El martes, la Junta Nacional de Relaciones Laborales (NLRB, por sus siglas en inglés) anunció que los trabajadores de la instalación de Amazon en Albany, Nueva York, votaron en contra de sindicalizarse con el Amazon Labor Union (ALU) por un margen de dos a uno, con 406 votos en contra y solo 206 a favor.
La votación no fracasó porque los trabajadores en el almacén estuvieran satisfechos con las condiciones que les impone una de las empresas más explotadoras y poderosas del mundo. Por el contrario, el almacén de Albany (conocido como ALB1) es una de las instalaciones más peligrosas de Amazon en el país y existe una oposición generalizada en las bases a los bajos salarios, las condiciones inseguras y las violaciones rutinarias a sus derechos.
El almacén está calificado como de “gran tamaño” ya que los trabajadores manejan equipos pesados como televisores, bienes para exteriores y muebles. Según un reporte publicado recientemente por el National Employment Law Project (NELP), el almacén de Amazon es el más peligroso de la empresa en el estado de Nueva York, al registrar la cifra masiva de 22,3 lesiones por cada 100 trabajadores de tiempo completo.
En 2021, impactantemente, 212 de los 951 trabajadores en el almacén sufrieron lesiones, más del total que votó a favor del sindicato ALU. La tasa es cuatro veces mayor que el segundo almacén de Amazon más peligroso en el estado. Durante el último año, 188 trabajadores sufrieron lesiones serias, a una tasa de 19,8 lesiones serias por 100. En otras palabras, la probabilidad de que un trabajador de Amazon en Albany se lesione seriamente en el trabajo a lo largo de un año en las condiciones actuales es de uno en cinco.
En la primavera de 2022, hubo brotes de COVID-19 en ALB1 y los otros almacenes de Amazon, pero la empresa eliminó el pago por COVID para los trabajadores en EE.UU. en mayo y colocó avisos en la instalación que decían, “Ningún pago por COVID, ninguna excusa”.
En vísperas de la última elección, hubo un incendio en el almacén que amenazó con matar a trabajadores y los obligó a dejar el edificio. Fue el tercer incendio en una instalación de Amazon de Nueva York en solo una semana. Un gran grupo de trabajadores en el almacén JFK8, que está sindicalizado con ALU, realizaron una huelga en la instalación apenas días antes del incendio en ALB1 y previo a la votación. A pesar del extraordinario peligro de trabajar en la instalación de Albany, los salarios son extraordinariamente bajos, comenzando con solo $17 por hora en medio de una inflación de 9 por ciento.
Bajo estas condiciones explosivas, el ALU no logró obtener los votos de incluso una cuarta parte de la fuerza laboral. Fue la peor votación de cualquier campaña de sindicalización en Amazon hasta la fecha.
La caída constante en los votos a favor no puede atribuirse meramente a la presunta interferencia antidemocrática de Amazon, que ha sido constante en todas las elecciones del ALU y no se compara con la violencia abierta a la que se enfrentaban los movimientos sindicales en los siglos diecinueve y veinte. El ALU apeló el resultado del voto en ALB1, pero en vez de pedir una nueva votación simplemente llamó a la NLRB de Biden a anular el resultado en contra y ordenar directamente a Amazon que acepte un sindicato en la instalación.
El colapso en el apoyo al ALU se debe a su estrategia, que no estuvo vinculada con ningún llamado claro a las bases fundamentado en una lista de demandas por las cuales el sindicato lucharía si fuera elegido. El ALU ni siquiera intentó realmente convencer a los trabajadores de que tienen alguna estrategia para combatir la empresa.
La sección de su sitio web sobre el voto en ALB1 no incluye ninguna demanda y se limita a hacer declaraciones ambiguas como: “Amazon es una empresa con problemáticas profundamente arraigadas y la gerencia siempre antepone las ganancias a las personas”. La explicación de ALU sobre por qué los trabajadores quieren sindicalizarse es porque “deberíamos tener un lugar en la mesa y poder negociar mejores salarios, prestaciones y condiciones laborales”. Una sección aparte en el sitio web bajo el título “Por lo que estamos luchando” no incluye ninguna demanda concreta a la empresa.
En vez de apelar a la fuerza independiente de los trabajadores, el ALU promovió regularmente a los políticos del Partido Demócrata, presentándolos como aliados de los trabajadores de Amazon en el periodo previo al voto. En redes sociales, compartió declaraciones de políticos neoyorquinos del Partido Demócrata, así como del senador Bernie Sanders de Vermont, quien opera dentro de la bancada demócrata y que grabó un breve video apoyando la campaña del ALU en Albany.
En su primera elección en JFK8, ante una presión similar de la empresa, los trabajadores votaron a favor de afiliarse al ALU porque consideraban que el sindicato era diferente a la burocracia de la confederación AFL-CIO, cuyo sindicato Retail, Wholesale and Department Store Union (RWDSU) fue rechazado dos veces por los trabajadores de Amazon en votos de sindicalización en Bessemer, Alabama.
Pero desde la victoria en JFK8, el ALU se ha asociado públicamente con la dirección de la AFL-CIO, así como con organizaciones como el sindicato Teamsters y su presidente Sean O’Brien, el Partido Demócrata y el Gobierno de Biden. Ha socavado sus afirmaciones anteriores de “independencia” y no ha llamado a los trabajadores de JFK8 a que luchen abiertamente contra Amazon. En cambio, les ha dicho que deben esperar a que se agote el proceso de apelaciones de la NLRB antes de luchar por un nuevo contrato.
Esta es la primera elección de sindicalización del ALU desde que su líder Chris Smalls se reunió con Joe Biden en la Casa Blanca en mayo. Biden ha invertido su capital político repetidamente en la campaña de sindicalización en Amazon. En mayo, después de la victoria del ALU en JFK8, Biden abrazó a Smalls y le dijo, “Ya lo hiciste en un lugar; no nos detengamos”.
Las conexiones cada vez más estrechas del ALU con el Partido Demócrata y la burocracia de la AFL-CIO erosionaron su apoyo entre los trabajadores de base, que ven a la AFL-CIO como la responsable de supervisar décadas de ataques a los empleos y las condiciones de vida, especialmente en las zonas industriales del centro del país y del norte del estado de Nueva York.
Este hecho se insinuó en un artículo del New York Times del 11 de octubre que dice: “Según datos del Gobierno, Albany es una de las áreas metropolitanas más sindicalizadas del país, y muchos empleados expresaron opiniones positivas sobre los sindicatos. Pero algunos dijeron que sus experiencias pasadas en lugares de trabajo sindicalizados les quitaron el interés de unirse a otro”.
En todas las instalaciones de Amazon y en un número cada vez mayor de centros laborales de todos los sectores del mundo, los trabajadores de base están buscando una forma de hacer valer su fuerza potencial y luchar contra las empresas transnacionales, cuyas ganancias se disparan mientras los trabajadores se enfrentan al aumento del coste de la vida en todos los continentes. La perspectiva del ALU es encadenar a los trabajadores al aparato sindical, que la Administración de Biden respalda como un instrumento crítico tanto para sofocar la lucha de clases como para librar guerras en el extranjero.
Una verdadera lucha de los trabajadores de Amazon y de todos los sectores de la clase obrera requiere la movilización de las bases contra el aparato sindical, cuyo ejército de burócratas se enriquece a costa de las cuotas de los trabajadores y existe para vigilar a la fuerza laboral.
La expresión más consciente de esta lucha es la campaña de Will Lehman, un trabajador socialista de Mack Trucks de 34 años, para presidente del sindicato UAW, donde solo se están celebrando elecciones directas porque los anteriores dirigentes del UAW fueron encarcelados por aceptar sobornos de las empresas a cambio de traicionar a los trabajadores.
El objetivo de la campaña de Lehman es desarrollar un movimiento de masas para abolir la corrupta burocracia del UAW y transferir el poder a los trabajadores de base. Lehman no se postuló para unirse a la burocracia ni para reformarla desde dentro, sino para liberar la fuerza independiente de la clase obrera en la industria automotriz y en todas las industrias en una lucha internacional contra las corporaciones globales.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 19 de octubre de 2022.)
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