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Primero de Mayo de 2022: La lucha de clases en Sri Lanka en “la década de la revolución socialista”

Este es el reporte de M. Thevarajah en el Mitin Internacional En Línea del Primero de Mayo de 2022. Thevarajah es un miembro del Comité Político del Partido Socialista por la Igualdad en Sri Lanka. Puedes ver todos los discursos aquí: wsws.org/mayday.

M. Thevarajah, miembro líder del Partido Socialista por la Igualdad (Sri Lanka)

A principios de 2020, el Comité Internacional de la Cuarta Internacional (CICI), en una declaración de Año Nuevo publicada en el World Socialist Web Site el 3 de enero de 2020, caracterizó esta década como “la década de la intensificación de la lucha de clases y la revolución socialista mundial”. Los acontecimientos desde entonces han reivindicado poderosamente este pronóstico, el cual fue producto de un análisis objetivo marxista de las cuestiones políticas, económicas y sociales globales contextualizándolas histórica e internacionalmente.

El avance de la lucha de clases, debido a la pandemia de COVID-19, sufrió globalmente un cierto retroceso temporal a mediados de 2020. Sin embargo, a fines de 2020, los trabajadores de diversos sectores como el automotor, la salud, educación, energía, transporte, minería, banca- en Estados Unidos, Europa y la región de Asia-Pacífico, incluido el sur de Asia, han emprendido luchas, incluyendo huelgas y protestas, por alzas salariales, mejores condiciones laborales, la defensa de sus trabajos, la protección contra el peligro mortal de la pandemia, entre otras demandas.

La inmensa crisis económica, política y social del capitalismo mundial se agravó intensamente por la pandemia de COVID-19 y la guerra por delegación de EE.UU. y la OTAN contra Rusia. Ha empujado a los trabajadores, los jóvenes y las masas oprimidas internacionalmente a iniciar una serie de luchas, incluyendo huelgas y protestas. La expresión de ese desarrollo global en las luchas sociales y de clase se puede ver también en el sur de Asia. En particular, puede verse en el actual levantamiento popular contra el Gobierno de Sri Lanka bajo el presidente Gotabhaya Rajapakse.

En este momento, en un punto de inflexión en el desarrollo de este movimiento de masas antigubernamental, la clase obrera ha comenzado a entrar en las luchas como clase organizada. La huelga general del 28 de abril, involucrando a millones de trabajadores del sector público, privados y semipúblico y, sobre todo de las plantaciones, fue un claro indicio de ello. Esto no sólo no tiene precedentes debido a la participación tan masiva sino también por el hecho de que los trabajadores salieron a las calles como clase con una demanda política explícita: la dimisión del Gobierno.

Pero los sindicatos han bloqueado cualquier intervención independiente de la clase obrera en la creciente lucha de masas que exige la renuncia del presidente y su Gobierno. Se vieron obligados a convocar una huelga debido a que sus miembros los presionaron para que se unieran al movimiento. Sin embargo, el objetivo de los sindicatos es controlar la oposición cada vez mayor de la clase obrera, para atarla políticamente a la trampa de un Gobierno interino y mantener el movimiento de masas dentro del marco del dominio burgués. Los partidos de la oposición burguesa en el Parlamento, el Samagi Jana Balavegaya y el JVP, están proponiendo la formación de dicho Gobierno interino.

El Partido Socialista por la Igualdad interviene políticamente de forma continua en el movimiento de masas. Como un paso importante, intervino enérgicamente en la huelga general del 28 de abril, abogando por un programa y una perspectiva socialistas, revolucionarias, e independientes de la clase obrera. El Partido Socialista por la Igualdad, distribuyó, en toda la isla, miles de copias de la declaración del partido entre los trabajadores en huelga. Esta declaración aclara su programa socialista para la clase trabajadora.

Nuestra declaración pide la abolición de la presidencia ejecutiva autocrática y la derogación de todas las leyes represivas: “Contra el plan de austeridad del FMI que persiguen el Gobierno de Rajapakse y la oposición, presentamos un programa socialista que antepone las necesidades sociales de los obreros al lucro empresarial”.

Oponiéndose a las protestas masivas para apuntalar el Gobierno de Rajapakse, los partidos burgueses tamiles desempeñan un papel especialmente reaccionario. El principal partido parlamentario, la Alianza Nacional Tamil, y sus grupos nacionalistas tamiles afiliados han guardado silencio por semanas sobre la creciente oposición de las masas.

Finalmente, el 13 de abril, el líder de la TNA, MA Sumanthiran, rompió el silencio. Se jactó de haber mantenido negociaciones con los líderes del Gobierno de Rajapakse y algunos otros políticos de la élite burguesa de Colombo, incluidos los expresidentes Maithripala Sirisena, Chandrika Kumaratunga y el primer ministro Mahinda Rajapakse, a espaldas de los trabajadores y de los oprimidos tamiles. “He participado en muchas negociaciones en curso tratando de dar estabilidad a la situación política”, admitió.

Es decir, el líder de la TNA ha estado conspirando con el Gobierno y otros líderes burgueses para dar “estabilidad” política al régimen burgués y acabar con las protestas. Entonces, cualquier Gobierno “interino” podrá aplicar las medidas de austeridad exigidas por el Fondo Monetario Internacional.

Esta alianza traicionera del TNA con el Gobierno de Rajapakse ha fortalecido sus preparativos para una brutal represión de los manifestantes. Una semana después de los comentarios de Sumanthiran, Chaminda Lakshan, un trabajador, fue asesinado y decenas más salieron heridos cuando la policía disparó contra miles de manifestantes que protestaban el alza de los combustibles en Rambukkana.

Los trabajadores de las plantaciones participan cada vez más en el actual levantamiento popular. Durante la huelga general del 28 de abril, la producción en los distritos de plantaciones del interior del país se paralizó por completo. En varias ciudades, como Hatton, Kotagala y Maskeliya, se cerraron las tiendas en apoyo de la acción de los trabajadores, y los trabajadores en huelga inundaron las ciudades para manifestarse.

El Congreso de Trabajadores de Ceilán (CWC), un sindicato agrícola grande que también opera como partido político, ha sido socio del Gobierno y ha apoyado activamente el ataque del Gobierno a los derechos sociales y democráticos de la clase trabajadora. El CWC, que se ha negado a “tomar partido” en las protestas populares contra el Gobierno durante semanas, anunció que actuará como grupo “independiente” en el Parlamento ante la creciente oposición de los trabajadores y apoyará la moción de censura preparada por el principal partido de oposición, el Samagi Jana Balavegaya.

La maniobra del CWC no refleja ningún interés auténtico por las condiciones insoportables de los trabajadores. Más bien, pretende disolver su creciente oposición en las maniobras de la oposición burguesa para formar un Gobierno burgués alternativo. Esto sólo servirá para aplicar las mismas medidas de austeridad dictadas por el FMI.

Contra toda la élite política, incluidos el SJB, el JVP, la TNA y sus compinches de la pseudoizquierda y los sindicatos, el Partido Socialista por la Igualdad está luchando por movilizar a la clase trabajadora en un movimiento político independiente que unirá a los campesinos pobres y a otras masas oprimidas. A través de él, el Partido Socialista de la Igualdad lucha por derrocar al Gobierno de Rajapakse y establecer un Gobierno obrero y campesino comprometido con las políticas socialistas, sin permitir un Gobierno interino.

Para ello, los trabajadores deben romper con todos los sindicatos, que actúan como policías industriales del Gobierno y la patronal y deben formar sus propios comités de acción.

El Partido Socialista por la Igualdad, que ha encabezado la formación de estos comités de acción en varios sectores como las plantaciones, la salud, la educación y las artes, ayudará políticamente en la formación de dichos comités. A través de ellos, luchamos para que los trabajadores de las plantaciones sean conscientes de sus tareas históricas y de su protagonismo en las luchas en curso.

En su lucha por establecer un Gobierno obrero y campesino como parte de la revolución socialista mundial, la clase obrera de Sri Lanka debe construir la unidad con sus hermanos de clase de todo el mundo, especialmente en el sur de Asia, incluida la India.

(Publicado originalmente en inglés el 3 de mayo de 2022)