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Historiadores se oponen a la censura de la Asociación Histórica Estadounidense contra una denuncia del genocidio en Gaza

Reunión Anual de la Asociación Histórica Estadounidense, enero de 2025 [Photo: Christy Thornton]

El 8 de febrero, el grupo Historiadores por la Paz y la Democracia (HPAD, por sus siglas en inglés) comenzó a circular una carta abierta denunciando la decisión del consejo de la Asociación Histórica Estadounidense (AHA) de rechazar una resolución que condenaba el genocidio de Israel en Gaza.

Durante la 138.ª reunión anual de la AHA, celebrada en enero, más de 500 miembros participaron en una votación inicial sobre la resolución, aprobándola por 428 votos a favor y 88 en contra. La medida condenaba específicamente el actual “escolasticidio” en Gaza, es decir, la destrucción sistemática de instituciones educativas y culturales por parte de Israel, así como sus asesinatos de profesores, docentes y estudiantes.

Según las normas de la AHA, la resolución debía enviarse al consejo ejecutivo de la organización para su ratificación, rechazo o remisión a una votación de toda la membresía. En lugar de permitir que los historiadores de base ejercieran su derecho a votar, el consejo decidió, con una mayoría de 11 a 4, rechazarla. Esta decisión abiertamente antidemocrática fue impulsada por el director ejecutivo de la AHA, el profesor James R. Grossman de la Universidad de Chicago.

El veto del consejo ejecutivo ha provocado una gran indignación entre los miembros de la AHA, la organización más grande de historiadores profesionales en el mundo.

Hasta la fecha, la carta abierta de HPAD ha reunido unas 1.500 firmas de historiadores. Entre los firmantes destacados se encuentran tres expresidentes de la AHA: el profesor Patrick Manning de la Universidad de Pittsburgh, el profesor Kenneth Pomeranz de la Universidad de Chicago y la profesora Barbara Weinstein de la Universidad de Nueva York.

La carta del Grupo de Trabajo sobre Israel-Palestina de HPAD insta al consejo a revocar su veto y someter la resolución a la votación de toda la membresía. La carta señala que la decisión del consejo revela “una falta de confianza en el juicio de sus miembros” y un desprecio por la democracia dentro de la AHA.

Para justificar esta maniobra antidemocrática, el consejo de la AHA afirmó que una resolución denunciando el genocidio en Gaza “queda fuera del ámbito de la misión y los propósitos de la asociación”, mientras que Grossman insinuó que tal medida implicaría convertir a la organización de historiadores en “una entidad política”.

En respuesta, HPAD señala que la AHA ha tomado posturas políticas en el pasado. En 2022, el propio consejo ejecutivo de la AHA aprobó una resolución (sin votar entre la membresía) condenando la invasión rusa de Ucrania, desde una perspectiva que glorificaba la resistencia ucraniana y repetía la burda falsificación histórica de que la invasión rusa fue un “acto de agresión militar no provocado”. Si bien la invasión del gobierno de Putin fue reaccionaria, no fue en absoluto “no provocada”, como demostraría cualquier análisis histórico serio del prolongado conflicto entre la OTAN y Rusia desde la disolución de la Unión Soviética.

Respecto al argumento de que condenar las acciones de Israel en Gaza no tiene relación con el trabajo de los historiadores, la carta de HPAD enfatiza que la resolución se basa en la “responsabilidad de [la AHA] de adoptar posiciones públicas… [c]uando las autoridades públicas o privadas, en Estados Unidos o en cualquier otro lugar, censuran o intentan impedir la escritura, publicación, exhibición, enseñanza u otras prácticas de la historia o buscan castigar a los historiadores”.

Israel, con el apoyo del Gobierno de EE.UU. y los medios corporativos, no solo ha falsificado activamente la historia de Oriente Medio, negando la existencia del pueblo palestino y los monstruosos crímenes perpetrados por los colonos sionistas durante décadas. Además, los educadores palestinos han luchado por impartir educación e historia con recursos mínimos y en las condiciones más adversas. Ahora, con su ofensiva relámpago contra Gaza, Israel, una vez más con el respaldo total de EE.UU., ha ido aún más lejos, aniquilando físicamente a educadores y destruyendo la infraestructura educativa de Gaza. Esta barbarie ya se está expandiendo a Cisjordania.

Desde el 7 de octubre de 2023, Israel ha destruido todas las universidades de Gaza, ha asesinado a 161 profesores y más de 903 estudiantes, ha herido a 1.297 profesores y 1.805 estudiantes, y ha arrasado archivos, bibliotecas y sitios históricos. En Cisjordania, al menos 36 estudiantes universitarios han sido asesinados y más de 141 han resultado heridos.

En un artículo del WSWS sobre el veto del consejo de la AHA, escribimos que “el veto de la AHA busca impedir… una comprensión del genocidio en Gaza, que ya se ubica entre los mayores crímenes de la historia moderna”.

Desde el inicio del gobierno de Biden, y aún más bajo la administración de Trump, cualquiera que haya denunciado el genocidio en Gaza ha sido objeto de campañas de difamación y acusaciones de antisemitismo. Ahora, la administración de Trump promete intensificar el genocidio, declarando que “vamos a tomar [Gaza]” y convertirla en un proyecto inmobiliario, al tiempo que avanza en los preparativos para deportar a estudiantes extranjeros que protesten contra el genocidio en las universidades de EE.UU.

La declaración de HPAD concluye señalando que, en un “contexto de creciente autoritarismo, muchas instituciones importantes de EE.UU. están comprometiéndose con la obediencia anticipada, en gran medida dirigida a suprimir la solidaridad con Palestina y la crítica al Gobierno de EE.UU. e Israel”. Lo que está en juego, afirma la carta, es “un ataque contra la verdad”.

En tales circunstancias, el consejo ejecutivo de la AHA ha actuado de manera vergonzosa para sofocar preventivamente la oposición popular de sus miembros al genocidio.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 21 de febrero de 2025)