamos que a una guerra comercial global hay que responder de la manera más contundente y valiente posible,” dijo, y agregó: “Atacar los intereses económicos de los norteamericanos en nuestro sector inmobiliario es actualmente la medida más eficaz para hacer ese ejercicio de patriotismo que necesitamos en este momento”.

Y continuó: “Creo que hoy, para afrontar esta guerra comercial, no se necesitan palabras grandilocuentes que no se traduzcan en nada, que es lo que proponen los líderes europeos y el Gobierno de España, sino que hay que actuar con contundencia y con valentía.” Llamó a poner fin a la relación de 'servidumbre' que, según ella, Washington está imponiendo a Europa.

Podemos está promoviendo una política imperialista para la Unión Europea, una que dividiría a la clase obrera internacional a lo largo de líneas nacionales y rompería la solidaridad con los trabajadores que se oponen a Trump dentro de los Estados Unidos. Esto se produce cuando millones de estadounidenses salieron a las calles este fin de semana contra las políticas fascistas del gobierno de Trump y el gobierno de la oligarquía.

El llamamiento de Podemos a una 'autonomía estratégica' de la UE está en línea con la agenda militarista y proguerra de las burguesías europeas, que están decididas a hacer valer sus propios intereses imperialistas. Esta política implica programas masivos de rearme, la creación de una industria de defensa europea autosuficiente y exige una disuasión nuclear continental. No es una alternativa antiimperialista a la hegemonía estadounidense, sino que refleja conflictos interimperialistas profundamente arraigados que dos veces en el siglo XX sumieron a la humanidad en la guerra mundial.

Los llamamientos de Belarra a expropiar empresas estadounidenses en España no reflejan la oposición socialista a la propiedad privada, sino la lucha por el reparto de beneficios entre el capital estadounidense y el europeo. Bajo invocaciones fraudulentas de resistencia patriótica, buscan atar a los trabajadores de cada país a su 'propia' burguesía.

Del mismo modo, las burocracias sindicales también defienden las represalias de la UE. Tanto el sindicato Comisiones Obreras (CCOO), vinculado a Sumar y Podemos, como la Unión General de Trabajadores (UGT), vinculado al PSOE, se sientan junto a las organizaciones empresariales en la 'mesa de diálogo social' patrocinada por el gobierno que coordina la respuesta de España a los aranceles. Ambos sindicatos acogieron con beneplácito los rescates de Sánchez y propusieron aranceles de represalia de la UE contra Washington.

El secretario general de CCOO, Unai Sordo, ha declarado: “Esta es una situación indeseable, pero no hay más remedio que enfrentarla”. Al igual que Podemos, llamó a reforzar la 'autonomía estratégica' de Europa, reduciendo la dependencia de Estados Unidos y Rusia, y reorientando el comercio hacia América Latina y China. CCOO también afirmó que es “esencial identificar los sectores que exportan desde Estados Unidos” con el fin de imponer aranceles de represalia.

La respuesta a los aranceles de Trump no son más que donaciones de riqueza pública a bancos y corporaciones ni intentos de formular planes de guerra que rivalicen con los de Washington. La profunda oposición a la guerra y al fascismo en la clase trabajadora de ambos lados del Atlántico debe movilizarse y unirse en un movimiento contra la guerra imperialista, con el objetivo de arrebatarle el control de la economía a la oligarquía capitalista y construir el socialismo.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 7 de abril de 2025)