Únete a la próxima reunión en línea del Comité de Base de Educadores (EE. UU.), “¡Liberen a Mahmoud Khalil!¡Movilicen a la clase trabajadora contra la dictadura de Trump!¡Defiendan el derecho a la educación pública!” el sábado 15 de marzo a las 12:00 p. m. EDT. Regístrate aquí.
El World Socialist Web Site y el Partido Socialista por la Igualdad (PSI) instan a los maestros y trabajadores de todo Estados Unidos a preparar acciones masivas, que pueden incluir huelgas coordinadas en los distritos escolares de todo el país y en otras industrias, para detener los planes de Trump de desmantelar el Departamento de Educación y todos los demás programas sociales federales.
Esto debe prepararse desde abajo a través de la formación de comités de huelga de base independientes del aparato sindical vendido, que intenta limitar a los trabajadores a campañas inútiles de redacción de cartas.
El martes, el Departamento de Educación anunció que eliminaría casi la mitad de su fuerza laboral, despidiendo a aproximadamente 1.950 empleados. Esto es parte del esfuerzo más amplio de Trump para desmantelar ilegalmente el departamento, eludiendo las leyes federales que lo establecieron.
La consecuencia inmediata de los recortes será devastadora. Los empleados que se eliminan desempeñan diferentes roles, y muchos se concentran en la distribución de préstamos federales a estudiantes y subvenciones a los estados. Estos despidos son solo parte de un asalto masivo a la educación en su conjunto, incluidos cientos de miles de millones en recortes para ayudar a las familias de bajos ingresos y otros programas de apoyo como parte del presupuesto que actualmente se encuentra en el Congreso.
Junto con los ataques al Departamento de Educación, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos anunció que está recortando los fondos para los programas de almuerzos escolares gratuitos para estudiantes empobrecidos.
El ataque al Departamento de Educación es parte de una estrategia más amplia para privatizar la educación a través de vales escolares y escuelas chárter. Los programas sociales esenciales en los que dependen decenas de millones de personas están siendo destruidos de la noche a la mañana. El proyecto de ley de financiamiento de la Cámara de Representantes propone recortes devastadores, incluidos $880 mil millones de Medicare y Medicaid y $230 mil millones de cupones de alimentos y otros programas sociales vitales.
El multimillonario fascista Elon Musk, que dirige el “Departamento de Eficiencia Gubernamental” (DOGE), también tiene en la mira el seguro social. Con una hipocresía consumada, este estafador de criptomonedas y especulador del mercado de valores ha atacado el programa como “el mayor esquema ponzi de la historia”.
El ataque a la educación pública representa a la Casa Blanca de Trump como un régimen de, por y para la oligarquía corporativa. A través de recortes salvajes del gasto, está tratando de reducir el Gobierno a los “cuerpos de hombres armados y prisiones de todo tipo” descritos por Friedrich Engels como la esencia del estado capitalista. Se están redirigiendo billones de dólares de la clase trabajadora para apuntalar a Wall Street y prepararse para la guerra.
Esto está relacionado con el ataque de Trump a los derechos democráticos, incluido el arresto y la deportación planificada de Mahmoud Khalil por participar en manifestaciones contra el genocidio en la Universidad de Columbia. Trump está estableciendo el marco para una dictadura para aplastar toda resistencia desde abajo.
Thomas Jefferson describió a una población educada e informada como un baluarte contra la tiranía. Esta es precisamente la razón por la que los nuevos tiranos están tratando de desmantelar la educación pública. Trump y la oligarquía están decididos a romper 250 años de progreso, incluida la expansión de la educación después de la guerra civil para educar a los esclavos liberados y su mayor expansión como resultado de las luchas de la clase trabajadora.
La lucha contra el impulso dictatorial de Trump debe combinarse con una lucha para liberar a la clase trabajadora de las garras de los funcionarios sindicales corruptos y del Partido Demócrata, que son cómplices de los ataques de Trump contra la clase trabajadora.
El PSI y el WSWS convocan a comités de base de educadores, estudiantes y padres de clase trabajadora para organizar acciones a nivel nacional. No deben esperar el “permiso” de arriba, que nunca llegará, para comenzar una lucha de vida o muerte.
La cobardía del Partido Demócrata, incluyendo los lamentables cartelitos que sacaron durante el discurso de Trump ante el Congreso, busca distraer del hecho de que apoya los objetivos de sus políticas internas. El año pasado, el presidente Biden permitió que caducaran $190 mil millones en fondos suplementarios para el COVID-19, creando huecos fiscales en todos los principales distritos escolares que condujeron directamente al cierre de escuelas.
Además, los demócratas continúan trabajando con los republicanos, incluyendo auténticos antisemitas, para aplastar las protestas universitarias contra el genocidio de Gaza y calumniarlos como “antisemitas”.
La erosión de la educación pública en Detroit, Chicago y otras ciudades importantes ha tenido lugar principalmente bajo la supervisión del Partido Demócrata. A nivel nacional, el ataque a la educación pública bajo Biden fue precedido por el programa “Race to the Top” (Carrera hasta la Cima) de Obama, que implicó la eliminación de cientos de miles de empleos docentes.
Los demócratas están de acuerdo en la necesidad de reducir la deuda federal y liberar recursos para la guerra a expensas de la clase trabajadora. Es por eso que de repente encuentran su voz cuando se trata de continuar la guerra por delegación en Ucrania. Los únicos desacuerdos importantes que tienen con los republicanos se relacionan con la estrategia geopolítica del imperialismo estadounidense, sobre qué regiones del mundo conquistar primero. Están preparados para darle a Trump todo lo demás.
El papel de la burocracia sindical está marcado por la misma cobardía artificial. Los sindicatos National Education Association (NEA) y American Federation of Teachers (AFT) han emitido declaraciones nerviosas donde simplemente instan a los trabajadores a escribir cartas al Congreso. Lo que no harán, y lo que realmente buscan decisiva y despiadadamente prevenir, es una huelga nacional de millones de educadores y los más de 14 millones de miembros del sindicato en todo el país.
Los burócratas, que hace mucho tiempo abandonaron incluso una oposición limitada a la explotación, reciben salarios de seis cifras a cambio de hacer cumplir la paz laboral. Para defender sus intereses, que son totalmente opuestos a los de los trabajadores que dicen representar, muchos burócratas sindicales están abrazando abiertamente a Trump y el fascismo.
En un editorial reciente en el sitio web de MSNBC, la presidenta de la AFT, Randi Weingarten, se presentó como una opositora de los recortes del Departamento de Educación, incluso cuando declaró su voluntad de “trabajar con” la secretaria de Educación Linda McMahon, una multimillonaria que fue nombrada con el único propósito de abolir el departamento que ahora dirige. Weingarten presentó los recortes a la educación como un tema de “seguridad nacional”, alineándose implícitamente con las guerras comerciales de Trump al argumentar que los recortes debilitarán la capacidad de Estados Unidos para competir contra sus adversarios.
Weingarten es una política de alto rango que viaja de Israel a Ucrania en apoyo del militarismo estadounidense. Trabajó 15 horas al día forzando la reapertura de las escuelas, contra la abrumadora oposición de maestros y padres, durante el apogeo de la pandemia. Esto la puso en contacto con los antivacunas abiertos que ahora están dentro y alrededor de la Administración de Trump.
¡La clase obrera debe intervenir! La contrarrevolución social y las medidas dictatoriales de Trump están provocando y provocarán una oposición masiva. Existen las condiciones para unir a los educadores con los trabajadores federales, los trabajadores de la salud que enfrentan la destrucción de la salud pública, los trabajadores manufactureros afectados por aranceles y recortes de empleos, y los estudiantes que se oponen a la guerra y al ataque a los derechos democráticos. Importantes luchas magisteriales están pendientes en Chicago, Los Ángeles, Filadelfia y otras ciudades a medida que los demócratas implementan estos recortes a nivel local.
El desarrollo de comités de base, independientes del aparato sindical, unirá a maestros, estudiantes, padres, trabajadores federales, trabajadores de la salud, trabajadores automotrices y todos los demás sectores de la clase trabajadora en una lucha coordinada contra los despidos masivos de Trump, la destrucción de los programas sociales y la privatización de la educación pública.
Los comités de base servirán como el medio por el cual los trabajadores pueden intercambiar información, organizarse en todos los lugares de trabajo y regiones, y prepararse para una acción colectiva poderosa, incluidas las huelgas a nivel nacional. Estos comités también deben unir la lucha en defensa de la educación pública con las luchas de los trabajadores inmigrantes que enfrentan deportaciones, los trabajadores industriales que luchan contra los despidos y condiciones inseguras, y los trabajadores de la salud que se oponen a los ataques contra Medicaid y Medicare.
La fuerza aparente de Trump proviene del carácter de sus “oponentes” oficiales. Pero la clase trabajadora, la fuerza social más poderosa de la historia, puede barrer esta mugre una vez que reconozca su fuerza y sepa cómo usarla. Esto requiere que los trabajadores entiendan que están en una lucha no solo contra Trump, sino contra todo el sistema capitalista de ganancias que lo ha producido, y que es incompatible con los intereses más básicos de la gran mayoría de la población.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 13 de marzo de 2024)