Tras la presentación del acuerdo de coalición la semana pasada por los líderes de la Unión Demócrata Cristiana/Unión Social Cristiana (CDU/CSU) y el Partido Socialdemócrata (SPD), la clase dominante está promoviendo sistemáticamente el retorno del militarismo alemán. El viernes, el actual y probable futuro ministro de Defensa, Boris Pistorius (SPD), anunció un nuevo paquete de armas para Kiev durante la reunión del Grupo de Contacto para Ucrania en Bruselas.
Entre otras cosas, Alemania entregará cuatro sistemas adicionales de defensa aérea Iris-T al ejército ucraniano, el cual está plagado de fuerzas de extrema derecha, antes de que finalice este año. Según el Ministerio de Defensa, el paquete también incluye 15 tanques de batalla Leopard 1, drones de reconocimiento y otras 100.000 rondas de munición de artillería. Pistorius también prometió más sistemas Iris-T y 1.100 radares adicionales de vigilancia terrestre en los próximos años.
Los anuncios dejan en claro que el próximo gobierno alemán está dispuesto a continuar la guerra por poder de la OTAN contra Rusia en Ucrania de una manera aún más agresiva que su predecesor —y de ser necesario, sin el apoyo activo de Estados Unidos—. El acuerdo de coalición establece que el apoyo militar, civil y político a Ucrania será sustancialmente fortalecido y mantenido de forma confiable junto con sus aliados.
Así, Alemania y Europa tendrían que “por primera vez desde el final de la Segunda Guerra Mundial” ser capaces de “garantizar su propia seguridad de manera mucho más integral”. Se crearán “todas las condiciones necesarias para que la Bundeswehr [fuerzas armadas] pueda cumplir sin restricciones con la tarea de defensa nacional y de alianza”.
En otras palabras, el objetivo es preparar a Alemania para la guerra una vez más, en palabras de Pistorius, a pesar de sus históricos crímenes, y militarizar a toda la sociedad para lograrlo. El acuerdo de coalición está orientado hacia ese objetivo. “Es imperativo que aumentemos la preparación operativa de la Bundeswehr a corto plazo, de manera enfática y sostenida”, afirma. Y continúa:
La Bundeswehr y todos los actores estatales y sociales deben ser capaces de trabajar juntos eficazmente para reconocer rápidamente los ataques contra nuestro sistema complejo y combatirlos de manera dirigida y efectiva.
El acuerdo de coalición define, entre otros, los siguientes objetivos:
• Militarización de escuelas y universidades
“Estamos integrando aún más profundamente a nuestras fuerzas armadas en la vida pública y estamos comprometidos a reforzar el papel de los oficiales juveniles, quienes desempeñan un papel educativo importante en las escuelas”, se afirma en la página 130, en la sección de “Política de Defensa”. Y añade: “Nos comprometemos a reducir los obstáculos que dificultan la investigación de doble uso o la cooperación civil-militar en investigación, por ejemplo”. Se eliminará “el déficit existente en Alemania en el ámbito de la investigación estratégica en seguridad, y se trabajará para promoverla en el marco de un concepto de seguridad integral”.
• Reintroducción del servicio militar obligatorio
“Estamos creando un nuevo servicio militar atractivo, inicialmente basado en el servicio voluntario”, declaran los socios de la coalición. En este contexto, “los criterios de atractivo, sentido y contribución al potencial de crecimiento serán orientadores para el nuevo diseño de este servicio”. Se orientarán “en el modelo de servicio militar sueco” y van a “crear las condiciones para el registro y supervisión militar antes de que finalice este año”.
• Desarrollo de una industria armamentística masiva y conversión a una economía de guerra:
Se reformarán los sistemas de planificación y adquisición y “se introducirán nuevos métodos de implementación para determinados grandes proyectos individuales, así como para áreas tecnológicas futuras sujetas a una alta dinámica de innovación”. En el proceso, se promoverán e integrarán “las tecnologías futuras para la Bundeswehr” en las fuerzas armadas. Esto se aplica especialmente a los sistemas satelitales, inteligencia artificial, sistemas no tripulados (incluidos los armados), guerra electrónica, ciberdefensa, defensa definida por software, aplicaciones en la nube y sistemas hipersónicos. Para ello, se requiere un acceso simplificado y mayor intercambio con instituciones de investigación, el entorno académico, empresas emergentes y la industria.
Además, el acuerdo de coalición deja en claro que el “fondo especial de infraestructuras” de medio billón de euros [1,3 billones de dólares], que ya fue aprobado con el apoyo del p artido La Izquierda y de los Verdes, también sirve para preparar la guerra. “Para los proyectos de construcción militar, estamos simplificando la definición de requisitos y la aprobación, y mediante una Ley de Aceleración de la Infraestructura de la Bundeswehr, estamos creando excepciones en el derecho urbanístico, ambiental y de adquisiciones, así como en la protección y dedicación de áreas militares”, se afirma en la página 132. Las “necesidades y medidas de infraestructura para la defensa general” deben “establecerse como interés público superior y priorizarse sobre otras tareas estatales en su implementación”.
La clase dominante no puede avanzar lo suficientemente rápido en la implementación de sus planes bélicos demenciales. Paralelamente a la presentación del documento militarista de la coalición, tuvo lugar una ceremonia en los cuarteles Julius Leber de Berlín, donde se activó formalmente el nuevo mando operativo de la Bundeswehr. Esto implementa el Decreto de Osnabrück, aprobado el 30 de abril de 2024 por la entonces coalición del SPD, los Verdes y el Partido Liberal Democrático (FDP).
Entre los elementos más importantes del decreto se encuentra la creación de una estructura central de mando (“planificación y liderazgo operativo desde una sola fuente”) y el establecimiento de procesos que “se basan en gran medida en los factores de velocidad, superioridad informativa y resiliencia”.
En esencia, esto significa nada menos que la reconstrucción de un Estado Mayor General, que fue prohibido después del papel criminal de la cúpula militar alemana en las dos guerras mundiales. Ahora existe nuevamente de facto—con todas las consecuencias históricas, políticas y sociales que ello implica.
El WSWS advirtió en un comentario el año pasado:
El decreto no deja lugar a dudas de que la clase dominante ha decidido ir nuevamente a la guerra a gran escala, utilizando a masas de jóvenes como carne de cañón para sus intereses imperialistas.
Los discursos y el ambiente general durante la ceremonia recordaban los días más oscuros del militarismo alemán. “Vamos a ser más eficaces. Nos volveremos más ágiles. Mandamos desde una sola fuente y priorizamos y coordinamos mejor”, se jactó el ministro de Defensa Pistorius ante una audiencia seleccionada de representantes militares y políticos de los partidos presentes en el Bundestag (parlamento federal).
Carsten Breuer, inspector general de la Bundeswehr y su oficial de más alto rango, rindió homenaje de despedida a los dos mandos reemplazados por el nuevo comando. En relación a la sede operativa de la Bundeswehr dijo:
Los Balcanes, Afganistán, África, el Mediterráneo: los hilos de nuestras 50 misiones en el exterior se reunían en Schwielowsee, [la ubicación del nuevo centro de mando], desde la construcción de los campamentos hasta la redistribución, desde el principio hasta el final, incluyendo los combates reales.
“Combates reales” hace referencia a la muerte en acción. En el transcurso de las crecientes misiones de guerra global del imperialismo alemán en las últimas tres décadas, un total de 119 soldados alemanes han perdido la vida, 37 de ellos en combates directos o ataques.
Los planes bélicos del futuro de la clase dominante amenazan no solo la vida de unas pocas decenas de soldados profesionales, sino la de cientos de miles o incluso millones de personas. Es significativo que durante la ceremonia se haya interpretado la marcha Preußens Gloria ( La g loria de Prusia ), que también formaba parte del repertorio musical militar normal del Imperio Alemán y de la Wehrmacht de Hitler durante las dos guerras mundiales. Al final, no les esperaban la “gloria” ni el “honor”, sino la muerte, la destrucción y el exterminio en masa.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 13 de abril de 2025)